A veces, terminamos acercándonos a las personas a las que les gusta controlar a los demás. Podrían ser manipuladoras y mandonas. Si empiezas a sospechar que tu mejor amigo te controla, hay algunas cosas que puedes hacer. No es necesario que soportes a un mejor amigo que no escucha tus necesidades.

Método 1
Método 1 de 3:
Ser más asertivo

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    Aprende a decir “No”. Esta es una parte importante de ser asertivo. Sin embargo, si con frecuencia dices “Sí”, aunque no quieres, esto puede ser difícil. Recuerda que no es egoísta decir “No”, sino saludable. Presta atención a tus necesidades y di "No" cuando creas que debes hacerlo.
    • Por ejemplo, si tu amiga te ha pedido que la ayudes con su tarea, pero ya tienes otros planes, está bien que le digas que no. No eres responsable de su tarea.
    • No des muchas excusas cuando digas que no, porque esto puede darle formas de tratar de convencerte de que hagas lo que quiere. Más bien, mantenlo simple diciéndole algo como “No, no puedo hacerlo”.[1]
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    Dile lo que necesitas. Si no expresas lo que necesitas con claridad, entonces a tu amigo le será difícil saber si algo te molesta. En vez de quedarte callado, sé directo y dile lo que necesitas. Tu amigo probablemente valorará tu honestidad y querrá conservar la amistad.
    • Dile que quieres que deje de mandonearte diciéndole algo como “Me molesta cuando me dices qué hacer. Me gustaría que dejaras de hacerlo”.
    • También podrías mencionarle cosas específicas que necesitas. Por ejemplo, podrías decirle “Necesito que me escuches a veces” o “Necesito que apoyes más y critiques menos mis decisiones”.
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    Explícale cómo ciertas conductas te afectan. Varias veces, tu mejor amigo podría no darse cuenta de que te está controlando. En muchos casos, simplemente es su personalidad. Explicarle que su comportamiento te molesta a veces puede ayudarle a realizar cambios.
    • Por ejemplo, podrías decirle “Oye, sé que no fue tu intención, pero la mayor parte del tiempo me siento ignorado cuando no prestas atención a lo que quiero hacer”.
    • También podrías decirle “Sé que tienes un buen corazón, pero a veces quiero hacer las cosas a mi manera. Parece que no te importara lo que opino, aunque sé que no es tu intención”.
    • Para una estrategia aún más asertiva, podrías decirle algo como “Voy a tomar la iniciativa y planear nuestro almuerzo esta vez”.
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    Dale recordatorios sutiles. Después de haberle explicado que no estás dispuesto a que te siga controlando, puedes establecer un sistema que le ayude a tu amigo a aprender formas de interactuar contigo. Por ejemplo, en vez de ser grosero e insultarle la próxima vez que trate de dominar una situación, puedes ser educado y decirle “Comprendo lo que tratas de decir, pero quiero averiguarlo por mi propia cuenta”.[2]
    • Dado que tu amigo está adquiriendo un nuevo hábito, tal vez sea necesario que le des recordatorios varias semanas indicándole que ya no quieres que te controle para que lo comprenda.
    • Sé suave en tus recordatorios, diciéndole algo como “Oye, ¿recuerdas cuando dije que quería decidir a dónde ir con más frecuencia?”.

Método 2
Método 2 de 3:
Abordar el comportamiento insistente y establecer límites

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    Mantén la calma. A algunas personas les gusta molestar a los demás. Si parece que tu amigo te insiste solo por diversión, entonces no le des la satisfacción de verte aturdido. Mantén la calma lo más posible y háblale con una voz tranquila y neutra.
    • También podría servirte de ayuda usar el lenguaje corporal asertivo. Permanece derecho, párate frente a tu amigo y mantén los brazos sueltos a los costados.[3]
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    Responde a los insultos con preguntas. Los insultos ponen el enfoque en ti, pero puedes cambiar el enfoque respondiendo con una pregunta. Si tu amigo te insulta, no te molestes. Más bien, formúlale una pregunta para cambiar el enfoque hacia tu amigo.
    • Por ejemplo, si tu amigo te dice algo como “Eres tan tonto”, entonces puedes responderle con algo como “Si me hablas así, entonces voy a marcharme. ¿Eso es lo que quieres?”.
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    Explícale cómo te gustaría que se dirigiera hacia ti. Si tu amigo tiene el hábito de mandonearte, entonces corrígelo. Dile cómo quieres que se dirija hacia ti. Por ejemplo, si te dice “Tráeme una lata de gaseosa”, entonces podrías corregirle diciéndole “Creo que quieres decir ‘¿Puedes por favor traerme una lata de gaseosa?’”.
    • Si tu amigo se niega a tratarte con respeto, entonces niégate a hacer lo que quiere. Recuerda que tienes derecho a que te trate con respeto.[4]
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    Pasa menos tiempo con él. Si tus intentos por abordar su personalidad mandona no funcionan, entonces tal vez tengas que pasar menos tiempo con él para demostrarle que no estás dispuesto a soportarlo. Limita el tiempo que pasas con él a una vez por semana o menos si te trata muy mal.
    • Si tu amigo te pregunta por qué no quieres pasar tanto tiempo con él, entonces puedes decirle algo como “No me gusta cómo me tratas. Hasta que eso cambie, no puedo verte tanto como antes”.

Método 3
Método 3 de 3:
Determinar si tu amigo te está controlando

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    Determina si siempre decide lo mejor para ti. Si sientes que tu mejor amigo te controla, quizás quieras confirmar si lo que hace no es saludable. Una manera de hacerlo es notar si cuando salen, le gusta decidir lo mejor para ti. ¿Pide tu orden en los restaurantes? ¿Escoge tu ropa cuando salen juntos?
    • Una señal que indica que alguien te está manipulando es primero prometerte que te cumplirá algún deseo si estás de acuerdo con lo que ha decidido.[5]
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    Fíjate si siempre tienes que hacer las cosas a su manera. A los amigos controladores no solo les gusta decidir lo que debes hacer, sino que quieren que las cosas se hagan a su manera. Pregúntate “¿Mi mejor amigo alguna vez me deja decidir a dónde ir? ¿Me deja escoger el tipo de comida que comeremos? ¿Me deja planear las salidas?”. Si no es así, es posible que tu mejor amigo sienta la necesidad de controlar la situación, lo cual es un rasgo de una persona manipuladora.[6]
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    Determina si crees que la amistad es divertida. Si notas que tu amistad es pesada y le falta espontaneidad y diversión, tal vez sea un signo de que tu mejor amigo te controla.[7] Esto puede suceder cuando tu amigo toma todas las decisiones por ti, tratando de que la amistad gire en torno a él.
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    Determina si te sientes asfixiado. La sensación asfixiante no aparece por casualidad en las relaciones sentimentales. Esta sensación puede aparecer en una amistad controladora. Si sientes que tu mejor amigo te domina y asfixia, es una señal de que es controlador.[8]
    • Sabes que te sientes asfixiado cuando te molesta el hecho de que no puedes tomar decisiones por ti mismo.
    • También puedes sentirte asfixiado cuando tu mejor amigo quiere dominar todo tu tiempo y no toma en consideración tu horario cotidiano.[9]
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    Escucha con cuánta frecuencia te dice que no. ¿Cuán a menudo tu mejor amigo te dice que no? Tal vez diga “No, creo que quiero hacer otra cosa” o “No, no es una buena idea”. Si escuchas que tu mejor amigo constantemente te dice “No”, es una señal de que con frecuencia domina las situaciones.
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    Fíjate si se molesta cuando estás con otros amigos. Si tu mejor amigo se molesta y pone celoso cuando pasas tiempo con otros amigos, es una señal de que es controlador. Cuando estás con otras personas, no te puede controlar con tanta facilidad. Las personas controladoras o manipuladoras quieren controlar la situación constantemente, y cuando te ven con otras personas, se sienten amenazadas.[10]
    • Podría gritarte por pasar tiempo con los demás o podría tratar de sabotear tus amistades sin decirte lo que está haciendo.

Consejos

  • Di “No” con un tono asertivo, pero no agresivo.

Advertencias

  • Si tu mejor amigo te amenaza físicamente, te chantajea, etc., entonces debes salir de la situación y buscar ayuda. Podría ser tan simple como decirle a tu padre en caso de que seas un niño, o contárselo a alguien importante en la vida de tu mejor amigo (como su esposa), o incluso profesores.

Acerca de este wikiHow

Liana Georgoulis, PsyD
Coescrito por:
Psicóloga licenciada
Este artículo fue coescrito por Liana Georgoulis, PsyD. La Dr. Liana Georgoulis es una psicóloga clínica licenciada con más de 10 años de experiencia. Actualmente, es directora clínica de Coast Psychological Services en Los Ángeles. Recibió su doctorado en Psicología en la Universidad de Pepperdine en 2009. Su práctica proporciona terapia cognitiva conductual y otras terapias basadas en la evidencia para adolescentes, adultos y parejas. Este artículo ha sido visto 4611 veces.