El ajo es un ingrediente muy popular y sirve como base para muchas salsas distintas. Puedes intentar hacer una de las salsas de ajo a continuación para la próxima vez que necesites ese sabor especial en un plato que, de otro modo, sería insípido.

Ingredientes

Salsa de mantequilla con ajo, simple

Para 2/3 taza (160 mL) de salsa

  • 2/3 taza (160 mL) de mantequilla
  • 3 dientes de ajo
  • 2 cucharaditas (10 mL) de albahaca seca
  • 3 cucharaditas (15 mL) de orégano seco

Salsa de vino con ajo

Para ¾ taza (180 mL) de salsa

  • 3 cucharadas (45 mL) de chalotes picados
  • 3 cucharadas (45 mL) de ajo picado
  • ½ cucharadita (2.5 mL) de sal
  • ¼ cucharadita (1.25 mL) de pimienta negra molida
  • 1 ½ taza (375 mL) de caldo de pollo o de ternera
  • ½ taza (125 mL) de vino tinto seco
  • 2 cucharadas (30 mL) de mantequilla sin sal, suavizada a temperatura ambiente

Salsa de chili con ajo

Para 2 tazas (500 mL) de salsa

  • 2 pimientos morrones rojos, sin semillas o tallos
  • 2 a 3 chiles rojos y naranjas picantes, sin semillas o tallos
  • ¾ taza (180 mL) de vinagre blanco destilado
  • 5 dientes de ajo
  • ½ cucharadita (2.5 mL) de sal

Salsa de frijoles negros con ajo

Para 1 taza (250 mL) de salsa

  • 1 taza (250 mL) de aceite de canola o de semillas de uva
  • 1/3 taza (80 mL) de frijoles negros fermentados, picados
  • ½ taza (125 mL) ajo picado
  • ½ taza (125 mL) de jengibre picado
  • 2 ramilletes de cebollines, cortado en rodajas finas
  • 1 cucharada (15 mL) de salsa picante roja
  • ½ taza (125 mL) de vino de Shaoxing o jerez seco
  • 2 cucharaditas (10 mL) de sal
  • 1 cucharadita (5 mL) de pimienta negra molida

Método 1
Método 1 de 5:
Método 1: Salsa de mantequilla con ajo, simple

  1. 1
    Derrite la mantequilla en una cacerola pequeña. Pon la mantequilla en una cacerola pequeña y caliéntala a fuego medio o medio alto hasta que se derrita.
    • La mantequilla debe derretirse por completo, pero debes evitar que hierva o eche humo. Ambas son indicaciones de que las grasas de la mantequilla han empezado a degradarse, lo que podría afectar el sabor de la salsa ya terminada.
  2. 2
    Machaca el ajo. Machaca un diente de ajo sin pelar con la parte plana de un cuchillo de cocina grande. Quítale la piel después de machacarlo.
    • Coloca los dientes de ajo en la tabla de cortar, uno a la vez. Apoya el lado plano del cuchillo sobre el diente de ajo y dale un golpecito firme al otro lado, con la palma de tu mano. El ajo debería quedar machacado.
    • Bota la piel. Rocía un poco de sal en la tabla de cortar para absorber el jugo y pica el ajo en pedazos pequeños usando el filo del cuchillo.
  3. 3
    Pon el ajo en la mantequilla. Pon el ajo machacado en la mantequilla derretida, caliente, y cocínalo mientras revuelves el ajo continuamente, hasta que se dore.
    • El ajo despedirá un olor fuerte cuando se haya cocido lo suficiente.
    • Este proceso será rápido y no tomará más de 1 o 2 minutos.
    • Revisa el ajo constantemente mientras lo cocinas. El ajo puede quemarse rápidamente, y una vez que se haya quemado, el sabor de la salsa quedará arruinado. No podrás rescatar la salsa y tendrás que empezar de nuevo, si esto pasa.
  4. 4
    Incorpora las hierbas secas. Agrega la albahaca y el orégano a la salsa y mezcla hasta que se distribuyan uniformemente, y estén calientes.
    • Si vas a utilizar hierbas frescas en vez de secas, multiplica la cantidad que vas a poner por 3. O sea, utilizarías 2 cucharadas (30 mL) de albahaca y 3 cucharadas (45 mL) de orégano.
  5. 5
    Sírvela caliente. La salsa sabe mejor cuando se utiliza inmediatamente.
    • Esta salsa es deliciosa si la usas en pastas, arroz, papas, pollo y pescado.

Método 2
Método 2 de 5:
Método 2: Salsa de vino con ajo

  1. 1
    Mezcla los chalotes, el ajo, la sal y la pimienta en una cacerola pequeña. Coloca la cacerola en la cocina y ponla a fuego alto.
    • Sólo enciende la hornilla cuando estés listo para pasar al siguiente paso. Si dejas el ajo y los chalotes en una cacerola seca y caliente por mucho tiempo, es probable que se quemen.
  2. 2
    Incorpora el caldo de pollo y el vino. Vacía ambos líquidos en la cacerola y mézclalos bien para que se combinen uno con el otro, y con los demás ingredientes.
    • Agrega cada ingrediente rápidamente, antes de que la cacerola se caliente por completo. Si añades los ingredientes después de que la cacerola se haya calentado, los chalotes y el ajo podrían quemarse, y los líquidos salpicarán cuando los eches dentro.
  3. 3
    Hierve todo por 15 minutos. Mezcla la salsa de vez en cuando para evitar que los ingredientes sólidos se peguen al fondo o se quemen.
    • Deja la cacerola destapada durante el proceso de cocción.
  4. 4
    Incorpora la mantequilla. Agrega la mantequilla y mézclala cuidadosamente con los demás ingredientes, revolviendo todo con un batidor.
    • Retira la cacerola del fuego apenas se derrita la mantequilla.
    • Después de haber retirado la cacerola del fuego, sigue batiendo la salsa. La mantequilla ya debería haberse incorporado por completo, y no debería haber ningún rastro de mantequilla cuando sigas batiendo la salsa.
  5. 5
    Sírvela caliente. Esta salsa sabe mejor cuando está caliente y fresca.
    • Sírvela caliente. Esta salsa sabe mejor cuando está caliente y fresca.

Método 3
Método 3 de 5:
Método 3: Salsa de chili con ajo

  1. 1
    Pica los pimientos y el ajo. Coloca los pimientos morrones, los chiles picantes, y el ajo en una tabla de cortar y pica los ingredientes en pedazos pequeños.
    • Considera rociar la tabla de cortar con una pizca de sal antes de picar los pimentones y el ajo. La sal ayudará a que se absorba algo del líquido; así, no se perderá el sabor.
    • Las mejores variedades de chiles picantes para esta receta son los habaneros y los Fresno. Si vas a usar chiltepines, dobla la cantidad, a unos 8 chiles.
  2. 2
    Mezcla los pimentones, el ajo, el vinagre y la sal en una cacerola pequeña. Haz hervir los ingredientes a fuego alto.
    • Revuelve los ingredientes de vez en cuando hasta que hiervan, pero no lo hagas constantemente; si no, los ingredientes dentro de la cacerola tardarán más en calentarse.
  3. 3
    Déjalos cocer por 10 minutos. Disminuye el fuego a medio y deja cocer los ingredientes, mezclándolos de vez en cuando.
    • Resiste la tentación de pararte cerca de la cacerola para oler la salsa mientras se cocina. Los chiles picantes de esta receta podrían irritar tus ojos y nariz si entran en contacto directo con el humo que desprenden éstos.
  4. 4
    Licúa el contenido de la cacerola. Vacía la salsa espesa en una licuadora y licúa todo por 10 segundos a baja o mediana potencia.
    • Como alternativa, puedes licuar la salsa por pulsos, unos segundos cada vez, hasta que tenga la consistencia deseada.
    • Como otra alternativa, puedes utilizar una licuadora de mano para diluir la salsa en vez de una licuadora común. Pon la licuadora de mano directamente dentro de la cacerola y licúa la salsa hasta que tenga la consistencia deseada.
  5. 5
    Déjala enfriar un poco. Deja que la salsa se enfríe a temperatura ambiente antes de ponerla en un frasco para guardarla.
    • Si vas a poner la salsa picante en un frasco de vidrio y colocarla en el refrigerador de inmediato, es posible que el frasco se rompa.
  6. 6
    Refrigéralo por 3 días antes de servirlo. Después de 3 días, el sabor se habrá incorporado por completo, y tendrás una mejor salsa picante con ajo.
    • Esta salsa picante va muy bien con una gran variedad de comidas, desde huevos a hamburguesas, o arroz a papas fritas.
    • Puedes guardar esta salsa en un recipiente hermético y refrigerarla desde varias semanas a un par de meses.

Método 4
Método 4 de 5:
Método 4: Salsa de frijoles negros con ajo

  1. 1
    Calienta un poco de aceite en una sartén de saltear. Agrega ¼ taza (60 mL) de aceite de cocina en una sartén grande o wok y caliéntalo a fuego alto hasta que se vuelva brilloso.
    • Cuidadosamente inclina la sartén para que el fondo se cubra de aceite. No deberían quedar lugares secos en la sartén cuando añadas los ingredientes.
  2. 2
    Agrega los frijoles, el ajo, el jengibre y los cebollines. Mezcla todos los ingredientes, cubriéndolos de aceite, y friéndolos con cuidado hasta que se suavicen.
    • Esto debería tardar unos 2 a 3 minutos.
    • Revisa el ajo mientras lo cocinas. El ajo se quema con bastante facilidad, y una vez que se haya quemado, el sabor de la salsa quedará arruinado.
  3. 3
    Añade la salsa picante y el vino. Disminuye el fuego a medio y cocina la salsa hasta que se espese y la cantidad se reduzca unos tres cuartos.
    • Esto, también, tomará unos 2 a 3 minutos.
    • Una vez que la cantidad haya disminuido, añade una pizca de sal y de pimienta negra, al gusto, y mezcla los condimentos bien.
  4. 4
    Deja enfriar un poco. Retira la salsa del fuego y déjala enfriar hasta que esté suficientemente fría al tacto.
    • La salsa tal vez necesite enfriarse por 5 a 10 minutos antes de que puedas ponerla en la licuadora.
  5. 5
    Haz un puré con mitad de la mezcla y el aceite restante. Vacía la mitad de la salsa espesa en una licuadora y licúala a máxima potencia por 10-20 segundos. Gradualmente añade ¾ taza (190 mL) del aceite restante mientras licuas los ingredientes.
    • La consistencia de la salsa debe ser rala y sin grumos. Si la salsa está grumosa en algunas partes y demasiado rala en otras, es posible que el aceite no se haya mezclado correctamente. Sigue licuando la salsa hasta que quede completamente uniforme.
  6. 6
    Vuelve a poner el puré en la sartén. Coloca la salsa líquida de nuevo en la sartén con la salsa espesa. Mezcla bien y deja que se enfríe.
    • El sabor penetrará mejor mientras la salsa se enfría, así que, aunque planees utilizarla inmediatamente en un plato caliente, deberías dejar que se enfríe antes de usarla.
  7. 7
    Sírvela caliente o fría. Puedes servir la salsa inmediatamente o vaciarla en un frasco y guardarla hasta por dos semanas.
    • Esta salsa de ajo funciona muy bien cuando la sirves con mariscos, en revueltos, o con comidas chinas.

Método 5
Método 5 de 5:
Método 5: Recetas adicionales

  1. 1
    Haz una salsa de ajo y aceite. Esta salsa es muy similar a la salsa de mantequilla con ajo aunque es de origen italiano y es más fina que sabrosa.
    • Cocina ajo machacado con un poco de aceite, en una cacerola.
    • Añade perejil o especias italianas a la mezcla y cocínalas a fuego lento hasta que se mezclen los sabores.
    • Sírvela caliente.
  2. 2
    Haz una salsa de crema al ajo. La salsa de crema al ajo es una sabrosa alternativa hecha con ajo fresco, crema de leche, mantequilla, sal y pimienta.
    • Cocina ajo machacado en mantequilla derretida.
    • Mezcla la crema de leche y cocínala a fuego lento.
    • Añade la sal y pimienta al gusto.
    • Sírvela caliente.
  3. 3
    Haz una salsa de ajo libanesa. El nombre tradicional de esta salsa es “toum”, y está hecha con ajo, limón, aceite, sal, agua helada y claras de huevo.
    • Licúa los dientes de ajo y la sal.
    • Añade el aceite y el jugo de limón, lentamente.
    • Puedes añadir agua para diluir la salsa o agregar claras de huevo para hacerla cremosa.
  4. 4
    Prueba hacer salsa de ajo Al Baik y Shawarma. Ambas salsas son cremosas y muy deliciosas.
    • Para hacer la salsa de ajo Al Baik, mezcla mayonesa, pasta de ajo, queso crema, papas hervidas, sal y jugo de limón.
    • Para la salsa de ajo Shawarma, mezcla yogurt sin sabor, pasta de ajo y sal.

Cosas que necesitarás

  • Cacerola o sartén
  • Espátula o cuchara de madera
  • Cuchillo de cocina grande
  • Tabla de cortar
  • Licuadora
  • Frasco de vidrio o plástico

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Categorías: Salsas | Recetas