El miedo a los empastes dentales puede hacer que pospongas ciertos cuidados dentales necesarios, lo que solo empeorará los problemas. Comprender qué son los empastes, ser consciente de que son seguros y asegurarte de estar preparado son factores clave para relajarte al estar en la silla. Evaluar las opciones de anestesia también es importante para estar tranquilo durante un empaste dental. Si no visitas a tu dentista de manera regular, escoge a uno habilidoso y delicado. Escoger al profesional correcto puede ser incluso más importante que prepararte para la cita y saber qué esperar.

Método 1
Método 1 de 3:
Asegurarte de prepararte para la cita

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    Lleva auriculares y escucha música o un audiolibro. Escuchar música o un audiolibro divertido antes y durante el empaste dental puede ayudarte a relajarte. Identifica lo que más te relaje o distraiga, ya sea música pesada y ruidosa, o algo más tranquilo. Haz una lista de canciones y preséntate en la cita con un buen par de auriculares que bloqueen cualquier sonido de las herramientas del dentista.[1]
    • Habla con tu dentista con anticipación para asegurarte de que el uso de auriculares, en especial los grandes, no interfiera con su trabajo.
    • Asegúrate de que el volumen no esté tan alto para que puedas escuchar las instrucciones del profesional.
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    No te presentes demasiado temprano. Asistir a la cita más de 5 o 10 minutos antes podría causarte nervios. Si bien es recomendable presentarse a horario o un poco antes a las citas, no querrás sentarte en la sala de espera por un tiempo anticipando el procedimiento. Si llegas al consultorio demasiado temprano, espera en el auto o afuera hasta cinco minutos antes de la cita, dado que las salas de espera en sí pueden ser una fuente de ansiedad.[2]
    • El sonido del taladro puede causar ansiedad en algunas personas, así que evita escucharlo, en caso de ser posible.
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    Vacía la vejiga y toma cualquier precaución dietética recomendada. Habla con tu dentista con anticipación sobre las cosas que puedas y no puedas comer antes del procedimiento. Si has hecho arreglos para una anestesia general o un sedante que te deje inconsciente, es posible que no puedas comer después de medianoche la noche anterior.[3] Además, usa el baño antes de la cita. Es mucho más fácil relajarte al estar sentado en la silla del dentista por un tiempo si no tienes la necesidad de usar el baño.

Método 2
Método 2 de 3:
Ayudar a un niño a relajarse durante un empaste dental

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    Visita a un odontopediatra. Los niños no son simplemente versiones pequeñas de los adultos, por lo que es importante no llevar a un niño a un dentista para adultos. Los odontopediatras no solo están capacitados en la salud oral de los niños, sino que están más familiarizados con los métodos que ayudan a los pequeños a relajarse en la silla. También suelen tener un carácter más amigable con los niños, suelen escoger mejor las palabras y tienen más paciencia con los miedos de los pequeños.[4]
    • Los odontopediatras también tienen más experiencia a la hora de calmar a los niños, y sus consultorios están decorados específicamente para crear un lugar divertido para los pequeños.
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    Evalúa si uno de los padres debe o no estar en la sala. Dependiendo de la edad y personalidad del niño, podría o no ser apropiado que un padre esté presente durante el empaste. Además, algunos consultorios prefieren uno o el otro, así que, si eres un padre preocupado, consulta con tu odontopediatra. Si estás más cómodo con uno o el otro, puedes hacer una investigación para encontrar a un dentista cuyas prácticas estén alineadas con tus preferencias.[5]
    • Si te quedas en la sala durante el empaste, quédate en un lugar donde el niño sepa que estarás presente, pero sin que pueda verte el rostro. Ten en cuenta que responderá incluso a las expresiones faciales más sutiles que puedas hacer, y podría causarle ansiedad o hacer que se mueva. Ten una expresión agradable y tranquila en el rostro y di cosas tranquilizadoras.
    • Si no estás en la sala, quédate en la sala de espera. No te marches para hacer recados, en el caso de que te necesiten para algo.
    • Si no estás en la sala y estás preocupado, el personal del consultorio te mantendrá informado sobre lo que ocurra con el procedimiento. Pide actualizaciones si tienes inquietudes.
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    Escoge bien tus palabras y ten en cuenta tu tono de voz. Los odontopediatras generalmente son muy delicados con las palabras y el tono de voz que usan con un niño pequeño, y los padres deben seguir el ejemplo. Es importante explicar las cosas en términos apropiados y que tengan sentido para el niño. Hablar con un tono de voz calmo, controlado y positivo es tan esencial como usar palabras amigables para los niños. [6]
    • Explica que uno de sus dientes tiene un resfriado o está enfermo, y que el dentista hará que se sienta mejor.
    • Usa el refuerzo positivo para recordarle a un niño pequeño qué buen trabajo hace, que sientes orgullo por él y que ir al dentista es una parte de crecer que debe enorgullecerlo. Prometer una recompensa después también podría ayudar, por lo que podrías recordárselo, en el caso de que se te permita estar en la sala durante el procedimiento.
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    Considera el óxido nitroso como anestésico. En los últimos años, los dentistas han comenzado a utilizar óxido nitroso como anestésico para los niños con una mayor frecuencia. No tiene efectos dañinos ni secundarios, independientemente de la edad.[7] Este método de sedación puede ser muy beneficioso para los niños que tengan demasiado miedo a las agujas o que requieran inmovilización, dado que es mucho más seguro para los niños que la anestesia general.[8]

Método 3
Método 3 de 3:
Consultar con tu dentista

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    Escoge al dentista correcto. Haz una investigación antes de ir a un dentista para que realice el empaste dental, en especial si tú o tu hijo no visitan a uno de manera regular. Para escoger un profesional, pídeles referencias a tus amigos o familiares de dentistas en quienes confíen. También puedes leer reseñas en línea para ver qué piensan otras personas de los dentistas en tu zona.[9] Además, llama a los consultorios para consultar precios de un dentista que no solo sea muy habilidoso, sino que también sea delicado y empático.[10]
    • Tener un dentista de confianza hará una gran diferencia a la hora de aliviar tu ansiedad.[11]
    • Para verificar las cualificaciones, llama al consultorio y consulta por sus títulos y licencias.
    • Algunos dentistas cuelgan televisores o paneles de los techos, reproducen música o utilizan otros medios para distraer a los pacientes durante los procedimientos.[12] Si el televisor tiene capacidad 3D, puedes usar gafas 3D durante el procedimiento.
    • Si tú o tu hijo experimentan un gran miedo al dentista, considera la posibilidad de llamar a los consultorios y preguntar qué métodos de distracción utilizan.
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    Pregúntale al dentista sobre las opciones de anestesia y sedantes. Por lo general, primero se administra un gel oral en el tejido gingival circundante. Después de un minuto aproximadamente, se inyecta una aguja de novocaína para adormecer el área por completo. Un dentista delicado tomará el tiempo de estos pasos para que no sientas nada. Sin embargo, dado que algunas personas no responden a la novocaína o la mepivacaína, o tienen demasiado miedo a las agujas, habla del proceso de sedación, el rango de costo y cobertura, y las opciones disponibles.[13]
    • La anestesia general rara vez se utiliza para los empastes, pero a menudo se administra en casos de un nivel extremo de miedo o ansiedad por los procedimientos dentales.
    • No podrás conducir después de someterte a la anestesia general, así que asegúrate de coordinar tu transporte, en caso de ser necesario. Además, ten en cuenta los efectos secundarios, que suelen incluir mareos.
    • El óxido nitroso (o gas hilarante) es un sedante dental común. A diferencia de la anestesia general, podrás comer antes de su administración.
    • Los sedantes orales o las píldoras para dormir como triazolam y diazepam se administran cada vez con más frecuencia en pacientes con fobia al dentista. Si tu dentista está capacitado para ofrecer estos medicamentos, asegúrate de comprender cuándo y cuánto tomar, y coordina el transporte hacia y desde la cita.[14]
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    Aprende más sobre los empastes a través de tu dentista y al realizar una investigación. Comprender por qué ignorar una carie puede empeorar mucho las cosas puede ayudarte a relajarte durante el empaste. Los empastes son importantes porque permiten deshacerse de las caries y actúan como un diente normal, lo que permite seguir masticando y hablando. También protegen la pulpa de los factores externos, por lo que hacerlo lo más rápido posible puede ahorrarte tratamientos endodónticos costosos. Ignorar una carie y no rellenar una pieza dentaria puede llevar a un trabajo dental mucho más importante, como coronas, endodoncia o extracciones de dientes.[15]
    • Saber que un empaste no es el procedimiento dental más serio para reparar las caries puede ayudarte a enfrentar el miedo y a relajarte. Incluso si una carie requiere una corona o endodoncia, son procedimientos probados y verdaderos que te ayudarán a sentirte mejor a largo plazo.
    • Si necesitas someterte a un procedimiento importante, pide primero una cita para una limpieza de rutina. De esta forma, podrás conocer al profesional y construir una relación con él.[16]
    • Comprende que muchas personas les tienen miedo a los dentistas, pero es importante que tus piezas dentarias reciban los cuidados necesarios para mantener tu salud general. Ignorar una carie puede llevar a infecciones que te enfermen mucho, representando un peligro de muerte para tu salud en general.
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    Haz que el dentista te explique qué tipo de empaste es mejor. Los empastes son compuestos, que están hechos de plástico y vidrio, o de amalgama, que están hechos con plata y otros metales. Los empastes de amalgama se han utilizado por casi 200 años, y, si bien los compuestos son más nuevos, se están volviendo cada vez más avanzados con el tiempo.
    • Los empastes de amalgama son más fuertes, y suelen ser lo mejor para los niños.
    • Los empastes compuestos suelen ser más costosos y no duran tanto, pero tienen el mismo color que el diente natural.[17] Tendrás que someterte a una revisión anual para asegurarte de que los márgenes estén intactos y que nada entre en el área por debajo.
    • Quizás hayas leído que los empastes de amalgama contienen una pequeña cantidad de mercurio, pero no te preocupes. Cuando se combina con otros metales, el mercurio no es peligroso, a menos que tengas una alergia.
    • Los rellenos de amalgama también se usan desde hace mucho tiempo, por lo que existen muchas evidencias que muestran que no existen efectos dañinos a largo plazo.[18]
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    Pídele al dentista que te explique el procedimiento y te muestre las herramientas. Si bien algunas personas sienten miedo al ver y escuchar las herramientas dentales, a otras les preocupa más lo que no saben o no ven antes. Si sueles tener miedo a lo desconocido o a perder el control, considera la posibilidad de pedirle al dentista que te explique el procedimiento en detalle y que te diga cómo funciona cada herramienta.[19]
    • Esfuérzate por saber a qué le temes y por qué. Conócete y determina si sueles sentirte más o menos cómodo cuando conoces los detalles de algo que te atemoriza.
    • Además, pregúntale al profesional sobre el mantenimiento de los empastes. Por lo general, cada seis meses cuando te acerques por tu empaste, el dentista te tomará una radiografía para asegurarse de que no esté flojo o roto, y que la carie no haya regresado debajo del relleno.[20]

Acerca de este wikiHow

Tu Anh Vu, DMD
Coescrito por:
Dentista certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Tu Anh Vu, DMD. La Dra. Tu Anh Vu es una dentista certificada por el colegio oficial que dirige su consultorio privado, Tu's Dental, en Brooklyn, Nueva York. La Dr. Vu ayuda a adultos y niños de todas las edades a superar su ansiedad con fobia a los dentistas. La Dra. Vu realizó una investigación relacionada con la búsqueda de la cura para el cáncer de sarcoma de Kaposi y presentó su investigación en la reunión Hinman en Memphis. Recibió su licenciatura en Bryn Mawr College y un doctorado en Medicina Dental en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Pennsylvania.
Categorías: Caries