Mirena es la marca de un dispositivo intrauterino (DIU) hormonal aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Es un método anticonceptivo de largo plazo que, con los cuidados necesarios, puede durar hasta cinco años.[1] Después de que el médico coloca el dispositivo en el útero, tendrás que comprobar ocasionalmente que siga en su lugar. Para hacerlo, intenta sentir los hilos del dispositivo que salen directamente del cuello uterino en dirección a la vagina. Si sospechas que está fuera de lugar, pide una cita con tu médico.

Método 1
Método 1 de 2:
Revisar los hilos tú misma

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    Revisa los hilos una vez al mes. De esta forma, te asegurarás de que el dispositivo esté en su lugar. La mayoría de los profesionales recomiendan verificar los hilos una vez al mes, entre los períodos.[2] Otros médicos sugieren revisarlos cada tres días durante los primeros tres meses, ya que en este momento corren más riesgo de salirse.[3]
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    Lávate las manos antes de revisar. Lávate las manos con agua tibia y jabón, y enjuágalas bien. Luego sécalas con una toalla limpia.[4]
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    Agáchate o siéntate. Así será más fácil alcanzar el cuello uterino. Escoge una posición que te resulte cómoda.[5]
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    Introduce un dedo en la vagina hasta sentir el cuello uterino. Usa el dedo medio o índice. El cuello uterino es duro y un poco gomoso, como la punta de la nariz.[6]
    • Si tienes dificultades para introducir un dedo en la vagina, cúbrelo con un poco de lubricante a base de agua e intenta nuevamente.
    • Recuerda cortar o limar las uñas para no raspar o irritar la vagina o el cuello uterino.
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    Intenta sentir los hilos. Cuando hayas encontrado el cuello uterino, busca los hilos del dispositivo. Deben sobresalir un poco del cuello uterino, por lo general, entre 2,5 y 5 cm (1 a 2 pulgadas).[7] ¡No tires de los hilos! Si observas alguna señal de que Mirena está fuera de lugar, habla con tu médico. Debes consultar con el médico si:[8]
    • los hilos están más cortos o largos de lo que pensabas;
    • no puedes sentir los hilos;
    • puedes sentir el extremo plástico del dispositivo.

Método 2
Método 2 de 2:
Revisar los hilos con un médico

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    Visita al médico para realizar el seguimiento correspondiente. Posiblemente, el profesional planifique una consulta al mes siguiente de haber colocado el dispositivo. Te examinará para asegurarse de que Mirena no esté fuera de lugar ni cause problemas. Durante este encuentro, pregunta todas las dudas que tengas acerca del dispositivo y de la revisión de los hilos.[9]
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    Pide una cita si sospechas que el dispositivo está fuera de lugar. Aunque puedas sentir los hilos, existen otras señales que indican que este dispositivo no está en su lugar. Observa las siguientes señales y visita al médico si:[10]
    • tú o tu pareja sienten dolor durante las relaciones sexuales;
    • observas un cambio repentino de la longitud de los hilos o sientes que la punta dura del dispositivo sobresale de la vagina;
    • experimentas cambios en el ciclo menstrual.
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    Llama a tu médico de inmediato si experimentas síntomas graves. En algunos casos, es posible que el dispositivo no funcione correctamente o cause complicaciones graves. Busca atención médica inmediata si:[11]
    • experimentas un sangrado vaginal abundante fuera del período menstrual o si tienes mucho sangrado durante el ciclo;
    • tienes flujo con olor fétido o presentas llagas en la vagina;
    • padeces cefaleas intensas;
    • tienes fiebre sin motivo aparente (por ejemplo, no relacionada con un resfrío o una gripe);
    • sientes dolor abdominal o durante el sexo;
    • tienes la piel y los ojos amarillos (ictericia);
    • tienes síntomas de embarazo;
    • tienes riesgo de haber estado expuesta a enfermedades de transmisión sexual.

Advertencias

  • Nunca intentes quitarte el dispositivo tú misma. Esto debe realizarlo un profesional de la salud.
  • Si tienes problemas para encontrar los hilos o no puedes sentir el dispositivo, llama al médico de inmediato. Hasta verificar que el dispositivo funcione correctamente, usa un método anticonceptivo no hormonal como, por ejemplo, el preservativo. [12]

Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 93 946 veces.
Categorías: Salud de la mujer