La salsa de tabasco contiene tres ingredientes claves y es bastante fácil de hacer. El sabor dependerá del lugar donde se cultivaron los chiles y la calidad del vinagre que se use. Para prepararla, tendrás que combinar los ingredientes, cocinar la salsa, colarla y guardarla una vez que esté terminada.

Ingredientes

  • 500 g (1 libra) de chile tabasco fresco
  • 500 ml (2 tazas) de vinagre
  • 2 cucharadas de sal

Parte 1
Parte 1 de 3:
Combinar los ingredientes

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    Escoge vinagre blanco de alta calidad que sea destilado. Como la receta tiene tan pocos ingredientes, es importante utilizar la mejor calidad que puedas conseguir. Evita jarras de vinagre de marcas desconocidas y escoge uno de calidad en botella de vidrio. Asegúrate de que sea vinagre blanco destilado.[1]
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    Selecciona chiles tabasco frescos y maduros sin imperfecciones. Escoge unos de un color rojo vivo y parejo. Evita los que estén enjutos o manchados. Si tu mercado local no vende chiles tabasco o si cultivas otro tipo, puedes experimentar con cualquiera de ellos.[2]
    • Si vas a probar chiles diferentes, escoge las variedades picantes. Lo ideal es que sean rojos, pero podrías experimentar también con el color.
    • Algunos chiles picantes alternativos son los de las variedades serrano, habanero o cayena.
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    Ten cuidado al momento de manipular y cortar chiles. Si tienes la piel sensible, mejor ponte unos guantes descartables antes de empezar. El jugo del chile es muy fuerte y puede irritarte la piel. Además, lávate bien las manos después de agarrarlos. No te toques los ojos o la cara cuando los estés manipulando.
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    Saca los tallos de los chiles. Lávalos bien con agua fría y quítales la suciedad y la tierra. Para quitarles los tallos, córtales la parte de arriba incluido el tallo con un cuchillo afilado.[3]
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    Pícalos a mano o en un procesador de alimentos. Pon todos los chiles sin tallo en un procesador de alimentos o una licuadora. Enciende la máquina y procésalos hasta que tengas pedazos grandes.[4] Si no tienes ninguno de estos implementos, puedes cortarlos del mismo modo a mano.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cocinar la salsa

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    Pon los chiles, el vinagre y la sal en una olla. Echa los chiles picados en una olla mediana que esté en la estufa. Agrégales 500 ml (2 tazas) de vinagre blanco destilado y 2 cucharadas (30 ml) de sal. Aumenta el fuego a medio alto.[5]
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    Calienta la mezcla hasta que empiece a hervir. Hierve la mezcla de chiles y revuélvela frecuentemente para que no se peguen en el fondo de la olla.[6]
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    Deja que la salsa hierva a fuego lento por 5 minutos. Una vez que esté hirviendo, disminuye el fuego a lento. Deja que se cocine así por unos 5 minutos. Para estar seguro de que no los vayas a calentar por mucho tiempo, programa un temporizador. Luego, sácalos del fuego inmediatamente.[7]
    • Revuélvelos cada cierto tiempo, pero trata de no pararte directamente sobre la olla y respirar profundamente. El vapor que sale de la salsa picante puede irritarte los pulmones y las fosas nasales.[8]
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    Enfría la mezcla por completo. Apaga la estufa y saca la olla del calor. Cubre la mezcla holgadamente y deja que se enfríe por completo antes de hacerla puré.[9]
    • No vayas a triturar la salsa hasta que se enfríe. Cuando está caliente, su consistencia es más ligera y el resultado final podría ser demasiado aguado.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Colar la pulpa y guardar la salsa

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    Tritura la salsa en una licuadora. Una vez que los chiles se hayan enfriado por completo, pásalos a la máquina. Licúalos por completo hasta que formen una salsa líquida triturada.[10]
    • Puedes utilizar un procesador de alimentos si el tuyo tiene una función para hacer puré.
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    Vierte la salsa en un recipiente hermético y refrigérala por 2 semanas. Con la ayuda de un embudo, pásala a un frasco de vidrio con tapa hermética. Séllalo y guárdalo en el refrigerador por 2 semanas. Así, la salsa se remojará. Las semillas que estén en ella la harán más picante cuando esté remojando.[11]
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    Cuela la mezcla. Después de 2 semanas saca la salsa del refrigerador. Pásala a través de un colador fino para sacarle cualquier pepa que quedara en ella. Asegúrate de colocar un recipiente o un frasco debajo para que reciba la salsa cuando escurra.[12]
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    Regresa la salsa al refrigerador. Una vez que hayas colado la salsa, colócala en un frasco de vidrio o un recipiente de plástico ajustado adentro del refrigerador.[13]
    • La salsa de tabasco puede conservarse hasta por un año si se guarda en el refrigerador.
    • No es recomendable congelarla, pues se alterará su sabor y consistencia.
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    Listo.

Consejos

  • Usa la salsa para mejorar cualquiera de tus recetas favoritas.

Advertencias

  • Sería bueno que te pongas guantes mientras trabajas con los chiles tabasco, pues pueden ser muy picantes.

Cosas que necesitarás

  • un cuchillo
  • un procesador de alimentos
  • una olla mediana
  • una cuchara
  • una licuadora
  • un embudo
  • un frasco de vidrio
  • un colador

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Categorías: Salsas | Recetas