Una pelea es una confrontación en la que dos o más personas compiten por el dominio y el respeto. A pesar de que alejarse de las peleas generalmente es la mejor opción, si tienes que luchar entonces necesitas saber cómo defenderte y cómo atacar a tu adversario en el momento preciso. Ya sea que pelees en la calle o en un ambiente controlado, saber asumir la postura correcta y apuntar a las áreas más débiles de tu adversario puede salvar tu vida. Si quieres saber cómo pelear, simplemente sigue estos pasos.

Método 1
Método 1 de 3:
Pelear de forma ofensiva

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    Ponte en posición de pelea. Si quieres pelear, necesitas asumir la postura de pelea. Para hacerlo, simplemente separa las piernas a la altura de los hombros y dobla ligeramente las rodillas de modo que no quedes parado en una posición completamente vertical. Necesitas mantenerte equilibrado para que no te arrojen al suelo. Permanece suelto. Salta con pequeños pasos a medida que ajustas tu posición, y mantén tus manos elevadas para proteger tu rostro.

    Consejo: apretar tus dientes hará que sea menos probable que te rompan la mandíbula si recibes un puño.

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    Dale un puño a tu adversario. Lo primero que tienes que hacer es cerrar tu puño de la forma correcta. Para hacer un puño efectivo, dobla los dedos hacia el interior de la mano y coloca el pulgar por fuera de los otros dedos; no al interior, a menos que quieras romperte el pulgar. Dale un puño a tu adversario en la nariz o en el estómago para causarle daños graves. El puño recto sencillo es el mejor para peleadores sin entrenamiento. Lo puedes hacer de esta manera:
    • Mantén tu codo doblado en un ángulo de entre 30° y 45° en frente de tu rostro.
    • Extiende el puño junto con el codo y el hombro, de esta manera enderezando el brazo.
    • Empuja tu peso a través del hombro y hasta el brazo, conectando el puño en el límite de tu extensión para lograr la mayor fuerza posible en tu golpe.
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    Ataca primero. Una vez que tengas equilibrio, no vaciles. Al lanzar el primer puño muy probablemente engañarás a tu adversario y te dará la posición dominante en la pelea. No gastes mucho tiempo caminando alrededor de tu adversario o tratando de asumir la posición perfecta. En vez de eso, dale un puño cuando tengas una buena oportunidad.
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    Adapta tus fortalezas a la pelea. Usa el principio de la pelea para tener una idea del desempeño de tu adversario. Basa tus objetivos de la pelea en tus fortalezas y en las debilidades del enemigo:[1]
    • Si eres más alto, intenta mantener a tu adversario a distancia. Tus extremidades más largas te permitirán atacar desde una distancia donde tu adversario no puede cubrirse.
    • Si eres más bajo, apresúrate y acércate. Tu adversario intentará mantenerte a distancia para usar su estatura a favor.
    • Si eres más rápido, entra rápido, ataca rápido y aléjate rápidamente. Pelea con ráfagas efectivas.
    • Si eres más lento, evita las complicaciones. Haz que tu adversario se acerque en vez de perseguirlo.
    • Conoce tus fortalezas y úsalas en el momento apropiado. Un movimiento calculado correctamente supera con creces a una docena de movimientos al azar.
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    Repele a tu adversario si te sostiene por la espalda. Esta es una posición de la que quieres liberarte lo más pronto posible, antes de que tu adversario te ponga en el suelo y te domine. Así que estos son algunos movimientos para intentar incapacitarlo y dar la vuelta en la dirección correcta:
    • Pisa con fuerza en la parte superior del pie. Pisa con el talón tan fuerte como puedas en la parte superior del pié de tu adversario, y espera a que grite de dolor.
    • Haz el cabezazo hacia atrás. Lanza tu cráneo hacia atrás hasta que golpees la nariz de tu adversario. Te dejará ir después de causarle daño.
    • Tuerce sus dedos. En vez de agarrar sus muñecas, pon tus manos alrededor de todos sus dedos y tuércelos hasta que se rinda.
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    Conserva tu energía. Concentra tu energía en tus movimientos, y no te muevas demasiado, o podrías cansarte a la mitad de la pelea. Algunos adversarios intentarán hacerte "bailar" para atacar cuando estés agotado. Prepárate para entrenar 'Aikido'. Aguantar unos cuantos puños mientras te proteges puede agotar a tu adversario y derrotarlo mentalmente.
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    Nunca alejes la mirada de tu adversario. Nunca, jamás alejes la mirada de tu adversario. En ocasiones tu enemigo no hará nada si miras hacia otro lado, pero los peleadores más experimentados tomarán ventaja de esta situación y probablemente te noquearán.
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    Finge un ataque. Cada vez que atacas, quedas vulnerable. Si por ejemplo lanzas un puño, el brazo con el que ataques no va a estar disponible para defenderte, y tu adversario podrá bloquear el puño y atacar con la otra mano el punto débil que abriste. Sin embargo, si finges un ataque, tu adversario responderá con un contraataque, lo que lo hará vulnerable. La clave es convencer al enemigo que harás cierto movimiento, y anticipar su respuesta.

    Consejo: puedes combinar ataques falsos con ataques verdaderos, de modo que tu adversario se confunda y no pueda predecir tu siguiente movimiento.

Método 2
Método 2 de 3:
Pelear de forma defensiva

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    Aguanta un puño a la cabeza. Aunque evitar ser golpeado es la mejor opción, si peleas es probable que recibas un puño en algún momento, así que es mejor saber cómo evitarlo. Para aguantar un puño a la cabeza, muévete hacia el puño mientras tensionas el cuello y aprietas la mandíbula para reducir el impacto. Haz que tu frente sea la que reciba el puño, de modo que dañes la mano de tu adversario en vez de terminar con la nariz, las mejillas o la mandíbula lastimadas.[2]
    • Inclinarse hacia el puño en vez de alejarse reduce el impacto del golpe, ya que tu adversario tendrá menos tiempo de ganar velocidad.
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    Aguanta un puño al estómago. Si un puño se dirige a tu estómago, debes tensar los músculos de esa zona sin meter el vientre. Si puedes, intenta moverte para recibir el golpe en los costados en vez de directamente en el estómago. Un golpe directo al estómago puede dañar tus órganos y causar el dolor suficiente como para doblarte.[3]

    Consejo: evita sostener la respiración o te sacarán el aire de los pulmones. En vez de eso, intenta exhalar un poco antes de recibir el puño, lo cual tensará naturalmente los músculos del estómago.

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    Evita que te carguen y te derriben. Si tu adversario intenta derribarte, vendrá en una posición cercana al suelo y te abrazará por la cintura y las caderas mientras intenta hacerte perder el equilibrio. No intentes agarrarle la cabeza, aunque parezca tentador. En vez de eso, mueve las manos hacia adelante y agarra sus caderas o la parte superior de su cuerpo para empujarlo en sentido contrario.[4]
    • Después de eso habrás creado suficiente distancia y recuperado tu equilibrio, por lo que podrás patear a tu adversario en la ingle o pisarle los pies.
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    Evita la llave de estrangulamiento. Si tu adversario está detrás de ti y aplicó la llave de estrangulamiento, no intentes doblar las rodillas y arrojarlo sobre tu espalda. Al hacer esto apretarás su agarre y te causarás daños graves, en especial si no eres lo suficientemente fuerte como para sostener su peso. En vez de eso, agarra el brazo de tu adversario que esté alrededor de tu cuello mientras te inclinas hacia un lado para crear algo de espacio entre los dos cuerpos. Hazlo hasta que tu adversario se deslice y te libere.
    • Si te inclinas lo suficiente, incluso puedes hacer que tu adversario caiga al suelo. Cuando lo tengas en el suelo, puedes tratar de inmovilizarlo mientras está acostado de espaldas.
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    Conoce qué hacer si te lanzan al suelo. Si tu adversario te tiene acostado de espaldas, no te alejes de él para intentar levantarte. Al quitar la mirada del enemigo tienes garantizado un golpe de inmediato. En vez de eso, sigue mirando a tu adversario y levanta las piernas para intentar patearlo tan fuerte como puedas en sus canillas, sus rodillas o en la ingle. Si está cerca al suelo, patéalo en el rostro. Cuando hayas infligido el daño suficiente, puedes levantarte de nuevo.[5]
    • Después de lastimar o patear a tu adversario haciéndolo retroceder, rueda hacia un lado y usa tus brazos para soportar tu peso corporal mientras recuperas el equilibrio.
    • No dejes de mirar a tu adversario, incluso si intentas levantarte. Aunque parezca que esté lastimado, puede regresar cuando aún intentas levantarte.
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    No dejes que tu adversario te inmovilice en el suelo. Si estás en el suelo con tu adversario, debes evitar a toda costa que se ponga encima de ti. Ponte de lado o sobre tu vientre; tus oportunidades de escapar son mejores si no te inmovilizan mientras estás acostado de espaldas. Después de asumir esta posición, trata de luchar lo más fuerte que puedas para levantarte y alejarte.
    • Si te inmovilizan mientras estás acostado de espaldas, el enemigo podrá sostenerte en el suelo fácilmente y golpearte en el rostro. Evita esta maniobra a toda costa.
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    Grita. Si quieres terminar la pelea lo más pronto posible, simplemente grita tan fuerte como puedas mientras peleas. Esto hará que sea más probable que alguien se acerque y que espante a tu adversario, logrando así ponerte a salvo. Incluso si estás en un lugar que parece abandonado, trata de gritar tan fuerte como puedas, con la esperanza de que alguien se acerque. Gritar también toma por sorpresa a tu adversario, ya que no espera que grites en la mitad de la pelea.
    • Incluso si nadie viene a rescatarte, gritar puede desorientar a tu adversario y asustarlo, haciéndolo pensar que alguien más vendrá.

Método 3
Método 3 de 3:
Pelear de forma sucia

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    Ataca el rostro de tu adversario. El rostro es otro lugar muy vulnerable para atacar. Lastimar los ojos, la nariz y el rostro de tu adversario puede ser una buena manera de ocasionarle un dolor enorme y de reducir su velocidad significativamente. Estos son algunos métodos que puedes intentar:[6]
    • Da cabezazos al rostro de tu adversario. Usa tu frente para golpearlo en la nariz. Si lo haces de la forma correcta, puedes romper su nariz.
    • Clava tus dedos en los ojos de tu adversario. Esto le puede causar un dolor insoportable, además de cegarlo y desorientarlo durante el tiempo suficiente como para que escapes u ocasiones más daño.
    • Dale un puño en la nariz. Este es un lugar muy efectivo para causar daños graves.
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    Ataca el cuello y la garganta. Golpear el cuello y el rostro de tu adversario garantiza que lo detendrás de inmediato, o al menos por un periodo de tiempo breve. Si en realidad quieres lastimarlo, intenta estos movimientos poco delicados:[7]
    • Dale un puño a tu adversario en la nuca para hacerlo perder el conocimiento temporalmente.
    • Dale un puño a tu adversario en el medio de la garganta para dañar sus vías respiratorias.
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    Patea a tu adversario donde duele. Si no hay reglas en tu pelea, entonces tu única meta debe ser ganar. Si sólo quieres ganar la pelea, entonces no tienes que seguir ninguna regla de etiqueta; simplemente trata de lastimar, paralizar o hacer que tu adversario caiga al suelo para que tengas el tiempo suficiente de escapar. Estas son algunas formas en las que puedes hacerlo:[8]
    • Golpea con la rodilla en la ingle de tu adversario. Está garantizado que esto lo detendrá de forma abrupta.

    Consejo: lanza una patada baja a la ingle, las rodillas o el abdomen de tu adversario. Patéalo con la planta del pie. Simplemente asegúrate de hacerlo rápidamente para mantener el equilibrio, o de lo contrario podrían inhabilitarte mientras pateas.

Consejos

  • Golpea a tu oponente, pero asegúrate de hacerlo adecuadamente para evitar alguna lesión.
  • Apunta a la espalda de tu oponente cuando no mire. Esto le dificultará las cosas.
  • Intenta golpear primero para tener una gran ventaja. Apunta a la mandíbula directamente o ligeramente de lado. Este golpea puede aturdir fácilmente a alguien o incluso noquearlo si se hace correctamente.
  • También es bueno aprender artes marciales para tener aún más habilidades.
  • Patea a la persona detrás de la rodilla, ya que esto podría hacer que se caiga al piso.
  • Los engaños son una herramienta muy útil, pero son difíciles de usar si tu adversario es un luchador experimentado.
  • Evita mirar los pies o las manos del adversario. La forma correcta de anticipar patadas y puños es mirar a las rodillas y a los hombros. Si tu adversario te mira los pies, muévelos de un lado a otro y lanza un puño a la cabeza.
  • En una pelea de vida o muerte, no dudes en golpear los puntos de presión.
  • Trata de ver cómo pelea tu adversario antes de enfrentarlo. Esto te puede dar una ventaja táctica, aunque no siempre es posible.
  • No bajes la guardia. Si lo haces, tu oponente podría intentar aturdirte o noquearte.

Advertencias

  • En una pelea sucia, puedes usar tu entorno a tu favor. Palos, piedras, tierra son muy eficaces. Ten cuidado y procura no romper nada que no sea tuyo o que sea valioso a menos que te estés defendiendo.
  • No vaciles. En otras palabras, en el momento en el que lances una patada, patea. De lo contrario te detendrás y recibirás una patada, y perderás el elemento sorpresa.
  • Recuerda que el oponente podría tener un cuchillo o un arma para poder herirte gravemente.
  • Los contraataques no siempre son eficaces y podrían ponerte en gran desventaja si tu oponente tiene un arma.
  • Pelea si es necesario solo hasta el punto que te permita escapar. Demasiados golpes y patadas te agotarán y desgatarán tu energía. Sin querer, podrías lastimar realmente a alguien e involucrarte en un delito.
  • Nunca ataques primero si estás en la escuela, ya que eso generalmente te meterá en problemas.

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Categorías: Deportes de lucha
Resumen del artículoX

Para lastimar rápidamente a un oponente durante una pelea y poder escapar, patéalo en un área vulnerable, como la ingle, la rodilla o el abdomen. Dale un golpe en los ojos o un puñetazo en la nariz, formando un puño con el pulgar afuera e impulsando tu peso a través del hombro y el brazo. Si te sujeta por detrás, pisa su empeine con fuerza o dale un cabezazo en la nariz con la parte trasera de la cabeza. Si te lanza al suelo, patéale la espinilla, la rodilla o la ingle, pero nunca le quites la vista de encima. Si necesitas ayuda, grita lo más fuerte que puedas. Si quieres saber cómo defenderte o recibir los golpes del oponente, ¡sigue leyendo el artículo!