A todos les encantan las costillas jugosas pero una membrana gruesa en la parte posterior de las costillas podrá endurecerlas. Al retirar las membranas antes de cocinar, podrás sazonar la carne en lugar de la membrana, y conseguirás unas costillas suaves. Al ubicar y aflojar las membranas, podrás desprenderlas de las costillas para obtener una carne limpia y poder cocinar tu receta favorita.[1]

Método 1
Método 1 de 2:
Ubicar y aflojar las membranas

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    Desenvuelve las costillas. Retira las costillas de la envoltura y sécalas con toallas de papel. Desecha las toallas de papel sucias en la basura.[2]
    • Resiste las ganas de enjuagar la carne, pues provocará una contaminación cruzada en tu cocina y evitarás que se doren.
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    Gira las costillas para que queden curvadas hacia abajo. Coloca las costillas sobre una superficie limpia, como una tabla para cortar o una bandeja para hornear. Orienta las costillas de manera que el lado cóncavo quede hacia arriba y el lado curvo de las costillas quede plano contra la tabla o la bandeja para hornear.[3]
    • Sabrás que las costillas están en la posición correcta cuando el lado con la membrana blanca gruesa esté orientada hacia ti.
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    Utiliza un cuchillo afilado para introducirlo debajo de las membranas. Ubica la mitad de una costilla y busca el hueso firme con la punta de tus dedos. Sostén el cuchillo horizontalmente en la base de esa costilla, en el lado más cercano a ti y empuja la punta afilada del cuchillo entre la costilla y la membrana que la cubre.[4]
    • Presiona el cuchillo entre la costilla y la membrana hasta que toda la hoja del cuchillo esté cubierta por la membrana.
    • Ten cuidado de no presionar la punta afilada del cuchillo a través de la membrana.
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    Levanta la membrana con el lado no afilado del cuchillo. Gira el cuchillo de forma vertical contra la costilla para que el borde plano y sin filo del cuchillo levante la membrana ligeramente. El filo del cuchillo estará contra el hueso de la costilla. Deberás abrir un pequeño espacio entre el hueso y la membrana.[5]
    • Si no estás seguro de tus habilidades con el cuchillo, desliza un cuchillo de mantequilla sin filo en el espacio creado por tu cuchillo afilado para aflojar la membrana. Esto reducirá las posibilidades de que cortes la membrana accidentalmente.
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    Inclina el cuchillo hacia arriba en un ángulo de 30 grados. Presiona el lado afilado del cuchillo contra el hueso de la costilla y levántalo hacia arriba con su mango. Mantén el lado afilado del cuchillo en contacto con la costilla. Este movimiento al estilo de una bisagra, ayudará a que la membrana se levante aún más.[6]
    • Retira el cuchillo de las costillas y déjalo a un lado.

Método 2
Método 2 de 2:
Retirar la membrana de las costillas

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    Coloca tu dedo en el espacio entre el hueso y la membrana. Presiona con tu dedo índice en el espacio que hayas abierto con el cuchillo debajo de la membrana. Mueve tu dedo de lado a lado para separar más la membrana y para agrandar el espacio.[7]
    • Trata de levantar una cantidad suficiente de la membrana con el dedo para que se cree una solapa de tejido que se pueda agarrar.
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    Utiliza una toalla de papel para agarrar la membrana. Coloca una toalla de papel limpia sobre la palma de tu mano dominante para que cubra tu dedo índice y el pulgar. Sujeta la toalla de papel con la mano y utilízala para sujetar la solapa del tejido entre el pulgar y el índice.
    • La toalla de papel le dará una tracción adicional mientras sostienes la membrana que es fuerte y resbaladiza.
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    Coloca tus dedos debajo de la membrana hacia el otro lado de las costillas. Sostén las costillas firmemente con tu mano no dominante, y levanta la solapa de la membrana con la toalla de papel con tu mano dominante. Cuando levantes la membrana, presiona el otro lado de la costilla con tus dedos de tu mano no dominante.[8]
    • Tus dedos saldrán en el otro lado, creando un pequeño bucle de membrana.
    • Si la membrana comienza a rasgarse al levantarla, usa un cuchillo para separar la costilla y la membrana en el lado opuesto de las costillas para que llegues al lado en el que hayas empezado a quitar la membrana.[9]
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    Jala la membrana hacia arriba, fuera de las costillas. Desliza dos dedos de tu mano dominante en la solapa de la membrana que se haya formado por el espacio entre la costilla y la membrana. Presiona las costillas hacia abajo con la otra mano y jala la membrana hacia arriba y hacia afuera de las costillas. Deberá salir en una sola pieza.[10]
    • Si las costillas son muy largas, ajusta más la membrana con tu mano según sea necesario, de forma que te vayas acercando al borde para retirar la membrana por completo.
    • Si tu mano se desliza mientras jalas la membrana, agarra una toalla de papel y sujétela para obtener más tracción.
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    Deshecha la membrana. Echa la membrana gruesa y blanquecina que sale de las costillas a la basura. Ahora las costillas estarán limpias y listas para que las sazones y las cocines a tu gusto.

Consejos

  • Cocina las costillas sobre una parrilla para agregar un sabor ahumado delicioso.
  • Una excelente forma de cocinar costillas jugosas después de que la temporada del asado de costillas termine, es colocar las costillas en el horno.
  • Si te gustaría preparar las costillas sin tener que tocarlas, cocínalas con una cocción lenta para obtener una textura que se deshaga del hueso.

Cosas que necesitaras

  • cuchillo de cocina
  • toallas de papel
  • costillas
  • tabla de cortar o bandeja para hornear

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Categorías: Recetas