Un día en la piscina o la playa puede ser una actividad muy relajante. Sin embargo, si ves a alguien que se ahoga, esto puede transformar tu día en una experiencia aterradora. Si vas a estar cerca del agua, una buena idea es pensar qué harías si ves a alguien que se ahoga activamente. Existen muchas maneras en las que puedes ayudar a la persona en problemas de manera segura.

Parte 1
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Identificar a una víctima que se ahoga

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    Practica buscar y observar. Cuando te encuentras cerca del agua, un buen hábito es evaluar tus alrededores. El primer paso para ayudar a una víctima que se ahoga es ser capaz de identificar a alguien en problemas. Los salvavidas llaman a vigilar el área “buscar y observar".[1]
    • Para poder buscar y observar, debes dedicar unos segundos cada ciertos minutos para mirar el área a tu alrededor. Mira el agua y también la plataforma de la piscina o la playa. Busca personas en problemas o situaciones potencialmente peligrosas.
    • Desarrolla el hábito de buscar y observar en tu área cuando estés cerca del agua. Esto es muy importante si hay niños contigo u otras personas que no sean buenos nadadores.
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    Conoce las señales físicas de ahogamiento. El ahogamiento en curso significa que la persona está en proceso de ahogarse. Se verá obstaculizado por la inhalación de agua. Existen muchas cosas que debes observar para determinar si alguien está en proceso de ahogarse.[2]
    • El ahogamiento en curso puede empezar a los 20 segundos desde que la persona necesitaba auxilio. Una persona que está en proceso de ahogarse no será capaz de pedir ayuda.
    • Aún si una víctima en proceso de ahogarse continua en posición vertical, no será capaz de ir hacia la ayuda o a un lugar seguro.
    • Las víctimas en proceso de ahogarse no serán capaces de pedir ayuda o llegar a un equipo. Una vez que el ahogamiento comienza, la víctima no podrá controlar los movimientos de su brazo a voluntad.
    • Las víctimas que están en proceso de ahogarse por lo general forcejean en la superficie durante 20 a 60 segundos antes de comenzar a hundirse.
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    Reconoce otros problemas. Existen muchos otros problemas que pueden sucederles a los nadadores. Asegúrate de tener en cuenta las diferentes señales para que puedas evaluar la situación con precisión. Por ejemplo, un nadador en problemas es una persona que podría haberse cansado o podría haber sufrido un calambre. Es posible que pida ayuda y que parezca que se agita.[3]
    • Una víctima que se ahoga de manera pasiva es alguien que está inconsciente en el agua. Debes asumir que la persona necesita atención médica y pedir ayuda.
    • Un nadador cansado podría usar brazadas cortas y débiles y parecer que busca algo para sostenerse. Es posible que pida ayuda.
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    Prepárate para llegar a la víctima. Una vez que hayas determinado que se trata de una víctima en proceso de ahogarse, prepárate para llegar hasta la persona. Según tu búsqueda y observación, deberás poder decidir si necesitas entrar al agua o si puedes ayudarlo desde tierra. Lleva todas las herramientas que necesites como un dispositivo flotador, un chaleco salvavidas o una vara.[4]
    • Alerta a alguna otra persona en la orilla si vas a nadar para rescatar a la víctima. Lo mejor es que alguien más esté consciente de la situación. Haz que pida ayuda.
    • No intentes rescatar a alguien a menos que seas un muy buen nadador y sepas lo que haces. Si no eres un buen nadador, puedes ponerte a ti mismo y a la víctima en peligro.

Parte 2
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Llevar a cabo un rescate

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    Reduce tu riesgo. Antes de intentar un rescate, necesitas asegurarte de que no te pongas en riesgo a ti mismo. Una buena idea es recordar una frase de los salvavidas: “llega, tira, nada, ve con apoyo”. Esto significa que siempre debes utilizar herramientas de seguridad que te ayuden en el rescate.[5]
    • Asegúrate de siempre llevar un dispositivo flotador contigo. Lo necesitarás en caso encuentres problemas o te canses. También podrías necesitarlo para sostener a la víctima.
    • Cuando sea posible, usa un tubo de rescate. Estos dispositivos son los más fáciles de utilizar al llevar a cabo un rescate.
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    Fortalece tus habilidades. Es importante recordar que solo los nadadores extremadamente competentes deberían intentar hacer rescates. Si no sabes lo que haces, es posible que empeores la situación a pesar de tener las mejores intenciones. Si vas a estar cerca del agua o planeas hacerlo, es una buena idea tomar un curso de natación avanzada. Busca cursos en tus academias locales de natación para ver opciones.
    • Antes de que entres en esta situación, asegúrate de ser consciente de tus propias habilidades de nado. No intentes realizar un rescate si no puedes nadar 45 metros (50 yardas) en nado de pecho o nado crol con facilidad.
    • Asegúrate de ser capaz de mantenerte a flote durante al menos 2 minutos sin forcejear. Si no puedes hacerlo, lo más probable es que no seas un nadador lo suficientemente fuerte como para llevar a cabo un rescate exitoso.
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    Utiliza tus herramientas. Si la víctima que se ahoga está cerca, podrías usar equipo para llegar a la persona. Por ejemplo, casi todas las piscinas tienen una herramienta llamada vara de rescate en una pared o reja. La vara de rescate es una vara larga y delgada que tiene un aro en un extremo.[6]
    • Si tienes experiencia con esta herramienta, puedes extender la vara y ubicar el aro de modo que rodee a la víctima. Luego puedes jalar a la víctima a la orilla.
    • No intentes hacerlo si no estás familiarizado con este proceso. Es posible que causes más pánico sin darte cuenta.
    • Un dispositivo flotador es la herramienta más importante en los rescates. Si vas a nadar hacia la víctima, asegúrate de llevar uno.
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    Realiza un rescate desde un acercamiento posterior. De ser posible, siempre debes acercarte a una víctima que se ahoga desde la parte posterior. Es posible que necesites bucear y salir por detrás de la víctima para poder hacerlo. Las investigaciones muestran que las víctimas de ahogamiento casi siempre de alguna manera se ahogan mientras miran a la orilla. Mientras realizas el rescate, lo mejor es que la orilla esté a la vista de la víctima. Por esta razón, lo mejor es acercarse por atrás e impulsarse con ellos hacia la orilla.[7]
    • A menudo, las víctimas sienten más pánico si ven que los giran en dirección contraria a la orilla.
    • Recuerda que la víctima no puede controlar los movimientos de su brazo. Por lo tanto, no pierdas tiempo con frases como “sujétate”.
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    Apoya a la víctima. Necesitas usar tu dispositivo flotador para ayudar a la víctima a estabilizarse. Esto hará que sea más fácil nadar de forma segura a la orilla. Coloca a la víctima en el tubo de rescate o en otro dispositivo flotador.[8]
    • Para hacerlo, necesitarás “alzarlo” y acomodarlo en el dispositivo.
    • Antes de que te encuentres en una situación de emergencia, una buena idea es practicar este movimiento. En la seguridad de una piscina, pídele a un amigo o familiar que se ofrezca como voluntario para ser tu compañero de práctica.
    • Practica nadar desde atrás y levantar firmemente a la “victima” y colocarla en el tubo.
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    Arrastra a la víctima hasta la orilla. Una vez que la víctima esté en el dispositivo, necesitarás llevarla a tierra. Envuelve tu brazo alrededor de su cintura y comienza a nadar a la orilla. El nado de costado será el más efectivo para este tipo de rescate.[9]
    • Mientras jalas a la víctima, asegúrate de mantenerla vigilada. Lo mejor es asegurarse de que permanezca segura en el dispositivo flotador. Si es necesario, haz una pausa para ajustar su posición para que esté estable.
    • Si el dispositivo flotador es fácil de sujetar, puedes llevar a la víctima a la orilla al sujetar el dispositivo y jalarlo mientras nadas.
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    Ayuda a la víctima. Una vez que hayas llegado a la orilla, necesitas ayudar a la víctima. Si aún no lo habías hecho, pide ayuda médica. Es muy probable que la víctima aún tenga dificultad para respirar debido a la inhalación de agua. Primero, verifica si aún respira. Coloca tu oído cerca de su boca y escucha para ver si respira. [10]
    • También puedes mirar su pecho y ver si se eleva y desciende debido a las respiraciones.
    • Si no puedes ver o escuchar la respiración, verifica su pulso. Coloca tus dos índices en la muñeca o en el cuello para encontrar el pulso. Espera en esa posición durante 10 segundos.
    • Si no puedes detectar el pulso, comienza con la reanimación cardiopulmonar. Coloca la palma de la mano en el centro de su pecho, alineado con los pezones. Asegúrate de no presionar las costillas.
    • Comienza con la compresión de pecho al presionar a un ritmo de al menos 100 pulsos por minuto. Completa 30 compresiones y espera durante varios segundos entre los pulsos para permitir que el pecho se eleve.
    • Verifica la respiración. Si no respira, vuelve a hacer la reanimación. Una buena idea es tomar clases de reanimación cardiopulmonar en tu sede local de la Cruz Roja para que puedas practicar esta técnica.

Parte 3
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Conocer la seguridad general en el agua

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    Practica la precaución. Los accidentes pasan y no es posible asegurarse por completo de que los incidentes de ahogamiento no ocurran. Sin embargo, existen muchos pasos que puedes tomar para reducir las probabilidades. Al practicar la precaución y seguir las reglas generales de seguridad, podrás mantener seguras a las personas alrededor tuyo. Por ejemplo, asegúrate de tener un dispositivo flotador contigo cuando estés cerca del agua.[11]
    • Si es posible, lleva un teléfono celular contigo a la piscina o playa para que puedas pedir ayuda de ser necesario.
    • Asegúrate de que las personas que no sean buenos nadadores tengan un chaleco salvavidas.
    • Debes estar atento a tus alrededores. Incluso si no planeas nadar, debes tener en cuenta que los accidentes pueden suceder incluso en la orilla o al costado de la piscina. Debes estar atento por si alguna persona cae al agua por accidente.
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    Nada en las áreas designadas. Siempre es mejor nadar con un salvavidas presente. Esto es importante para todos, incluso para los buenos nadadores. Si vas a nadar en una piscina, busca una con un salvavidas regular. También puedes encontrar playas que contratan salvavidas.[12]
    • No entres a cuerpos de agua naturales si las condiciones no son favorables. Por ejemplo, no vayas al lago si hace mucho viento y las olas se ven fuertes.
    • Debes evitar ir al mar cuando las olas se vean agresivas. Muchas playas colocan señales y banderas que te advierten estas condiciones. No nades si ves una advertencia en el lugar.
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    Enseña a los niños las reglas. Si bien cualquiera puede ahogarse, los niños son mucho más susceptibles. Si tienes hijos, asegúrate de enseñarles a actuar de manera responsable cerca del agua. Haz una lista de reglas para las excursiones familiares y asegúrate de que tus hijos las comprendan.[13]
    • Por ejemplo, puedes implementar el sistema de compañerismo. Asegúrate de que tu hijo sepa que no puede nadar solo o sin supervisión.
    • Si vas a subir a un bote, toma chalecos salvavidas de tamaño infantil.
    • Los niños pueden aprender a nadar a partir del primer año de edad. Empezar las clases de natación a una edad temprana es una excelente idea.

Consejos

  • No intentes rescatar a una víctima si no puedes nadar. No será útil para la víctima ni seguro para ti si intentas rescatar a alguien sin saber nadar.
  • Consigue ayuda o lánzale un dispositivo flotador a la víctima.

Advertencias

  • Jamás intentes realizar "hazañas" de rescate a un ahogado simplemente por quedar como un "héroe" sin tener las habilidades necesarias. Con eso podrías terminar ahogado tú también y entonces en vez de una víctima serían dos contigo.

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