Si utilizas tampones, probablemente habrá momentos en que el tampón no entre en la vagina de la manera correcta. Esto puede provocar dolor. Tener problemas para introducir cómodamente el tampón en tu vagina es un incidente común. Aprende a insertar un tampón sin causar dolor para que puedas continuar usándolo.

Método 1
Método 1 de 3:
Elegir el tampón correcto

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    Familiarízate con tu vagina. Una manera de asegurarte de insertar tu tampón correctamente es saber de qué manera el tampón entra en tu vagina. Es posible que puedas sentir tu vagina e insertar el tampón, pero tal vez no entiendas completamente la mecánica. Cuando empieces a usar tampones, o si nunca has visto cómo funcionan, tómate el tiempo para ver tu área genital para tener una mejor idea de lo que sucede o cuándo usar un tampón.[1]
    • Párate frente a un espejo y mira tu vagina para que tengas una buena idea de la anatomía, dónde va el tampón y cómo se inserta antes de empezar.
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    Usa el aplicador que sea mejor para ti. Los tampones vienen con diferentes tipos de aplicadores. Puedes tener tampones con aplicadores de plástico, aplicadores de cartón o sin ningún aplicador en lo absoluto. Debes tratar de descubrir cuál es el mejor para ti. Para la mayoría de las mujeres, un aplicador de plástico es mucho más fácil de insertar que los demás.[2]
    • Un aplicador de plástico tiene una superficie más lisa que puede hacer que sea más fácil deslizarlo adentro de la vagina. Un aplicador de carbón o un tampón sin aplicador puede no deslizarse tan fácilmente y quedar atascado antes de que esté completamente insertado.
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    Elige el tamaño correcto del tampón. Debido a que el periodo menstrual de una mujer varía en gran medida, los tampones vienen en diferentes tamaños y niveles de absorbencia. Cuando escojas un tampón, es posible que quieras elegir uno más pequeño, sobre todo si estás experimentando dolor o tienes problemas para insertarlo correctamente. Prueba usar tampones de tamaño regular o tampones ligeros.[3]
    • Cada caja explica la diferencia entre los diferentes tamaños de tampones. Los tampones ligeros son los más pequeños y los más delgados. No absorben mucha sangre, así que si tienes un periodo menstrual abundante, es posible que tengas que cambiar tu tampón con frecuencia. Un tampón regular también puede ser una buena opción porque es más delgado pero contiene más sangre menstrual.
    • Los tampones súper y extra grandes pueden ser muy grandes como para ser cómodos. Son más grandes porque están diseñados para contener periodos menstruales más abundantes.
    • Asegúrate de que los niveles de absorbencia correspondan a tu periodo menstrual. No utilices un tampón grande hecho para un periodo abundante si no lo necesitas.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Insertar tu tampón correctamente

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    Lávate las manos y reúne todos los suministros. Lávate las manos detenidamente con agua y con jabón antes de insertar el tampón. Sécatelas y asegúrate de que no estén húmedas. Desenvuelve el tampón y tenlo cerca de ti para que puedas alcanzarlo fácilmente. Luego, relájate.[5]
    • Para relajarte, puedes hacer algunos ejercicios de Kegel primero para acordarte de relajar los músculos. Contrae y luego suelta tus músculos vaginales 3 o 4 veces.
    • Si el tampón tiene un aplicador de papel, puedes tratar de lubricarlo con vaselina, otro lubricante a base de agua o un aceite mineral antes de insertarlo.[6]
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    Pon tu cuerpo en posición. Ponerte en la posición correcta puede ayudarte a aliviar el proceso de insertar tu tampón. Una manera en que puedes posicionar tu cuerpo es pararte con tus piernas y rodillas separadas. Otra manera que puede ayudarte es pararte con un pie sobre la tasa del baño, el borde de la bañera o una silla.[7]
    • Si no te sientes cómoda en ninguna de estas posiciones, puedes tratar de recostarte boca arriba con tus rodillas dobladas y tus pies separados a la altura de tus hombros.
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    Coloca el tampón justo afuera de la vagina. Agarra el tampón con tu mano dominante. Sostén el tampón en el centro, donde el tubo más pequeño se inserta en el tubo más grande. Utiliza tu otra mano para ayudar a separar los labios, los cuales son las solapas de tejido a cada lado de la vagina. Asegúrate de relajarte.[8]
    • La cuerda debe apuntar lejos de tu cuerpo porque permanecerá fuera de tu cuerpo y se utilizará para quitar el tampón más adelante.
    • Recuerda, puedes usar un espejo para guiarte, sobre todo las primeras veces.
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    Inserta el tampón. Coloca la parte superior del aplicador del tampón en la abertura vaginal y empuja suavemente el tampón hasta el punto donde esté tocando tu vagina. El tampón debe estar en un ángulo dirigido a la parte baja de tu espalda. Utiliza el dedo índice de tu mano para empujar suavemente el tubo más pequeño. Empuja suavemente hasta que sientas un poco de resistencia o el tubo interior esté completamente en el tubo interior.[9]
    • Utiliza el dedo pulgar y el dedo medio para retirar ambos tubos sin tocar la cuerda.
    • Evita tocar la cuerda mientras insertes el tampón porque esta debe estar en movimiento junto con el tampón hacia el canal vaginal.
    • Deshecha el aplicador y lávate las manos cuando hayas terminado.
    • No debes sentir el tampón una vez que lo hayas insertado. Si lo sientes, retíralo al jalar de la cuerda e inserta otro tampón.
    • También puedes intentar empujar el tampón un poco más adentro de tu vagina para ver si puedes colocarlo en una posición en donde no te sientas incómoda. Si no funciona, tira de él y comienza de nuevo.

Método 3
Método 3 de 3:
Determinar si hay una condición médica subyacente

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    Determina si todavía tienes himen. Si no has tenido relaciones sexuales vaginales, es posible que tu himen esté intacto. Un himen es perfectamente normal y por lo general es una parte tejido en forma de media luna que rodea la parte de la abertura de la vagina. Si el himen está intacto, puede interferir con la inserción de un tampón y causar dolor.[10]
    • Algunas veces, el himen cubre casi o por completo la abertura vaginal. Otras veces, hay una hebra o banda de tejido que atraviesa la abertura vaginal. Si esta hebra está presente, es posible que interfiera con la inserción de un tampón, causando dolor. Ve a un médico para que te revise y pueda retirarlo.
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    Decide si te tensas cuando tratas de insertar el tampón. Otro problema común que tienes las mujeres al insertar un tampón es que se ponen nerviosas y se tensan. Esto es especialmente común si la mujer ha tenido una experiencia mala. La pared vaginal está revestida de músculos, y al igual que cualquier otro músculo, puede ponerse tenso. Esto puede hacer que la inserción de un tampón sea bastante incómoda y algunas veces dolorosa.
    • Hacer ejercicios de Kegel ha ayudado a muchas mujeres con los músculos vaginales tensos. Los ejercicios de Kegel son una serie de ejercicios en los que se contrae y relaja los músculos vaginales. Los haces exactamente como si fueras a detener el flujo de orina y luego dejar que fluya de nuevo. Puedes hacer estos ejercicios en cualquier momento y lugar.[11] Prueba con 3 series de 10 contracciones y relajamiento cada día.
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    Reemplaza el tampón con frecuencia para evitar el síndrome del choque tóxico (TSS, por sus siglas en inglés). Debes reemplazar tu tampón según sea necesario. Cuando estés despierta, es posible que sea cada 4 a 6 horas, o con mayor frecuencia dependiendo de lo abundante que sea tu periodo menstrual.[12] Sin embargo, no dejes un tampón más de una noche. Los tampones que no se retiran por un periodo largo de tiempo aumentan el riesgo de síndrome de choque tóxico. El TSS es una infección rara que puede asociarse con el uso del tampón. Los síntomas del TSS incluyen:[13]
    • síntomas similares a los de la gripe, como dolores musculares y articulares o dolor de cabeza.
    • fiebre alta repentina
    • mareos, desmayos o aturdimiento;
    • vómito;
    • erupción cutánea;
    • diarrea.
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    Ve a tu médico. Si los métodos para reducir el dolor al insertar un tampón no dan resultado, puedes programar una cita con tu médico o ginecólogo para ver si hay un problema. Por ejemplo, el himen se puede perforar y extraer fácilmente para permitir el flujo libre de sangre menstrual, permitir el uso de un tampón y hacer que las relaciones sexuales sean mucho más cómodas. Se considera como una cirugía menor y por lo general se puede hacer en la oficina el médico.
    • Si los músculos vaginales tensos son el problema, el objetivo es aprender a controlar la tensión de los músculos vaginales. Si necesitas más ayuda con esto, habla con tu médico para que te recomiende un plan de tratamiento.
    • Si tu médico tiene que retirar el himen, ten en cuenta que esto no te quitará la virginidad. La virginidad es una cuestión de experiencia, no una cuestión de tener el himen intacto.
    • Si experimentas cualquier síntoma del TSS, retira el tampón de inmediato y ve al consultorio de tu médico o a una sala de emergencias. El TSS puede avanzar rápidamente, y es una infección grave que necesita atención médica inmediata.

Consejos

  • Solo inserta un tampón cuando estés en tu periodo menstrual. Si tratas de insertar un tampón cuando no estás sangrado, es posible que estés demasiado seca como para insertar cómodamente el tampón.
  • Muchas mujeres tiene problemas con los tampones después de tener un bebé, pero estos deben ser solo temporales. Si continúas teniendo problemas, habla con tu médico.

Acerca de este wikiHow

Carrie Noriega, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Carrie Noriega, MD. La Dra. Noriega es una obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial, y escritora médica en Colorado. Se especializa en salud de la mujer, reumatología, neumología, enfermedades infecciosas y gastroenterología. Recibió su doctorado en la Creighton School of Medicine en Omaha, Nebraska, y completó su residencia en la Universidad de Missouri - Kansas City en 2005. Este artículo ha sido visto 10 427 veces.
Categorías: Menstruación