Los enebros son plantas coníferas con hojas verdes que parecen agujas. Existen muchas variedades cultivadas de enebro disponibles, y cada una puede tener sus propias necesidades particulares. Sin embargo, algunos requerimientos de siembra y cuidado son consistentes en todas las especies.

Método 1
Método 1 de 3:
Preparaciones

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    Elige la mejor variedad. Existen muchas variedades cultivadas de enebro, cada una con una apariencia y tamaño diferente, así que tienes que elegir una que encaje adecuadamente con tus gustos y tu espacio.[1]
    • Las variedades de corta altura crecen hasta 61 cm (2 pies) de alto o menos. Algunos ejemplos son:
      • Enebro de la China, que tiene un follaje verde y se extiende hasta 2,1 m (7 pies).
      • Enebro de Andorra, que se extiende hasta 2,4 m (8 pies) y tiene un follaje color verde grisáceo en el verano y color bronce púrpura en el invierno.
      • Enebro rastrero, que se extiende hasta 2,4 m (8 pies) y tiene un follaje color azul plateado.
      • Enebro conferta, que tiene un follaje color verde y amarillo y se extiende hasta 2,4 m (8 pies).
    • Las variedades de altura mediana alcanzan tamaños de entre 0,6 y 1,5 m (2 y 5 pies) de alto. Algunas variedades cultivadas comunes incluyen:
      • Enebro híbrido variedad "Sea green", que tiene un follaje en forma de arco color verde oscuro que se extiende hasta 2,4 m (8 pies).
      • Enebro híbrido variedad "Saybrook Gold", que se extiende hasta 1,8 m (6 pies) y tiene un follaje vívido color dorado.
      • Enebro de Holbert, que tiene un follaje teñido de azul que puede extenderse hasta 2,7 m (9 pies).
    • Las variedades de gran altura tienden a alcanzar tamaños de entre 1,5 y 3,7 m (5 a 12 pies). Estos son algunos ejemplos:
      • Enebro híbrido dorado, que tiene un follaje color verde claro teñido de amarillo que se extiende hasta por 3 m (10 pies).
      • Enebro híbrido, que tiene un follaje color verde vivo que se extiende hasta 3 m (10 pies).
      • Enebro de la China variedad "Blue vase", que tiene un follaje color azul acerado que crece hasta 1,5 m (5 pies).
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    Compra un pequeño arbusto establecido. Si quieres agregar un enebro a tu jardín, debes comprar plantas jóvenes de enebro de un centro local de jardinería.[2]
    • Los enebros pueden cultivarse a partir de semillas o propagarse a través de esquejes, pero el proceso toma mucho tiempo y es difícil, así que no es recomendable para el jardinero promedio.
    • También es más difícil encontrar semillas y esquejes que encontrar una planta joven establecida.
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    Busca una ubicación soleada. A los enebros les va mejor en luz solar total, pero también pueden sobrevivir bien en sombra parcial.
    • Deben evitarse las áreas que estén mayormente sombreadas. Los enebros que se plantan en sombra tienden a abrirse y ralearse. También enfrentan más problemas de pestes y enfermedades.
    • También debes evitar lugares que estén directamente junto a aspersores para el césped o fuentes similares de irrigación. El riego intenso y frecuente puede empapar el suelo de una forma demasiado severa para el enebro.[3]
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    Examina y modifica el suelo. La mayoría de variedades de enebro tolera una amplia gama de condiciones en el suelo, pero este debe drenarse bien. Si no es así, debes modificarlo para mejorar su capacidad de drenaje antes de plantar el enebro.
    • El pH del suelo no importa mucho para la mayoría de las variedades.
    • La mayoría de variedades puede manejarse bien en suelos secos y arcillosos y en suelos estándar. Algunas incluso pueden crecer en arena o en suelos notablemente salados.
    • Si el suelo es pesado y no se drena bien, debes agregar varias cubetas de grava o arenilla en el área donde planees plantar el enebro antes del periodo de siembra. Cualquiera de los dos materiales debe ayudar a mejorar las condiciones de drenaje.
    • Si bien no es necesario, si quieres hacer que el suelo sea más rico en nutrientes, tal vez quieras agregar una cubeta de material orgánico, como moho de hojas, estiércol podrido o abono. Cávalo en el lugar de siembra poco antes de cuando planees plantar el enebro.

Método 2
Método 2 de 3:
Plantar

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    Riega el enebro en su recipiente. Riega completamente el enebro en su recipiente, empapando la tierra y haciéndola más compacta.[4]
    • Palpa la tierra en el recipiente con las manos antes de hacer esto. Si ya parece estar muy húmeda y compacta, debes omitir este paso.
    • Regar la tierra reduce la cantidad de aire en el recipiente y facilita que retires la bola de raíces.
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    Excava un agujero grande. Utiliza una pala para excavar un agujero que sea dos veces más ancho y por lo menos tan profundo como el recipiente en el que se encuentre actualmente la planta de enebro.
    • Debe haber bastante espacio. Si haces un agujero que es apenas lo suficientemente grande, es posible que las raíces no se asienten ni se establezcan bien.
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    Mezcla la tierra con un abono balanceado. Agrega a la tierra 2 cucharaditas (10 ml o 0,3 onzas) de un abono 10-10-10 balanceado por cada planta de 4 litros (1 galón).
    • Toma nota de que un abono 10-10-10 se refiere a una mezcla que contiene partes iguales de nitrógeno, fósforo y potasio.
    • Debes ya sea mezclar el abono con la tierra en la parte inferior del agujero o esparcirlo por la parte exterior del agujero. No esparzas el abono directamente adentro del agujero de siembra.
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    Retira la planta del recipiente. Si la planta está en un recipiente descartable de plástico, inclina cuidadosamente el recipiente sobre un lado y presiona alrededor de la parte exterior para soltar la tierra y la masa de raíces que están adentro. Debes poder deslizar cuidadosamente toda la masa de tierra fuera del recipiente con las manos o con una pala.
    • Si la planta no está en un recipiente descartable de plástico, es posible que tengas que soltar la tierra alrededor de los lados del recipiente deslizando la pala por el perímetro interior.
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    Suelta la masa de raíces. Usa las manos o un cuchillo sin filo para separar las raíces individuales de la masa compacta. Suelta tantas raíces como puedas sin dañar demasiadas.
    • No necesitas desenredar todas las raíces, pero las más largas en la parte inferior de la bola deben separarse de la masa. Esto ayudará a las raíces a esparcirse hacia la tierra que las rodea cuando plantes el arbusto.
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    Coloca la bola de raíces en el agujero. Coloca la bola de raíces en el centro del agujero que excavaste. La parte superior de la bola debe estar al nivel de la superficie del suelo alrededor del agujero.
    • El nivel de tierra dentro del agujero debe ser aproximadamente el mismo que había en la maceta. Si descubres que el agujero de siembra es demasiado profundo, saca la planta y agrega más tierra antes de volverla a colocar. Si el agujero es muy poco profundo, retira la planta y excava un poco más antes de regresarla.
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    Llena el resto del agujero. Sujeta el arbusto firmemente y mantenlo erguido mientras llenas el agujero a su alrededor con un poco de la tierra que retiraste al excavar el agujero.
    • También puedes agregar alguna materia orgánica durante esta etapa, pero eso es estrictamente opcional.
    • Palmea la tierra con las manos o pies para asentarla y eliminar cualquier burbuja de aire. Sin embargo, no pisotees la planta contra el suelo.
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    Deja bastante espacio entre las plantas. Cuando los enebros se plantan demasiado cerca unos de otros, se puede formar una gruesa capa de follaje, ocasionando problemas con la circulación del aire. Como resultado, es más probable que las plantas enfrenten problemas con pestes y enfermedades.
    • Esto puede ser un problema para todas las variedades de enebro, pero es especialmente problemático para las variedades que crecen horizontalmente.
    • La cantidad exacta de espacio que debes dejar entre las plantas de enebro variará en base al tipo y el tamaño de la variedad que elijas. Considera hasta qué longitud se extiende el arbusto y espacia las plantas lo suficiente como para evitar que se extiendan unas contra otras.
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    Riégalas minuciosamente hasta que se establezcan. Dales a las plantas bastante agua inmediatamente después de plantarlas. Hacerlo las ayudará a establecerse a la vez que compacta más a fondo la tierra.
    • Continúa regando las plantas dos veces a la semana durante el primer mes para ayudarlas a establecerse.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidado

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    Evita regarlas demasiado. Las plantas establecidas de enebro solo necesitan regarse durante periodos severos de sequía.
    • Estas plantas son bastante tolerantes a la sequía, así que debes poder dejarlas solas durante sequías menores.
    • De hecho, los enebros pueden debilitarse si los riegas con demasiada frecuencia. La tierra empapada y las raíces parcialmente inundadas hacen que la planta sea más susceptible a enfermedades y pestes.
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    Aplica abono dos veces al año. El abono debe mezclarse con la tierra alrededor de los enebros una vez a principios de la primavera. Aplica abono una vez más a finales del verano.
    • Usa 225 g (0,5 libras) de abono por cada 9,23 metros cuadrados (100 pies cuadrados).
    • Para mejores resultados, aplica el abono inmediatamente antes de una lluvia prevista. Si esto no es posible, riega el área completamente después de la aplicación.
    • Selecciona un abono de 16-4-8 o 12-4-8. Estos dos tipos de abono tienen una gran cantidad de nitrógeno (representada por el "16" o el "12"), el cual ayuda a que el enebro produzca más clorofila para crecer más rápido. El fósforo ("4") es mínimo, ya que ayuda principalmente en la capacidad de floración. El potasio ("8") es de rango medio y ayuda a proteger a la planta de enfermedades a la vez que mejora el desarrollo de las raíces.[5]
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    Poda ligeramente. Solo necesitas podar el follaje viejo y muerto que se acumula debajo de las variedades trepadoras de enebro. Despejar las ramas muertas mejora la circulación del aire, lo que lleva a una planta más saludable.
    • También puedes podar las puntas de la planta a medida que brotan para limitar la altura y el alcance de la planta.
    • Si la planta se vuelve demasiado frondosa o densa, también puedes ralear algunas de las ramas más viejas.
    • Espera a que los nuevos brotes hayan comenzado a salir en la primavera antes de realizar cualquier poda.
    • Debido a que las agujas pueden ser dolorosas, debes usar guantes y mangas largas al podar la planta.
    • Sin embargo, no realices ninguna poda muy intensa. No se desarrollan muchos brotes nuevos en las ramas viejas, así que, si cortas las ramas hasta dejar solo las más grandes, esas ramas no crecerán de nuevo y la planta se mantendrá desnuda.
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    Ten cuidado con las pestes comunes. Los enebros pueden desarrollar problemas con insectos, incluyendo las orugas de saquito, arañas rojas, minadores, gusanos telarañeros y áfidos.
    • La mayoría de estas pestes pueden controlarse con pesticidas. Espera hasta detectar el problema, luego compra un pesticida designado para usarse contra esa peste y aplícalo como se indica en la etiqueta.
    • Si ves que se forman bolsas con forma de zanahoria en las agujas del enebro, es probable que tengas un problema de orugas de saquito. Puedes retirarlas físicamente para evitar que las larvas nazcan y se coman las agujas.
    • Las arañas de abeto pueden ser especialmente problemáticas, ya que ocurren en infestaciones densas y ocasionan que las agujas se pongan marrones y se mueran en masa. La intervención química casi siempre es necesaria.
    • Puedes detectar las polillas perforadoras de ramas cuando las puntas de las ramas se ponen marrones y se mueren. Puedes detectar los gusanos telarañeros cuando observas que se forma una intensa tela en el follaje y este se pone marrón. Estas dos pestes también deben tratarse con pesticidas.[6]
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    Sé consciente de las enfermedades comunes. Los enebros que se plantan en condiciones ideales muy rara vez tienen problemas con enfermedades, pero algunas pueden ocurrir, sobre todo durante temporadas particularmente lluviosas o sombreadas.
    • El moho de las ramas y las puntas puede evitarse con la circulación apropiada del aire, pero, si lo notas, debes retirar rápidamente cualquier rama infectada.[7]
    • La roya del manzano puede desarrollarse cuando se plantan manzanos o manzanos silvestres cerca del enebro. Si la ves, retira inmediatamente las partes infectadas de la planta.
    • La podredumbre de la raíz causada por la protista Phytophthora ocasiona la muerte súbita de toda la planta y no puede tratarse una vez que se desarrolla. Puede prevenirse plantando el enebro en lechos elevados o en tierra que se drene bien.
    • La bráctea aparece en tallos y hojas y puede minimizarse aplicando aceite latente en la primavera o apenas detectes el problema.

Cosas que necesitarás

  • Plantas de enebro
  • Grava o arenilla
  • Manguera
  • Pala de jardín
  • Cuchillo sin filo
  • Abono balanceado 10-10-10
  • Abono secundario 16-4-8 o 12-4-8
  • Tijeras de podar
  • Guantes de jardinería
  • Pesticidas (según sea necesario)

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Categorías: Jardinería