Tu cuñado flojo y vil o el abusivo que nunca dejó de molestarte. Alguien te ha hecho daño y quieres ponerlo en su lugar usando ciertas palabras. Sin embargo, insultar a las personas con eficacia no solo involucra elegir cómo llamarlos, sino también escoger las palabras adecuadas para resaltar sus ofensas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elegir el estilo adecuado para insultar

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    Elige ser general o específico. Tu insulto no puede ser tan general como usar un polo con un mensaje ofensivo que no está dirigido a una persona en específico; o estar dirigido a una persona en particular debido a un determinado mal comportamiento. Los insultos generales son estupendos para los días en los que estás molesto con el mundo o quieres parecer un malhumorado cascarrabias, mientras que los insultos específicos son los mejores cuando quieres criticar a alguien por hacer algo malo.
    • Si eres específico, puedes concentrarte en el comportamiento de la persona en lugar de hacerlo en la persona en su totalidad cuando su acción es lo que te impulsa a lanzar un insulto.
    • Por otro lado, ser general puede ser útil cuando ya estás cansado de una persona debido a su mal comportamiento y ya no quieres tener nada que ver con ella. A continuación, un insulto al estilo del viejo mundo para andar por la tierra por siempre y no saber que un momento de paz puede ser mejor que algunas frases del repertorio de Don Rickles.
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    Decide si quieres ser directo o indirecto. Puedes lanzar un insulto sin ambigüedades directamente al receptor de tu ira, elogiarlo o elogiarla sin mucho entusiasmo o hacer que alguien más lance el insulto por ti.
    • Si insultas a la persona directamente, deberás enfrentarte a terceros; es decir, a aquella a quien estás insultando y a otras personas que la apoyan que estarán pendientes. Asimismo, debes estar preparado para cualquier posible represalia, ya sea en forma de insultos, amenazas, actos de violencia o actos delictivos en contra de tu propiedad.
    • Elogiar sin mucho entusiasmo significa usar palabras que suenen inofensivas o incluso elogiosas, pero que en realidad pretenden insultar a alguien. Algunos ejemplos podrían ser llamar a alguien “aliáceo” o “cepacio”, que compara a la persona con la cabeza de un ajo o una cebolla; o llamar “verborrágico” a alguien que habla incoherencias. Lo mejor es decir esto de forma amable y hacia receptores cuyo vocabulario no sea tan amplio como el tuyo.[1]
    • Dejar que alguien más insulte a la persona puede significar hacer comentarios realmente despectivos hacia el receptor por parte de una tercera parte, adornar los comentarios de la tercera parte para hacerlos ofensivos o atribuir tu insulto a una tercera parte al lanzarlo al receptor. Todas estas opciones requieren que la tercera parte sea alguien cuya opinión sea importante para el receptor sin que este verifique que la tercera parte verdaderamente dijo lo que tú afirmaste sobre la tercera persona.[2]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Decidir qué insultar

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    Considera la cultura de la que proviene el receptor. A medida de que el mundo se convierte cada vez más en un mercado global, es más probable que te encuentres con más personas de diferentes etnias y culturas que antes. Cada cultura ha desarrollado sus propios insultos de acuerdo a lo que consideran las cosas más ofensivas, que pueden ser o no las mismas que en tu cultura.
    • Las referencias de animales son populares, como en el idioma alemán “Schweinhund” (cerdo perro) o “Esel” (“burro”).
    • Las referencias escatológicas (humor escatológico) también son comunes, como por ejemplo, llamar a alguien “artista de orina” en Irlanda significa que esa persona se orina encima cuando está borracha. En otros países se usa el número dos, como en Taiwán “Gou pi” (“pedo de perro”) o en Bosnia “Sanjam da prdnem na tebe” (sueño con echarme un pedo en ti”).
    • Algunas culturas utilizan referencias sexuales, como en el idioma chino “Ham sep lo” (“hombre salado y mojado”) se refiere a una persona obsesivamente sexual.
    • Parece que desearle el mal a alguien siempre está de moda, como en el holandés “Krijg de kanker” (“ojalá que te dé cáncer”), que suena mucho mejor que el clásico “acurrucarse y morir”. Existe también el bosnio “A bod da ti kuca bila” (que significa “que transmitan tu casa en directo por CNN”), que es el equivalente a desear que los paparazzi acosen a tu celebridad favorita por el resto de su vida porque no te dio un autógrafo.
    • Algunos insultos culturales están en el límite de lo realmente gracioso, como el japonés “Tofu no kado ni atama wo butsuke shinkimae” (“golpea tu cabeza en la esquina del tofu y muere”). Tal vez puedas lanzar este insulto a tu celebridad favorita por no darte un autógrafo, si la persona es vegetariana y tiene la reputación de tener mala suerte o ser torpe.[3]
    • Pocas culturas destacan por su intolerancia a las deficiencias de los demás. Particularmente el ídish tiene palabras para nombrar a las personas que presumen (“barimer”), comen en exceso (“fresser”), son corrientes (“karger”), son torpes (“”klutz”), son perdedoras (“schlemiel”) o siempre tienen mala suerte (“schlemazel”). Tal vez solo quieran“kvetch”(quejarse).[4]
    • A veces puedes usar a tu favor las reglas de un protocolo cultural para mejorar tu insulto. Al igual que el español, la lengua alemana tiene dos palabras para referirse a la segunda persona del singular: el formal “Sie” (usted) y el casual “du” (tú). Se considera de mal gusto dirigirse a alguien usando “tú” antes de conocer bien a esa persona. Decirle a un extraño “du Esel” es añadir un insulto al insulto.[5]
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    Ofende aquello a lo que el receptor es más sensible. No siempre es necesario ofender directamente al receptor con apodos para insultarlo. En lugar de eso, puedes ofender a alguien a quien el receptor admire o le importe, menospreciar algún logro del que se sienta orgulloso o una habilidad que quiera dominar, burlarse de un gesto en particular o resaltar algo que realmente te moleste de aquella persona.
    • Por lo general, las personas importantes para el receptor son los miembros de su familia inmediata. Un insulto de este tipo es la broma de “tu mamá” donde el insulto describe qué tan gorda, floja, fea, vieja, pobre o tonta se supone que es la mamá del receptor: “tu mamá es tan vieja que su pareja de promoción fue un neandertal”. Estas bromas se hicieron populares en los años 90; y a mediados del año 2000, MTV hizo un programa que se basaba en dicha broma.[6]
    • Las habilidades que frecuentemente son objetos de insultos son manejar o cocinar, por ejemplo: “me tratas como un dios. Todo lo que haces es una ofrenda quemada o un sacrificio”. Del mismo modo, los insultos más efectivos que se enfocan en los gestos del receptor son para aquellos gestos de los cuales el receptor está más consciente o aquellos gestos que el receptor sabe que más te molestan y que, por lo general, se imitan exageradamente.
    • Ofender los logros del receptor puede ser particularmente mordaz, si el receptor ha invertido mucho tiempo y esfuerzo para conseguirlos. Imagínate cómo se sintió el escritor S.J. Perelman cuando, después de la publicación de su primer libro “Dawn Ginsbergh’s Revenge”, Grocho Marx le dijo: “desde el momento en el que tomé tu libro hasta que lo dejé, no pude parar de reír. Espero leerlo algún día”.[7]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Opciones para elegir tus palabras punzantes

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    Empieza con una disculpa para amortiguar el golpe. Si crees que es probable que el receptor malinterprete tus palabras, deberás suavizarlas y usar algo que suene como una disculpa, como por ejemplo “con todo respeto” o “no lo digo para molestarte”.[8]
    • El riesgo de este enfoque es que probablemente tu disculpa no se considere sincera cuando el receptor escuche la parte ofensiva, y que digas que no quieres molestarlo hará que se enoje.
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    Utiliza una apertura inofensiva, luego pon el dedo en la llaga. Con este tipo de insulto comienza por decir algo que suene neutral o positivo y luego conviértelo en algo que humille al receptor. Por lo general, los comediantes utilizan este estilo en sus rutinas en los clubes nocturnos.
    • Groucho Marx era un maestro en este tipo de insultos, pues usaba frases como “nunca olvido una cara, pero en tu caso me gustaría hacer una excepción” y “he tenido una maravillosa noche, pero esta no fue una de ellas”.[9]
    • Si decides usar este tipo de insulto, haz una pausa después de la introducción antes de que lances el insulto; a menos que tu insulto sea corto, como en “venero el terreno que te espera”.[10]
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    Lanza tu insulto y termina. A veces, estás muy enojado o muy cansado como para hacer una introducción a tu insulto usando una pseudo-disculpa o una apertura inofensiva. En ese caso, simplemente lanza tu insulto.
    • Habitualmente se lanza de esta forma los insultos ad hominem o insultos en contra del receptor como persona. Normalmente destacan los apodos (“estúpido”), pero también se presenta blasfemia o instrucciones cortantes como a dónde puede ir el receptor.
    • También se puede insultar de esta forma a los actos de incompetencia, como “tu comida es de lo peor”.
    • Este estilo funciona particularmente bien con palabras inventadas como por ejemplo el famoso “hockey puck” del comediante Don Rickles. (Los insultos de Rickles se lanzan en un exagerado estilo “en tu cara” el que lo ha hecho ganarse el apodo de “comerciante de veneno”).
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Consejos

  • Si eres el receptor del insulto de alguien más, una forma efectiva de combatirlo no es solamente devolvérselo, sino basar tu respuesta en su insulto. Un ejemplo famoso de esto es el intercambio entre Winston Churchill y Lady Nancy Astor en una fiesta en el palacio de Blenheim en los años 30 cuando Lady Astor le dijo enojada a Churchill “Winston, si usted fuese mi esposo, envenenaría su té”. Churchill refutó “señora, si fuera su esposo, lo bebería”.[11] [12]
  • Si no tienes la chispa necesaria para responder el insulto de alguien más con uno propio, una forma equivalente o más efectiva de responder un insulto es con un silencio prolongado. Esto puede silenciar a la persona que insulta de forma efectiva así como a todos los demás, si están en un espacio reducido.[13] Si quieres, puedes poner tu mano en tu mejilla y mirar con recelo o directamente a la persona que te ha insultado, al estilo del comediante Jack Benny.
  • Un ejemplo de dónde encontrar buenos insultos es en un brindis cómico, donde se trata a una persona famosa con elogios y condenaciones moderadas de sus logros y su carácter. En la mayoría de los casos, los insultos se basan en el personaje público del homenajeado, quien por lo general tiene al final unos minutos para responder.
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Advertencias

  • Evita ser malo solo por ser malo con tus insultos. Resérvalos para cuando tengas una verdadera discusión con la persona a la que quieras insultar.
  • Asimismo, mientras menos recurras a palabras ofensivas o términos escatológicos en contra de alguien, más efectivos serán cuando realmente los uses; y en primer lugar, sí puedes insultar eficazmente a alguien sin recurrir a dichas palabras.
  • Sobre todo, evita la tentación de usar la agresión física. Recuerda las palabras de Salvor Hardin, personaje de Isaac Asimov en la novela “Fundación”: “la violencia es el último recurso del incompetente”.[14]
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