La presente receta te ayudará a hacer una salsa de champiñones sabrosísima que te servirá para acompañar carne, guisos, caserolas o comida vegetariana. Primero tendrás que hacer una base de salsa blanca y luego prepararás los champiñones para terminar.

Ingredientes

  • 3½ cucharadas de mantequilla o margarina
  • 2 cucharadas de harina
  • ½ cucharadita de sal
  • pimienta negra molida
  • 1 taza de leche
  • champiñones
    • ¾ taza de champiñones de lata escurridos o
    • 500 g (½ kilo de champiñones frescos en rodajas)
  • 1 cucharadita de cebolla picada

Parte 1
Parte 1 de 2:
Preparar la base de salsa blanca

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    Derrite 2 cucharadas de mantequilla o margarina. Hay un par de formas de hacerlo. Puedes poner la mantequilla en un recipiente para microondas y derretirla en el microondas en intervalos de 10 segundos, revolviéndola cada 10 segundos.[1] La mantequilla se derretirá muy rápidamente de esta forma, así que no permitas que se queme. También puedes derretirla en la estufa.
    • Haz un baño maría para derretir la mantequilla lentamente.[2] Necesitarás un tazón que quepa en una cacerola pequeña.
    • Pon la mantequilla en el tazón.
    • Pon agua a hervir en la cacerola pequeña.
    • Pon el tazón con la mantequilla sobre el agua hirviendo dentro de la cacerola y déjalo allí para que el agua derrita la mantequilla lentamente.
    • Revuelve la mantequilla para que se derrita más rápidamente.
    • También podrás derretirla directamente en la cacerola en donde hagas la base de salsa blanca.
    • Sea cual sea el método que uses para derretir la mantequilla, pon la mantequilla derretida en la cacerola donde harás la base de salsa blanca.
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    Agrega 2 cucharadas de harina, ½ cucharadita de sal y pimienta negra al gusto. Revuelve la mezcla de ingredientes a fuego medio hasta que todo se integre. Asegúrate de que el fuego no esté tan fuerte para que no se queme la harina. Lo ideal es que la mezcla se integre lentamente.
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    Agrega 1 taza de leche. Viértela lentamente en la cacerola, asegurándote de que no salpique por los lados. Con tu otra mano, revuelve los ingredientes constantemente para asegurarte de que se integren bien hasta lograr una consistencia uniforme.
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    Deja que la salsa se espese. Es mejor que bajes el fuego o la temperatura de la estufa un poco para que la salsa no se queme. Entre más la cocines, más se espesará la salsa, así que debes vigilarla. Revuelve la salsa continuamente y cocínala hasta que obtenga la consistencia deseada. El producto final deberá tener una consistencia homogénea.
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Preparar la salsa de champiñones

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    Haz 1 taza de base de salsa blanca como lo hemos descrito anteriormente.
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    Pica la cebolla. Pica cebolla amarilla, porque no es tan fuerte en sabor y se cocina rápidamente. Pica la cebolla en trocitos hasta que tengas más o menos 1 cucharadita.
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    Prepara los champiñones. Si usas champiñones de lata, escúrrelos con un colador para eliminar el exceso de líquido. Lo ideal es que la salsa no quede muy líquida, por eso es mejor escurrirlos bien. Para preparar los champiñones frescos[3] :
    • Quita los tallos de los champiñones con tus manos.
    • Humedece una toalla de papel con agua.
    • Limpia la suciedad de la cabeza redonda de cada uno, uno por uno.
    • Puedes limpiar los champiñones rápidamente en agua fría, pero no los dejes en remojo porque absorben el agua muy rápidamente.
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    Derrite la 1½ cucharadas de mantequilla o margarina restante. Pon la mantequilla en otra cacerola y revuélvela a fuego medio hasta que se derrite.
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    Agrega los champiñones y la cebolla picada. Cocínalos a fuego medio hasta que la cebolla se dore. No tienes que revolverlo continuamente, pero sí de vez en cuando para asegurarte de que los champiñones y la cebolla no se peguen a la cacerola.
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    Añade los champiñones y la cebolla a la salsa blanca para terminar. Continúa cocinando la mezcla a fuego lento por uno o dos minutos, revolviéndola ocasionalmente. Esto maridará los sabores y tendrás una salsa integrada. Pruébala para ver si necesita más sal o pimienta.[4]
    • Añade sal y pimienta a la salsa mientras esté caliente. Si lo haces después de haber quitado la salsa del fuego, le dará un sabor a sal fuerte y desagradable.
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Consejos

  • Esta salsa se puede agregar sobre carnes y cacerolas.
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Categorías: Salsas | Recetas
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