La pubertad y tu primer período pueden comenzar cuando tan solo tienes 8 años, o hasta que cumples los 16 años. Si tienes el período cuando eres más joven, tendrás que aprender a lidiar con él mientras estás en la escuela primaria. Probablemente, eso signifique que tendrás que aprender la frecuencia con la que deberás ir al baño a cambiarte la toalla higiénica o el tampón, lo que debes hacer si tienes cólicos menstruales y lo que tendrás que hacer si tienes una emergencia. Sin importar por lo que estés pasando, hay dos cosas importantes que debes recordar. En primer lugar, hay cosas que puedes hacer para facilitarle la vida y, en segundo lugar, no sientas vergüenza de pedir ayuda.

Método 1
Método 1 de 4:
Tener el período

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    Usa una toalla higiénica. Las toallas higiénicas son pedazos de tela fina y acolchada que absorben el líquido que sale de tu cuerpo durante el período. ¡Las toallas higiénicas pueden absorber mucho líquido! Además, tienen dos lados: un lado adhesivo que se adhiere a la parte interna de la ropa interior, y un lado no adhesivo que absorbe el líquido. Algunas toallas higiénicas también tienen "alas" que pueden doblarse alrededor de la parte externa de tu ropa interior para evitar que se mueva cuando camines. Estas "alas" también ayudan a detener los derrames.[1]
    • Nunca arrojes las toallas higiénicas por el inodoro. Debes envolverlas en papel higiénico y arrojarlas a la basura. La mayoría de los cubículos del baño de las niñas tienen tachos especiales solamente para toallas higiénicas y tampones.
    • Debes cambiarte la toalla higiénica al menos cada 3 a 4 horas. Si tienes flujo "ligero", probablemente tengas que dejarla un poco más, pero si tu flujo es "abundante", tendrás que cambiar las toallas higiénicas con mayor frecuencia.
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    Prueba usar tampones. Puedes usarlos en lugar de las toallas higiénicas. Los tampones tienen dos partes: el tampón en sí (que luce muy similar a una bola de algodón larga y gruesa) y el aplicador. Los aplicadores pueden ser de plástico o cartón. Los tampones se colocan dentro de la vagina y capturan el líquido antes de que salga de tu cuerpo. Debido a que se usan dentro de la vagina, debes cambiarlos al menos cada 4 a 6 horas. No debes usarlos toda la noche.
    • Algunos de ellos están diseñados para arrojarlos por el inodoro, mientras que otros deben ser arrojados a la basura. Nunca debes arrojar los aplicadores por el inodoro.[2]
    • Existe un problema llamado síndrome de choque tóxico (TSS, por sus siglas en inglés) que puede suceder si dejas un tampón dentro de tu cuerpo por demasiado tiempo. Puede hacerte sentir bastante enferma. Esa es la razón por la que no debes usar un tampón durante más de 4 a 6 horas, y nunca debes hacerlo durante toda la noche.
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    Decide si quieres usar protectores diarios. Los protectores diarios son toallas higiénicas más pequeñas y delgadas. También son adhesivas en un lado y se adhieren al interior de tu ropa interior. Normalmente, se usan entre períodos para proteger la ropa interior de algo llamado "flujo vaginal". El flujo vaginal es perfectamente normal y, por lo general, es de color blanco o transparente. Cada niña experimenta una cantidad diferente de flujo cuando no tiene su período. Siempre puedes usar protectores diarios una vez al mes para determinar si te gustan.

Método 2
Método 2 de 4:
Lidiar con lo inesperado

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    Mantente informada. Hay una infinidad de buenos recursos sobre el período en Internet. Tómate el tiempo para leer parte de este material. Además, ¡presta atención a la clase de educación sexual! No te avergüences de hacerles preguntas a tus padres, médicos o maestros sobre cómo funciona el período. No existen las preguntas tontas. Cuantas más cosas aprendas, mejor. Con toda esa información, podrás comprender lo que te sucede y te darás cuenta de que es perfectamente normal.
    • Probablemente encuentres guías sobre el período para adolescentes en los sitios web de las instituciones de salud de tu país.
    • La versión en español del sitio web kidshealth.org tiene una gran sección sobre la pubertad femenina y los períodos, la cual puedes consultar haciendo clic en el siguiente enlace: https://kidshealth.org/es/teens/menstruation-esp.html?WT.ac=pairedLink.html.
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    Mantén los artículos para el período contigo. Siempre es recomendable que, por lo menos, lleves contigo algunas toallas higiénicas o tampones en todo momento. Puedes llevarlos en un bolsillo oculto de tu mochila o bolso, o incluso ponerlos en tu casillero (quizá dentro de un estuche para lápices). Probablemente también debas mantener un par adicional de ropa interior o pantalones en la escuela o en tu bolso para emergencias en caso de que tu toalla higiénica o tampón se desborde. Probablemente te parezca raro hacerlo, pero estarás muy agradecida si nunca necesitas usarlos.[3]
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    No te asustes si tu período te toma por sorpresa. Mantén la calma y piensa en lo que debes hacer. Si tu período comenzó y no tienes una toalla higiénica, o si tu toalla higiénica o tampón se desbordaron, puedes hablar con una amiga de confianza, una maestra, una consejera estudiantil o una enfermera para que conseguir algunos artículos. Las escuelas generalmente tienen un suministro de toallas higiénicas y tampones que pueden darte. También puedes llamar a tus padres para que puedas ir a casa si lo prefieres.[4]
    • Si tu período comenzó cuando no lo esperabas, o si te quedaste sin toallas higiénicas o tampones, siempre puedes usar papel higiénico. Funcionará durante un corto tiempo hasta que puedas llegar a casa.
    • Si tu toalla higiénica o tampón se desborda y deja una mancha en tus pantalones, intenta bajarte la blusa hasta cubrirte el trasero. Otra cosa que puedes hacer es atarte una camiseta o una chaqueta alrededor de la cintura.
    • No sientas vergüenza de pedir ayuda. Los adultos lo entenderán y no se burlarán de ti. ¡Probablemente incluso les haya pasado lo mismo anteriormente![5]
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    Determina si debes ir al médico. Cuando tienes el período por primera vez, no es necesario que vayas al médico. Sin embargo, pídeles a tus padres que te lleven al médico si experimentas lo que se señalará a continuación. Quizá que no sea nada malo, pero siempre es una buena idea que te examinen, solo para estar segura. Acude al doctor en los siguientes casos:[6]
    • Sientes mucho dolor de estómago o tienes cólicos muy fuertes.
    • Tu flujo vaginal entre períodos es amarillo, gris o verde y huele muy mal.
    • Tu período dura más de 7 días.
    • Tus períodos ocurren con una diferencia menor de 21 días entre ellos, o más de 45 días de diferencia. Aunque cuando eres más joven es más común que tengas patrones de ciclo menstrual irregulares.
    • Tienes sangrado entre períodos.

Método 3
Método 3 de 4:
Tratar el SPM

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    Prepárate para la posibilidad de que tengas SPM. El síndrome premenstrual (SPM) es algo que quizá experimentes antes o durante el período. El síndrome premenstrual puede incluir cólicos, dolor de espalda, tristeza, cambios de humor, granos, hinchazón, dolores de cabeza e incluso sensibilidad en los senos. No es divertido, pero desaparece. Cada niña experimenta el síndrome premenstrual de manera diferente. Algunas niñas tienen todos los síntomas todos los meses, mientras que otras casi nunca los tienen.[7]
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    Haz ejercicio con regularidad. Hacer ejercicio puede ayudar a que tus cólicos desaparezcan, o al menos que no sean tan dolorosos. El ejercicio puede incluir practicar deportes, dar un paseo en bicicleta, saltar en un trampolín, andar en patineta, hacer una caminata, cualquier cosa que te parezca divertida.[8]
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    Come de manera apropiada. Asegúrate de comer muchas frutas y verduras. Las niñas de entre 9 y 13 años deben comer al menos 6 porciones de frutas y vegetales al día.[9] Procura no comer alimentos demasiado salados o dulces, o bebidas como las bebidas gaseosas.
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    Duerme lo suficiente todas las noches. Las niñas deben dormir alrededor de 9 horas todas las noches. Además, probablemente descubras que te sientes más cansada durante el período, así que ve a la cama más temprano si es necesario.[10]
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    Toma medicamentos analgésicos. Los medicamentos “de venta libre” son pastillas que tus padres pueden comprar en una farmacia sin tener que ir al médico. Algunos medicamentos que pueden aliviar tus malestares son el ibuprofeno, el ketoprofeno, el naproxeno y la aspirina. Sin embargo, nunca debes tomarlos sin antes consultar con tus padres. Ellos te ayudarán a calcular la dosis que deberás tomar y cuándo hacerlo.[11]
    • A veces, los síntomas del síndrome premenstrual son tan fuertes que los medicamentos que compras en la farmacia simplemente no funcionan. Si has probado todo lo demás y nada funciona, pídeles a tus padres que te lleven al médico para hablar sobre medicamentos con prescripción médica.[12]
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    Pregúntales a tus padres o a un médico si debes tomar vitaminas. Algunas vitaminas y minerales pueden aliviar los síntomas del síndrome premenstrual. Entre ellos se encuentran el ácido fólico, el calcio con vitamina D, el magnesio, la vitamina B6 y la vitamina E. Todas esas vitaminas y minerales se pueden encontrar en cualquier farmacia o supermercado, pero las cantidades que debas tomar dependerán de tu edad. Antes de tomar vitaminas y minerales, conversa con tu doctor y pregúntale la cantidad que deberías tomar.[13]

Método 4
Método 4 de 4:
Acabar con los mitos sobre el período

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    Ve a nadar. No hay nada de malo con que nades mientras tienes el período. Sin embargo, debido a que las toallas higiénicas absorben líquido, absorberán agua mientras nadas y serán prácticamente inútiles. Cuando nades, es preferible que uses un tampón. Si no quieres usarlo, puedes usar una toalla higiénica o un protector diario, pero debes cambiarlo inmediatamente cuando salgas del agua.[14]
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    Haz ejercicio. El ejercicio es una excelente forma de aliviar los síntomas del síndrome premenstrual como los cólicos y los dolores musculares. Todavía puedes hacer cualquier actividad que hacías cuando no tenías el período durante él. No tienes que cambiar tu vida diaria cuando tienes el período.[15]
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    Lleva un registro de tu período. Llevar un registro de tu período te ayudará a determinar cuándo comenzará. De ese modo, sabrás cuándo tener tus artículos para el período a la mano. Puedes encontrar algunas aplicaciones para registrar el período en línea. Simplemente haz la búsqueda con la frase "calendario de período" o "calculadora de período".[16] Ten en cuenta que el cuerpo de cada persona es diferente, y no hay una forma segura de predecir exactamente cuándo tendrás el período.
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    Comprende de lo que está compuesto el período. El 100 % del flujo del período no está compuesto de sangre. Los períodos generalmente comienzan de forma ligera y el líquido luce de color rojo parduzco. Después de unos días, el "flujo" del período será más abundante y se volverá de un tono de rojo más oscuro. Después de eso, disminuirá y nuevamente se volverá más ligero hasta finalmente detenerse. Aunque el líquido puede lucir como pura sangre, no te preocupes, no lo es. El líquido es en realidad el revestimiento del útero (el lugar donde crece un bebé) que sale de tu cuerpo. Está compuesto en gran parte de tejidos y líquidos, con un poco de sangre. Es esa pequeña porción de sangre la que le da el color rojo a todo el líquido.

Consejos

  • Además de las toallas higiénicas y los tampones “normales” que se encuentran en la mayoría de las tiendas, hay varias opciones ecológicas que puedes considerar. Entre esas opciones se encuentran las toallas higiénicas hechas de tela que puedes lavar y reutilizar, así como las copas menstruales. Si estás interesada en algunas de estas alternativas, haz una búsqueda en línea e investiga las opciones que te gustaría probar.
  • Pregúntale a tu mamá o una mujer de confianza sobre buenas marcas de toallas higiénicas o tampones.
  • Siempre lleva contigo una toalla higiénica, un protector diario o un tampón en el bolsillo.

Acerca de este wikiHow

Alicia Oglesby
Coescrito por:
Consejero escolar profesional
Este artículo fue coescrito por Alicia Oglesby. Alicia Oglesby es una consejera escolar profesional y directora de consejería escolar y universitaria en Bishop McNamara High School, en las afueras de Washington DC. Con más de diez años de experiencia en consejería, Alicia se especializa en asesoría académica, habilidades socioemocionales y consejería profesional. Tiene una licenciatura en psicología de la Universidad Howard, además de una maestría en asesoría clínica y psicología aplicada de Chestnut Hill College. También estudió raza y salud mental en Virginia Tech. Alicia tiene certificaciones de asesoría escolar profesional tanto en Washington DC como en Pensilvania. Asimismo, ha creado un programa de asesoría universitaria en su totalidad y ha desarrollado cinco programas enfocados en talleres de postulaciones, talleres de información para padres, redacción de ensayos en colaboración, actividades de postulaciones revisadas por pares, y eventos de alfabetización de ayuda financiera. Este artículo ha sido visto 1065 veces.
Categorías: Menstruación