Este artículo fue coescrito por Andrew Carberry, MPH. Andrew Carberry ha estado trabajando en sistemas alimentarios desde 2008. Tiene una maestría en Nutrición de Salud Pública y, Planificación y Administración de Salud Pública de la Universidad de Tennessee-Knoxville.
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Si cultivas frutas y verduras, lo más probable es que hayas considerado la posibilidad de cultivar tomates. Con tantas variedades, sabores deliciosos y beneficios para la salud, ¿por qué no quererlo? Si brindas el cuidado adecuado en las etapas de la siembra, el cultivo y la cosecha, podrás disfrutar de unos tomates deliciosos este año y en los venideros.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 4:Elegir un lugar adecuado para plantar tomates
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1Si es posible, planta directamente en el suelo. Puedes plantar casi cualquier variedad sin la necesidad de regar las plantas con tanta frecuencia como lo harías si estuvieran en macetas. Este método también es recomendable si deseas tener una cosecha grande.
- Por otro lado, deberás encontrar un lugar que reciba luz solar durante 6 a 8 horas diarias. Si surgen enfermedades que se transmiten a través del suelo, te será difícil esterilizar toda un área o reemplazar la tierra. Ten en cuenta que estos tipos de jardines son más vulnerables a los topos, los geómidos, las aves, las ardillas y los ciervos.[1]
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2Crea lechos elevados. Esta es una excelente opción en caso de que quieras evitar los contaminantes del suelo. Si es necesario, incluso puedes reemplazar el suelo en caso de que surja alguna enfermedad. El suelo no compacto permite un mejor drenaje y aireación en comparación con los jardines en terrenos. Asimismo, si sufres algún dolor en la espalda o la pierna, la ventaja es que no necesitarás inclinarte demasiado.
- La desventaja es que deberás dejar el espacio suficiente entre los lechos para que el mantenimiento y la cosecha sean más eficientes. También deberás comprar por adelantado los materiales, tales como la tierra y la madera sin tratar.[2]
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3Utiliza recipientes en caso de que tengas un espacio limitado. Algunos recipientes son más portátiles que otros, por lo que son excelentes en caso de que no tengas mucho espacio en tu jardín. Asimismo, con este método, es necesario regar con más frecuencia, pues la tierra se seca con más rapidez. También necesitarás comprar estructuras de soporte adicionales en caso de que el clima con vientos fuertes. Algunos recipientes populares son los siguientes:
- Las cubetas recicladas son baratas y fáciles de conseguir. Por lo general, son lo suficientemente ligeras de transportar. La desventaja es que deberás realizar tus propios agujeros de drenaje. Ten en cuenta que, si usas una cubeta de plástico oscuro, este color puede sobrecalentar la tierra y filtrar químicos tóxicos. Por su parte, las cubetas de metal pueden oxidarse y manchar el patio o la superficie sobre la que colocas el recipiente.
- Los barriles también son útiles y proporcionan el espacio suficiente como para que las raíces florezcan. No obstante, son difíciles de mover y a la larga se deteriorarán. También deberás perforar tus propios agujeros de drenaje.
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4Instala macetas para ventanas en las ventanas de la planta superior. Con estas macetas, podrás regar y cosechar tus tomates con solo abrir la ventana. Asimismo, mientras más alto las coloques, menor será la cantidad de plagas con las que tengas que lidiar. No obstante, opta por las variedades pequeñas tales como los tomates cherry (o cereza) para no llenar demasiado el recipiente. No olvides que deberás fijar las macetas a tus ventanas.[3]
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5Cuelga la planta de tomate. Opta por esta alternativa en caso de que no quieras encorvarte para ver tus plantas. No obstante, debido a que no se encuentran en el suelo o cerca de él, deberás regarlas con más frecuencia. También necesitarás una estructura resistente para fijarlas bien en su lugar.
- Las canastas colgantes pueden adaptarse para los departamentos en plantas altas, pues es posible colgarlas desde el alféizar. No obstante, solo podrás plantar variedades pequeñas tales como el tomate cherry.
- Puedes hacer macetas invertidas con cubetas recicladas. Al plantarlas de esta manera, no es necesario que coloques estacas en las plantas de tomate. Asimismo, es menos probable que las aves puedan robarse los tomates, pues no tendrán ningún punto donde posarse. No obstante, el agua que no se absorbe puede gotear sobre las hojas y frutos, lo que aumentará el riesgo de enfermedades. Las macetas invertidas también reducen la cantidad de la cosecha.[4]
Parte 2
Parte 2 de 4:Plantar la planta de tomate
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1Compra las plantas. Puedes encontrarlas en los viveros, centros de jardinería o incluso en los mercados de agricultores. Elige unas de aspecto saludable y asegúrate de comprarlas cerca del momento en que pienses plantarlas.
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2Agrega una gran cantidad de composta en la tierra de jardín. Los tomates necesitan crecer en un terreno rico en materia orgánica. Si no preparas tu propia composta, utiliza una comercial que incluya polvo de granito y mantillo. Necesitarás aproximadamente de 25 a 40 kg por metro cuadrado (de 4 a 8 lb por pie cuadrado). Coloca entre 6 a 8 cm de composta (aproximadamente 3 pulgadas) en la parte superior del terreno.[5]
- Antes de introducir la plántula en la tierra, echa un par de puñados de material orgánico o cáscaras de huevo en la base del agujero. Conforme las raíces vayan creciendo, chocarán con esta capa de nutrientes en el momento justo para fomentar el desarrollo de los frutos.
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3Controla el pH del suelo. Los tomates crecen con mayor eficacia en un suelo ligeramente ácido. Si el terreno es demasiado ácido, el calcio puede filtrarse desde la planta y dar lugar a la podredumbre apical. Mantén el pH del suelo entre 6,0 y 6,8 y, en caso de que supere este límite, riega los tomates con una mezcla de café frío y agua en partes iguales. También puedes añadir un mantillo de agujas de pino. Por el contrario, si el pH es inferior a 6,0, utiliza cal de dolomita o fuentes de calcio tales como cáscaras de huevo trituradas o calcita.[6]
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4Elige un lugar soleado. Coloca las plantas de tomate en un lugar donde reciban toda la luz solar. Si vives en una zona cuyo clima es frío, procura colocar las plantas en una ubicación donde reciban al menos 6 horas de luz solar al día. Por el contrario, si vives en una zona cálida, elige una ubicación que reciba un poco de sombra durante la tarde.[7]
- Ten en cuenta que las plantas de tomates pueden recibir la luz plena del sol incluso en los climas más cálidos. Tan solo tendrás que mantener el suelo con mantillo suficiente y bien regado.
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5Coloca las plantas a una distancia de entre 45 a 90 cm (18 a 36 pulgadas) la una de la otra. Por lo general, este espacio es suficiente para poder pasar entre las plantas para regarlas, quitarles la mala hierba y cosecharlas. Si vives en una zona con clima cálido, ubícalas a una distancia de entre 25 a 45 cm (9 a 18 pulgadas) la una de la otra, pues de esa manera las plantas en jaulas podrán darles sombra a los frutos, evitando así que se quemen.[8]
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6Trasplanta la planta a un nivel profundo. Entierra aproximadamente 50 a 80 % de la planta. Comprime el suelo con firmeza alrededor de las raíces y asegúrate de cubrirlas por completo.[9] No te preocupes si entierras algunas de las hojas inferiores, pues las raíces emergerán junto con el tallo enterrado, dándole a la planta un impulso en su crecimiento.
- Al retirar las plantas de las macetas, deberás darle un golpecito al fondo de la maceta y tratar de retirar las raíces y la tierra en un solo pedazo. Esto será importante, ya que podrías dañar la planta si separas las raíces.
Parte 3
Parte 3 de 4:Cuidar de la planta
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1Coloca las plantas de tomate en jaulas o fíjalas a estacas. De esta manera, podrás darle un soporte a la vid del tomate. Coloca estas estructuras al momento de la plantación y no esperes más de 14 días.[10] Si prefieres, puedes hacer tus propias jaulas para las plantas de tomate.
- Una jaula debe medir por lo menos 1,2 m (48 pulgadas) de alto. Ten en cuenta que pueden doblarse en caso de que las plantas sean demasiado pesadas y, en ocasiones, colapsar durante las tormentas de verano. A medida que la planta crezca, retira las hojas y los tallos secundarios.[11]
- Por su parte, una estaca debe medir como mínimo 1,3 x 5 cm (0,5 x 2 pulgadas) de ancho y de 1,8 a 2,5 m (de 6 a 8 pies) de largo, por lo menos a 5 cm (2 pulgadas) de distancia de la planta. Introduce las estacas a aproximadamente 30 a 60 cm (12 a 24 pulgadas) de profundidad. Asegura la planta a la estaca con unas tiras de ropa enrolladas dos veces y atadas holgadamente con la finalidad de no asfixiar a la planta. Puedes hacer las estacas con bambú, trozos de madera, conductos eléctricos o barras de hierro.[12]
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2Riega la planta cada 7 a 10 días. Comienza a hacerlo después de la primera semana. Procura rociar aproximadamente 500 ml (16 oz) de agua tibia en cada planta todos los días. El riego por aspersión o inundación orientado hacia las raíces es mejor que el riego desde arriba, el cual puede fomentar el desarrollo de enfermedades.[13]
- Para evitar las enfermedades por moho u hongos, riega las plantas por las mañanas.
- Al cabo de 10 días, disminuye la frecuencia del riego. Asegúrate de que las plantas reciban entre 2,5 a 7,5 cm (1 a 3 pulgadas) de agua a la semana. En caso contrario, riega cada planta con unos 7,5 litros (2 galones) semanalmente, comenzando desde el final de la segunda semana después del trasplante.[14]
- Aumenta la cantidad de agua a medida que las plantas crecen y cuando el clima es más cálido. Riega profundamente de dos a tres veces por semana, aproximadamente de 3 a 4 L (0,8 a 1 galón) cada vez. Asegúrate de que la tierra quede húmeda, pero no empapada.[15]
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3Coloca mantillo. Al cabo de una o dos semanas, rodea las plantas con un mantillo de paja o pasto seco. De esta manera, deberás controlar la mala hierba y mantener la humedad del suelo durante los climas secos. El mantillo debe tener un grosor de aproximadamente 2,5 cm (1 pulgada) y formar al menos un círculo de 30 cm (12 pulgadas) de diámetro alrededor del tallo.[16]
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4Elige un fertilizante. Los tomates pueden crecer muy bien de manera natural siempre y cuando el suelo esté enriquecido con materia orgánica. Si optas por utilizar un fertilizante químico, busca uno de origen vegetal. Emplea la mitad de la concentración recomendada por litro o galón (revisa las instrucciones en el envase).[17]
- No utilices fertilizante para césped. La proporción de minerales tiene como finalidad fomentar el crecimiento de tallos y hojas.
- Si utilizas demasiado fertilizante, puedes generar un crecimiento demasiado acelerado de las plantas, lo que las dejará más susceptibles a enfermedades e insectos.
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5Agita suavemente las estacas o las jaulas. D esta manera, fomentarás la producción de frutos al distribuir el polen de manera equitativa. Hazlo una o dos veces por semana durante unos 5 minutos. Comienza esta práctica apenas empiece la etapa de floración.[18]
Parte 4
Parte 4 de 4:Solucionar los problemas comunes
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1Ten cuidado con los serpollos. Son ramas que crecen en la unión entre el tallo principal y otras ramas. A medida que crecen, utilizan parte de los nutrientes de la planta y dejarlos producirá más frutos, pero de menor tamaño. Si quieres que los frutos sean más grandes, retíralos.[19]
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2Soluciona el problema del calor. Si vives en un clima caliente, cultiva variedades resistentes. Busca una ubicación que reciba luz solar total por la mañana y una filtrada durante la tarde. Entre las 10:00 a. m. y las 2:00 p. m., protege las plantas con prendas que hagan sombra.
- Si los frutos comienzan a madurar durante una ola de calor intenso donde las noches alcanzan una temperatura de 24 °C (24 °C) y los días, una de 35 °C (95 °F), coséchalos antes de tiempo. Si el calor es intenso, no madurarán.[20]
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3Controla el nivel de humedad. Para que las plantas de tomate produzcan frutos, necesitan un nivel de humedad alto (de 80 a 90 %) durante el día y uno moderado (de 65 a 75 %) durante la noche. Si la humedad supera el 90 % o está por debajo del 65 %, puede producirse una podredumbre apical. Si vas cultivas los tomates en un invernadero, utiliza un psicrómetro para medir el nivel de humedad. Asimismo, si quieres aumentar dicho nivel en exteriores o en el invernadero, rocía las plantas; mientras que para disminuirlo, simplemente incrementa la ventilación.[21]
- Si vives en un clima muy húmedo y cultivas tomates al aire libre, lo mejor es que optes por variedades que toleren la humedad.[22]
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4Evita la podredumbre apical. Esta consiste en el oscurecimiento y el desgaste de la base de un fruto de tomate. Una vez que la notes, será demasiado tarde para salvar la planta, así que la prevención es la mejor alternativa. Ten en cuenta que uno de los causantes de la podredumbre apical es la deficiencia de calcio.[23] Para prevenir este problema, adopta las siguientes medidas:
- Hierve una mezcla de aproximadamente 4 litros (1 galón) de agua y una cucharada (15 ml) de limón.
- Añade al agua 6 cucharadas de harina de huesos y remueve bien. No es necesario que disuelvas completamente la solución.
- Cocina la mezcla tapada durante unos 30 minutos.
- Luego deja que enfríe.
- A continuación, añade aproximadamente 1 litro (1 cuarto de galón) a cada planta en las hojas y las raíces.
- Repite el tratamiento dentro de 3 a 5 días.[24]
- También puedes esparcir cáscara de huevo molida en las plantas a fin de darle calcio al suelo.
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5Prepara tu propio repelente de aves. Coloca adornos rojos en la parte superior de las jaulas del tomate. Las aves pensarán que se tratan de los tomates y los picotearán., pero su superficie dura e insípida las confundirá. Esto hará que no toquen los frutos.[25]
- Ten en cuenta que esto solo funcionará de forma temporal. Antes de que los frutos maduren en las plantas, deberás cubrirlas con malla a fin de mantener a las aves alejadas.
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6Lleva pollos y patos al jardín. Este método es útil si vives en un país o una ciudad cuyas normas permitan la presencia de estos animales. A los pollos y los patos les gusta comer babosas y gusanos que habitan las plantas de tomate, seres que de no ser controlados pueden acabar con tus plantas al comerse las hojas.[26]
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7Utiliza cartón para controlar la población de babosas. Coloca los rollos de cartón del papel higiénico o las toallas de papel alrededor del tallo mientras la planta aún es joven. La textura del cartón impedirá que las babosas escalen.[27]
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8Cultiva plantas que atraigan a los depredadores beneficiosos. Algunas buenas opciones son la caléndula, la zinnia y la capuchina. Lar mariquitas y avispas braconidas que atraen esas plantas se comen a los áfidos y gusanos cornudos que podrían destruir a tus tomates.[28]
Consejos
- Puedes sembrar los serpollos extraídos en el suelo húmedo para producir nuevas plantas de tomate. No obstante, para ello necesitarás un serpollo grande. Hazlo únicamente si vives en una zona cuyo clima permita el tiempo suficiente como para que crezcan, pues estas plantas demoran más que las demás en alcanzar la madurez.[29]
- Si decides cortar los serpollos en las plantas de tomate “indeterminadas” (no las del tipo arbusto), considera la posibilidad de no retirarlos por completo. Deja que crezca hasta que tenga la longitud suficiente para producir algunas hojas y recorta la punta. Esto evitará que se esfuercen demasiado para desarrollar una rama larga.
- Si el tallo o las raíces están dañados, puedes salvar la planta al enterrar nuevamente gran parte del tallo y las ramas más bajas, tal como enterraste el 75 % de su longitud la primera vez que la introdujiste en el suelo. Los vellos pequeños del tallo y las ramas se convertirán en raíces.
- Utiliza té fertilizante. Si tienes acceso a estiércol fresco, puedes hacer tu propio fertilizante. Simplemente colócalo en un pantimedias o una estopilla y coloca la “bolsita de té” en una cubeta de 20 litros (5 galones) llena de agua. Deja que el “té” repose durante algunos días y luego dilúyelo con agua en una proporción equitativa.
- Puedes cultivar los tomates de tu preferencia al guardar las semillas en una toalla de papel hasta que se sequen. Luego, planta la toalla de papel con las semillas en el interior al principio de la próxima temporada de cultivo.
Referencias
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- ↑ https://bonnieplants.com/library/9-ways-to-grow-tomatoes/
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- ↑ http://www.grow-it-organically.com/changing-soil-ph.html
- ↑ http://www.almanac.com/plant/tomatoes
- ↑ http://www.harvesttotable.com/2011/06/vegetable_crop_yields_plants_p/
- ↑ http://pallensmith.com/tag/tomatoes/
- ↑ https://www.almanac.com/plant/tomatoes
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- ↑ https://garden.org/learn/articles/view/368/
- ↑ http://www.tomatodirt.com/watering-tomatoes-faqs.html
- ↑ https://www.thisoldhouse.com/ask-toh/mulching-tomato-garden
- ↑ http://orgprints.org/24273/7/24273.pdf
- ↑ http://garden.org/articles/articles.php?q=show&id=1217
- ↑ https://bonnieplants.com/library/how-to-prune-tomatoes/
- ↑ https://bonnieplants.com/library/how-to-grow-tomatoes-in-hot-weather/
- ↑ https://cals.arizona.edu/hydroponictomatoes/system.htm
- ↑ https://www.rhs.org.uk/advice/profile?PID=217
- ↑ http://www.motherearthnews.com/organic-gardening/blossom-end-rot-prevention-and-treatment-zbcz1502
- ↑ http://extension.umd.edu/sites/extension.umd.edu/files/_images/programs/hgic/Publications/HG42_Soil_Amendments_and_Fertilizers.pdf
- ↑ http://www.vegetablegardener.com/item/11124/question-help-birds-are-eating-my-tomatoes
- ↑ http://www.motherearthnews.com/organic-gardening/pest-control/organic-pest-control-zm0z11zsto
- ↑ http://lifehacker.com/plant-basil-with-tomatoes-for-a-natural-pest-repellant-1771745856
- ↑ http://www.motherearthnews.com/organic-gardening/pest-control/organic-pest-control-zm0z11zsto?pageid=4#PageContent4
- ↑ http://www.caes.uga.edu/newswire/story.html?storyid=4790
Acerca de este wikiHow
Para cultivar una planta de tomates, primero planta una planta bebé de tomates en un lugar soleado que tenga una tierra rica en nutrientes. Luego, instala una jaula de tomates alrededor de la planta para darle apoyo a medida que crece. Riégala de 1 a 2 veces por semana hasta que la planta madure y el clima se ponga más caluroso. Cuando se dé este escenario, riégala bien 3 veces por semana. Pasadas un par de semanas, échale una capa de mantillo a su alrededor para ayudar a que la tierra se mantenga húmeda. También puedes echarle un poco de abono vegetal para ayudar a que crezca sana y fuerte.