Si eres adolescente y quieres sentirte motivada para estar en forma, puedes hacer muchas cosas, pero, en conclusión, debes disfrutarlo. La adolescencia no debe ser una etapa llena de presión por tener que lucir de cierta forma. En lugar de eso, concéntrate en estar y mantenerte saludable, y divertirte mientras lo haces. De esta forma, te sentirás muy motivada.

Método 1
Método 1 de 4:
Mantenerte motivada visualmente

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    Crea un tablero inspirador para colgarlo en tu habitación. Crear una exposición visual de tus metas y colocarla donde puedas verla durante el día será una gran motivación. Si no mantienes tus metas a la vista, las olvidarás con facilidad o encontrarás excusas para aplazar las cosas.
    • Usa tu creatividad para hacer el tablero. Puedes crear un collage básico en 2D con recortes de revistas o puedes agregarle dimensión con algunas de tus cosas saludables favoritas en versión de juguete: pelotas de futbol o baloncesto, pompones, e incluso comida de juguete que un hermano pequeño tenga en su cocina de juego.
    • Escribe tu meta principal con letras grandes en el centro; por ejemplo: “Tener la rapidez suficiente para anotar un gol”. Asegúrate de que tu meta no sea una cantidad de peso o una talla de ropa. Debe relacionarse con la forma en que quieres sentirte o lo que quieres hacer cuando estés en forma.
    • Coloca una foto tuya donde luzcas feliz y en forma, o hayas logrado una gran hazaña física; por ejemplo, que hayas anotado un gol o ganado una carrera.
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    Crea un tablero en Pinterest. Puedes crear un tablero virtual si guardas en Pinterest algunas imágenes, sitios web y artículos inspiradores que encuentres en Internet. De esta forma, puedes mirar rápidamente el tablero en tu teléfono para obtener algunas ideas para estar en forma o emocionarte con el ejercicio.[1]
    • Incluye algunas imágenes de mujeres fuertes que admires, como Serena Williams o Carly Lloyd.
    • También puedes citar algunas frases como “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento" de Eleanor Roosevelt.
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    Dibuja tus metas en un diario. Puedes dibujar tus metas (o pegar algunos recortes de revistas) en un diario. Este diario puede ser un tablero inspirador móvil que puedes consultar de inmediato, sin importar dónde estés. Si te gusta dibujar, este diario creativo será una forma excelente de combinar tu meta de estar en forma con tus otros intereses.
    • Cuéntales a tus padres sobre tus metas. No es necesario que les muestres tu diario ni que les cuentes cada detalle. Simplemente, ponlos al tanto de lo que quieres lograr para que te animen y te ayuden a asegurarte de que tus metas sean realistas.
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    Lee algunas historias de éxito. Busca algunos artículos que hablen sobre chicas como tú que superaron obstáculos para poder estar en forma. Puedes encontrar estas historias en las revistas de adolescentes, en los libros para adultos jóvenes (de realismo y de ficción), o en los blogs en Internet. Simplemente, usa un buscador para empezar, o visita una biblioteca de tu localidad y mira el catálogo para encontrar un libro o una revista.
    • Busca las historias de algunas jóvenes como Stephanie Jallen, que esquía con una sola pierna, o Sarah Storey, que es campeona de ciclismo y tiene una malformación en la mano izquierda.
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    Mira algunos videos inspiradores en Youtube. Los videos de otras personas que han transformado su cuerpo también pueden motivarte. Para encontrar este tipo de videos, puedes buscar “historia de transformación” o “travesía de pérdida de peso”.
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    Aprende a ponerte en forma. Leer artículos sobre cómo ponerte en forma también puede motivarte. Dales un vistazo a las revistas de adecuación física en Internet, como Shape. Aunque no estés suscrito, puedes leer algunos artículos sobre ejercicio, estado físico y nutrición. Aprende todo lo que puedas sobre la forma adecuada de alimentarte y ejercitarte para estar en forma y mantenerte motivada.

Método 2
Método 2 de 4:
Mantenerte motivada con metas

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    Escribe lo que podrás hacer cuando estés en forma. En el futuro, cuando hayas logrado tus metas, podrás hacer las cosas que no puedes hacer ahora. ¿Cuáles son esas cosas? Quizás podrás levantar 90 kilos (200 libras) en el press de banca o correr 1,5 km (una milla) en 8 minutos. Anota estas metas.
    • Escríbelas en más de un lugar. Anótalas en un diario que puedas llevar contigo, en un tablero que puedas colgar en la pared, e incluso en las redes sociales para que tus amigos te ayuden a mantener el rumbo.
    • Cuando no quieras ejercitarte o comer de forma saludable, saca el diario o mira las palabras que escribiste en la pared e imagina que puedes hacer esas cosas.
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    Usa una aplicación para estar en forma. Puedes descargar algunas aplicaciones en un teléfono o una tableta para llevar un registro de lo que comas y la cantidad de ejercicio que hagas. Descarga una de estas aplicaciones y úsala para no desviarte y mantener la motivación. Sin embargo, debes consultar con tus padres o con un médico para saber si esta opción es adecuada para ti. A algunas personas les parece útil contar las calorías, mientras que a otras les resulta muy estresante y molesto.
    • Busca algunas aplicaciones gratuitas que sean de utilidad como MyFitnessPal, Pear Personal Coach y LoseIt![2]
    • Como alternativa, puedes crear un cuadro de papel para mantenerlo en el escritorio o colgarlo en la pared si no tienes acceso frecuente a un teléfono, una tableta o una computadora.
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    Establece un programa semanal de adecuación física. Crear un programa para cada semana no solo te recordará que debes ejercitarte y comer bien, sino también evitará que te rindas o lo pospongas. Cuando colocas las actividades en un programa, se vuelven hábitos. Mantener una rutina te ayudará a estar en forma, aunque algunas veces no quieras hacerlo.
    • Planifica una o dos sesiones de ejercicio más de las que necesitas en realidad. De esta forma, si pasa algo, no habrá problema si omites un día o dos.
    • Debes planificar también algunos hábitos alimenticios más saludables, como asignar un “día de ensalada” cada semana, otro “día de salmón”, etc. Asegúrate de compartir estas metas alimenticias con tus amigos y familiares para que te ayuden a cumplirlas.

Método 3
Método 3 de 4:
Mantenerte motivada con algunas actividades

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    Piensa en algunas actividades de adecuación física que te gusten. Para elegir un ejercicio que sientas ganas de hacer, siéntate y crea una lista con todos los tipos de ejercicios que se te ocurran. Pídeles a tus padres que te ayuden a pensar. Si aún no practicas ningún deporte en la escuela, esta lluvia de ideas será de mucha utilidad.
    • Cada tipo de ejercicio ayuda a quemar cierta cantidad de calorías, así que debes elegir uno que te ayude a quemar la cantidad específica que esperas.[3]
    • Si los deportes tradicionales no son de tu agrado, puedes tomar una clase de yoga, pilates o kick boxing en el gimnasio a donde asiste tu madre. Si no tienes acceso a un gimnasio, puedes ver algunos videos de ejercicios en casa. Puedes encontrar muchísimos videos gratuitos de ejercicios en Youtube que puedes seguir y tener una sesión excelente de ejercicios. Incluso puedes hacerlo con un amigo para divertirte.
    • Únete a un equipo deportivo o a un club de adecuación física en la escuela, como excursionismo o escalada en roca. Ten en cuenta que la accesibilidad y la facilidad son importantes para mantener una rutina de ejercicios. Elige una actividad que sea conveniente y planifica realizarla cuando te sientas bien.
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    Prueba cada tipo de actividad física. Después de pensar en las actividades que te parezcan divertidas, pruébalas. Por ejemplo, si no te atrae ningún deporte, quizás podrías disfrutar de una clase de yoga en un gimnasio. Antes de comprometerse con una rutina, asiste a una clase para asegurarte de que te guste.
    • Si piensas unirte a un club de adecuación física en la escuela, pregúntale al líder del club si puedes asistir a una reunión como prueba.
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    Diviértete. La forma más eficaz de mantenerte motivada si eres adolescente es divertirse con la actividad física que hagas.[4] Elige las actividades que ni siquiera pienses que sean “ejercicio”. ¿Te gusta montar a caballo, nadar, hacer excursiones o andar en canoa? Prácticamente, te ejercitarás con cualquier actividad que hagas en el exterior.
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    Pídele a un amigo que te acompañe. Una forma de mantener la motivación y divertirte es estar con un amigo. Pídele a uno de tus amigos que sea tu compañero de adecuación física y, si eres parte de un equipo deportivo, busca a un compañero del equipo con quien puedas ejercitarte.
    • Programa las reuniones semanales con tu compañero para crear el hábito de ejercitarse juntos. Planifica los días y los horarios para dar caminatas, andar en bicicleta o salir a correr con tu amigo.
    • También puedes incorporar un tiempo de actividad en las salidas con tus amigos, como ir al parque a patinar, jugar a los bolos o hacer juntos una excursión.

Método 4
Método 4 de 4:
Mantenerte motivada con la comida

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    Elige los tipos de alimentos que te ayudarán a mantenerte saludable. Consulta con tus padres y profesores de educación física, incluso con el médico, para saber cuál es la mejor dieta para tu metabolismo y tus necesidades físicas. Por lo general, alimentarte de forma saludable significa comer proteínas magras, frutas, vegetales y granos enteros con pocas grasas y azúcares.
    • Si sufres de alguna afección, consulta con el médico antes de empezar una rutina de adecuación física. Si sospechas en algún momento que algo no anda bien, por ejemplo, si tienes algún síntoma como taquicardia incluso mientras estás sentada, consulta con el médico en cuanto puedas.[5]
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    Compra cada semana los alimentos que necesites. Con la ayuda de tus padres, haz una lista de los alimentos que necesitas comer para lograr tu meta de ponerte en forma. Si estos alimentos son distintos de los que tus padres suelen comprar en el supermercado, pídeles que empiecen a comprarlos. Incluso puedes pedirles un presupuesto semanal para comprar estos alimentos tú misma.
    • Por ejemplo, si tu familia come muchos alimentos fritos, puedes empezar a saltearlos o cocinarlos al vapor, y a comer más vegetales frescos. Es posible que los vegetales frescos sean algo nuevo para tu familia, así que debes informarles que deseas tener más de estos a la mano en casa.
    • Quizás debas aprender a cocinar si tu familia no cocina de la forma en que debes hacerlo.
    • Recuerda comer los alimentos y los vegetales que les pidas a tus padres. Participa en la preparación para no pedirle a nadie más que haga el trabajo por ti. Si desperdicias los alimentos frescos, tus padres no se sentirán tan animados de comprarte alimentos especiales.
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    Evita exagerar con la dieta. No te dejes llevar por las dietas, el conteo de calorías o el control de las porciones. Estás en una etapa de crecimiento y es normal que te des un gusto de vez en cuando durante la adolescencia. Debes proponerte hacer “todo con moderación” y moderar también el enfoque sobre la alimentación.
    • Si crees que tienes dificultades con la comida, ya sea porque comes muy poco o demasiado, o tienes una obsesión, habla con alguien. Cuéntaselo a uno de tus padres, a un entrenador, orientador u otro adulto de confianza. De hecho, contarle a un adulto de confianza tus metas y los cambios físicos que has tenido es una forma excelente de mantenerte saludable, porque esta persona podría identificar cualquier meta o cambio poco saludable antes de que lo hagas.

Consejos

  • Ten en cuenta que estar en forma no es lo más importante de la adolescencia. Eres hermosa tal como eres y estar en forma solo es un medio para mejorar la salud, no para estar más delgada.
  • Si formas parte de un equipo deportivo, podrás aprender a trabajar con otras personas y tendrás la oportunidad de hacer amigos. Si no eres muy competitiva, puedes encontrar la misma camaradería en un club de adecuación física, o incluso puedes salir a correr o a caminar con una amiga. Por lo general, las personas en la calle que hacen lo mismo que tú serán amigables y alentadoras.

Advertencias

  • Si piensas hacer una dieta muy estricta o crear un plan de ejercicios intensos, consulta primero con el médico.
  • Si tienes los síntomas de algún trastorno alimenticio o adicción al ejercicio, debes buscar ayuda de inmediato. Algunos de los síntomas incluyen los siguientes:[6]
    • dejar de comer
    • comer en exceso
    • purgas (vomitar a propósito)
    • dolores musculares
    • tendinitis
    • sentimientos de extrema ineptitud cuando te ves en el espejo

Acerca de este wikiHow

Leah Morris
Coescrito por:
Coach de vida
Este artículo fue coescrito por Leah Morris. Leah Morris es coach de vida y transición de relaciones, y es propietaria de Life Remade, un servicio integral de coaching personal. Con más de tres años como coach profesional, se especializa en guiar a las personas a medida que avanzan en las transiciones de sus vidas a corto y largo plazo. Leah tiene una licenciatura en Comunicación Organizacional de la Universidad Estatal de California, Chico, y es una entrenadora certificada de Transformational Life por medio del Instituto Southwest de Artes de Sanación. Este artículo ha sido visto 3674 veces.