El pollo a la cordon bleu es un platillo de calidad de restaurante que requiere un poco más que habilidades de cocina casera. Este platillo francés es simple pero impresionante y puedes prepararlo en casa para una comida rápida o una velada elegante.

Ingredientes

  • pechugas de pollo
  • queso suizo en rebanadas
  • jamón york en rebanadas delgadas (preferiblemente ahumado)
  • pan rallado (saborizado si lo deseas)
  • sal y pimienta al gusto
  • mondadientes de madera

Método 1
Método 1 de 2:
Hacer pollo a la cordon bleu clásico

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    Precalienta el horno a una temperatura de 375 ºF (190 ºC) y unta con mantequilla un recipiente para hornear de vidrio. También puedes usar un aceite en aerosol o aceite de oliva en lugar de mantequilla para hacer una versión del platillo ligeramente más baja en calorías si así lo deseas.[1]
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    Descongela una porción de pechugas de pollo deshuesadas y sin piel, si es necesario, y luego aplánalas hasta que midan 6 milímetros (1/4 de pulgada). Coloca el pollo entre dos hojas de plástico para envolver y usa un ablandador de carne para aplanar el pollo hasta que tenga aproximadamente 6 milímetros (1/4 de pulgada) de grosor. El mejor pollo a la cordon bleu es delgado, lo cual permite que cada bocado tenga partes casi iguales de jamón, queso y pollo.[2]
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    Otra cosa que puedes hacer es usar un cuchillo filoso para filetear y abrir las pechugas asegurándote de no cortarlas por la mitad completamente. Si no tienes un ablandador de carne, puedes cortar la pechuga de pollo gruesa como lo harías para preparar un sándwich de pollo. Ten cuidado de no cortar el pollo completamente.
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    Extiende entre 1 a 2 pedazos de queso suizo y jamón dentro del pollo aplanado. Puedes usar tanto pollo como quieras pero recuerda que debes ser capaz de “cerrar” el pollo junto con el jamón y el queso.[3]
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    Enrolla el pollo alrededor del jamón y el queso. Enrolla todo ceñidamente evitando formar bolsas de aire que podrían hacer que el queso de adentro se escape fácilmente. Si fileteaste el pollo, simplemente cierra la parte superior del pollo sobre el lado interno, cerrando el queso y el jamón.
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    Usa mondadientes de madera para cerrar el pollo a la cordon bleu. Mantén los rollos en su lugar ensartando cada pedazo con al menos dos mondadientes. Para el método de la "solapa" simplemente usa los mondadientes para asegurarte de que el pollo permanezca alrededor del jamón y el queso a medida que se cocine.
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    Llena un tazón poco profundo con pan rallado y otro con un huevo batido. Deberás mojar el pollo a la cordon bleu con el huevo batido (bátelo con un batidor de mano o un tenedor) y el pan rallado antes de cocinarlo. Coloca dos tazones de manera que puedas mojar todo rápidamente y hacer que se cubra sin hacer desorden.[4]
    • Si deseas agregar condimentos, agrégalos en ese momento al pan rallado. La sal y la pimienta son los condimentos clave, aunque el tomillo, el orégano y el romero también tienen un sabor excelente.
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    Moja el pollo en el huevo batido retirando el exceso de líquido. Debes cubrir el pollo ligeramente con el huevo líquido para permitir que el pan rallado se pegue y retenga la humedad a medida que la carne se cocine.
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    Inmediatamente sumerge el pollo mojado en pan rallado cubriéndolo completamente. Presiona el pan rallado ligeramente sobre el pollo con las manos para permitir que se pegue. Coloca el pollo a un lado una vez que esté cubierto con el huevo y el pan rallado.
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    Coloca los rollos de pollo juntos en el recipiente de vidrio y cocínalos durante 45 minutos. Las partes externas del pollo deben estar de un color marrón dorado y el interior con queso pegajoso. Una vez que lo hayas retirado del horno, deja que se enfríe durante 3 a 4 minutos y sírvelo caliente.[5]

Método 2
Método 2 de 2:
Hacer variaciones

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    Fríe un poco el pollo antes de cocinarlo para crear un platillo más crujiente. Los restaurantes generalmente fríen el pollo previamente para asegurarse de que el pan rallado no se pegue en el horno. Después de cubrir el platillo con pan rallado, calienta 1 cucharada de aceite de oliva a fuego mediano alto. Cocina todos los lados del pollo hasta que el exterior esté marrón y luego transfiérelo al recipiente enmantequillado para que se termine de cocinar en el horno.
    • Disminuye la temperatura del horno a 175 ºC (350 ºF) si lo fríes previamente.
    • Solo debes cocinar el pollo en el horno durante 20 a 25 minutos si lo fríes previamente.[6]
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    Enrolla el pollo alrededor de un pedazo de tocino crudo en lugar de colocarlo sobre pan rallado. La grasa natural del tocino permitirá que el pollo se cocine uniformemente en el horno y evitarás ensuciarte con el huevo y el pan rallado. Cierra las pechugas de pollo y envuélvelas con tocino en rodajas asegurando el tocino con mondadientes de madera. Luego, puedes cocinar el pollo como lo haces normalmente.
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    Prueba con diferentes tipos de queso en lugar de usar el queso suizo clásico. El problema más grande es la dureza ya que el queso suizo mantiene bien su forma en el calor. También puedes usar quesos que se “derritan” de manera similar, como el queso cheddar, el queso gruyere, el queso crema y el queso mozzarela.[7]
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    Usar otras carnes curadas en lugar del jamón. Si en realidad deseas personalizar el platillo, omite el jamón y reemplázalo por una carne ahumada única y llena de sabor. Las opciones son infinitas, pero por lo general, la carne debe ser naturalmente salada, finamente cortada y tener un poco de sabor ahumado. Entre las opciones de carnes están las siguientes:
    • prosciutto
    • jamón ibérico
    • tocino cocinado
    • pancetta
    • capicola
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    Sirve el platillo con una salsa blanca simple o una salsa para mojar. La mayoría de los platillos de pollo a la cordon bleu se sirven con una salsa simple pero cremosa para cortar la textura salada y crujiente. Con frecuencia, este platillo se sirve con mostaza de Dijon, que otorga un toque necesario de ácido para complementarlo. Para hacer una salsa, comienza con una salsa de harina y grasa básica, luego agrega leche, mostaza de Dijon, sal y pimienta al gusto del siguiente modo:
    • Derrite 2 cucharadas de mantequilla a fuego medio. Bate 2 cucharadas de harina y cocina la mezcla hasta que se vuelva de color marrón dorado sin dejar de batirla (entre 1 a 2 minutos).
    • Agrega entre 1 a 1/2 taza de leche entera, 2 cucharadas de mostaza de Dijon, una pizca de sal y pimienta "lentamente" y revolviendo completamente.
    • Reduce el fuego y revuelve la mezcla hasta que espese según tus preferencias. Si deseas, mezcla romero fresco o tomillo antes de servir.[8]

Consejos

  • El tiempo de preparación es de 5 a 10 minutos y el tiempo de cocción es de 20 a 25 minutos.
  • Prueba con una mezcla de salsa de queso de la marca Velveeta y salsa picante o salsa de la marca Rotel.
  • Probablemente también quieras rociar el plato principal con queso derretido.
  • También puedes servirlo con kétchup, mayonesa, salsa rosa (cóctel/rosada/golf) y/o mostaza americana.
  • Acompáñalo con papas fritas.

Advertencias

  • Asegúrate de quitar todos los mondadientes de la comida antes de comerla.

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