El baño maría (o baño de María) es un método de calentamiento suave. Proporciona calor a través de solo vapor y suele usarse para cocinar salsas delicadas o derretir chocolate. Además, pone el recipiente de cocina directamente en contacto con el agua caliente, lo que resulta útil para mantener caliente la comida o para hornear postres que contengan huevos. Sin importar para qué lo uses, puedes improvisar fácilmente cualquier tipo de baño maría.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer un baño maría para salsas y chocolate

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    Coloca una cacerola en la estufa. Elige una cacerola mediana o grande para formar la base de tu baño maría. Esta debe ser relativamente alta, sobre todo si vas a usar el baño maría para una receta con un tiempo de cocción prolongado.
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    Coloca una olla más pequeña o un bol por encima. Este puede ser cualquier recipiente resistente al calor que se ajuste bien sobre la cacerola, de modo que la mayor parte del vapor quede atrapado entre ellos. Debe haber al menos 10 cm (4 pulgadas) de espacio entre las bases de los dos recipientes y de preferencia, más espacio.
    • El aluminio, el cobre y el acero (no inoxidable) conducen el calor rápidamente. Dichos materiales proporcionan el tiempo de cocción más corto y evitan que se formen zonas calientes.[1]
    • El acero inoxidable, el vidrio resistente al calor y la cerámica son mejores si vas a cocinar ingredientes ácidos, ya que son no reactivos. Estos conducen el calor con más lentitud, así que asegúrate de revolver con frecuencia para evitar las zonas calientes. El vidrio también te facilita la tarea de verificar el nivel de agua.
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    Vierte agua en la olla grande. Reserva el recipiente más pequeño ahora que ya has comprobado que sí encaja. Llena la olla más grande con 2,5 a 7,5 cm (1 a 3 pulgadas) de agua, pero asegúrate de que haya suficiente espacio entre el agua y el recipiente más pequeño. Si las dos ollas encajan bien entre sí y no hay suficiente espacio entre ellas, la acumulación de vapor podría provocar una explosión.[2]
    • Aunque una explosión es muy poco probable, el riesgo aumenta para las recetas con tiempos de cocción prolongados. Para dichas recetas, usa recipientes que no encajen perfectamente entre sí, de modo que el vapor pueda escapar por el espacio entre ellos. Levanta la olla para dejar escapar el vapor si empieza a temblar.
    • Mientras más prolongado sea el tiempo de cocción de tu receta, más agua necesitarás.
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    Calienta el agua a fuego lento. Coloca la olla más grande en la estufa y caliéntala hasta que hierva. Reduce el fuego a medio bajo hasta que el agua alcance un hervor lento constante.
    • Deja la olla más pequeña en la encimera mientras esperas a que hierva el agua. Si la calientas junto con la olla más grande, la superficie caliente podría quemar tus ingredientes al momento de agregarlos.[3]
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    Calienta los ingredientes en el recipiente más pequeño. Coloca tus ingredientes en el recipiente más pequeño, luego pon el recipiente sobre la olla que está hirviendo. Cocina según las instrucciones de tu receta. Revuelve los ingredientes para asegurarte de calentarlos de forma homogénea.
    • Ten en cuenta que el baño maría debe mantenerse a fuego lento. Reduce el fuego si el agua empieza a hervir y agrega un poco de agua caliente si empieza a hervir suavemente.
    • Si la salsa empieza a adoptar una textura fangosa o se pega a la olla, simplemente retira el recipiente más pequeño y bate por 1 minuto para reducir la temperatura.[4]
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    Retira el recipiente pequeño del fuego. Recuerda que hay un vapor atrapado en el baño maría y que la base del recipiente pequeño está muy caliente. Usa agarraderas o guantes para horno e inclina el recipiente hacia ti para que el vapor escape por el lado opuesto.
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Método 2
Método 2 de 3:
Hacer un baño maría para hornear

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    Coloca un recipiente de cocina grande y plano en el horno. Elige una asadera grande u otro recipiente apto para horno con lados altos. Este debe ser lo suficientemente grande para contener tu plato (o platos) más pequeño con 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de espacio alrededor del borde, para permitir la circulación del agua.[5] [6] Coloca la asadera en el horno en este punto, ya que será difícil transportarla una vez que esté llena de agua.
    • Precalienta el horno según la receta antes de empezar este proceso.
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    Coloca una toalla o un tapete de silicona para horno en la asadera (opcional). Los ramequines y otros recipientes pequeños podrían deslizarse contra la superficie de la asadera al momento de verter el agua. Una toalla doblada o un tapete de silicona para horno te ayudarán a evitarlo. Esto también te brindará más aislamiento térmico, pero normalmente no es necesario.[7]
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    Coloca los recipientes más pequeños en el más grande. Coloca el molde o los ramequines que contienen tu plato en el recipiente más grande. Si usas varios recipientes, júntalos en el centro para evitar que se deslicen alrededor.[8]
    • Este método es excelente para natillas, flanes, pasteles de queso y otros postres horneados que contengan huevos.
    • Para evitar que se forme una corteza en las natillas suaves, cubre los recipientes pequeños con papel aluminio.[9]
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    Vierte agua caliente alrededor de los lados del baño maría. Pon a hervir agua y viértela cuidadosamente en el recipiente más grande, hasta que alcance 1/3 a 1/2 de los lados de los recipientes más pequeños.[10] [11] Vierte el agua lentamente para evitar que salpique en tu comida. Si están disponibles, vierte desde la boca de un hervidor o de una taza medidora.
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    Calienta hasta que hierva a fuego lento. Sigue las instrucciones de horneado de tu receta, pero revisa el baño maría con frecuencia. El agua debe estar casi hirviendo. Si empieza a hervir, reduce la temperatura del horno.[12]
    • Si el nivel de agua baja durante la cocción, vierte agua caliente del grifo para reponerla.
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    Retira con cuidado los recipientes más pequeños. Las pinzas cubiertas de silicona o goma te facilitan la tarea de retirar los ramequines calientes. Puedes mejorar un par de pinzas de metal envolviéndolas con bandas goma anchas o simplemente retira los recipientes con cuidado usando agarraderas.[13]
    • Abre el horno y deja allí el recipiente más grande hasta que esté lo suficientemente frío al tacto.
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Método 3
Método 3 de 3:
Hacer un baño maría para mantener caliente la comida

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    Llena de agua una olla grande hasta la mitad. Este tipo de baño maría proporciona calor suave a una sopa, salsa u otro plato mientras esperas para servirlo. Para este fin, lo más adecuado es una olla sopera alta u otro recipiente cilíndrico.[14] Llénalo 1/4 a 1/2 de agua o lo suficiente para llegar hasta la mitad de los lados del recipiente más pequeño.
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    Pon a hervir el agua. Hiérvela a fuego fuerte, luego reduce el fuego hasta que el agua hierva a fuego lento.
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    Coloca un aro de metal en la base de la olla. A diferencia del primer método, en este caso el baño maría no requiere que ambos recipientes encajen bien entre sí. Un aro de metal de repostería en la base de la olla puede brindarle soporte a un recipiente pequeño. Si vas a mantener calientes varios recipientes pequeños, incluso puedes usar una olla grande para todos, colocando cada uno en su propio aro de soporte.
    • Otra opción es doblar una toalla y colocarla sobre la base de la olla grande. Esto aislará la comida mucho mejor que usar solo agua y evitará que los recipientes pequeños se muevan de un lado a otro.[15]
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    Coloca el recipiente más pequeño dentro del más grande. El agua debe llegar hasta la mitad de los lados del recipiente pequeño, pero no lo suficiente para desbordarse por encima. Deja calentar la comida hasta que estés listo para servirla.
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Consejos

  • Si vas a cocinar una sola porción en un baño maría, podrías tener problemas para encontrar una olla pequeña que encaje sobre tu olla más grande. Trata de usar una sartén para escalfar huevos y cocina en una de las cavidades que normalmente se usan para contener los huevos.[16]
  • Agrega 1 cucharadita (5 ml) de vinagre blanco al agua hirviendo a fuego lento para evitar la decoloración en la parte inferior de la olla más pequeña.[2]
  • Derretir chocolate en un baño maría requiere dos consideraciones adicionales. Primero, asegúrate de que el bol y el utensilio para revolver estén completamente secos, ya que la humedad hará que el chocolate adquiera una textura fangosa.[17] Segundo, apaga el fuego antes que el chocolate se derrita por completo y deja que el calor restante termine el trabajo con un toque aún más suave.[18]
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Categorías: Consejos en la cocina
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