Si eres un verdadero amante del aguacate, debes pensarlo dos veces antes de tirar esas bellas semillas doradas a la basura. Las semillas de aguacate tienen una increíble cantidad de usos prácticos, desde supuestamente dar más valor nutritivo a los alimentos comunes hasta promover una piel clara y brillante. Una de las formas más simples de aprovechar sus posibles beneficios es molerlas hasta convertirlas en polvo, que luego puedes añadir a tus platos favoritos o remedios de belleza caseros. Sin embargo, si decides probar este proyecto sencillo, ten presente que existen pocas pruebas de que el consumo de semillas de aguacate tenga beneficios claros para la salud.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Retirar y secar la semilla

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    Corta un aguacate por la mitad a lo largo. Pasa un cuchillo afilado por el centro de la fruta y luego gira suavemente las dos mitades para separarlas. Si es la primera vez que trabajas con un aguacate, la semilla será esa cosa grande, redonda y de color marrón claro que sobresale de la fruta suave de color verde pálido.[1]
    • Las semillas de aguacate son bastante grandes. Debes poder sentir la semilla presionando contra la hoja del cuchillo cuando la cortes.
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    Saca la semilla con la punta o el filo del cuchillo. La forma más simple de lograrlo es golpear el punto muerto de la semilla y sacarla limpia. Si crees que el cuchillo no está lo suficientemente afilado para este tipo de delicadeza, siempre puedes sacarla con una cuchara, aunque no será tan impecable.[2]
    • Una vez que hayas extraído con éxito la semilla, coloca el resto del aguacate en un recipiente hermético para almacenar alimentos o en una bolsa de plástico y utilízalo en uno o dos días.

    Advertencia: el cuchillo estará muy cerca de la mano durante este paso, así que ten cuidado de no cortarte por accidente mientras retiras la semilla incrustada.

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    Enjuágala bajo un chorro de agua tibia para retirar cualquier pulpa persistente. Si es necesario, frota ligeramente la superficie de la semilla con las yemas de los dedos para quitar los restos de pulpa rebeldes. Una vez que esté bien limpia, seca la semilla con un paño absorbente o una toalla de papel.[3]
    • Para darle un brillo impecable, también puedes frotar la semilla con un cepillo para verduras de cerdas suaves.
    • Evita lavar o remojar la semilla con vinagre o cualquier otro tipo de limpiador. Esto no solo le quitará parte de sus grasas saludables, sino que también puede afectar su sabor final.
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    Déjala expuesta al aire hasta que esté del todo seca. Si no tienes prisa, coloca un plato debajo de la semilla y déjala reposar en la encimera o en el refrigerador durante toda la noche. Para proyectos con poco tiempo, puedes acelerar las cosas colocando la semilla en un lugar cálido y soleado o calentándola en el horno, sobre una bandeja para hornear, a la temperatura más baja durante 2 a 3 horas.[4]
    • Sabrás que la semilla está lo suficientemente seca cuando la piel fina exterior se agrieta y empieza a desprenderse.
    • La humedad atmosférica aumentará el tiempo total de secado de la semilla, así que mantenla lejos de las habitaciones húmedas y las fuentes de agua de uso frecuente, como los fregaderos y los lavavajillas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Procesar la semilla

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    Tritura la semilla con un mazo, un ablandador o un rodillo de amasar para romperla un poco. Envuelve la semilla seca en una toalla de papel o una bolsa de plástico y dale unos buenos golpes con el instrumento elegido. Esto no la convertirá en polvo, pero la reducirá a trozos más pequeños y más adecuados para una molienda rápida y fácil.[5]
    • ¡Ten cuidado con los pulgares! Es más seguro sujetar con alfileres los bordes de la toalla de papel para evitar que la semilla se mueva que sujetarla con los dedos.
    • Cualquier licuadora o procesador de alimentos de alta potencia triturará una semilla de aguacate entera e intacta, así que puedes omitir este paso si no quieres tomarte la molestia del trabajo manual. Solo ten presente que te llevará más tiempo romper la semilla si aún está en una sola pieza.

    Alternativa: corta la semilla en rodajas finas con un cuchillo afilado. El hueso de aguacate es increíblemente suave y algo quebradizo una vez seco, así que no debes tener muchos problemas.[6]

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    Muélela a la textura deseada en una licuadora o procesador de alimentos. Para un molido grueso, pulsa el aparato unas 4 o 5 veces durante un par de segundos a la vez para pulverizar un poco los trozos de semilla. Si prefieres un polvo fino, déjalo funcionar sin interrupciones durante 10 a 20 segundos, luego verifica el progreso de la semilla y repite todas las veces que sea necesario.[7]
    • Un molinillo de café básico también será eficaz para esta tarea.
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    Rállala entera con un rallador de cocina en caso de no tener una licuadora. Para este método, la semilla debe estar en una sola pieza. Sujétala con firmeza, sostenla contra el conjunto de agujeros más pequeños del rallador y pásala de un lado a otro repetidas veces. Tardará más tiempo y no producirá un polvo tan delicado, pero terminarás con trozos lo suficientemente pequeños para cualquier cantidad de usos.[8]
    • También es posible realizar el trabajo con un rallador pequeño de mano. Solo agárrate fuerte y ten mucho cuidado.
    • Mantén los nudillos y las puntas de los dedos alejados de la hoja del rallador. ¡Este proyecto no debe requerir derramar sangre, sudor o lágrimas!
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Guardar y utilizar el polvo

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    Mantén el polvo refrigerado en un recipiente hermético hasta por 2 semanas. Cuando estés satisfecho con la consistencia del polvo, trasládalo a un frasco de conserva o un recipiente de almacenamiento con tapa y guárdalo en el refrigerador. Un recipiente herméticamente sellado y un ambiente frío permitirán asegurarte de mantenerlo lejos de la humedad.[9]
    • Es posible guardar el polvo de semilla de aguacate a temperatura ambiente si es necesario, siempre y cuando se mantenga sellado cuando no lo estés utilizando.
    • La mínima cantidad de humedad puede hacer que el polvo una vez seco se aglomere o se pegue, lo que dificultará su separación en porciones.
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    Añádelo a todos tus platos y bocadillos favoritos. Añade 1 cucharadita de polvo de semilla de aguacate a un batido de frutas refrescante o espolvoréalo sobre una ensalada verde fresca o un parfait de yogur griego. El polvo ligeramente amargo y ácido también sirve para realzar el sabor y aumentar el valor nutricional de varias sopas y salsas. Añádelo al gusto.[10]
    • Algunas fuentes aseguran que hasta el 70 % del contenido total de antioxidantes de un aguacate se puede encontrar en su semilla, junto con una gran cantidad de vitaminas, ácidos grasos y otros nutrientes beneficiosos.
    • La semilla de aguacate molida también puede ser una excelente fuente de fibra dietética. Y dado que es muy fácil añadirla a otros alimentos, no tendrás que ajustar tu menú semanal.[11]
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    Incorpóralo a una mascarilla facial o un exfoliante corporal casero. Además de sus usos culinarios, el polvo de semilla de aguacate también constituye un excelente exfoliante natural. Después de preparar el producto, añade 1 o 2 cucharaditas de polvo y mezcla bien. La combinación de vitaminas, minerales y aceites residuales ayudarán a nutrir y restaurar la piel sin necesidad de aplicar químicos agresivos.[12]
    • Para un mayor poder exfoliante, puede ser útil optar por un molido más grueso.
    • Trata de añadir un poco del polvo de semilla de aguacate a una tanda de exfoliante para labios o cutículas para darle a todo el cuerpo el cuidado y atención que tanto necesita.[13]
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Consejos

  • Para aprovechar todo el potencial de las semillas, empieza con aguacates apenas (o no del todo) maduros.
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Advertencias

  • Gracias a su elevada concentración de fibra y enzimas, las semillas de aguacate pueden provocar una leve indigestión en caso de consumirse crudas o en cantidades demasiado grandes.
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Cosas que necesitarás

  • un cuchillo afilado
  • una toalla de papel o un paño absorbente
  • un mazo, un ablandador o un rodillo de amasar
  • una licuadora o un procesador de alimentos
  • un frasco de conserva o un recipiente de almacenamiento de alimentos con tapa
  • una cuchara (opcional)
  • una bolsa de plástico (opcional)
  • un cepillo para verduras (opcional)
  • un horno y una bandeja para hornear (opcional)
  • un molinillo de café (opcional)
  • un rallador de cocina (opcional)

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Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

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Categorías: Recetas
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