La fiebre tifoidea es una infección potencialmente letal causada por la bacteria Salmonella typhi. La bacteria se transmite mediante la ingestión de alimentos y bebidas contaminados por las heces y la orina de las personas que están infectadas. La fiebre tifoidea es común en los países en desarrollo, en donde las condiciones sanitarias (como lavarse frecuentemente las manos) están por debajo del nivel ideal y el agua limpia y tratada tienen un suministro escaso.[1] La mayoría de los casos de tifoidea se dan cuando las personas viajan a otros países. En los últimos 10 años, los estadounidenses que viajan a Asia, a América Latina y a África han estado particularmente en riesgo alto.[2]

Parte 1
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Reconocer los síntomas de la fiebre tifoidea

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    Verifica si tienes fiebre. La principal indicación de la infección tifoidea es persistente, una fiebre alta en el intervalo de 39 °C y 40 °C (103 °F y 104 °F).[3] En términos generales, los síntomas se desarrollan en el transcurso de 1 a 3 semanas después de la exposición.[4]
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    Verifica si presentas síntomas secundarios. Los síntomas y los indicadores adicionales de la fiebre tifoidea incluyen dolor de cabeza, malestar general o sensación de debilidad, dolor de estómago, estreñimiento, diarrea, vómito y pérdida del apetito.[5]
    • Algunas personas también reportan el desarrollo de una erupción de manchas planas y de color ligeramente rosa. Además, tienen un pulso anormalmente lento, generalmente de menos de 60 latidos por minuto.
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    Visita a un doctor. Si tienes fiebre alta y te sientes enfermo, visita a un doctor inmediatamente. Toma en cuenta que, si se deja sin tratar, la fiebre tifoidea puede ser fatal. Además, hasta el 20 % de las personas infectadas pueden morir por las complicaciones relacionadas a la enfermedad.[6]
    • Si estás enfermo y quizás tengas fiebre tifoidea, asegúrate de evitar el contacto con otras personas. Además, tampoco debes preparar o servir comida a los demás.[7]
    • Si viajas, por lo general, puedes ponerte en contacto con tu consulado para obtener una lista de doctores recomendados (y, generalmente, angloparlantes).
    • El doctor confirmará el diagnóstico mediante un análisis clínico de una muestra de heces o una prueba de sangre para verificar la presencia de Salmonella typhi.
    • En las zonas en las que no haya laboratorios o en las que los resultados se demoran, el doctor puede evaluar el tamaño de tu hígado y de tu bazo presionando y también palpando tus órganos. El agrandamiento del hígado y del bazo suele ser un signo "positivo" de fiebre tifoidea.[8]
    • Es importante confirmar este diagnóstico, ya que los síntomas adicionales que acompañan a la fiebre tifoidea coinciden con los de otras enfermedades que son comunes en las regiones en desarrollo (como dengue, malaria y cólera).

Parte 2
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Prevenir la fiebre tifoidea

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    Evita los alimentos riesgosos. Al viajar a zonas en las que la infección de fiebre tifoidea es un peligro potencial, una de las maneras más importantes de protegerte es evitar ciertos alimentos y ciertas formas de preparar los alimentos. Toma las siguientes precauciones para asegurarte de no ingerir alimentos que puedan estar infectados:[9]
    • Come alimentos que estén bien cocinados y servidos muy calientes. El calor ayuda a matar a las bacterias.
    • Evita las verduras y las frutas crudas, y las verduras que no tienen cáscara. Por ejemplo, las verduras como la lechuga se contaminan fácilmente debido a que son difíciles de lavar, y las bacterias pueden esconderse en varias zonas y recovecos de su superficie.
    • Si deseas comer frutas y verduras frescas, cultívalas, pélalas y lávalas por tu cuenta. En primer lugar, lávate las manos con agua caliente y jabonosa, y asegúrate de no comer las cáscaras.
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    Ten cuidado con lo que tomas. Asegúrate de tomar agua de fuentes limpias y no contaminadas. Sigue las siguientes pautas:[10]
    • Cuando tomes agua, tómala de una botella sellada o ponla a hervir por un minuto antes de tomarla. En términos generales, el agua carbonatada y embotellada es más segura que el agua no carbonatada.
    • También el hielo puede estar contaminado, así que prescinde de él o asegúrate de que el agua usada para hacer hielo sea de una botella o esté hervida. Evita cualquier cosa hecha con agua (como paletas o helados) que pueda haber sido preparada con agua contaminada.
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    Evita los alimentos y las bebidas de los vendedores ambulantes. Es difícil mantener los alimentos limpios en la calle. De hecho, muchos viajeros reportan haberse enfermado específicamente por haber comido o bebido algo que compraron de un vendedor ambulante.[11]
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    Practica la higiene y la limpieza. Debes lavarte las manos con frecuencia. Si no están a la vista ni el agua ni el jabón, puedes usar un desinfectante de manos que tenga al menos 60 % de alcohol para lavarte las manos. No toques tu cara a menos que tus manos estén limpias. También debes evitar el contacto cercano (por ejemplo, al compartir cubiertos o tazas, al besar o al abrazar a alguien) con personas que estén enfermas.[12]
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    Recuerda un mantra útil. Diseñada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aprende la frase "Hiérvelo, cocínalo, pélalo u olvídalo". Si tienes alguna duda con respecto a la posibilidad de comer algo, piensa en este mantra. Recuerda, más vale prevenir que lamentar.[13]
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    Vacúnate antes de viajar. Si viajas o pasas por algún lugar del mundo en desarrollo en el que la exposición a la enfermedad sea posible (especialmente, en Asia, América Latina y África), entonces debes vacunarte contra la tifoidea antes de embarcarte en tu viaje. Visita a un doctor o una clínica de viajeros cercana para obtener la vacuna y para saber si es adecuada para ti. Si te han vacunado antes, toma en cuenta que aún debes consultar con un doctor para asegurarte de que no necesites una vacuna de refuerzo. Por lo general, las vacunas contra la tifoidea se vuelven menos efectivas después de varios años.[14]
    • En los Estados Unidos están disponibles dos formas de la vacuna, una en forma de cápsula, la cual requiere que tomes 4 cápsulas (una cada dos días por un total de ocho días) con un descanso de dos días entre cada cápsula, y una en forma de inyección de una sola vez.[15]
    • Ambas vacunas son igual de efectivas para prevenir la fiebre tifoidea. Sin embargo, la cápsula provee protección por cinco años y la inyección solo por dos.[16]
    • Toma en cuenta también que el régimen de tratamiento para la cápsula requiere completar una semana antes de la exposición potencial, mientras que la inyección requiere dos semanas.[17]
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    Debes conocer las restricciones para cada tipo de vacuna. En el caso de la inyección, no se debe vacunar ni a niños menores de dos años ni a ninguna persona que esté enferma en el momento en el que la vacuna esté programada ni a nadie que sea alérgico a cualquier componente de la vacuna (consulta con un doctor para confirmar si existe la posibilidad de que seas alérgico).
    • En el caso de la cápsula oral, hay una lista más larga de restricciones, incluidos los niños menores de seis años, cualquier persona que tenga debilitado el sistema inmunitario o que tenga enfermedades recientes o recurrentes, los pacientes con sida, los pacientes con cáncer o que estén en tratamiento de radiación, cualquier persona que haya tomado antibióticos los últimos tres días, cualquier persona que tome esteroides y cualquiera que tenga alergia a algún componente de la vacuna (consulta con un doctor para confirmar si hay alguna posibilidad de que seas alérgico).
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    No dependas únicamente de la vacuna. La vacuna solo es 50 u 80 % efectiva para prevenir la fiebre tifoidea, así que asegúrate de tomar todas las medidas preventivas posibles. Es decir, debes tener cuidado de lo que comes y de lo que tomas.
    • Tener cuidado con lo que comes y con lo que tomas también te ayudará a protegerte de otras enfermedades transmitidas por alimentos y bebidas riesgosas, incluidos hepatitis A, diarrea del viajero, cólera y disentería.[18]

Consejos

  • Averigua lo más pronto posible si la zona en la que vives o la que planeas visitar te pone en riesgo de contraer la fiebre tifoidea. No esperes hasta el último momento para vacunarte, pues la vacuna tarda una o dos semanas en ser efectiva, dependiendo de que vacuna recibas (inyección o cápsula).
  • La fiebre tifoidea se puede prevenir. Sin embargo, si te infectas, generalmente se puede tratar con antibióticos.

Referencias

  1. http://www.cdc.gov/nczved/divisions/dfbmd/diseases/typhoid_fever/
  2. John A Crump, Eric Munz, James Hughes et al Global Trends in Typhoid and Paratyphoid Fever, Clinical Infectious Diseases 2010, volumen 50 (2) Pp 241-246.
  3. http://www.cdc.gov/nczved/divisions/dfbmd/diseases/typhoid_fever/
  4. http://www.who.int/topics/typhoid_fever/en/
  5. http://www.who.int/topics/typhoid_fever/en/
  6. http://www.cdc.gov/nczved/divisions/dfbmd/diseases/typhoid_fever/
  7. http://wwwnc.cdc.gov/travel/diseases/typhoid
  8. Zulfiger A Bhattta, Husen, Lajii Current Concepts in the Diagnosis and Treatment of Typhoid Fever, British Medical Journal July 8 Vol 333 (7558)
  9. http://www.cdc.gov/nczved/divisions/dfbmd/diseases/typhoid_fever/

Acerca de este wikiHow

Laura Marusinec, MD
Coescrito por:
Pediatra certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Laura Marusinec, MD. La Dra. Marusinec es pediatra certificada por el colegio oficial en el Children's Hospital de Wisconsin, donde pertencece al Consejo de Práctica Clínica. Ella recibió su doctorado en mediciana en el Medical College of Wisconsin School of Medicine en 1995 y completó su residencia en el Medical College of Wisconsin in Pediatrics en 1998. Es miembro de la Asociación Americana de Escritores Médicos y de la Sociedad de Atención de Urgencia Pediátrica. Este artículo ha sido visto 13 146 veces.