Quizás notes que tu amigo está comenzando a insultar más de lo normal, y mencionar el tema te resulte difícil. Sin embargo, para evitar malentendidos, asegúrate de que sepa que te sientes incómodo con su comportamiento y no con él como persona. Una vez que sea consciente de que los insultos te generan incomodidad, demuéstrale tu apoyo al ofrecerle ayuda para ponerle un freno a su uso de la profanidad. Puedes ayudarlo a detener este comportamiento al usar un frasco de insultos y recompensarlo cuando comience a progresar.

Método 1
Método 1 de 3:
Expresar tus preocupaciones

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    Hazle saber que estás incómodo. Dile a tu amigo que te sientes incómodo cada vez que dice un insulto o una secuencia de insultos. Asegúrate de decirle que no tienes un problema con él, sino con sus insultos excesivos. Comienza la conversación con un tono positivo al decir algo positivo en primer lugar.[1]
    • Puedes decir "Oye, Bárbara, eres una gran persona y una de mis amigas más cercanas. Disfruto salir contigo porque siempre nos divertimos mucho. Sin embargo, he notado que has comenzado a insultar mucho. Eso me causa incomodidad y ansiedad. ¿Te molestaría evitar el uso de esas palabras? Puedo ayudarte".
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    Establece límites. Tal vez te sientas incómodo con una mala palabra específica, por ejemplo, las que están relacionadas con la raza o el género de alguien. Dile a tu amigo que no tolerarás el uso de estas palabras al estar contigo. No lo ofendas al evitarlo por completo. Sin embargo, hazle saber que perderás el interés en lo que dice una vez que comience a usar estas palabras.[2]
    • Por ejemplo, "No me molesta que digas una mala palabra de vez en cuando, pero me siento muy incómodo cuando te refieres a las personas y cosas como 'maricas' o 'gay'. Hay mejores palabras y más descriptivas que puedes usar para explicar tus sentimientos".
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    Ayúdalo a comprometerse. Dile que estás dispuesto a ayudarlo a comprometerse para dejar de insultar o usar malas palabras específicas. Ayúdalo a comprometerse al establecer un objetivo. Dile que lo ayudarás a alcanzar esta meta siempre y cuando esté dispuesto a comprometerse.[3]
    • Por ejemplo, si tu amigo insulta al menos cinco veces al día, establece el objetivo de reducir la cantidad de malas palabras que usa a una vez por día. Una vez que alcance el objetivo, establece uno nuevo de cuatro malas palabras por semana. Sigue así hasta eliminar el uso de malas palabras de su vocabulario.
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Método 2
Método 2 de 3:
Cambiar el comportamiento

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    Usa un frasco de insultos. Un castigo menor, como un frasco de insultos, puede ayudar a detener su comportamiento. Al usar castigos menores, como un frasco de insultos, ambos deben participar. Al participar, le demuestras tu apoyo.[4]
    • Con tu amigo, haz el pacto de que ambos llevarán consigo un pequeño jarro o tarro. Cada vez que digan una mala palabra, deben poner una moneda en el frasco. Al final del día, pueden comparar quién tiene más dinero.
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    Habla con tu amigo. Las personas usan la profanidad por distintos motivos. Algunas razones comunes son que piensan que lucen más maduras, impresionantes o respetadas frente a sus colegas. Explícale que usar la profanidad puede tener el efecto opuesto. Puede repugnar a los demás y dar la impresión de inmadurez.[5]
    • Puedes decirle "Sé que te gusta insultar mucho, pero creo que tiene el efecto opuesto al que deseas. Cuando usas malas palabras en vez de otras palabras más descriptivas, suena inmaduro y excesivo. Sé que también insulto a veces, pero podemos trabajar juntos con esto".
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    Invítalo a salir. Si notas que tu amigo comienza a progresar, reconoce su esfuerzo. Invítalo a beber un café, tomar un helado o ir al cine. Esto lo motivará a seguir mejorando. También le demostrará que lo apoyas y quieres lo mejor para él.[6]
    • Puedes decir "He notado que has dejado de insultar tanto. Estoy muy impresionado. Cambiar los malos hábitos, en especial, insultar, requiere mucho esfuerzo. Déjame invitarte un café".
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Método 3
Método 3 de 3:
Abordar el problema

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    Identifica los factores desencadenantes. Hay personas y situaciones que pueden despertar el uso de la profanidad. Las filas largas, los atascos de tráfico, las personas que le desagradan y las personas o cosas que también usan la profanidad de manera casual pueden desencadenar este comportamiento. Una vez que tu amigo sea consciente de estos factores desencadenantes, podrá controlar mejor su comportamiento.[7]
    • Puedes preguntarle "¿Qué ha hecho que uses esa palabra?".
    • Ayúdalo a eliminar la música, las películas o los programas de televisión que usen la profanidad de manera excesiva.
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    Recomiéndale que se calme. La ira reprimida también puede hacer que tu amigo use la profanidad de manera excesiva. Ayúdalo a desviar la ira al recomendarle que use técnicas de respiración siempre que tenga la necesidad de expresar su frustración a través de las malas palabras.[8]
    • Puedes decirle "Cada vez que sientas la necesidad de decir un insulto, en vez de decir esa palabra, usa una técnica de respiración. Cierra los ojos e inhala lento. Contén la respiración por algunos segundos y, luego, exhala. Permite que el momento pase".
    • El ejercicio también puede aliviar la ira y frustración acumuladas. Ofrécele salir a andar en bicicleta o correr en el parque siempre que exprese frustración e ira.
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    Ayúdalo a encontrar sustitutos. Reduce el uso de las malas palabras al ayudarlo a encontrar reemplazos saludables. Puedes ayudarlo a ampliar su vocabulario u ofrecerle reemplazos benignos para las malas palabras.
    • Ayúdalo a encontrar palabas en el diccionario que describan sus sentimientos con más precisión.
    • Ayúdalo a encontrar frases sustitutas. Por ejemplo, dile que diga "¡Caramba!" en vez de "¡Maldita sea!".
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