Mantener la higiene femenina permite asegurarse de que la vagina esté limpia y saludable. Comienza con las recomendaciones básicas para cuidar tu higiene. Luego, toma las precauciones necesarias para prevenir infecciones y conservar un buen estado de salud. También puedes probar algunos cambios en tu alimentación que podrían promover una mejor higiene femenina en tu caso.

Método 1
Método 1 de 3:
Mantener la vagina limpia

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    Limpia la vagina desde adelante hacia atrás cada vez que uses el baño. Dado que la vagina se encuentra cerca del ano, es importante limpiarla desde adelante hacia atrás después de orinar o defecar. Dobla un pedazo de papel higiénico de 30 cm (12 pulgadas) varias veces para crear una especie de rollo. Presiónalo entre los labios cerca del final de la uretra. Limpia hacia atrás y sobre el ano, en caso de ser necesario. Luego, tira el papel. Repítelo las veces que sea necesario hasta que la vagina y el ano estén limpios.[1]
    • Usa un papel higiénico suave, blanco y sin fragancia que no tenga tintas u otros químicos irritantes.
    • Incluso después de orinar, limpiar de adelante hacia atrás te ayudará a mantener la bacteria y la materia fecal lejos de la vagina.
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    Lava las partes externas de la vagina únicamente con agua caliente y un jabón suave. Evita lavar la parte interna de la vagina. Humedece la parte externa con agua tibia (no caliente) y aplica una pequeña cantidad de jabón suave en la vagina para lavarla. Enjuaga los restos del jabón y usa los dedos para separar los labios vaginales. Permite que el agua tibia recorra la vagina para lavar la parte entre los labios y el clítoris. Una vez que termines, sécala con una toalla limpia y seca.[2]
    • No uses jabones con fragancias o tintas. En cambio, opta por uno suave y sin aroma.
    • No friegues la vagina. Puedes usar un paño limpio para higienizar la parte externa, pero hazlo con cuidado.
    • Jamás vuelvas a usar la misma toalla que has usado para secarte la vagina.

    Consejo: Cuando no estés menstruando, es suficiente con lavarse una vez al día para mantener la vagina limpia y fresca. Sin embargo, durante el período quizás tengas que hacerlo dos veces para evitar la acumulación de olores.[3]

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    Lávate la vagina después de tener sexo. Los líquidos corporales y los residuos de los condones y otros productos íntimos pueden causar infección, irritación y olores. Toma una ducha después de tener sexo y lava la vagina como lo harías normalmente. Aplica un jabón suave con agua tibia. Luego, permite que el agua corra por la vagina mientras mantienes los labios abiertos con los dedos. Por último, sécala con una toalla limpia y seca.[4]
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    Evita las duchas vaginales, las toallitas vaginales con fragancia y los desodorantes. La vagina se limpia sola a través de los fluidos que segrega, por lo que no es necesario limpiar la parte interna o usar productos con fragancias. Estos últimos pueden alterar el delicado equilibrio de las bacterias vaginales y causar irritación.[5]
    • Si percibes un olor inusual que te molesta, pide una cita con tu ginecólogo para saber si es normal.
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    Cambia las compresas o los tampones cada cuatro o seis horas durante el ciclo menstrual. Esto permite evitar la acumulación de olores y las infecciones. Una buena estrategia es revisar la compresa o el tampón cada vez que uses el baño para saber si necesitas un cambio.[6]
    • Es muy importante cambiar los tampones cada cuatro o seis horas para reducir el riesgo del síndrome del choque tóxico, una infección potencialmente mortal que puede ocurrir al usar el mismo tampón durante más de ocho horas a la vez.
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Método 2
Método 2 de 3:
Prevenir infecciones

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    Usa ropa interior blanca y de algodón 100 %. Procura usar ropa íntima hecha de algodón al 100 % para evitar la irritación de las telas sintéticas. Además, escoge colores blancos y sin tinta. Estas medidas te ayudarán a que el aire circule de manera libre en la vagina para prevenir posibles irritaciones de las tintas.[7]
    • Recuerda siempre lavar la ropa íntima nueva antes de usarla con un jabón suave y sin aroma para prevenir la irritación que pueden causar las fragancias y las tintas.[8]
    • Además, evita usar tangas, dado que incrementan el riesgo de desarrollar infecciones por hongos.
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    Usa pantalones holgados de telas naturales y evita las pantimedias. Evita los pantalones hechos con materiales y telas sintéticas, como el vinilo o el cuero y que ajusten la entrepierna. Estas prendas restringen la circulación del aire en la vagina y pueden causar olores e infecciones.[9]
    • Lo mejor es evitar las pantimedias, pero, si decides usarlas, escoge unas con la entrepierna de algodón para permitir el flujo de aire.
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    Quítate las prendas húmedas o sudadas tan pronto como sea posible. Las prendas íntimas y los pantalones húmedos representan un ambiente ideal para la multiplicación de las bacterias, causando olores desagradables e incluso infecciones. Toma siempre una ducha y usa prendas y ropa íntima limpias y frescas después de nadar o realizar ejercicio.[10]
    • Por ejemplo, después de entrenar en el gimnasio, toma una ducha y cámbiate tan pronto como sea posible.
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    Usa condón durante las relaciones sexuales para prevenir enfermedades de transmisión sexual. Si no tienes una relación monógama y no quieres quedar embarazada, usa condón cada vez que tengas sexo como medida de protección. Los condones te protegen contra enfermedades de transmisión sexual como el herpes, la clamidia y la gonorrea que pueden causar molestias, picazón y secreciones. En algunos casos, pueden causar complicaciones más graves si no se tratan.[11]
    • Ten siempre un condón contigo para asegurarte de estar preparada.
    • Puedes ponerles condones a los juguetes sexuales para conservar su limpieza. Lava los juguetes sexuales con agua y jabón después de usarlos.

    Consejo: Si sufres resequedad vaginal durante el sexo, usa un lubricante a base de agua para sentirte más cómoda.[12]

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    Asiste a las consultas de control con tu ginecólogo. Detectar una infección a tiempo y obtener el tratamiento necesario te ayudará a evitar resultados negativos causados por ciertas infecciones, como infertilidad por una clamidia no detectada. Visita a tu ginecólogo una vez al año para una revisión y pide una cita cada vez que creas que existe algún problema.[13]
    • Por ejemplo, debes pedir una cita con tu ginecólogo si observas señales de una infección, como picazón, ardor o enrojecimiento.
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Método 3
Método 3 de 3:
Promover la salud femenina a través de la nutrición

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    Lleva una dieta equilibrada para tener un buen estado de salud en general. Consumir distintos alimentos saludables promueve un mejor estado de salud en general, lo que también puede mejorar tu higiene femenina. Los alimentos procesados o con mucha azúcar pueden contribuir al desarrollo de infecciones y otros problemas de la flora vaginal. En cambio, come muchas frutas, vegetales, cereales integrales y proteínas magras para promover la salud vaginal.[14]

    Consejo: Habla con tu médico si tienes dudas con respecto a tu peso, ya sea alto o bajo. El profesional te informará cuál es tu peso saludable y cómo alcanzarlo.

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    Incorpora alimentos probióticos para promover las bacterias buenas. El yogur, el kéfir, el kimchi, los encurtidos y la kombucha son opciones probióticas que promueven la flora bacteriana buena de la vagina. Incorpora una o dos porciones por día para tener una flora vaginal buena.[15]
    • Por ejemplo, desayuna una taza de yogur con granola o almuerza una porción de kimchi con un emparedado.
    • También puedes tomar un suplemento de probióticos, no sin antes consultar con tu médico.
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    Prueba el jugo de arándano si eres propensa a desarrollar infecciones del tracto urinario. Algunos estudios indican que el jugo de arándanos puede ayudar a prevenir infecciones del tracto urinario en personas propensas a desarrollarlas. Sin embargo, esta no es una opción ideal para todo el mundo. Consulta con tu médico para saber si puede ser beneficioso en tu caso.[16]
    • Si decides probar un suplemento de jugo de arándanos, habla primero con tu médico y pídele recomendaciones. Asegúrate de informarle acerca de cualquier otro medicamento o suplemento que tomes para evitar interacciones negativas.
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    Toma mucha agua para mantenerte hidratada. No existe una cantidad correcta que las personas deban tomar. Por lo tanto, toma agua siempre que sientas sed y revisa la orina al ir al baño. La orina de color amarillo pálido indica una buena hidratación. Algunas estrategias que puedes implementar para asegurarte de tomar lo necesario son:[17]
    • Toma un vaso de agua con cada comida.
    • Toma agua siempre que tengas sed o que sudes, como después de realizar ejercicio.
    • Carga una botella contigo todo el tiempo y toma sorbos a lo largo del día.
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Consejos

  • El olor vaginal es normal. Sin embargo, debes consultar con tu ginecólogo si observas que el olor es distinto al normal o huele a pescado. También es importante visitar al profesional si experimentas enrojecimiento, ardor o picazón en la vagina.[18]
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Categorías: Higiene femenina
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