La etapa de la pubertad puede ser difícil. Tu cuerpo y mente cambiarán y crecerán en formas que quizás no comprendas bien. Si bien puede ser una etapa incómoda y embarazosa de tu vida, siempre hay formas de lidiar con esta situación. Al informarte y aprender a lidiar con tu ciclo menstrual (comúnmente conocido como período), los cambios en tu cuerpo y las sensaciones y emociones nuevas e intensas, podrás hacer que esta etapa de tu vida sea un poco más fácil.

Método 1
Método 1 de 4:
Lidiar con tu período

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    Aprende todo lo que puedas de tu período. Uno de los mayores cambios que enfrentarás durante la pubertad es el inicio de tu período. Si bien puede ser un tema abrumador e incómodo, cuanto más hables del asunto, más preparada estarás.
    • Acércate a la biblioteca para acceder a libros relacionados con el tema, habla con la enfermera de la escuela para que te brinde información o habla con tu médico para saber qué cosas ocurrirán o para abordar cualquier pregunta que tengas. Muchas veces, es parte del plan de estudios de la escuela, por lo que podrías aprender el tema tarde o temprano.
    • Además, habla con tu madre, hermana mayor o familiar acerca de sus experiencias con su primer período.[1]
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    Lleva contigo un kit menstrual de emergencia. Posiblemente te sientas mejor con la idea de tener tu primer período si estás preparada. Preocuparte por no saber dónde estarás o qué harás cuando tengas tu primera menstruación puede ser una situación que genere mucha ansiedad. Por lo tanto, contar con un kit de emergencias que lleves contigo en todo momento te ayudará a estar preparada cuando tengas el primer período o experimentes un sangrado inesperado.
    • Incluye compresas sanitarias, protectores diarios, tampones, copas menstruales, una muda de ropa interior y analgésicos.[2]
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    Escoge las versiones correctas de compresas, tampones o copas menstruales. Encontrar el método correcto para absorber el sangrado durante la menstruación requiere tiempo y experimentación. Las compresas y los tampones se comercializan con distintas variedades de absorción. La absorción que precises dependerá de la intensidad del sangrado, lo que puede variar a lo largo de los días del período. Ten en cuenta la siguiente información a la hora de escoger un método:
    • Las compresas son el método más sencillo para usar durante el primer período. Son piezas rectangulares hechas con un material absorbente que se adhiere a la parte interna de la ropa interior con una tira adhesiva. Si el sangrado es intenso, escoge una compresa gruesa y muy absorbente con alas (material que se pliega sobre los lados de la ropa interior para evitar filtraciones). Los días de sangrado más leve, puedes usar un protector diario más fino. Cambia la compresa cada cuatro o seis horas, dependiendo del flujo y de tu preferencia.
    • El uso de los tampones es un poco más complejo que las compresas. Los tampones están hechos con un material absorbente y comprimidos en una forma de tubo que se introduce en la vagina para absorber la sangre. Muchos tampones vienen con un aplicador de plástico que facilita la colocación. También vienen en distintos niveles de absorción (súper, regular o leve). Para introducir el tampón, relaja el cuerpo y sigue las instrucciones del envase. Puedes quitártelo fácilmente al halar con suavidad de la tira que cuelga por fuera de la vagina. A menudo, los tampones se pueden usar si deseas nadar durante el período. Debes cambiarlos cada tres o cuatro horas, en especial después de usar el baño.
    • Las copas menstruales son copas pequeñas de goma o silicona que se introducen en la vagina para contener la sangre antes de que escape por la vagina. Tendrás que quitar y vaciar la copa varias veces al día. Para ello, sigue las indicaciones del envase.[3]
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    Prueba distintos métodos para lidiar con el dolor. Todos los períodos son diferentes, por lo que lo que ayuda a tu amiga a aliviar los calambres menstruales quizás no funcione en tu caso. Habla con tu madre u otra mujer para pedir consejos y trucos que te ayuden a aliviar el dolor del período y prueba las distintas opciones hasta encontrar la adecuada en tu caso.
    • Algunas mujeres usan compresas de calor o botellas de agua caliente para aliviar el dolor.
    • Los analgésicos como el ibuprofeno también pueden ayudar. Si tienes mucho dolor, habla con tu médico para que te recete un analgésico que proporcione un mayor alivio.[4]

Método 2
Método 2 de 4:
Lidiar con los cambios en tu cuerpo

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    Compra un sostén cuando lo necesites. Una de las cosas con que las chicas deben lidiar durante la pubertad es el desarrollo de los pechos. Por lo general, esta etapa comienza entre los 10 y 11 años de edad. Cuando esto suceda, compra un sostén para sentirte más cómoda. Pídeles ayuda a tu madre o hermana mayor para encontrar uno que sea del tamaño correcto para ti. También puedes tomarte mediciones para encontrar el sostén perfecto para ti.[5]
    • Saber cuándo es momento de usar un sostén puede ser difícil, pero si tu respuesta a las siguientes preguntas es “sí”, es un buen indicador de que estás lista. ¿Te sientes incómoda al cambiarte en el vestidor? ¿Te sientes incómoda al usar una camisa liviana porque sientes que tus pechos quedan expuestos? ¿Muchas de tus amigas usan sostén? ¿Te desarrollas más rápido que tus amigas?[6]
    • Quizás sientas vergüenza de pedirle ayuda a tu madre para comprar un sostén. Sin embargo, recuerda que ella ha atravesado la misma situación en algún momento de su vida y que estará feliz de poder ayudarte. Si no sabes cómo mencionar el tema, puedes decir algo así como “Hace un tiempo que me siento un poco incómoda con mi cuerpo. Creo que es hora de usar un sostén. ¿Puedes ayudarme a escoger uno?”.
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    Come de forma saludable, pero no hagas dieta. Otro cambio que tendrás que enfrentar durante la pubertad es que tus caderas se ensancharán. Cuando esto ocurra, quizás sientas que has aumentado de peso. Sin embargo, lo que en verdad sucede es que tu cuerpo comienza a desarrollar una forma más femenina. Quizás te veas tentada a hacer dieta cuando observes los cambios en tu cuerpo para recuperar la forma, pero, en cambio, solo debes enfocarte en comer de manera saludable.
    • Come muchas frutas y vegetales, cereales integrales como trigo entero, avena y arroz integral. Además, bebe bastante leche descremada o baja en grasas para desarrollar huesos fuertes. No olvides consumir una buena cantidad de proteína, como pescado, pollo magro, frijoles, nueces y huevos para darle energía al cuerpo.[7]
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    Realiza ejercicio de manera regular. Además de llevar una alimentación saludable, también debes realizar ejercicio de forma regular. La actividad física te ayudará a estar saludable y sentirte bien con tu cuerpo, incluso con todos los cambios que atravieses. Puedes jugar con tus amigas después de clases, practicar un deporte recreativo o comenzar a correr.[8]
    • Además, quizás puedas usar los aparatos de ejercicio de la Asociación Cristiana de Jóvenes, como caminadoras, simuladores de escaleras, bicicletas estáticas y máquinas de peso. Asegúrate de que alguien te enseñe a usar estos aparatos antes de intentarlo por cuenta propia.
    • También puedes ejercitar en casa al mirar videos. Busca rutinas que te permitan desarrollar la fuerza muscular al mismo tiempo que proporcionen un entrenamiento cardiovascular.
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    Habla con tus padres para saber cómo lidiar con el crecimiento del vello. Otra cosa que experimentarás durante la pubertad es el crecimiento del vello. Comenzarás a desarrollar vellos en las axilas y la región pública. Habla con uno de tus padres o alguien de confianza para saber cómo lidiar con el crecimiento del vello.
    • Por ejemplo, quizás puedas lidiar con los vellos debajo de las axilas al afeitarte o comenzar a usar desodorante para evitar la sudoración y el olor corporal.
    • Quizás tengas preguntas relacionadas con el tipo de crecimiento normal del vello. No tengas miedo de hablar con un adulto acerca de los cambios que atraviesas.[9]
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    Lávate el rostro de manera regular. Desafortunadamente, el acné es otro síntoma de la pubertad. A medida que las hormonas cambian, las glándulas del rostro e incluso la espalda, el cuello y el pecho producen más oleosidad. Este exceso de grasa promueve la formación de granos, lo cual puede ser molesto y embarazoso. Ten en cuenta los siguientes consejos para controlar el acné:
    • Usa limpiadores faciales medicinales, cremas y toallitas. Además, opta por el maquillaje no comedogénico e hipoalergénico. Estos productos no obstruirán los poros ni causarán reacciones cutáneas.
    • Si el acné luce bastante mal, puedes pedirles a tus padres que pidan una cita por ti con un dermatólogo o especialista de la piel. El profesional te recetará medicamentos, limpiadores faciales y cremas que sean más potentes que las opciones de venta libre.
    • Evita usar maquillajes, productos para el cabello o lociones que contengan aceites. Además, evita la exposición directa al sol siempre que puedas, y jamás aprietes, rasques o intentes reventar los granos. Estas cosas solo empeorarán el acné.
    • El acné suele empeorar durante el período menstrual o en situaciones de mucho estrés. Cuídate mucho la piel en estos momentos.[10]
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    Usa protectores diarios. Durante la pubertad, es posible que experimentes un flujo blanco con consistencia gelatinosa proveniente de la vagina. Esto es normal y es la forma que utiliza el cuerpo para limpiarse. Sin embargo, si te molesta, usa un protector diario. Tu madre u otro familiar podrán ayudarte a escoger el protector diario correcto para ti.[11]
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    Aprende a lidiar con la reacción de las personas ante el cambio en tu cuerpo. Quizás las personas comiencen a observarte más durante la pubertad, en especial los chicos. Parte de esta atención podría incomodarte, pero recuerda las siguientes cosas que podrían ayudarte a lidiar con la situación:
    • Si alguna vez te sientes incómoda con la atención que recibes, no te quedes callada y dile a la persona en cuestión que sus acciones o palabras te incomodan y que quieres que se detenga. Por ejemplo, puedes decir “No me gusta cuando me hablas o tocas de esa forma. Por favor, no vuelvas a hacerlo”.[12]
    • Quizás te veas tentada a salir con un grupo de personas más grandes, pero es posible que no estés lista para lidiar con las situaciones que eso conlleva (como el alcohol, las drogas y las situaciones sexuales). Pasa tiempo con un grupo de amigas de confianza de tu edad para evitar dichas situaciones. Por supuesto, muchas de tus amigas posiblemente estén atravesando la misma situación, y tener a alguien con quien identificarte puede hacer que atravesar la pubertad sea más llevadero.[13]
    • Las personas podrían hacer comentarios que te hagan sentir inhibida con respecto a tu apariencia física. En vez de frustrarte, enfócate en las cosas que te gustan de tu cuerpo. Por ejemplo, quizás te gusten tus ojos o cabello, o hayas notado que tus pantorrillas están más definidas desde que la pubertad ha comenzado.[14]
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    Recuerda que es solo una etapa. Muchos de los cambios que experimentes durante la pubertad serán incómodos. Quizás sientas que nunca volverás a sentirte cómoda con tu cuerpo nuevo. En estos momentos, recuerda que la pubertad es una etapa necesaria de la vida y que podrás atravesarla.[15]
    • Mientras tanto, enfócate en hacer cosas que te hagan sentir bien contigo misma. Por ejemplo, pasa más tiempo peinándote el cabello por la mañana, asegúrate de pintarte las uñas, practica un deporte que domines o comienza un pasatiempo nuevo.

Método 3
Método 3 de 4:
Lidiar con las emociones nuevas, los sentimientos y los cambios de humor

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    Exprésate a través de la creatividad. La pubertad puede despertar todo tipo de sentimientos y emociones que pueden ser abrumadores y confusos. Quizás te resulte útil canalizar estos sentimientos a través de la creatividad de manera regular.
    • Por ejemplo, escribe en un diario acerca de tus sentimientos, pinta un cuadro, únete a un coro o toma clases de baile. Expresarte de manera creativa te ayudará a atravesar las sensaciones nuevas que experimentes en esta etapa.[16]
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    Habla con una amiga o familiar. Quizás experimentes cambios de humor durante la pubertad. En parte, puede deberse a la sensación de incomodidad con los cambios que se manifiestan en tu cuerpo, por lo que puedes sentir irritabilidad o depresión. En este caso, quizás te ayude hablar de tus sentimientos con una amiga o familiar, como una hermana mayor o una tía.[17]
    • Si no sabes cómo mencionar el tema con una amiga o familiar, reconoce que has estado muy sensible o malhumorada últimamente, y pregúntales si puedes hablar acerca de los motivos. Por ejemplo, puedes decir “Sé que he estado un poco intolerante últimamente. ¿Podemos hablar de las cosas que me hacen actuar de esta forma?”.
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    Date un respiro. Controlar los cambios de humor puede ser difícil cuando sabes que los experimentas. Sin embargo, en ocasiones, darte un respiro de la situación puede ayudarte a calmarte e incluso mejorar tu estado de ánimo. Cuando te sientas demasiado irritada o sensible, tómate una pausa y haz algo para calmarte.
    • Por ejemplo, cuenta hasta 10 o canta una parte de tu canción favorita en tu mente. En ocasiones, tomarse unos pocos minutos para enfocarte en ti misma, en vez de concentrarte en la situación, puede ayudarte a sentirte más tranquila.[18]
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    Descansa lo suficiente. La falta de sueño puede empeorar los cambios de humor existentes. El cansancio hará que te sientas más irritada y dificultará que puedas lidiar con tus emociones. Por lo tanto, procura dormir al menos ocho horas todas las noches para sentirte renovada y lista para comenzar el día.[19] Prueba los siguientes consejos para tener una buena noche de descanso:
    • Respeta una rutina de sueño todos los días. Quizás quieras dormir más o quedarte despierta por la noche durante los fines de semana, pero respetar una rutina regular será mucho más beneficioso para ti. Por ejemplo, si te despiertas a las 7:00 a. m. para ir a la escuela, procura despertarte a la misma hora los fines de semana.
    • Presta atención a los alimentos y las bebidas que consumes antes de acostarte. Tener hambre o estar demasiado llena son cosas que pueden dificultar el sueño. Además, beber demasiado antes de acostarte hará que tengas que levantarte varias veces por la noche para ir al baño, lo que interrumpirá el sueño.
    • Establecer un ritual de sueño también puede ayudarte. Por ejemplo, escucha música relajante o lee un libro antes de acostarte. Evita mirar televisión o jugar con el teléfono, dado que los dispositivos electrónicos pueden interferir con el sueño.
    • Asegúrate de que la habitación esté fresca, oscura y silenciosa. Estas son las condiciones ideales para dormir. Usa cortinas para oscurecer el ambiente, tapones de oídos o un ventilador para crear la atmósfera ideal para el buen descanso.[20]
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    Aprende a lidiar con las nuevas sensaciones sexuales. Otra cosa con la que tendrás que lidiar durante la pubertad es el incremento de las sensaciones sexuales. Esto significa que comenzarás a sentir atracción, a ver a ciertas personas como algo más que amigas, y ser más curiosa con respecto al sexo opuesto (o el mismo sexo). Posiblemente, estos sentimientos sean nuevos para ti, por lo que puede ser un momento confuso. Prueba los siguientes consejos para lidiar con este aspecto de la pubertad:
    • Habla con un adulto maduro de confianza acerca de la salud sexual. Leer acerca de la salud sexual también puede ser útil, pero un adulto te ayudará a comprender mejor tus nuevas sensaciones y te enseñará los distintos aspectos de la salud sexual.[21]
    • Tómate las citas con calma al planificar encuentros grupales o que incluyan algún tipo de actividad. Por ejemplo, puedes ir al cine, jugar a las pistolas láser o ir a un evento deportivo de la escuela.[22]
    • Quizás te veas presionada a participar en situaciones sexuales si tus amigas y compañeras lo hacen, pero recuerda que todas las personas son diferentes. Jamás hagas algo que te genere incomodidad.[23]

Método 4
Método 4 de 4:
Informarte

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    Lee acerca de la pubertad. Lidiar con los efectos de la pubertad puede ser difícil, pero tener una comprensión de la etapa que atraviesas hará que te resulte más fácil. Busca libros relacionados con la pubertad en la escuela o la biblioteca local, o busca artículos en línea acerca de lo que sucede en el cuerpo de las mujeres durante esta etapa de la vida. También puedes hablar con la enfermera de la escuela o un médico para obtener recomendaciones de libros que te ayuden a comprender la pubertad. Además, quizás puedan darte folletos que te ayuden a comenzar.[24]
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    Escribe cualquier pregunta o preocupación que tengas. Si tienes dudas con respecto a las cosas que ocurrirán en tu cuerpo y mente durante la pubertad a medida que lees, escribe tus preguntas y preocupaciones. Quizás te sientas más preparada para hablar con un adulto si cuentas con una lista de dudas relacionadas con el tema.
    • Tus preguntas pueden incluir cosas como en qué momento puedes esperar los cambios en tu cuerpo, qué puedes hacer si tienes tu primer período en un lugar que no sea tu casa, y si lucirás diferente a las chicas de la clase.
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    Habla con un adulto. Todas las mujeres han atravesado la etapa de la pubertad en algún momento. Pídele a tu madre que responda tus preguntas acerca de los distintos cambios que experimentarás durante la pubertad y cómo puedes lidiar con ellos. También puedes hablar con una hermana mayor, tu médico, la enfermera de la escuela o profesoras o entrenadoras acerca de las cosas que pueden ocurrir durante la pubertad y cómo puedes lidiar con ellas.[25]

Consejos

  • Recuerda que no estás sola. La pubertad puede ser una etapa difícil, pero puede ser reconfortante recordar que muchas de tus amigas y otras chicas de tu edad también atraviesan las mismas cosas que tú.
  • No tengas miedo de hablar con tus padres, profesores, entrenadores, amigas, familiares, enfermera de la escuela o médico. Estas personas quieren ayudarte y estarán felices de hablar contigo acerca de las cosas que te ocurren.

Acerca de este wikiHow

Rebecca Levy-Gantt, MPT, DO
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Rebecca Levy-Gantt, MPT, DO. La Dra. Rebecca Levy-Gantt es una obstetra y ginecóloga certificada que dirige un consultorio privado en Napa, California. La Dra. Levy-Gantt se especializa en menopausia, perimenopausia y manejo hormonal, incluidos los tratamientos hormonales compuestos y tratamientos alternativos. También es una profesional de menopausia certificada a nivel nacional y se encuentra en la lista nacional de médicos especializados en el manejo de la menopausia. Obtuvo una maestría en fisioterapia en la Universidad de Boston, así como un doctorado en medicina osteopática en la Facultad de Medicina Osteopática de Nueva York. Este artículo ha sido visto 13 071 veces.