La lavanda es una flor de color violeta pálido, conocida por sus maravillosas propiedades para reducir el estrés. ¿Tienes una de estas plantas en tu jardín? Prueba preparar tú mismo(a) una taza caliente de pura relajación.[1]

Ingredientes

Té de lavanda con miel:

  • 2 cucharadas de flores de lavanda frescas, picadas
  • 8 tazas de agua fría
  • Miel (si prefieres el té dulce)

Solo té de lavanda:

  • 4 cucharadas de capullos de lavanda frescos o una cucharada de capullos secos
  • Agua

Té de lavanda y camomila:

  • 1 cucharada de capullos de lavanda
  • 1 cucharada de capullos de camomila
  • 240 ml (8 onzas) de agua caliente

Té helado de lavanda y durazno:

  • 1 litro de agua
  • 3 tazas de té de lavanda y una cucharada grande de capullos de lavanda secos
  • 5 duraznos blancos
  • 50 g de azúcar
  • 70 g de jarabe de azúcar

Método 1
Método 1 de 4:
Té de lavanda con miel

  1. 1
    Haz hervir el agua en una cacerola mediana y luego retirar del fuego. Dejar a un lado.[2]
  2. 2
    Llena un filtro para té o un sobre filtrante con la lavanda y asegura bien la tapa o la apertura del sobre.
  3. 3
    Deja remojando la lavanda en la tetera para té durante 10 minutos.[3]
  4. 4
    Sirve en tazas para té y disfruta.
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Método 2
Método 2 de 4:
Solo té de lavanda

  1. 1
    Coloca los capullos de lavanda en la taza para té.
  2. 2
    Vierte una taza de agua hirviendo sobre los capullos de lavanda.
  3. 3
    Coloca un platillo o un pequeño plato sobre la taza para té para mantener el vapor dentro. Deja que los sabores se infusionen por 5 minutos.[4]
  4. 4
    Retira la "tapa". Disfruta tu té de lavanda.
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Método 3
Método 3 de 4:
Té de lavanda y camomila

Tanto el té de lavanda y de camomila son conocidos por sus propiedades relajantes. Este es un buen té para relajarse y además sabe muy bien. El té de camomila tiene un ligero sabor a manzana.

  1. 1
    Coloca los capullos de lavanda y los de camomila en un sobre o un filtro para té.
  2. 2
    Colócalo dentro de la taza. Vierte agua caliente sobre el filtro para llenar la taza.
  3. 3
    Deja remojar por 10 minutos. Disfruta de una bebida refrescante y relajante.[5]
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Método 4
Método 4 de 4:
Té helado de lavanda y durazno

  1. 1
    Vaciar el té de lavanda en una jarra. Añade los capullos de lavanda.
  2. 2
    Coloca el té en el refrigerador para que enfríe. Déjalo ahí por 30 a 40 minutos.
  3. 3
    Retira los capullos.
  4. 4
    Coloca el azúcar y el jarabe de azúcar en una cacerola de fondo grueso. Deja hervir mientras lo revuelves.
  5. 5
    Retíralo del calor. Deja que enfríe.
  6. 6
    Vacía en la jarra donde está el té de lavanda frío.
  7. 7
    Corta los duraznos en rebanadas. Agrega las rebanadas a la jarra.[6]
  8. 8
    Regresa la jarra al refrigerador. Deja que enfríe por un mínimo de 3 horas, cubierto.
  9. 9
    Sirve frío. Agrega cubos de hielo si el clima es caluroso.
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Consejos

  • Las flores de lavanda son completamente seguras y comestibles.[7]
  • Si no tienes acceso a las flores de lavanda, las puedes reemplazar por unas gotas de aceite de lavanda puro.
  • Cultiva tus propias flores de lavanda para prepararte un té siempre que desees.[8]
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Categorías: Recetas |
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