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Si te encanta el vino, probablemente hayas soñado con crear el tuyo propio en casa. Por suerte, utilizando las herramientas e ingredientes apropiados, ¡podrás lograrlo! Una vez que domines el procedimiento, podrás experimentar utilizando diferentes frutas hasta que encuentres el vino perfecto para ti.
Ingredientes
- 16 tazas de fruta
- 2 tazas de miel
- 1 paquete de levadura
- agua filtrada
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Preparar los materiales y los ingredientes
Parte 1
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1Reúne los materiales. Además de los ingredientes, necesitarás unos cuantos materiales básicos para asegurarte de que el vino pueda añejarse sin que lo afecten los insectos o las bacterias. La elaboración de vino casero no es un proceso costoso, así que no es necesario despilfarrar en equipo especial. Necesitarás los siguientes materiales:
- Un cántaro o frasco de vidrio de 7,5 L (2 galones) (por lo general, los encuentras en tiendas de antigüedades o de segunda mano, aunque ten en cuenta que muchos cántaros eran usados para almacenar el chucrut o los encurtidos, así que podrían contaminar el vino.
- un garrafón de unos 4 L (1 galón) (un recipiente de vidrio con un cuello pequeño)
- una esclusa de aire
- un tubo de plástico delgado para usar en la extracción
- botellas de vino limpias con corchos o tapa de rosca
- tabletas de metabisulfito de sodio (opcional)
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2Elige la fruta que usarás. Puedes preparar el vino con cualquier tipo de fruta, aunque las uvas y las bayas son las alternativas más conocidas. Elige la fruta que esté en su punto máximo de sabor. Es mejor optar por frutas orgánicas que no han sido tratadas con químicos, ya que no querrás que estos terminen dentro del vino. De ser posible, utiliza fruta que hayas recogido tú mismo o cómpralas en un mercado de productores. Algunas tiendas también se especializan en proporcionar uvas de vino a los enólogos caseros, lo cual es excelente si no vives cerca de algún viñedo.
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3Lava la fruta. Quítale los tallos y las hojas, y asegúrate de que no queden partículas de suciedad o polvo. Enjuágala bien y colócala en el cántaro. Puedes pelar la fruta antes de machacarla, pero gran parte del sabor del vino proviene de la cáscara. Pelarla dará lugar a un vino mucho más suave.
- Algunos productores de vino prefieren no lavar la fruta antes de machacarla. Dado que la fruta contiene levaduras naturales en su cáscara, es posible hacer que el vino utilice únicamente la levadura de la cáscara y el aire. Sin embargo, lavar la fruta y controlar la levadura que agregas te permite asegurarte de que el sabor del vino será de tu agrado. Dejar que la levadura silvestre crezca puede producir un mal sabor. Si estás dispuesto a experimentar, podrías producir dos lotes de vino, uno con levadura controlada y otro con la silvestre para determinar cuál te gusta más.
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4Machaca la fruta. Con la ayuda de un prensador de papas o con tus manos, machaca y exprime la fruta para liberar sus jugos. Sigue haciéndolo hasta que el nivel de jugo de fruta se encuentre a unos 4 cm (1 ½ pulgada) de la parte superior del cántaro. Si no tienes fruta y jugo suficiente para llenar el cántaro casi hasta el borde, complétalo con agua filtrada. Agrega una tableta de metabisulfito de sodio, la cual liberará el dióxido de azufre en la mezcla, matando a la levadura silvestre y a las bacterias.[1] Si vas a hacer vino con levadura silvestre, no coloques la tableta de metabisulfito de sodio.
- Como una alternativa para la tableta, puedes verter 2 tazas de agua hervida sobre el jugo de fruta.
- Usar agua de grifo puede afectar el sabor del vino, ya que contiene aditivos. Asegúrate de usar agua filtrada o de manantial.[2]
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5Incorpora la miel. La miel le proporciona alimento a la levadura y endulza el vino. La cantidad de miel que uses afectará directamente la dulzura del vino. Si prefieres uno más dulce, agrega más miel. Por el contrario, si no quieres que lo sea tanto, limita la cantidad de miel a 2 tazas. También ten en cuenta el tipo de fruta que vas a usar. Dado que las uvas tienen un contenido alto de azúcar natural, no necesitas agregar mucha miel al vino. Las bayas y otras frutas con un contenido de azúcar más bajo requerirán más miel.
- Si gustas, puedes sustituir la miel por azúcar o azúcar moreno.
- Siempre puedes añadir más miel después en caso de que el vino no esté tan dulce para tu gusto.
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6Añade la levadura. Si vas a usar tu propia levadura, es el momento de añadirla. Viértela en el cántaro e incorpórala a la mezcla usando una cuchara de mango largo. A esta mezcla se le conoce como mosto.
- Si vas a hacer vino con levadura silvestre, omite este paso.
Parte 2
Parte 2 de 3:Fermentar el vino
Parte 2
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1Cubre el cántaro y almacénalo toda la noche. Es importante usar una cubierta que no deje entrar a los insectos pero que permita la entrada y salida del aire. Puedes usar una tapa diseñada para este propósito o estirar un trapo o camiseta sobre la abertura y asegurarlo en su lugar con una banda de goma grande. Coloca el cántaro sellado en un área cálida a una temperatura de unos 21 °C (70 °F) durante la noche.
- Colocar el cántaro en un lugar frío no facilitará el crecimiento de la levadura. Almacenarlo en un lugar con demasiado calor la matará. Así que encuentra un lugar intermedio en la cocina.
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2Revuelve el mosto un par de veces al día. El día siguiente a la preparación de la mezcla, retira la cubierta y revuelve completamente para luego volver a cubrirla. Hazlo cada 4 horas durante el primer día, luego sigue haciéndolo unas cuantas veces al día durante los próximo 3. La mezcla debe comenzar a burbujear a medida que la levadura comienza a actuar. Este es el proceso de fermentación que da lugar a un vino delicioso.[3]
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3Cuela y extrae el líquido. Cuando dejen de aparecer las burbujas, alrededor de tres días después de preparar la mezcla, cuela los residuos sólidos y extrae el líquido en el garrafón para almacenarlo por un largo plazo. Una vez que lo hayas extraído en el garrafón, fija la esclusa de aire a la abertura para permitir la liberación de gas y evitar que el oxígeno ingrese y arruine el vino.
- Si no tienes una esclusa de aire, puedes colocar un globo pequeño sobre la abertura con aproximadamente 5 agujeros del tamaño de un alfiler en el interior. Asegúralo con cinta adhesiva. Esto permitirá que el gas escape y no el oxígeno.
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4Deja que el vino añeje durante al menos un mes. Es mejor si permites que añeje hasta por un periodo de nueve meses, tiempo durante el cual el vino se añejará y endulzará, produciendo un sabor mucho mejor. Si usaste un poco más de miel en la preparación del vino, es mejor añejarlo un poco más o sabrá demasiado dulce cuando lo pruebes.
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5Embotella el vino. Para evitar que el vino se infecte con una bacteria que pueda hacer que se convierta en vinagre, añade una tableta de metabisulfito de sodio a la mezcla tan pronto como retires la esclusa. Extrae el vino en las botellas limpias llenándolas hasta casi el tope y colócales el corcho inmediatamente. Deja que siga añejándose en las botellas o disfrútalo inmediatamente.[4]
- Utiliza botellas oscuras para preservar el color de los vinos tintos.
Parte 3
Parte 3 de 3:Elaborar vino como los profesionales
Parte 3
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1Aprende los trucos para hacer vino con éxito. El ser humano ha hecho vino durante miles de años y ha aprendido algunos trucos en el camino. Ten en cuenta lo siguiente mientras elaboras tu propio vino por primera vez:
- Utiliza un equipo muy limpio para evitar que las bacterias arruinen el vino.
- Mantén sellado el primer recipiente de fermentación, pero permite que entre el aire.
- Mantén el segundo recipiente de fermentación completamente sellado.
- Mantén todas la botellas llenas para minimizar la presencia de oxígeno.
- Guarda el vino tinto en botellas oscuras para que no pierda su apariencia.
- Elabora vinos muy secos en lugar de muy dulces; puedes agregar azúcar después.
- Prueba el vino en intervalos para asegurarte de que el proceso marche bien.
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2Ten en cuenta las cosas que debes evitar durante la elaboración de vino casero. Evitar estos errores comunes puede ayudarte a garantizar el éxito de tu preparación. No hagas lo siguiente:
- Vender el vino que prepares, ya que es ilegal.
- Dejar que el vinagre entre en contacto con el vino.
- Usar vasijas de metal.
- Usar herramientas o recipientes hechos de madera resinosa, ya que pueden arruinar el sabor del vino.
- Tratar de acelerar la fermentación al aumentar la temperatura.
- Filtrar el vino sin ninguna razón o demasiado pronto.
- Almacenar el vino en frascos o botellas sin esterilizar.
- Embotellar el vino antes de que el proceso de fermentación haya terminado.
Consejos
- Mantén limpios y esterilizados todos los utensilios de cocina. Las bacterias convierten el vino en vinagre. Sin embargo, si el vino se convierte efectivamente en vinagre, no lo deseches. Sirve para hacer una excelente marinada para la carne y las aves de corral. Por ejemplo, úsalo para marinar el pollo con hierbas frescas y especias.
- Extraer los líquidos beneficiosos de los sólidos es una necesidad. A esto se le conoce como trasiego y debe hacerse al menos unas dos o tres veces antes del embotellado.
- Dale al vino un toque de sabor a madera añejada. Durante la segunda fermentación, agrega un trozo de 10 cm (4 pulgadas) de espiga de roble en el recipiente de vidrio, aunque una de 1 cm (1/2 pulgada) es mejor (para mantener el vino a un nivel más alto en el cuello del fermentador, agrega trozos de mármol esterilizados a fin de que ocupen espacio adicional). Deja que la madera haga su magia en la botella de vidrio. Extrae el vino limpio y acabado, y colócalo en botellas esterilizadas sellándolas con un corcho
- Almacena las botellas con corcho en posición horizontal con el cuello elevado lo suficiente para permitir que el vino descanse sobre el corcho.
- Si la fruta fresca es demasiado ácida y la fermentación parece muy lenta, es posible que tengas un mosto demasiado ácido. Agrega un pedazo de tiza (sí, la que usas para escribir en una pizarra) al mosto. Verás que hace milagros.
- Guarda la fruta después de filtrar el vino. De esta manera, podrás mejorar la siguiente tanda y necesitarás menos ingredientes. Este proceso te permitirá obtener un vino más fuerte cada vez.