Quizás sea difícil lograr que tus padres dejen de tratarte como un niño. De alguna manera, tus padres siempre te verán como un niño. Sin embargo, puedes hacer algunas cosas para demostrarles a tus padres que tienes madurez y mereces más confianza. Si haces algunas cosas, como ayudar en los quehaceres de la casa, escuchar con atención y ser independiente, podrás demostrarles a tus padres que ya no eres un niño.

Método 1
Método 1 de 3:
Comunicarte como un adulto

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    Demuestra que tienes buenas habilidades para escuchar. Una parte importante de que te perciban como adulto es escuchar con atención. Si quieres que tus padres te vean como una persona madura, debes mejorar tus habilidades para escuchar.[1] Cuando una persona hable, mantén el contacto visual, asiente con la cabeza para demostrar que escuchas lo que dice y usa algunas expresiones para demostrar interés, como “ya veo”, “continúa” y “sí”.
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    Mantén una actitud positiva. Las quejas frecuentes y la actitud negativa pueden hacerte parecer menos maduro delante de tus padres. Para demostrar madurez, esfuérzate por mantener una actitud positiva todo el tiempo. Cuando les cuentes a tus padres cómo estuvo tu día, enfócate en lo bueno y minimiza lo malo. Pregúntales también cómo estuvo su día y, si no fue muy bueno, demuéstrales simpatía.[2]
    • En la medida de lo posible, evita lloriquear o criticar. Estas conductas se considera señales de inmadurez.
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    Evita las discusiones. Esfuérzate por evitar las discusiones con tus padres. Aunque quizás tengan un desacuerdo de vez en cuando, no inicies una discusión. En cambio, esfuérzate lo más que puedas por estar dispuesto y llegar a un acuerdo si algo no te parece justo.[3]
    • Por ejemplo, si tus padres te ordenan que llegues a casa antes de las 9 p. m., no te quejes ni los acuses de ser injustos. Puedes decirles algo así como “No tengo ningún inconveniente con llegar a casa a esa hora todas las noches, pero esperaba poder quedarme un poco más de tiempo esta noche. ¿Estarían bien si llego a las 10 p. m.?
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    Haz preguntas. Si no comprendes la razón por la que tus padres te han pedido que hagas algo, pídeles una aclaración. Las preguntas son útiles para mejorar la comunicación y evitar los conflictos innecesarios. Asegúrate de formular la pregunta de una forma que exprese lo que necesitas.[4]
    • Por ejemplo, si tu horario límite es a las 9:00 p. m. y crees que no es justo, puedes decir algo así como “Sé que se preocupan por mi seguridad, pero aún no me queda claro por qué debo llegar a casa a las 9 esta noche. ¿Podrían ayudarme a comprender por qué quieren que llegue a esa hora?”.
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    Conversa con tus padres sobre la forma en que te tratan. Quizás tus padres no se hayan dado cuenta de que te tratan como si fueras un niño, así que es posible que debas decírselo. Conversa con ellos sobre la forma de tratarte y pregúntales si están dispuestos a dejar de hacer algunas cosas.[5]
    • Por ejemplo, podrías decirles algo así como “Agradezco lo mucho que ambos intentan ayudarme, pero creo que ya tengo la edad para hacer estas cosas solo. ¿Les importaría darme un poco más de libertad para encargarme de estas cosas por mi cuenta?”.
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Método 2
Método 2 de 3:
Demostrar madurez

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    Participa en los quehaceres domésticos. Una forma de demostrar madurez es participar en los quehaceres de la casa sin que te lo pidan. De esta forma, les demuestras a tus padres que eres maduro, que tienes cualidades desinteresadas y que quieres colaborar.[6]
    • Por ejemplo, si suelen pedirte que metas los platos en el lavavajillas después de cenar, no esperes a que te lo pidan. Empieza a hacerlo en cuanto termines de cenar. Si tomas la iniciativa, tus padres verán que tienes la madurez suficientemente como para saber lo que se espera de ti y que lo hagas sin que te lo digan.
    • Otra forma de lograr que tus padres te vean como una persona madura es llegar más allá de tus responsabilidades habituales. Por ejemplo, si tu madre suele lavarte la ropa, empieza a lavarla tú mismo.
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    Consigue un trabajo. Otra forma excelente de demostrar madurez es tener tu propio dinero para ahorrar y gastar. Si aceptas un trabajo de tiempo completo o incluso de medio tiempo, ganarás tu propio dinero para gastarlo como prefieras. Conservar un empleo durante un período largo es otra forma excelente de demostrar responsabilidad y madurez, así que procura conservar el mismo empleo el mayor tiempo posible.[7]
    • Los buenos hábitos financieros también demuestran madurez, así que esfuérzate por ahorrar la mayor parte del dinero que ganes. Evita las compras impulsivas y no gastes en cosas que tus padres consideren un desperdicio.
    • Sin embargo, si quieres algo y has ahorrado lo suficiente para comprarlo sin gastarte todos tus ahorros, cómpralo. Tus padres quedarán impresionados cuando vean que trabajaste mucho y ahorraste para comprar algo que querías en lugar de pedirles que te lo compraran.
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    Levántate más temprano. Levantarte temprano es una buena forma de demostrar que eres responsable y maduro. Además, las personas que se levantan temprano tienden a ser más productivas.[8] Levántate aproximadamente a la misma hora que tus padres y haz algo productivo de inmediato. Trabaja en un proyecto escolar, sal a correr o ayuda con los quehaceres domésticos.
    • Adquiere el hábito de programar una alarma todos los días y levántate en cuanto suene. De lo contrario, quizás tus padres deban despertarte y podrían percibirlo como una falta de responsabilidad.
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    Cuídate. Otra forma excelente de demostrarles a tus padres que eres maduro es comer de forma saludable, ejercitarte, descansar lo suficiente y demostrar que te interesas por tu bienestar físico. Otras formas de cuidarte bien son las siguientes:
    • evitar el consumo de drogas[9]
    • tomar una ducha todos los días
    • usar ropa agradable
    • cortarte el cabello con frecuencia
    • cepillarte los dientes y usar hilo dental dos veces al día
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Método 3
Método 3 de 3:
Usar otras estrategias

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    Busca un lugar propio para vivir. Si tienes la edad para mudarte y vivir por tu cuenta, quizás debas tenerlo en cuenta como una forma de mejorar tu relación con tus padres. Quizás sea difícil que tus padres te vean como adulto si aún vives en su casa.
    • Antes de tomar cualquier decisión drástica, debes asegurarte de tener los medios económicos para vivir solo y de estar preparado para asumir la responsabilidad. Vivir solo puede ser costoso y difícil.
    • Si no te sientes listo para mudarte, pregúntales a tus padres si puedes colaborar pagando el seguro de tu auto, una de las facturas de servicio o incluso una cantidad fija de alquiler. De esta forma, les demostrarás que eres maduro y podrás practicar vivir por tu cuenta.[10]
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    Mantén una distancia saludable. Sin importar si aún vives en casa de tus padres o vives solo, es importante que mantengas una distancia saludable con ellos. Ten una vida social activa con tus amigos, esfuérzate en la escuela o en el trabajo, y adquiere pasatiempos u otros intereses que no incluyan a tus padres.[11]
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    Sé más independiente. Mientras menos les demuestres a tus padres que necesitas su ayuda, más empezarán a verte como adulto. Si es posible, evita pedirles algunas cosas a tus padres, incluyendo consejos, dinero y otras cosas. Si tienes algún problema, trata de solucionarlo solo, antes de acudir a ellos.[12]
    • Por supuesto, algunas veces es necesario pedirles ayuda. Si te dan algo o te ayudan a solucionar un problema, demuestra amabilidad y agradéceles por su ayuda.
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    Procura no preocuparte mucho por lo que tus padres piensan. Ten en cuenta que, aunque te comportes como adulto e incluso seas mayor de edad, es posible que tus padres siempre te vean como niño porque eres su hijo. Esfuérzate por enfocarte en ti mismo y no te preocupes tanto por lo que tus padres piensen de ti. Recuerda que lo más importante es lo que opines de ti mismo.[13]
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Acerca de este wikiHow

Jin S. Kim, MA
Coescrito por:
Terapeuta familiar
Este artículo fue coescrito por Jin S. Kim, MA. Jin Kim es un terapeuta matrimonial y familiar con licencia que vive en Los Ángeles, California. Se especializa en trabajar con personas LGBTQ, personas de color y aquellas que pueden tener desafíos relacionados con la reconciliación de identidades múltiples e interseccionales. Jin recibió su maestría en psicología clínica de la Universidad Antioch de Los Ángeles, con una especialización en Psicología Afirmativa LGBT, en 2015. Este artículo ha sido visto 10 602 veces.
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