La autoaceptación es la capacidad de aceptarte como eres en lugar de como te gustaría ser.[1] Es la base de una gran parte de la felicidad en la vida, aunque para muchas personas es más fácil decirlo que hacerlo. Para vivir de una forma feliz y tranquila, debes entender el equilibrio entre lo positivo y lo negativo y esforzarte por aceptar todo lo que la vida te depare.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Volverte más consciente de ti mismo

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    Reconoce tus pensamientos y sentimientos. La meta es estar consciente de tus pensamientos, autocríticas, dolor y cualquier otro sentimiento que pueda obstaculizar tu crecimiento personal. Esta forma de autoevaluación es una concientización relajada de tus pensamientos, entre un estado de distracción y una concentración extrema.[2]
    • Párate frente a un espejo con la mayor simpleza posible (sin maquillaje, sin joyas) y observa qué pensamientos surgen. Categorízalos (sentimientos positivos, negativos, diferentes, etc.).
    • Practica de 5 a 30 minutos al día y observa los pensamientos que se repitan con frecuencia.
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    Acepta todos tus sentimientos buenos y malos. No es necesario que te agrade todo lo que observes sobre ti mismo. La autoaceptación simplemente se trata de reconocer tus pensamientos para descubrir la forma de mejorarlos o cambiarlos.[3] Cuando estés consciente de tus sentimientos, no trates de alejarlos; acéptalos en lugar de ocultarlos.
    • Imagina que los sentimientos negativos son una persona lastimada. ¿Cómo tratarías a una persona necesitada? Trata tus sentimientos de esa forma. Invítalos a quedarse un momento y luego convierte esa negatividad en una oportunidad de aprendizaje.
    • Pregúntate: "¿Qué puedo aprender de este pensamiento negativo?".
    • Si el pensamiento es positivo, no huyas de él. Acéptalo y reconoce que mereces sentirte bien contigo mismo.
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    Sepárate de tus emociones por medio de la visualización. Tus emociones no te definen. El hecho de que te sientas enojado o triste un día no significa que la ira o la tristeza sean parte de lo que eres.
    • Cuando sientas que una emoción negativa empieza a surgir, usa las técnicas de visualización para evitar que se convierta en un obstáculo.
    • Imagina que tus emociones son globos que pueden flotar y alejarse. Ten en cuenta que puedes decidir cuándo soltar ese globo y que no tiene ningún control sobre ti (y tampoco tus pensamientos negativos).

Parte 2
Parte 2 de 3:
Deshacerte de la negatividad

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    Debes estar dispuesto a perdonar. Perdonarte no significa que justifiques o absuelvas tu mala conducta. Simplemente significa que verás de forma honesta tu pasado, admitirás tus transgresiones y seguirás adelante sin reprocharte.[4] Cometer errores es parte del ser humano, así que perdónate y sigue adelante.
    • El primer paso para perdonarte es reconocer que te has equivocado. ¿Has lastimado a otra persona? ¿Te has lastimado a ti mismo? ¿Te fallaste a ti mismo?
    • Corrige el problema. Quizás sea algo tan simple como pedirle disculpas a la persona que lastimaste (incluso a ti mismo). O es posible que debas cambiar tus acciones para demostrarle a alguien que lastimaste que reconoces tu culpabilidad por su dolor.
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    Practica la técnica de reorientación. Cuando empieces a reprocharte, usa la técnica de reorientación de las emociones positivas. Durante 45 segundos, cierra los ojos, respira profundo e imagina un lugar tranquilo o a un ser querido. Aprovecha las emociones positivas que aparezcan y en ese estado de tranquilidad, pregúntate qué puedes hacer para sentirte mejor.[5]
    • Usa la técnica de reorientación de las emociones positivas en el momento preciso cuando surjan los pensamientos negativos. Te ayudará a cambiar la percepción de tus pensamientos y evitará o reducirá la negatividad y el estrés.
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    Deja de juzgarte. Desafortunadamente, vivimos en una sociedad en la que constantemente nos comparamos con los demás. Nos juzgamos por lo inteligentes, atractivos, delgados o exitosos que somos en comparación con los demás.
    • El primer paso es darte cuenta de la frecuencia con que sucede y cómo te sientes cuando sucede. Esto suele causarles dolor a muchas personas.
    • Recuerda que las comparaciones se enfocan en la persona equivocada, ya que solo puedes controlar tus acciones, no las de los demás. Eres demasiado especial para compararte con cualquier otra persona. Tus dones y habilidades individuales son los que te hacen ser único.[6]
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    Convierte lo negativo en algo positivo. Los pensamientos son increíblemente poderosos. Un pensamiento negativo solo se tarda 30 segundos para convertirse en parte de tu subconsciente, pero puedes entrenar a tu cerebro para que aprenda a controlar lo que permites entrar en tu vida.[7]
    • La forma más fácil de lidiar con los pensamientos negativos es simplemente ignorarlos. Con frecuencia, la meditación puede ayudarte a entrenar tu mente para que deseche la negatividad en lugar de retenerla.
    • Rodéate de positividad para sentirte más feliz. Pasa el tiempo con algunas personas que sean optimistas y animosas y adquiere algunos pasatiempos que disfrutes.
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    Usa el diálogo interno positivo. Al aferrarte a la negatividad, solo se aumentará tu infelicidad. Por eso, es importante que entrenes tu cerebro para que no solo reconozca lo negativo, sino también lo convierta en algo positivo.[8]
    • Por ejemplo, en lugar de decir: "No puedo hacerlo", di algo como: "Puedo hacerlo y voy a hacerlo". En lugar de decir: "No es mi día", trata de decir: "Tengo el control de este día".
    • Usa la escritura para cambiar tus pensamientos, al crear un diario de gratitud o escribir una carta de agradecimiento.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Desarrollarte

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    Sigue madurando. La falta de autoaceptación no debe ser una excusa para evadir la madurez. Al contrario, debes aceptar los baches que haya en el camino, así como los aspectos específicos de tu personalidad, al seguir desarrollándote para ser una mejor persona.
    • Rodéate de gente exitosa. Al que anda entre la miel, algo se le pega, así que rodéate de personas que sigan inspirándote y animándote a ser mejor en la vida.
    • Decide en dónde invertirás tu tiempo. A veces, les dedicamos demasiado tiempo a las actividades y acontecimientos que le agregan poco o ningún valor a nuestras vidas: la televisión, las redes sociales, los bares, etc. Asegúrate de ocupar tu tiempo libre para hacer algo que nutra tu mente y tu espíritu, y que no obstaculice tu madurez.
    • Identifica tus fortalezas. Concéntrate en desarrollarte en un tema que conozcas y disfrutes. Trata de entender un tema de una forma más profunda y quizás incluso puedas convertirte en experto o en instructor para otras personas.
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    Sé flexible. Cuanto más inflexible seas, menos disponibilidad tendrás de desarrollarte y madurar como persona. Piensa en la forma en que el bambú se dobla con el viento sin romperse. Si fuera inflexible y rígido, se partiría en dos; la flexibilidad le permite fluir sin esfuerzo con el viento y mantenerse intacto.
    • Deshazte de los miedos irracionales. Con frecuencia, las personas tienen miedo de cambiar simplemente porque le temen a lo desconocido. Dejar a un lado este miedo puede ayudarte a "ir con la corriente" y aceptar las cosas como surjan.
    • No tengas miedo de cambiar tus metas. Una parte de ser flexible es saber cuándo es el momento de cambiar tus metas. ¿Necesitan ser más específicas, más relevantes, tener más tiempo? Debes estar dispuesto a adaptarte según sea necesario.
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    Conserva el poder. La imagen que tienes de ti mismo se basa en lo que otras personas te han dicho sobre ti mismo o en las comparaciones que haces con los demás. Es inevitable que te enfrentes a algunas personas que te insultarán o intentarán lastimarte. Al permitir que sus comentarios causen un efecto en ti, les das el poder. Necesitarás adquirir práctica, pero definitivamente es posible ignorar los comentarios de los demás sin tomarlos de forma personal. No compitas con nadie más. Su forma de vida es muy diferente a la tuya.
    • En lugar de eso, compárate contigo mismo. ¿Actualmente eres más fuerte, más sabio, más saludable, más amoroso de lo que eras hace un año? Concéntrate en madurar y desarrollarte.
    • Establece algunas metas y lleva un registro de las mismas para que sepas si estás en el camino correcto para convertirte en una mejor persona. Deja que tu progreso determine tu poder, no las demás personas.
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    Habla con alguien. Algunas veces parece más fácil tratar de arreglar el desorden que tienes en la mente, cuando en realidad puedes expresarte con una persona de confianza. Hablar con un amigo, un compañero de trabajo, tu cónyuge o un profesional puede ayudarte no solo a deshacerte de los pensamientos negativos, sino también a ver el lado positivo que los demás ven en ti.
    • Los profesionales, como los consejeros profesionales con licencia, los psicólogos y los entrenadores de vida, pueden ayudarte a poner en práctica algunas habilidades para ayudarte a desarrollar la autoaceptación con el tiempo.

Acerca de este wikiHow

Alyssa Chang
Coescrito por:
Coach y entrenadora de nutrición y bienestar
Este artículo fue coescrito por Alyssa Chang. Alyssa Chang es una coach y entrenadora de nutrición con sede en el Área de la Bahía de San Francisco. Ella utiliza su amplia experiencia en neurociencia basada en el cerebro para trabajar con los clientes en mejorar sus conexiones con su cerebro y cuerpo para sanar, alcanzar objetivos y desplazarse sin dolor. Tiene una licenciatura en Kinesiología, Ejercicio, Nutrición y Bienestar de la Universidad Estatal de California, East Bay, y está certificada en Nutrición de Precisión y Z-Health Performance por el Consejo Nacional de Fuerza y Estado Físico. Este artículo ha sido visto 6914 veces.
Categorías: Aceptación personal