Los tomates hidropónicos se plantan en una solución de nutrientes en lugar del suelo. Por lo general, se colocan en un material sin tierra que pueda soportar sus raíces y retener los nutrientes. Cultivar tomates de forma hidropónica te permite cultivarlos en un ambiente controlado que reduce las posibilidades de que padezcan enfermedades, facilita un crecimiento más rápido y garantiza una mayor producción de frutos. Sin embargo, el cultivo hidropónico requiere mucho más trabajo y, en ocasiones, es más costoso que el cultivo normal de tomates; en especial si nunca antes has implementado un sistema hidropónico.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Implementa un sistema hidropónico

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    Elige el tipo de sistema que usarás. Existen varios tipos de sistemas hidropónicos, y los tomates pueden crecer bien en cualquiera de ellos. Las instrucciones de esta sección te enseñarán cómo construir un sistema de flujo y reflujo, el cual es relativamente barato y fácil de construir.[1] Sin embargo, puedes buscar otras alternativas, como el sistema de "cultivo en agua" más sencillo y apropiado para el tomate cereza y otras plantas pequeñas, o sistemas más complejos como el de "flujo múltiple" o el "NFT (técnica de la película de nutrientes)", que los productores comerciales suelen utilizar.[2]
    • Nota: las tiendas de hidroponía y las tiendas de materiales para el hogar pueden vender un kit de hidroponía que incluye todo lo que necesitas para implementar tu sistema. También puedes comprar cada componente por separado o incluso puedes encontrar alguno de ellos en tu casa. Limpia bien los componentes de segunda mano o los que ya fueron utilizados antes de construir el sistema hidropónico.
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    Busca un área adecuada. Los sistemas hidropónicos solo son adecuados para ambientes cerrados o invernaderos. Ellos requieren un control preciso para funcionar apropiadamente; por lo tanto, deben implementarse en un lugar cerrado aislado de otras habitaciones y del exterior. Esto te permite configurar los niveles exactos de temperatura y humedad necesarios para garantizar el mejor crecimiento.
    • Es posible crear un cultivo hidropónico que use la luz natural, pero debes mantener el sistema debajo de una cobertura de vidrio o polietileno, como el techo de un invernadero que no esté abierto al aire.
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    Llena un recipiente de plástico grande con agua para utilizarlo como reservorio. Usa un recipiente de plástico que no permita el paso de la luz, para evitar el crecimiento de algas. Mientras más grande sea el reservorio, más estable y exitoso será tu sistema hidropónico. Cada planta de tomates pequeños (como las plantas de tomates cereza) requerirá como mínimo 1/2 galón (1,9 litros) de agua, mientras que la mayoría de las plantas de tomates más grandes requerirán 1 galón (3,8 litros) por planta. Sin embargo, muchos factores pueden hacer que las plantas de tomates consuman agua con más rapidez; por ello, se recomienda que uses un recipiente que pueda almacenar el doble de la cantidad mínima de agua requerida.[3]
    • Para ello, puedes usar una cubeta o un bote de basura de plástico. Usa uno nuevo para evitar que el sistema se contamine; puedes usar uno que no se haya utilizado mucho, pero lávalo con jabón y enjuágalo adecuadamente.
    • El agua acumulada de la lluvia puede ser mejor para el cultivo hidropónico, en lugar del agua del grifo, en particular si esta última es especialmente "dura" debido al alto contenido de minerales.[4]
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    Fija una bandeja sobre el reservorio. Esta "bandeja de flujo y reflujo" brindará soporte a tus plantas de tomates, y recibirá de forma regular nutrientes y agua que las raíces de las plantas absorberán. Debe ser lo suficientemente resistente para sostener tus plantas (o deberá sostenerse sobre un soporte adicional) y debe colocarse a una altura mayor a la del reservorio para que retenga el agua en exceso. Por lo general, están hechos de plástico (no de metal) para evitar la corrosión que podría afectar a las plantas y no desgastar la bandeja.
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    Instala una bomba de agua dentro del reservorio. Puedes comprar una bomba de agua en una tienda de hidroponía o una bomba para fuentes que encontrarás en las tiendas de materiales para el hogar. Muchas bombas contarán con un cuadro que muestra el flujo de agua a diferentes alturas, puedes usar esta información para encontrar una fuente que sea lo suficientemente fuerte para enviar agua desde el reservorio hasta la bandeja que contiene las plantas. Sin embargo, la mejor opción puede ser elegir una bomba ajustable y potente, y experimentar con sus opciones una vez que hayas implementado tu sistema.
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    Instala los tubos de llenado entre el reservorio y la bandeja. Usando tubos de PVC de 1,25 cm (1/2 pulgada) o los tubos que incluidos en tu kit de hidroponía, coloca un tubo entre la bomba de agua y la bandeja, para que la bandeja pueda llenarse con agua hasta la altura de las raíces de las plantas de tomates.
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    Instala un tubo de sobreflujo que vaya en dirección al reservorio. Coloca otro tubo de PVC en la bandeja con un accesorio de sobreflujo, a una altura cercana a la parte superior de las raíces, debajo de los tallos de las plantas de tomates. Cuando el agua alcance este nivel, regresará al reservorio por medio de este tubo.
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    Coloca un temporizador en la bomba de agua. Puedes utilizar un temporizador simple (para instalaciones de alumbrado) para encender la bomba de agua en intervalos regulares. Este debe ser ajustable para que puedas aumentar o disminuir la cantidad de nutrientes proporcionados dependiendo de la etapa de la vida de las plantas.
    • Se recomienda usar un temporizador de alto rendimiento de 15 amperios con una cobertura resistente al agua.[5]
    • Toda bomba de agua debe permitir instalar un temporizador, si es que no viene con uno ya instalado, pero las instrucciones exactas pueden variar para cada modelo. Si tienes problemas con este paso, consulta al fabricante.
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    Prueba el sistema. Apaga la bomba de agua y revisa a dónde va el agua. Si un chorro de agua no llega a la bandeja o si el agua en exceso se derrama por los bordes de la bandeja, es posible que necesites ajustar las opciones de tu bomba de agua. Una vez que hayas seleccionado la fuerza de impulso correcta, revisa el temporizador para verificar que haga que la bomba trabaje en los tiempos que seleccionaste.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cultiva las plantas de tomates

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    Planta las semillas de tomates en un material especial. Cultiva tus plantas de tomates a partir de semillas siempre que sea posible. Si traes plantas del exterior, podrías introducir plagas y enfermedades en tu sistema hidropónico. Planta las semillas en bandejas de viveros con un material de soporte especial para cultivos hidropónicos, en lugar de usar tierra normal. Se suele utilizar 16 cm³ (una pulgada cúbica) de un material llamado "lana de roca", así como rocas volcánicas o hebras largas de fibra de coco.[6] Antes de usar el material, lávalo con agua que tenga un pH de 4,5. Planta la semilla debajo de la superficie y coloca encima domos de plástico o algún otro material transparente para atrapar la humedad y hacer que las semillas broten.[7]
    • Las tiendas de jardinería tienen kits de medición de pH que te permiten medir el pH o la acidez del agua. También venden materiales que modifican el pH o kits que te permiten ajustarlo.
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    Cuando las semillas broten, colócalas debajo de una luz artificial. Tan pronto como las plantas broten, retira la cobertura y coloca los brotes debajo de una fuente de luz como mínimo 12 horas diarias.[8] Solo usa bombillos incandescentes como último recurso, ya que producen más calor que otras luces.
    • Revisa la sección que describe la implementación del sistema hidropónico para aprender sobre los tipos de luces que permiten el crecimiento.
    • Asegúrate de que la luz no brille en las raíces para evitar dañarlas. Si las raíces sobresalen del material inicial antes de que el brote esté listo para trasplantarlo, necesitarás lavar un poco más de material inicial y luego agregarlo para cubrirlas.
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    Lleva los brotes al sistema hidropónico. Espera hasta que sus raíces empiecen a sobresalir por el fondo de la bandeja de vivero y hasta que la primera "hoja verdadera" haya crecido y sea más grande y diferente a la primera o dos primeras "hojas de la semilla". Esto suele tomar entre 10 y 14 días.[9] Cuando los lleves al sistema hidropónico, puedes colocarlos en intervalos de 15 cm (6 pulgadas) en una capa del mismo material o transferirlos a recipientes de plástico individuales “tipo malla” que contengan el mismo material.
    • Si vas a utilizar el sistema de flujo y reflujo descrito en este artículo, debes colocar las plantas en la bandeja. Otros sistemas pueden requerir que las plantas se coloquen en un comedero, en una pendiente o en cualquier lugar en donde el agua y los nutrientes puedan llegar a las raíces.
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    Configura el temporizador de la bomba de agua. Para empezar, trata de configurar la bomba para que trabaje por 15 o 30 minutos, cuatro veces al día (una vez cada seis horas). Supervisa las plantas, necesitarás aumentar la frecuencia de riego si empiezan a marchitarse y deberás disminuirla si las raíces se vuelven pegajosas o si están empapadas. Lo ideal es que el material en el que se encuentran las plantas solo se seque un poco antes del próximo ciclo de riego.
    • Incluso cuando el ciclo de riego ya se haya establecido, necesitarás aumentar la frecuencia de riego cuando las plantas empiecen a florecer y a dar frutos, ya que estos procesos requieren agua adicional.
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    Coloca tus luces artificiales (si es el caso). Para garantizar las condiciones ideales de crecimiento, debes exponer a las plantas de tomates en crecimiento a la luz entre 16 y 18 horas al día. Luego apaga las luces y déjalas reposar en total oscuridad por unas 8 horas. Las plantas también crecerán si solo reciben luz solar, pero es probable que lo hagan más lento.
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    Asegura las plantas de tomates altas con estacas y pódalas. Algunas plantas de tomates tienen un crecimiento "determinado"; es decir, crecen hasta alcanzar un tamaño específico y luego se detienen. Otras siguen creciendo de forma indefinida, y pueden necesitar que las ates a una estaca para poder crecer rectas. Pódalas arrancando los tallos con las manos, en lugar de cortarlos.
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    Poliniza las flores de las plantas de tomates. Tus plantas de tomates florecerán y no habrá insectos en tu ambiente hidropónico que puedan polinizarlas; por ello, necesitarás hacerlo por tu cuenta. Espera hasta que los pétalos se abran y dejen expuesto el pistilo circular y los estambres cubiertos con polen o las puntas largas y delgadas ubicadas en el centro de la flor. Pasa un pincel cuidadosamente en cada uno de los estambres cubiertos con polen, luego pásalo por el extremo circular del pistilo. Repite esto todos los días.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Crea buenas condiciones de crecimiento

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    Controla la temperatura. Durante las horas del "día", la temperatura debe encontrarse entre los 18 y los 24 °C (65 y 75 °F). Durante la noche, debe encontrarse entre los 12 y 18 °C (55 a 65 °F).[10] Usa termostatos y ventiladores para regular la temperatura. Supervisa la temperatura conforme las plantas crezcan, ya que podría cambiar con el clima o el ciclo de vida de los tomates.
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    Enciende un ventilador en la habitación (opcional). Un ventilador que expulse el aire al exterior o a otra habitación puede ayudar a mantener la temperatura uniforme en toda la habitación. El flujo de aire que crea también puede facilitar la polinización; sin embargo, es mejor polinizar las plantas manualmente para asegurarte de que den frutos, tal como se describe más adelante.
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    Agrega una solución de nutrientes al reservorio con agua. Usa una solución de nutrientes elaborada para cultivos hidropónicos, en lugar de fertilizante normal. Evita usar soluciones "orgánicas" que pueden descomponerse y complicar el cuidado de tu sistema.[11] Las necesidades de tu sistema serán diferentes según la variedad de tomates y el contenido de minerales del agua; por ello, es posible que necesites ajustar la cantidad o el tipo de la solución de nutrientes que uses. Sin embargo, para empezar, sigue las instrucciones brindadas en el empaque para determinar la cantidad que debes agregar al reservorio.
    • Las soluciones de nutrientes de dos partes crean menos residuos y, si surgen problemas, pueden ajustarse mezclándolas en cantidades diferentes; por lo cual, es preferible usarlas en lugar de las soluciones de una parte.[12]
    • Puedes utilizar una fórmula enfocada en el crecimiento cuando las plantas estén creciendo, luego puedes cambiar a una fórmula para florecimiento cuando empiecen a florecer, para satisfacer sus nuevas necesidades de nutrientes.
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    Usa un kit de medición de pH para ajustar la cantidad de agua. Usa un kit de medición de pH o un papel de tornasol para medir el pH de tu mezcla de agua y nutrientes cuando haya transcurrido un tiempo suficiente para que se vuelva una mezcla uniforme. Si el pH no se encuentra en el rango de 5,8 a 6,3, pregúntale a algún empleado de una tienda de hidroponía o de jardinería sobre los materiales que pueden usarse para aumentar o disminuir el pH.
    • El ácido fosfórico puede utilizarse para disminuir el pH, mientras que el hidróxido de potasio puede usarse para aumentarlo.
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    Instala luces para el crecimiento (recomendado). Las "luces artificiales para el crecimiento" te permitirán simular las condiciones de crecimiento ideales para todo el año, brindándole a tus plantas muchas más horas de "luz solar" que las que recibe el jardín al aire libre. Este es uno de los beneficios principales de un sistema de cultivo en espacios cerrados. Sin embargo, si estás usando un invernadero o alguna otra área que recibe grandes cantidades de luz natural, puedes contar con una temporada de cosecha más corta y ahorrar dinero en las cuentas de electricidad.
    • Las lámparas de halogenuros metálicos simulan la luz del sol con mayor exactitud, lo que las vuelve una opción popular para los sistemas hidropónicos. También se pueden usar luces fluorescentes, LED y de sodio para el crecimiento, pero pueden causar un crecimiento más lento o con diferente forma. Evita usar luces incandescentes, ya que son poco eficientes y tienen una menor vida útil a comparación de las otras opciones.[13]
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    Supervisa el agua con regularidad. Un medidor de conductividad eléctrica o "medidor de CE" puede ser costoso, pero es la mejor forma de medir la concentración de nutrientes en el agua. Los resultados que se encuentran fuera del rango de 2,0 a 3,5 indican que debes cambiar toda el agua o cambiarla parcialmente.[14] Si no cuentas con un medidor de CE, busca los siguientes signos en tus plantas de tomates:[15]
    • Las puntas de las hojas que se enrollan hacia abajo pueden indicar que la solución está muy concentrada. Dilúyela con agua que tenga un pH de 6,0.
    • Las puntas de las hojas que se enrollan hacia arriba o un tallo rojo indican que el pH es muy bajo, mientras que las hojas amarillas indican que el pH está muy elevado o que la solución está muy diluida. En cualquiera de estos casos, cambia la solución como se describe en la siguiente parte.
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    Cambia la solución de agua y nutrientes de forma regular. Si el nivel de agua del reservorio disminuye, agrega más agua, pero no agregues más nutrientes. Cada dos semanas, o una vez a la semana si tus plantas no lucen saludables, vacía completamente el reservorio y lava el material de soporte y las raíces de las plantas de tomates con agua pura que tenga un pH de 6,0 para eliminar las acumulaciones de minerales que podrían causar daños.[16] [17] Llena el reservorio con una nueva solución de agua y nutrientes, asegurándote de balancear el pH y de dejar que la mezcla se vuelva uniforme antes de encender la bomba de agua.
    • Puedes regar las plantas de un jardín normal con el agua que usaste para eliminar los minerales.

Cosas que necesitarás

  • Recipiente de plástico grande
  • Tubos de PVC
  • Bandeja de plástico de "flujo y reflujo"
  • Bomba de agua
  • Luces para crecimiento, p. ej., luces de halogenuros metálicos (recomendado)
  • Dos temporizadores eléctricos (uno para la bomba y otro para la luz)
  • Semillas de tomates
  • Lana de roca
  • Recipientes tipo malla u otro recipiente que permita el paso del agua
  • Solución de nutrientes
  • Kit de medición de pH
  • Hidróxido de potasio (u otra substancia que disminuya el pH)
  • Acido fosfórico (u otra substancia que aumente el pH)
  • Termostato
  • Ventiladores
  • Pincel
  • Estacas y cuerdas

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Categorías: Cultivo de hortalizas