En la televisión, las películas y los libros, los pabellones psiquiátricos (más a menudo denominados hospitales mentales) se representan como lugares con habitaciones acolchadas, pacientes que alucinan y arañan las paredes, y tiene un tono general oscuro. Por ello, puede resultar aterrador tener que ingresar en un hospital psiquiátrico, especialmente cuando se es adolescente. Sin embargo, este tipo de hospitales no son ni mucho menos tan malos como los muestran los medios de comunicación, y hay formas de sobrellevar el hecho de estar en un pabellón psiquiátrico para adolescentes.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Saber qué hacer antes de ingresar

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    Comprende qué son los pabellones psiquiátricos. Los hospitales psiquiátricos no están llenos de gente que se golpea contra las paredes gritando a las voces de sus cabezas. Todas las personas están allí por muchas razones diferentes. Algunas van por pensamientos suicidas o intentos de suicidio, otras van por cosas como trastornos alimenticios, otras van porque sus trastornos mentales les causan problemas en su vida, y otras simplemente van por cambios en su medicación. Muchas de ellas son buenas personas.
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    Conoce el tipo de centro que es. Algunos hospitales psiquiátricos se dedican exclusivamente a una cosa: los trastornos alimentarios, por ejemplo. Otros tipos, a veces denominados residenciales, están pensados para estancias de un mes o más. Independientemente del tipo de centro, la unidad de adolescentes y la de adultos no deben mezclarse.
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    Piensa por qué necesitas ir. Los hospitales psiquiátricos normalmente solo aceptan pacientes que corren el riesgo de causarse daño a sí mismos o a otros, así que averigua la razón por la que vas a ir. Independientemente del motivo, no te avergüences. La enfermedad mental no es tu culpa, e ir al hospital no significa que seas débil, sino que eres lo suficientemente fuerte como para buscar ayuda.
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    Investiga el centro al que irás, en caso de ser posible. Si sabes el nombre del centro en el que te quedarás, investiga sobre él antes de ir. Incluso si no puedes cambiar a cuál vas, saber la calidad general del centro puede ser una motivación para salir más rápido.
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    Comprende que no estás "loco" ni eres "débil". Debido al estigma de las enfermedades mentales, los pabellones psiquiátricos tienen la reputación de estar llenos de "locos", y hay un estigma común asociado a ir a uno. Sin embargo, debes saber que no estás "loco" ni eres "débil" por tener que ir a uno. Tener una enfermedad mental "no es tu culpa". Al ir al hospital, estás aceptando que tu enfermedad mental (ya sea depresión, esquizofrenia o cualquier otra) es demasiado para que puedas manejarla con seguridad y estás pidiendo ayuda.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Ir al hospital

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    Prepárate para ser registrado. En un pabellón psiquiátrico, te evaluarán para ver si corres el riesgo de hacerte daño a tí mismo o a los demás, y se te mantendrá en el pabellón si cumples ese criterio. Es posible que te pidan que te quites la ropa y, dependiendo del pabellón, te permitirán conservar la tuya o te darán ropa del pabellón.
    • Las cosas que serán confiscadas, independientemente del lugar, incluyen lo siguiente:
      • Cualquier cosa afilada (ya sean navajas o lápices).
      • Todo lo que tenga cables, como sujetadores con aros o cables.
      • Cosas con cordones, lazos o cualquier cosa con forma de cuerda. Esto incluye cordones de zapatos o bufandas.
      • Alcohol o drogas, incluidos los cigarrillos. Los medicamentos necesarios se guardarán en la recepción.
      • Objetos personales, como carteras o teléfonos móviles.
      • Pendientes y cualquier otra joya que se considere un riesgo.
    • Las cosas que pueden ser confiscadas dependiendo de tu ubicación incluyen lo siguiente:
      • Ropa.
      • Joyas como brazaletes.
      • Animales de peluche.
      • Otras cosas que se consideren de riesgo. ¡No tengas miedo de preguntar por qué!
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    Conoce el proceso de admisión. En un pabellón psiquiátrico, te harán preguntas sobre ti, especialmente si es tu primera estancia. Las preguntas suelen limitarse a tu salud física y a si te han diagnosticado algún problema de salud mental. Sé honesto cuando respondas a estas preguntas, ya que mentir puede causar muchos problemas más adelante.
    • Es probable que tengan que tomarte una muestra de sangre en algún momento, posiblemente de inmediato si no lo han hecho en la sala de emergencias. Si tienes miedo a las agujas, dilo. Ellos pueden apoyarte y darte medicación contra la ansiedad si es necesario. Es posible que los enfermeros te despierten durante la noche para intentar obtener muestras de sangre. También te pedirán una muestra de orina.
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    Explora el hospital. Dependiendo del momento en que llegues al hospital, es posible que te permitan conocer el lugar donde vivirás o que tengas que ir directamente a la cama. Asegúrate de conocer el número de tu habitación y dónde se reúnen los pacientes durante el día, y conoce las normas relativas a las habitaciones de la sala.
    • Dependiendo del pabellón, es posible que tengas que permanecer en la sala común todo el día y que no te permitan entrar en tu habitación hasta la hora de acostarte. En otros pabellones, te permitirán permanecer en tu habitación, pero los enfermeros te controlarán periódicamente. No discutas estas reglas a menos que tengas una razón legítima. Los enfermeros no te dejarán quedarte en tu habitación todo el día si no tienes ganas de levantarte.
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    Conoce los alrededores de la habitación. Dependiendo del hospital, puedes tener o no compañeros de habitación. El número y la edad de los compañeros variará, pero intenta hablar un poco con ellos. Incluso si no se te permite hablar de por qué estás allí, tener a alguien con quien charlar sobre el hospital puede ser un gran alivio.
    • Los compañeros de habitación serán de tu mismo sexo. Las personas transgénero o no binarias probablemente tendrán habitaciones solas o con personas del mismo sexo asignado.
    • Normalmente, las personas que no están en tu habitación no pueden entrar en ella, sobre todo si son de un sexo diferente. La violación de esta norma puede acarrear las consecuencias que decidan los enfermeros encargados del pabellón.
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    Conoce el cronograma diario. Por lo general, los pabellones psiquiátricos tienen un horario establecido para la semana, que incluye los horarios de las comidas, las sesiones de grupo, la escuela, las horas de visita y las horas de teléfono. Los horarios de medicación y de acostarse varían entre los centros, pero la hora de acostarse en las unidades de adolescentes suele ser entre las 8 y las 9 de la noche.
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    Ten en cuenta lo que se considera mal comportamiento. Los pabellones psiquiátricos tienen ciertas reglas que deben cumplirse, y los pacientes que no las cumplen pueden ser puestos en línea de visión (lo que significa que un enfermero debe vigilarlos en todo momento) o tomar un medicamento para noquearlos. Si crees que te han etiquetado erróneamente como que te estás portando mal, explícalo con toda la calma y paciencia que puedas, y ten en cuenta que si los enfermeros han tomado la decisión, es probable que lo hayan hecho por una razón, aunque no parezca justo.
    • Si un paciente es extremadamente agresivo o intenta huir del hospital, se le administrará una droga a través de una inyección en el glúteo. Se trata de un sedante. Si llegas al punto de necesitar ser noqueado, toma la medicación voluntariamente. Al recibir la inyección, se te sujeta a una cama, y muchos pacientes tienen dolor durante los días siguientes.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Saber qué hacer durante tu estadía

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    Conoce la rutina diaria. Normalmente, los pacientes se despiertan, se les revisan las constantes vitales (presión arterial, peso y temperatura), se les da la medicación y van a desayunar. Luego, es probable que tengan grupos o escuela. Sin embargo, el horario es diferente en cada hospital. Pregunta por el horario o búscalo en la sala común.
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    Respeta el cronograma. Si tienes un día difícil y te quedas en tu habitación sin comer ni participar en los grupos, es probable que te quedes más tiempo del que quisieras. Por otro lado, si cooperas con los grupos y haces todo lo posible por seguir los horarios, incluyendo ducharte cuando hay horarios disponibles, es probable que te den el alta más rápido.
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    Conoce los medicamentos. Si tus padres lo consienten, el psiquiatra del hospital intentará que empieces a tomar medicamentos para tu salud mental. Asegúrate de preguntar por la medicación si aún no lo has hecho, ya que los hospitales pueden asignarte una equivocada para empezar. Si ya estás tomando medicamentos, ya sean relacionados con la salud mental o física, se guardarán en el mostrador de medicamentos y te los darán cuando los necesites.
    • Si un medicamento que te han recetado te produce efectos secundarios debilitantes o te hace sentir peor, díselo a tu psiquiatra lo antes posible. El profesional puede ajustar la dosis o retirarte la medicación y probar una nueva.
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    Habla con los pacientes si está permitido. Algunos pabellones son muy estrictos y no te permiten hablar con los pacientes ni decirles por qué estás ahí. Sin embargo, algunos sí lo permiten, así que aprovecha para hablar con los pacientes. Haz amigos y conoce sus historias. Muchos pacientes han estado varias veces en los hospitales y pueden compartir su opinión sobre ciertos hospitales y los enfermeros de los mismos. Si es posible, intercambia números de teléfono cuando tú o la otra persona reciban el alta. ¡Puede que hayas hecho un buen amigo!
    • Algunos de los otros adolescentes se mantendrán en su mayoría aislados. Puedes intentar hablar con ellos, pero podrías obtener resultados diversos.
    • Casi todos los pabellones psiquiátricos tienen normas que prohíben que los pacientes se toquen entre sí, así que no podrás abrazar a otros pacientes mientras estés allí. Sin embargo, en algunos hospitales, los enfermeros pueden hacer la vista gorda si alguien se va y quieres abrazarlo para despedirte.
    • Los pabellones psiquiátricos prohíben estrictamente las relaciones románticas entre pacientes. Si te descubren abrazado, tomado de la mano o besando a otro adolescente en la sala, es probable que los enfermeros los pongan bajo vigilancia para evitar que se acerquen.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Recibir el alta

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    Conoce el proceso de alta. Normalmente, tus padres o tu tutor tendrán que darte el alta del hospital cuando se considere que puedes volver a casa. Esto puede llevar algún tiempo, así que asegúrate de aprovechar el tiempo que te queda.
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    Recupera tus pertenencias. Asegúrate de que tus padres recojan tus pertenencias en la recepción, y toma tu ropa y otros objetos de la habitación. Deja tu habitación (o tu sección de ella) limpia, y revisa todos los lugares en busca de tus cosas.
    • Se recomienda quitar toda la ropa de cama mientras haces esto. Esto reduce el trabajo de los enfermeros, y a veces es requerido por ellos.
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    Comprende las recomendaciones para después de salir del hospital. Después de salir del hospital, es posible que tengas que seguir viendo a un psiquiatra y comenzar o continuar las sesiones de terapia. Asegúrate de encontrar psiquiatras y terapeutas adecuados para ti, ya que, de lo contrario, las sesiones no serán beneficiosas.
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    Prepárate para hablar con tus padres o tutor. Después de ser hospitalizado, puede haber muchas preguntas de tus cuidadores, como "¿por qué lo hiciste?" o preguntas más ofensivas. Estas pueden ser conversaciones bastante acaloradas, así que asegúrate de que entiendan que todavía estás sensible y necesitas abstenerte de gritar.
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    Procura estar atento a las señales de alerta. Por desgracia, algunos adolescentes tienen que ir a un pabellón psiquiátrico más de una vez. Si eres uno de esos adolescentes, vigila tu comportamiento y procesos de pensamiento. Aunque no puedes controlar tu enfermedad mental, puedes hacer mucho para detener los procesos de pensamiento no saludables y, en su defecto, puedes reconocer que estás llegando a un mal lugar y alertar a tus padres, tutor o terapeuta.
    • Puede que sientas vergüenza de decirles a tus padres o a tu tutor que tienes problemas. Sin embargo, la gran mayoría de los padres o tutores quieren que su hijo adolescente esté sano y sea feliz. Si les dices que tienes pensamientos suicidas, por ejemplo, estarán más centrados en asegurarse de que estés a salvo que en juzgarte.
    • Ten en cuenta que el hecho de que estés en un mal momento no significa que tengas que volver a ir al hospital. Es posible desarrollar "planes de seguridad", en los que tú y tus padres (y a veces, tu terapeuta) acuerden hacer ciertas cosas para mantenerte en casa y a salvo. Puedes acordar dormir en la habitación de tus padres, y tus padres pueden acordar retirar todas las cosas potencialmente peligrosas de las zonas de fácil acceso para ti.
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Consejos

  • Si un paciente del pabellón te hace sentir amenazado o inseguro, habla con un enfermero inmediatamente. Explica por qué te sientes así, y probablemente hará algo al respecto.
  • Algunos hospitales tienen buenos enfermeros, otros tienen malos enfermeros y otros tienen una mezcla de ambos. No vale la pena discutir con los malos, ya que no verán tu punto de vista y puede que solo prolonguen tu estancia.
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Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, 10 personas, algunas anónimas, han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo.
Categorías: Trastornos mentales
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