Las nueces son nutrientes densos y repletos de fibra, proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, los nutrientes en las nueces podrían ser más biodisponibles después de remojarlas, así que muchos prefieren hacerlo antes de comerlas. Su remojo también es parte del proceso de la preparación de leches y mantequillas de nueces. Este proceso es bastante sencillo, y lo único que necesitarás son un poco de nueces, de agua y de sal.

Ingredientes

Remojar nueces

  • 4 tazas (600 g) de almendras u otras nueces
  • agua, para cubrir
  • 1 cucharada (15 g) de sal

Germinar

  • ½ taza (100 g) de lentejas u otras semillas, granos o legumbres
  • agua, para cubrir
  • ½ cucharadita (3 g) de sal

Parte 1
Parte 1 de 3:
Remojar nueces

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    Cubre las nueces con agua tibia. Ponlas en un tazón grande. Añade la cantidad suficiente de agua tibia para cubrirlas por completo, además de 5 cm (2 pulgadas) de agua. Esparce la sal y añade las nueces para distribuirla.
    • Puedes remojar la cantidad que quieras. Usa 1 cucharada (15 g) de sal por cada 4 tazas de nueces a remojar.[1]
    • También puedes remojar semillas, frijoles, granos y legumbres con este mismo método.
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    Remójalas. Las nueces se benefician de diferentes tiempos de remojo dependiendo de la variedad, así que si no estás seguro, remójalas de 12 a 24 horas. Ponlas en un lugar oscuro y fresco durante este proceso. Los periodos de remojo según los diferentes tipos de nueces son los siguientes:[2]
    • 12 horas para las almendras y las nueces de Brasil
    • 8 horas para las avellanas, las pecanas, las nueces de Castilla y los piñones
    • 6 horas para las castañas de cajú
    • 4 horas para las macadamias
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    Escúrrelas y lávalas. Una vez remojadas según los tiempos recomendados, escurre el agua vertiendo las nueces en un colador. Lávalas con agua fría y limpia.
    • Después de lavadas, extiéndelas sobre un secador de cocina limpio para quitar el exceso de agua.
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    Deshidrátalas. Una vez remojadas, podrás comerlas sin tener que deshidratarlas primero. Pero al deshidratarlas, se absorberá el agua y quedarán más crujientes (muchos prefieren la textura crujiente de las nueces). Si no tienes un deshidratador, ponlas en una bandeja para hornear y hornéalas en el horno a la temperatura más baja.
    • Espárcelas en las bandejas del deshidratador en una sola capa. Coloca las bandejas en la máquina.[3]
    • Enciende el deshidratador a 65 ºC (150 ºF).
    • Deshidrata las nueces por 12 horas y revisa si están listas. Si quieres que queden más crujientes, deshidrátalas de unas 3 a 12 horas más.
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    Disfrútalas y guarda lo que sobre. Transfiere las nueces deshidratadas que te sobren en un contenedor hermético y guárdalas en el refrigerador como máximo 2 semanas. Si quieres que se conserven por más tiempo, ponlas en el congelador hasta por 2 meses.
    • Si has optado por no deshidratar las nueces, guárdalas en el refrigerador y consúmelas al cabo de 24 horas después de lavarlas.[4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Usar las nueces remojadas

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    Haz mantequillas de nueces. Las mantequillas de nueces son deliciosas y nutritivas, y además saben bien en tostadas, frutas, helados, panqueques, entre otros. También puedes usarlas para salsas, sopas y otros platillos salados.
    • Algunas de las mantequillas de nueces más populares son las hechas a base de cacahuate, almendras y de castañas de cajú. También puedes hacer mantequillas combinadas con diferentes tipos de nueces.
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    Experimenta con leches de nueces caseras. Las leches de nueces como la de almendras y de cajú son excelentes alternativas a la leche de vaca, y podrás hacerlas en casa con nueces remojadas. Una vez que termines de hacer la leche, podrás hacer lo siguiente:
    • Tomarla sola.
    • Usarla en el cereal.
    • Añadirla al café, al té y a los batidos.
    • Usarla para hacer cremas.
    • Usarla en las recetas de pastelería.
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    Prueba las almendras bañadas de chocolate. Este bocadillo delicioso combina almendras remojadas y deshidratadas con chocolate, lo cual lo hace un postre sabroso para cualquier ocasión, un regalo especial, una rica adición para los helados, los pasteles y demás postres.
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    Haz tu propio praliné. El praliné es un postre suculento para el que se necesita nueces y azúcar para hacer nueces crujientes bañadas de azúcar. Puedes comerlas solas, agregarlas a helados, incluirlas en los pasteles o incluso como adición en las ensaladas y sopas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Germinar granos, semillas y frijoles

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    Remoja las lentejas. El germinado es el proceso de remojar granos, semillas, frijoles y legumbres para luego dejarlos en un poco de agua hasta que germinen. El primer paso es el remojo, porque ayuda a despertar el proceso de germinación.[5]
    • Pon las lentejas u otros granos, semillas o frijoles en un frasco de conservas.
    • Llena el frasco con agua tibia.
    • Cubre la boca del frasco con una estopilla y asegúrala con un elástico.
    • Deja que las lentejas remojen en el agua durante unas 12 horas.
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    Escurre y lava las lentejas. Después de 12 horas de remojo, quita la estopilla del frasco. Pon un colador invertido sobre la boca del frasco y escurre el agua, pero deja las lentejas en el frasco. Llena el frasco con agua limpia y enrosca la tapa.
    • Agita las lentejas para lavarlas y luego escurre el agua poniendo el colador sobre la boca del frasco otra vez.[6]
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    Pon las lentejas en un lugar soleado para que germinen. Asegura nuevamente la estopilla sobre la boca del frasco. Pon el frasco de lado y agítalas para que se esparzan. Ponlo en un lugar soleado y caliente para que germinen de 2 a 4 días.[7]
    • Los germinados estarán listos para comer apenas el tallo del brote sea del mismo largo del grano, frijol, semilla o legumbre original.
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    Lava las lentejas regularmente a medida que germinen. Después de 8 a 12 horas del proceso de germinación, escurre y lava las lentejas usando el mismo proceso que antes. Luego, cubre el frasco con la estopilla nuevamente, pon el frasco de lado y pon otra vez las lentejas en el lugar soleado de tu elección.
    • Repite el proceso de lavado y escurrido de 2 a 3 veces al día hasta que las lentejas germinadas estén listas.
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    Disfruta de tus germinados y guarda lo que sobre. Puedes comerlos solos, agregarlos a ensaladas, a emparedados o disfrutarlos de cualquier otra manera que te guste. Debes refrigerar lo que sobre en un contenedor con tapa o bolsa plástica con cierre.
    • Los germinados frescos duran de unos 5 a 7 días en el refrigerador.[8]
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Cosas que necesitarás

  • tazón de vidrio grande o frasco de conservas
  • colador
  • secador de cocina limpio
  • deshidratador u horno

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Categorías: Nueces y semillas | Recetas
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