Los muslos de pollo sin hueso ni piel son un tipo de proteína y pueden cocinarse de diversas formas. El muslo de pollo es un corte de carne que no suele secarse como la pechuga. Si retiras la piel, tendrás un muslo de pollo con aproximadamente 130 calorías y solo 7 g (1/4 de onza) de grasa. Por lo general, puedes comprar pollo sin hueso ni piel en la mayoría de las tiendas de abarrotes. Existen varias maneras de preparar pechugas de pollo sin hueso ni piel, como friéndolas, cocinándolas a la parrilla u horneándolas.

Método 1
Método 1 de 4:
Hornear el pollo sin hueso ni piel

  1. 1
    Precalienta el horno a 190 °C (375 °F). Esta es la temperatura perfecta para hornear el pollo, manteniéndolo jugoso y evitando que se seque. Cerciórate de que el horno no tenga ninguna olla o bandeja que podrías haber dejado en su interior. Asimismo, quizás tengas que limpiar el horno de modo que los residuos de las comidas anteriores no contaminen el pollo.
  2. 2
    Ablanda el pollo. Coloca el pollo debajo de un envoltorio plástico. Toma un mazo pequeño (de metal o madera) y golpea los muslos de pollo de forma leve. Cerciórate de que ambos muslos tengan el mismo grosor, alrededor de 1,5 a 2 cm (1/2 pulgada a 3/4 de pulgada). Esto no solo hará que el pollo esté más tierno, sino que también te permitirá cocinarlo de manera uniforme.
  3. 3
    Coloca el pollo en salmuera. Este es un proceso que hace que el pollo se humedezca y se vuelva jugoso. Llena un tazón de tamaño mediano con agua tibia (no caliente). Agrega una pizca de sal. Deja que el pollo repose en la salmuera por 15 minutos. Esto hará que los muslos de pollo absorban la humedad.[1]
  4. 4
    Alista la bandeja. Toma una bandeja para hornear lo suficientemente grande como para poder colocar todos los muslos de pollo que planees cocinar. Agrégale 2 cucharadas (30 ml) de aceite de oliva o mantequilla a la bandeja. Extiéndelo de manera uniforme, de modo que el pollo no se adhiera a la bandeja. Esto lo dejará dorado y crujiente.[2]
  5. 5
    Alista el pollo para hornearlo. Retira el pollo de la salmuera. Aplícale el aceite de oliva o la mantequilla al pollo. Emplea las manos para aplicar todo aderezo que desees en la parte exterior del pollo. Algunas combinaciones populares son la pimienta con limón, o una especia de barbacoa o de ajo.[3]
  6. 6
    Termina tu platillo con pollo. Coloca el pollo en la bandeja con aceite de oliva o mantequilla. Coloca especias y rodajas de limón junto a los muslos de pollo si deseas. Estas le brindarán una capa adicional de sabor al plato.[4]
  7. 7
    Envuelve el pollo. Tienes dos opciones para este paso. Una consiste en envolver todo el pollo con papel aluminio. Asegúrate de envolver el papel en los bordes de la bandeja, y de verificar que esté asegurado. La otra opción consiste en envolver con papel pergamino. Si escoges esta última, coloca el papel en el interior del plato, directamente en la parte superior del pollo. Puedes proceder a hornear o colocarlo directamente en la refrigeradora para cocinar en otro momento.[5]
  8. 8
    Hornea el pollo. Coloca la bandeja en el horno. Cierra el horno y programa el reloj de cocina para que se active en 20 minutos. Cuando hayan transcurrido los 20 minutos, retira el pollo y cúbrelo con otra capa de aceite o mantequilla. Agrega toda especia adicional que desees colocar en este paso. Vuelve a colocar el pollo en el horno por otros 10 a 15 minutos.
    Anuncio

Método 2
Método 2 de 4:
Freír el pollo sin hueso ni piel

  1. 1
    Precalienta la cocina con el fuego a intensidad media o media alta. Toma una sartén grande y colócala en la hornilla. Llena la sartén con una capa de 1,5 cm (1/2 pulgada) de aceite o mantequilla. La sartén debe tener al menos una altura de 3 cm (1 pulgada), de modo que pueda mantener el aceite. Debes usar la hornilla correcta.[6]
  2. 2
    Ablanda el pollo. Coloca un envoltorio plástico sobre el pollo. Usa un mazo pequeño (de metal o madera) y golpea la carne de forma leve. Hazlo hasta que el pollo tenga un grosor aproximado de 1,5 cm (1/2 pulgada). Cada pedazo de pollo debe tener el mismo grosor. Esto ayudará a lograr que el pollo se cocine de manera uniforme, y será más fácil masticarlo.[7]
  3. 3
    Coloca el pollo en salmuera. Llena un tazón con agua tibia (no caliente). Agrega una pizca de sal y haz que se disuelva. Coloca los muslos de pollo por 15 minutos. La carne absorberá la humedad y se volverá más jugosa y tierna.[8]
  4. 4
    Adereza la carne. Debes rociarle sal y pimienta a la carne. Asimismo, puedes agregarle un poco de cáscara de limón rallada o ajo en polvo a tu gusto. Esto retendrá la humedad del pollo.[9]
  5. 5
    Crea una mezcla con huevo. Bate un par de huevos en un tazón lo suficientemente grande como para colocar un muslo de pollo. Remoja cada pedazo de pollo en los huevos batidos. Debes cubrir ambos lados.[10]
  6. 6
    Cubre el pollo con harina. La harina actuará como una cubierta, y creará una piel crujiente luego de freír el pollo. Coloca un poco de harina en un plato y aplánala. Cubre el pollo con la harina en el plato. Dale vuelta para cubrir el otro lado. Emplea las manos para llenar los espacios con más harina.
  7. 7
    Coloca el pollo en la sartén caliente. Primero configura la cocina en fuego medio. Coloca las pechugas de pollo una por una hasta que la sartén se llene. Programa el reloj de cocina para 1 minuto y, cuando haya transcurrido el minuto, dale vuelta al pollo. Programa el reloj para otro minuto. De esta manera, el pollo deberá empezar a lucir dorado.[11]
  8. 8
    Cocina el pollo a fuego lento. Cuando haya transcurrido el último minuto, vuelve a darle vuelta al pollo. Coloca una tapa en la sartén. Disminuye la intensidad del fuego a baja y programa el reloj de cocina para que se active en 10 minutos. Cuando transcurra el tiempo, apaga la cocina. Deja que el pollo se cocine por otros 10 minutos. No debes retirar la tapa en ningún momento.
    Anuncio

Método 3
Método 3 de 4:
Cocinar el pollo sin hueso ni piel a la parrilla

  1. 1
    Ablanda el pollo. Cubre el pollo con un envoltorio plástico. Toma un mazo pequeño (de metal o madera) y golpea el pollo de forma leve. Cada pedazo debe tener un grosor aproximado de 1,5 cm (1/2 pulgada). Esto te permitirá cocinar la carne de manera uniforme, y garantizará que el pollo esté blando.[12] [13]
  2. 2
    Coloca el pollo en salmuera. Consigue un tazón de tamaño mediano y vierte agua tibia (no caliente). Agrega una pizca de sal. Coloca cada pedazo de pollo en la salmuera por 30 minutos. Esto permitirá que el pollo absorba la humedad y esté más jugoso cuando lo comas.[14]
  3. 3
    Prepara una marinada. Prepara una marinada mientras el pollo se encuentre en la salmuera. Una buena combinación es mezclar aceite de oliva, sal, pimienta, hierbas, ajo y cáscara de limón rallada. Asimismo, puedes preparar una salsa de sésamo o soya, o de barbacoa. Cuando el pollo esté listo para retirar de la salmuera, colócalo en una bolsa plástica. Agrégale la marinada y cierra la bolsa.[15] [16]
    • Presiona la bolsa con los dedos para acercarla a la marinada.
    • Coloca las bolsas con marinada en la refrigeradora y deja que reposen por 4 horas.
  4. 4
    Adereza el pollo. Si decides no preparar una marinada, puedes aderezar la carne con algunos ingredientes sencillos. Tan solo rocía sal, pimienta y ajo en polvo en los muslos de pollo. Presiona las especias con los dedos. Estas ayudarán a retener la humedad y hacer que la carne esté más tierna.[17]
  5. 5
    Limpia la rejilla de la parrilla y aplícale aceite. Si no has usado tu parrilla por un buen tiempo o la has usado con demasiada frecuencia, será adecuado que la limpies. El agua con jabón suele funcionar. Al terminar de lavar, aplica un poco de aceite de oliva en la rejilla a fin de evitar que el pollo se adhiera.[18]
  6. 6
    Enciende la parrilla. Por lo general, debes cocinar el pollo a la parrilla entre 190 y 230 °C (375 y 450 °F). No obstante, algunos recomiendan que lleves la parrilla hasta los 290°C (550 °F). Por precaución, mantén la parrilla a una temperatura menor y cocina por un poco más de tiempo.[19] [20]
  7. 7
    Cocina el pollo a la parrilla. Coloca el pollo en la parrilla. Cerciórate de que los pedazos estén separados a igual distancia para que se cocinen de manera uniforme. Cocina el pollo por 2 o 3 minutos en ambos lados. Si el pollo se está cocinando adecuadamente, deberás ver las marcas de la parrilla (líneas oscuras).[21]
    Anuncio

Método 4
Método 4 de 4:
Terminar de cocinar el pollo

  1. 1
    Usa un termómetro. Coloca un termómetro de cocina en el pollo. El pollo estará listo para comer cuando se encuentre a 74 °C (160 °F). Si el pollo se encuentra a una temperatura inferior, no será seguro comerlo. Sigue cocinando hasta que el termómetro muestre la temperatura correcta.[22]
  2. 2
    Deja el pollo reposando. Deja el pollo reposando en un plato por 5 a 10 minutos antes de empezar a cortarlo. Este será un momento grandioso para aplicarle cualquier salsa de barbacoa adicional que puedas tener. Si cortas el muslo demasiado pronto, la humedad desaparecerá.
  3. 3
    Coloca el pollo en un plato. Deja el pollo en un plato limpio. Puedes cortarlo o dejarlo entero. Agrega algunas rodajas de limón y hojas de lechuga para darle una buena apariencia. Puedes rociar un poco más de aderezo o salsa. También coloca las guarniciones en el plato.
    Anuncio

Consejos

  • Los muslos de pollo sin hueso ni piel son muy versátiles; experimenta con las combinaciones de sabores nuevos para descubrir tus favoritos.
  • Siempre prepara 2 muslos de pollo sin hueso ni piel por persona.
  • Tómate un par de horas para prepararlos, en especial si es tu primera vez cocinándolos. Es mejor ir lento, en lugar de hacerlo rápido y tener pollo poco cocido.
Anuncio

Advertencias

  • Debes usar prendas cuando cocines; de lo contrario, podrías quemarte gravemente.
  • Siempre cocina la carne de ave con una temperatura interna de 74 °C (160 °F).
  • Revisa las etiquetas del pollo. Algunos pollos son criados de forma diferente o son más grandes que los pollos comunes. Esto podría hacer que tengan que cocinarse de una forma especial.
Anuncio

Cosas que necesitarás

  • muslos de pollo sin hueso ni piel
  • receta
  • harina
  • sal, pimienta, cáscara de limón rallada, ajo en polvo, especias
  • agua
  • aceite
  • tazón de tamaño mediano
  • mazo pequeño (de metal o madera)
  • método de cocina: horno, parrilla o sartén
  • termómetro para carne

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 25 115 veces.
Categorías: Pollo
Anuncio