La cocaína es un estimulante muy potente y adictivo que puede causar problemas de salud graves, incluidos la sobredosis y la muerte. Los signos del consumo excesivo de cocaína son similares a los síntomas de otros problemas de salud; por ello, puede ser difícil identificar si alguien está consumiendo cocaína. Si te preocupa que tu familiar, amigo o colega pueda estar consumiendo cocaína, aprende a identificar los signos físicos y conductuales.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Identificar los signos físicos

  1. 1
    Busca la presencia de polvo blanco en la nariz o en las pertenencias de la persona. La cocaína es un polvo blanco que suele inhalarse. Observa si la persona tiene algún residuo de polvo en su nariz y en su boca. Incluso si la persona ha limpiado todo rastro de su cuerpo, podrías encontrar un residuo en su ropa o en alguna superficie de su casa.
    • Revisa los objetos que estén debajo de la cama o de una silla y que hayan podido servir como superficie plana para inhalar el polvo.
    • La persona puede decir que el residuo es azúcar en polvo, harina o alguna otra substancia inofensiva. Si lo ves en más de una ocasión, en especial en un lugar inusual (como en una revista debajo de la cama), es probable que no sea azúcar en polvo.
  2. 2
    Verifica si la persona estornuda con frecuencia o si siempre tiene secreción nasal. La cocaína afecta a los senos nasales y puede causar una secreción nasal continua. Los consumidores frecuentes suelen estornudar como si tuvieran un resfrío, incluso si no tienen ningún otro signo de enfermedad.
    • Tocarse o limpiarse la nariz con frecuencia es otro signo de que la persona puede estar consumiendo cocaína.
    • Después de un largo periodo de consumo excesivo, un consumidor de cocaína puede experimentar hemorragias y lesiones internas en la nariz.[1]
  3. 3
    Verifica si la persona tiene los ojos irritados. La cocaína es un estimulante potente; por ello, hace que los ojos de la persona luzcan rojos e irritados, al igual que la marihuana. Verifica si los ojos de la personas lucen rojos y llorosos en momentos inusuales del día. La cocaína causa pérdida del sueño, por lo que los ojos de la persona lucirán rojos, en especial por la mañana.[2]
  4. 4
    Observa si la persona tiene las pupilas dilatadas. La cocaína hace que las pupilas luzcan anchas y dilatadas. Observa las pupilas de la persona para verificar si lucen extrañamente dilatadas, incluso en una habitación bien iluminada. Tener las pupilas dilatadas hace que los ojos de las personas sean más sensibles a la luz; por ello, es posible que veas a la persona con gafas para el sol que le permitan proteger sus ojos sensibles.
    • Las pupilas dilatadas solo tienen la misma duración que el efecto de la droga, por lo que este signo físico puede pasar desapercibido con facilidad.
    • Muchos otros tipos de drogas también causan la dilatación de las pupilas. La presencia de pupilas dilatadas de forma poco natural no indica necesariamente un consumo de cocaína.[3]
  5. 5
    Busca marcas de agujas en el cuerpo de la persona. En ocasiones, los consumidores asiduos disuelven la cocaína y la inyectan usando una aguja. Presta atención a las manos, los antebrazos, los pies y las piernas de la persona, y verifica si hay pequeñas marcas de punción que indiquen que se insertó una aguja allí. Si encuentras pequeñas “marcas de inyecciones”, la persona podría estar consumiendo cocaína u otra droga ilícita.
  6. 6
    Revisa si hay accesorios relacionados con la droga. La cocaína puede aspirarse si está en forma de polvo, fumarse si es un crack de cocaína, o inyectarse directamente. Hay muchos artículos utilizados para su administración y que puedes encontrar:
    • polvo blanco en espejos, estuches de CD u otras superficies.
    • billetes de un dolor enrollados, pipas, cucharas para crack, bolsas plásticas pequeñas.
    • el zumo de limón o el vinagre pueden mezclarse con la cocaína para producir una sensación más intensa.
    • En ocasiones, la heroína se consume al mismo tiempo que la cocaína. Esto se conoce como bola rápida (speedballing).[4]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Identificar los signos conductuales

  1. 1
    Verifica si la persona actúa de manera extraña. La cocaína hace que el consumidor tenga una sensación de euforia, por lo que la persona podría lucir feliz sin ningún motivo aparente. Ella también podría lucir paranoica o mostrar conductas nerviosas o inquietas, como mover los dedos de forma excesiva o caminar por la habitación.[5] Compara la conducta hiperactiva de la persona con su estado normal para determinar si el consumo de cocaína o alguna otra droga podría hacerla actuar diferente.
    • También podrías observar si la persona se ríe con más frecuencia.
    • En ocasiones, las personas se vuelven extrañamente agresivas o impulsivas cuando están bajo los efectos de la cocaína. También pueden producirse alucinaciones.
    • La hiperactividad solo dura mientras la persona está bajo el efecto de la droga, lo cual puede ser de veinte minutos a dos horas.
  2. 2
    Observa si la persona sale con frecuencia de la habitación. El efecto de la cocaína solo dura un tiempo corto; por ello, es necesario usarla con frecuencia para mantener una sensación de euforia. Los consumidores de cocaína se retiran con frecuencia para poder consumir más. Si la persona va al baño cada 20 o 30 minutos, puede ser un signo de que está consumiendo cocaína.
    • Obviamente, hay muchos otros motivos por los que una persona podría necesitar ir al baño con frecuencia. Verifica si hay otros signos que podrían ser causados por la cocaína, como la sensación de que la persona oculta algo.
    • También es probable que, a veces, veas a la persona salir de la habitación acompañada por alguien más. Percibe si hay miradas furtivas entre ellas que podrían indicar un posible consumo de cocaína.
  3. 3
    Observa si la persona tiene menos ganas de comer. La cocaína disminuye el apetito, por lo que podrías notar que la persona no come cuando otras lo hacen, o que come menos de lo habitual.[6] Hay otros efectos secundarios del consumo de cocaína que también pueden causar una pérdida del apetito, como las náuseas y el deterioro intestinal. Debido a la falta de apetito constante, la persona también podría perder peso y sufrir de desnutrición.[7]
  4. 4
    Observa si la persona experimenta los efectos secundarios del consumo. Cuando el efecto de la droga empieza a desaparecer, en especial al día siguiente de haber consumido una gran cantidad de cocaína, la persona puede sentirse aletargada y deprimida. Observa si la persona tiene problemas para despertarse o si muestra un mal humor extremo el día posterior al que consumió la cocaína. Si notas un patrón de letargo, es posible que la persona esté consumiendo cocaína.[8]
    • En muchos casos, un consumidor de cocaína permanecerá aislado de los demás después de consumirla. Si la persona cierra la puerta de su habitación y no sale para nada, esto podría ser un signo de consumo.
    • Algunas personas consumen tranquilizantes o alcohol para combatir los efectos de la cocaína y poder dormir.
  5. 5
    Observa los cambios a largo plazo. Los consumidores de drogas asiduos corren el riesgo de volverse cada vez más dependientes de la cocaína. Volver a consumirla se vuelve su prioridad y descuidan las demás obligaciones de la vida. Observa si la persona presenta los signos de un consumidor asiduo a largo plazo:
    • Los consumidores habituales pueden desarrollar una tolerancia a la droga y requieren dosis cada vez más fuertes para lograr el efecto deseado. Es posible que la consuman con una frecuencia similar cada diez minutos y que lo hagan en exceso durante toda la semana.
    • Pueden volverse reservados, poco confiables y deshonestos. Ellos pueden mostrar cambios radicales en el estado de ánimo, depresión o conductas psicóticas, debido a los efectos neurológicos de la droga.
    • Ellos pueden descuidar las responsabilidades familiares o laborales, e incluso su higiene personal. Pueden contar con un grupo nuevo de amigos y contactos sociales que también consumen cocaína.
    • Asimismo, pueden desarrollar infecciones o enfermarse con más frecuencia debido a que tienen un sistema inmunitario débil.[9]
  6. 6
    Averigua si la persona tiene problemas económicos. La cocaína es una droga muy costosa. Los consumidores asiduos deberán contar con un gran ingreso económico para poder mantener este hábito. La vida laboral suele verse afectada; por ello, su situación económica puede volverse un problema rápidamente.
    • La persona puede pedir dinero prestado sin especificar en qué lo gastará.
    • Ella podría llamar al trabajo para decir que está enferma con frecuencia, llegar tarde o incumplir con los plazos límite.
    • En los casos más extremos, la persona podría recurrir al robo o a la venta de posesiones personales para mantener su hábito de consumo de droga.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Conocer los pasos a seguir

  1. 1
    Conversa sobre tus preocupaciones. Es mucho mejor decir algo en lugar de permanecer en silencio. Dile a la persona que notaste que está consumiendo cocaína y que estás preocupado por su salud y su bienestar. Dile que quieres ayudarla a superar este hábito o adicción.
    • No esperes a que la persona toque fondo. La cocaína es muy peligrosa para eso. No dejes que “siga su curso” ni que pase inadvertida.
    • Enumera los ejemplos específicos para ayudarte a “demostrar” que sabes que la persona ha consumido cocaína. Prepárate para lidiar con la persona, pues lo negará.
  2. 2
    Consigue ayuda si la persona es tu familiar o un amigo cercano. Si la persona por la que estás preocupado es tu hijo o un familiar cercano, reserva una cita con un consejero especializado en consumo de drogas para que te brinde ayuda inmediatamente. Lidiar con una posible adicción a la cocaína no es algo que podrás manejar tú solo.[10]
    • Busca a un consejero que sepa cómo lidiar con las adicciones.
    • Un terapeuta familiar o un consejero escolar también podrían ser de ayuda.
  3. 3
    No recurras a las amenazas ni a la intimidación. Básicamente, la persona en cuestión tendrá que tomar la iniciativa para abandonar el consumo. Tratar de controlar la situación empleando amenazas, chantajes y castigos extremos probablemente no funcionará. Invadir la privacidad de la persona, quitarle sus responsabilidades y discutir con ella cuando está drogada probablemente solo empeorará las cosas.
    • Establece cuáles serán los castigos que aplicarás (como quitarle su mesada o privilegios con el auto), pero no hagas amenazas falsas que no puedas aplicar.
    • Trata de averiguar cuál es el problema subyacente. Conversa con un consejero para determinar qué es lo que causa esta conducta.
  4. 4
    Evita echarte la culpa. Así se trate de tu hijo o alguien más, inculparte es inútil. Fue esa persona quien inició el consumo de cocaína, no tú. No puedes controlar sus decisiones; todo lo que puedes hacer es apoyarla y animarla a buscar ayuda.[11] Dejar que la persona asuma la responsabilidad por su conducta es esencial para su recuperación.

Consejos

  • Reconocer los síntomas de la adicción a la cocaína puede ser el primer paso en la búsqueda de ayuda. Evidentemente, esto puede ser triste, más aún si el consumidor es un ser querido. Nunca dejes de apoyarlo ni pierdas la esperanza, pues hay muchas opciones de tratamiento que pueden ayudarlo a desintoxicarse.

Advertencias

  • Una sobredosis de cocaína puede causar un ataque cardiaco o epilepsia, hemorragia cerebral debido al aumento de la presión sanguínea, aumento peligroso de la temperatura corporal, insuficiencia renal, delirios, convulsiones o la muerte. Muchos de estos pueden ocurrir incluso después de un solo consumo de la droga. Un ataque cardiaco producido por la cocaína o una insuficiencia respiratoria completa pueden suscitarse en una persona que consume por primera vez o en un adicto con una tolerancia desarrollada.

Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 859 960 veces.