El virus del herpes simple (HSV, por sus siglas en inglés) es una enfermedad de transmisión sexual común. Aunque los doctores pueden tratar los síntomas, aliviar el dolor y reducir tus probabilidades de propagar la infección, no se puede curar. En vez de eso, permanece inactivo y puede volver a aparecer en cualquier momento con síntomas.[1] Averigua si tienes herpes examinando los comportamientos de alto riesgo, reconociendo los síntomas y haciéndote una prueba para las ETS.

Parte 1
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Reconocer los síntomas del herpes

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    Aprende sobre el virus del herpes. Hay dos tipos del virus del herpes, el HSV-1 y el HSV-2. Ambos son considerados herpes genitales. El HSV-1 es el más común en los labios y dentro de la boca, pero puede propagarse por medio del sexo oral, al igual que el HSV-2.[2] Existen maneras de ocultarlo con eficacia y de tratar los síntomas de ambos tipos cuando aparezcan.
    • El tratamiento es una parte importante de controlar la enfermedad. Si no tratas el herpes genital, es posible que propagues la enfermedad a los demás (incluyendo a tu bebé, si estás embarazada), que experimentes una inflamación en la vejiga, que notes una inflamación en el recto y, en los casos graves, que te dé meningitis.
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    Debes estar atento a los síntomas unas 2 semanas después de contraer el herpes. Aunque es posible que el primer brote se demore un poco en aparecer, por lo general es peor que los brotes que vienen después. Es posible que no veas que has sido expuesto a esta enfermedad, así que presta mucha atención a cualquier síntoma que empieces a desarrollar. Los síntomas de la gripe son señales de la infección. También podrías tener fiebre, dolores musculares, disminución en el apetito y fatiga. Acude al doctor si crees que estás experimentando tu primer brote de herpes.[3] [4]
    • Para algunas personas, podría ser difícil darse cuenta de que han sido expuestas a este virus, ya que los síntomas se demoran mucho en aparecer. Tal vez esto sea debido a que esta enfermedad se puede propagar por medio de personas que no muestran síntomas evidentes del herpes.
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    Debes estar atento a la rojez y al escozor. Después de haber tenido un contacto sexual, presta atención a cualquier rojez o escozor alrededor de tus genitales o tu boca. Es posible que incluso notes un hormigueo o que tu piel esté caliente en el área afectada. Unos días después, es posible que veas sarpullido o un brote del herpes en tu piel.[5] También debes saber que algunos factores externos podrían contribuir al brote después de la infección. Estos pueden ser:[6]
    • Un trauma, estrés o la menstruación. Ellos pueden liberar cortisol, adrenalina y otras hormonas del estrés o pueden cambiar radicalmente los niveles de hormonas en tu cuerpo. Cualquiera de estos elementos puede disminuir la habilidad de tu cuerpo de combatir la infección. Esto le da al virus del herpes la oportunidad de convertirse en un brote.
    • El ardor y el escozor antes de un brote (conocido como pródromo). Reducir el escozor y el ardor cuando el herpes está a punto de brotar puede acelerar el brote. Rascarte una vez que el brote ha aparecido puede causar más brotes y propagar el virus.
    • La luz solar y la fiebre. La luz solar expone tu cuerpo a la radiación ultravioleta, la cual puede irritar tu piel y comprometer las células subyacentes, dando una oportunidad para que aparezca un brote del herpes. Una fiebre o un resfriado compromete tu sistema inmunológico para que tu cuerpo no pueda combatir la infección, lo cual da lugar a un brote.
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    Busca ampollas en los genitales o alrededor de ellos. Es posible que notes que ampollas pequeñas (bula o vesículas) aparecen unas 6 a 48 horas después de que otros síntomas emergen.[7] Si las ampollas se revientan y se convierten en úlceras, verás que están llenas de un líquido de color de paja. Busca más ampollas en los labios, boca, ojos, lengua y otras partes de tu cuerpo. Es posible que sientas una sensación de hormigueo en el área antes de que una ampolla aparezca.
    • En las mujeres, las ampollas pueden aparecer en los labios vaginales, la vagina, el ano, el cuello uterino, las nalgas y los muslos. Las úlceras normalmente cicatrizan de 7 a 14 días.
    • En los hombres, las ampollas generalmente aparecen en el escroto, el pene, las nalgas y los muslos.
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    Nota cualquier micción dolorosa. Durante un brote, la micción puede ser muy dolorosa. Si te cuesta miccionar durante un brote, como algunas mujeres afirman, busca atención médica.[8] Las mujeres también deben buscar cualquier flujo vaginal no específico (cualquier flujo vaginal poco natural o inusual, al que no estés acostumbrada). Podría ser de color transparente, blanco o blanquecino y también es posible que emita olores, aunque esto varía de una mujer a otra.
    • Ten en mente que el flujo vaginal no es un síntoma que indique que tienes herpes, pero es un síntoma que, junto con otros síntomas, podría ayudar a diagnosticar el herpes.[9] [10]
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Parte 2
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Buscar atención médica y controlar el herpes

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    Ve al doctor o a una clínica para hacerte una prueba. Tu doctor puede programar una prueba de ETS o tomar una muestra de un cultivo abierto, si actualmente tienes un brote. El doctor puede usar el cultivo para verificar la presencia del virus del herpes. Tu primeras pruebas incluirán pruebas de laboratorio y de imágenes.[11]
    • Por lo general, el diagnóstico se realiza por medio de una prueba basada en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés). Se frota con fuerza un hisopo sintético sobre la piel anormal, se coloca la muestra en un líquido y se envía al laboratorio. Después, con técnicas de laboratorio especializadas, la muestra se amplifica muchas veces para ver si el paciente tiene herpes.
    • En algunos casos, tu doctor podría realizarte una prueba de anticuerpos específica para identificar el tipo de herpes. Esta prueba usa un anticuerpo para dirigirse específicamente y determinar si la infección es del tipo HSV-1 o HSV-2. El 50 % de las personas infectadas normalmente dan positivo 3 semanas después de la infección. Si has estado infectado por más de 16 semanas, es muy probable que el resultado de esta prueba sea positivo.
    • Tu doctor también podría considerar una prueba de las lesiones basada en la PCR. Un hisopo estéril se usa para limpiar la base de la lesión (aplicando suficiente presión para recoger las células epiteliales sin causar un sangrado) y recoger el fluido vesicular. Después, se envía al laboratorio para un diagnóstico.
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    Trata tus síntomas con medicamentos antivirales para el herpes. Si tu resultado es positivo para el herpes, tu doctor te recetará medicamentos que te ayuden a eliminar el virus y sus síntomas. Los medicamentos también reducen el riesgo de propagar el virus del herpes simple a otras personas. Empieza el tratamiento inmediatamente o lo más pronto posible y síguelo según las indicaciones de tu doctor. Los medicamentos antivirales contra el herpes son:[12]
    • El aciclovir. Es un medicamento de primera línea para las lesiones genitales o las lesiones frecuentes en los labios vaginales causados por el herpes. También se puede usar tópicamente para tratar la inflamación en los ojos infectados con herpes. El aciclovir es considerado relativamente seguro para las mujeres embarazadas y lactantes, y también se usa para los casos pediátricos.
    • El penciclovir. Es una crema que se usa como un medicamento de primera línea para tratar las lesiones bucales tópicamente.
    • El valaciclovir. Es un medicamento de primera línea que se usa para tratar el herpes inicial y el herpes genital recurrente.
    • El foscarnet. Es considerado un medicamento de segunda línea y se usa cuando hay una resistencia al aciclovir, el medicamento de primera línea favorito. Esto puede suceder en personas con un sistema inmunológico muy débil y que sufren de una infección de herpes sistémico.[13]
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    Controla el herpes tomando el control de tu situación. Investiga sobre el herpes y aprende sobre el virus y la infección. Mientras más comprendas sobre lo que está sucediendo en tu cuerpo, más fácil te será lidiar con las erupciones y brotes. El herpes está documentado y es bastante estudiado. Hay una investigación en curso en esta área y los nuevos tratamientos podrían estar en camino.
    • Tu doctor también te brindará muchas recomendaciones y puede mantenerte al tanto de los últimos medicamentos disponibles para ti.
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    Evita propagar la infección. Tómate el tiempo de explicar tu enfermedad a tus parejas sexuales. Toma medidas de precaución para propagar más el virus. Estas medidas principalmente vendrán de cambios en tu estilo de vida. Por ejemplo, debes evitar tener muchas parejas sexuales, usar condón cuando no tengas brotes y evitar tener relaciones sexuales cuando tengas brotes.[14]
    • También debes evitar tocar cualquier tipo de llaga del herpes. Si lo haces, lava inmediatamente tus manos con agua y jabón para matar el virus. Si tienes herpes labial, no beses a nadie.[15]
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Parte 3
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Examinar las conductas de alto riesgo

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    Revisa los factores de alto riesgo. Debes darte cuenta de que muchas personas con herpes genital viven sin síntomas por bastante tiempo. Usar factores de alto riesgo para determinar que necesitas una prueba puede ayudarte a tratarte a tiempo. Los factores que aumentan tus probabilidades de adquirir herpes son:
    • Los estados inmunocomprometidos. Un sistema inmunológico comprometido en sí no te causará herpes, pero hará que a tu cuerpo le sea difícil combatir una infección o brote. Las enfermedades, el estrés, el SIDA, el cáncer, la diabetes e incluso la edad avanzada pueden ser factores que podrían volverte más vulnerable a la infección del virus del herpes HSV-1 o HSV-2.
    • El eccema atópico en los niños (también conocido como dermatitis). El eccema es una afección cutánea con comezón muy común, pero si se infecta con herpes, puede causar una afección cutánea grave.
    • La exposición al virus en el lugar de trabajo. Algunos profesionales que están expuestos al virus podrían tener un mayor riesgo de contraer esta enfermedad. Por ejemplo, los profesionales de la salud dental tienen un mayor riesgo de contraer HSV-2, dando como resultado una infección muy dolorosa en la mano.[16]
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    Piensa si recientemente has tenido relaciones sexuales sin protección. La actividad sexual te da mayores probabilidades de adquirir el HSV-2. Sin embargo, las relaciones sexuales sin protección pueden propagar el herpes, especialmente durante un brote. El herpes se puede propagar en los revestimientos húmedos (áreas mucosas) de la piel; por lo tanto, la piel, la boca, el ano, el pene y la vagina corren mayor riesgo de transferir la enfermedad. Cuando un área infectada de una persona entra en contacto con el área mucosa de una persona que no está infectada, la enfermedad se podría transmitir.
    • Los tipos de contacto que pueden propagar la enfermedad fácilmente son el sexo oral, el sexo anal, el sexo vaginal (o cualquier combinación de estos en los que las membranas mucosas entren en contacto con otras).
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    Determina tu reciente número de parejas sexuales. Como el herpes se puede contraer vía oral o por medio del contacto genital, tus probabilidades de contraer la enfermedad pueden aumentar con el número de parejas sexuales que tengas. Mientras más parejas sexuales tengas, tendrás mayor riesgo de contraer el herpes genital.[17]
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    Si eres una mujer, debes comprender que tienes un riesgo mayor. Las mujeres son más propensas a contraer el herpes porque se transfiere más fácilmente de hombres a mujeres que de mujeres a hombres.[18] Por ejemplo, las mujeres tienen una tasa de infección de 20,3 % frente a un 10,6 % de los hombres.[19]
    • Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 1 de cada 6 personas en los Estados Unidos de entre 14 y 49 años tiene herpes genital.[20]
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Referencias

  1. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  2. Agabegi, S. (2013). Step-up to medicine (Tercera edición). Philadelphia: Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins.
  3. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  4. Agabegi, S. (2013). Step-up to medicine (Tercera edición). Philadelphia: Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins.
  5. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  6. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  7. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  8. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/000857.htm
  9. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/000857.htm
  1. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK281/
  2. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  3. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  4. Agabegi, S. (2013). Step-up to medicine (Tercera edición.). Philadelphia: Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins.
  5. http://www.cdc.gov/std/herpes/stdfact-herpes.htm
  6. http://www.plannedparenthood.org/learn/stds-hiv-safer-sex/herpes
  7. Domino, F. (n.d.). The 5-minute clinical consult standard 2015 (ed. 23).
  8. http://www.nytimes.com/health/guides/disease/genital-herpes/risk-factors.html
  9. http://www.uptodate.com/contents/genital-herpes-beyond-the-basics
  10. http://www.cdc.gov/std/herpes/stdfact-herpes-detailed.htm
  11. http://www.cdc.gov/std/herpes/stdfact-herpes.htm

Acerca de este wikiHow

Lacy Windham, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Lacy Windham, MD. La Dra. Windham es ginecóloga y obstetra certificada por el colegio oficial en Tennessee. Asistió a la escuela de medicina en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee en Memphis y completó su residencia en la Escuela de Medicina Eastern Virginia en 2010, donde fue galardonada con el premio "Residente más destacado en medicina fetal materna", y el premio "Residente más destacado en oncología" y el premio "Residente más destacado en general". Este artículo ha sido visto 114 402 veces.
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