Al cortar un jamón cocido, se suele emplear el icónico patrón entrecruzado que permite que el glaseado lo penetre. Esta técnica sirve para exponer una capa jugosa de grasa, que ayuda a que el aderezo atraviese la corteza. Vas a necesitar un cuchillo de chef limpio y afilado y una superficie resistente para cortar el jamón.[1]

Parte 1
Parte 1 de 2:
Cortar el jamón

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    Prepárate para realizar los cortes. Primero, coloca el jamón crudo sobre una tabla de cortar. Asegúrate de que se asiente de manera recta y segura sobre la tabla para evitar que se mueva mientras cortas. Consigue un cuchillo de chef limpio y afilado.
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    Corta el jamón. Utiliza el cuchillo para realizar cortes diagonales poco profundos a lo largo del jamón. Cada corte debe tener aproximadamente 8 mm (1/3 de pulgada) de profundidad. Los cortes deben extenderse de arriba abajo en cada lado del jamón. Deja aproximadamente 2 cm (1 pulgada) de espacio entre los cortes.
    • Puedes cortar el jamón mientras esté crudo, justo antes de cocinarlo, o puedes cortarlo después de hornearlo, justo antes de agregar el glaseado.[2] No existe una forma definitiva correcta o incorrecta para realizar este procedimiento.
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    Completa el corte de diamante. Ahora, debes cortar el jamón en la dirección opuesta. Debes realizar cortes de la misma profundidad y separación, pero perpendiculares al conjunto original de cortes. Forma una celosía a lo largo de la superficie del jamón.[3]

Parte 2
Parte 2 de 2:
Glasear el jamón

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    Aderézalo con clavo de olor. Es común meter clavos de olor pequeños en el jamón para darle más sabor y estética. Coloca un clavo en el centro de cada diamante de la celosía. Por lo general, es más fácil insertarlos en los puntos donde los cortes se entrecruzan.[4]
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    Prepara el glaseado. Para preparar una receta de glaseado simple, debes calentar ¼ de taza de jarabe de maíz oscuro, 2/3 taza de mantequilla y 2 tazas de miel en la cacerola superior de un baño María.[5] Debes mantener el glaseado caliente mientras se hornea el jamón.
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    Unta el glaseado sobre el jamón en intervalos mientras se hornea. Hornea el jamón a 160 °C (325 °F) durante 1 hora y 25 minutos. Cada 10 o 15 minutos, retíralo del horno y unta generosamente el glaseado sobre su superficie. Luego, en los últimos 5 minutos de cocción, enciende el asador para caramelizar el glaseado.[6]
    • Espera a que el jamón alcance una temperatura interna de 70 °C (160 °F) antes de agregar el glaseado. Asegúrate de que esté completamente cocido.[7]
    • Otra alternativa es esperar para agregar el glaseado hasta los últimos 20 o 30 minutos de cocción. Luego, debes hornearlo a una temperatura constante hasta que el glaseado comience a caramelizarse y se vuelva marrón.[8]
    • Sé generoso con el glaseado. Asegúrate de que se derrame por todos los surcos cortados para que la grasa interior del jamón absorba el sabor.
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    Deja que el jamón se enfríe antes de servirlo. Sácalo del horno y deja que se asiente a temperatura ambiente durante varios minutos. Para servir el jamón glaseado, debes partirlo a lo largo de los cortes.

Consejos

  • Para decorar el jamón y darle un toque adicional, puedes colocar un clavo de olor en cada uno de los diamantes que creaste al cortarlo.

Cosas que necesitarás

  • un cuchillo afilado
  • una tabla de cortar grande

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