Como adulto, tienes obligaciones; tienes un trabajo y tienes que pagar las cuentas. Incluso podrías tener una familia (cónyuge o hijos). Tienes que trabajar, pero también te gustaría volver a estudiar para lograr algo mejor. Podría parecer imposible equilibrar todas estas responsabilidades, pero puedes lograrlo con un poco de ingenio, mucha planificación y el apoyo de tus seres queridos.

Método 1
Método 1 de 5:
Organiza tu tiempo

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    Crea un horario flexible. Algunas partes de tu horario no podrán modificarse, como tus horas de clase y tus días de trabajo. Encaja tus horas de tarea y estudio en los momentos en los que no estás en clase ni en la oficina. Desarrolla una rutina que puedas seguir, pero que puedas modificar si otras cosas importantes surgen. Al ser un estudiante que trabaja, debes estar listo para adaptarte a las nuevas asignaciones, los recados inesperados y las crisis repentinas en el trabajo que deben resolverse de inmediato. Incluye en tu horario un tiempo suficiente para estudiar; de esta forma, si algo surge, puedes pasar el estudio para otro momento de la semana.
    • Consigue un calendario. Escribe lo que necesitas lograr cada día. Cuando cumplas una tarea, táchala con un lapicero. De esta manera, podrás observar todo lo que has logrado y mantener organizadas tus futuras tareas.
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    Usa una agenda. Una agenda es útil en especial si tienes muchos compromisos y tus días son tan diferentes que tienes problemas para seguir tu horario. Coloca todos tus compromisos fijos, como tus horas de clase, horas de trabajo, fechas límite y obligaciones familiares. De esta forma, sabrás exactamente cuándo tendrás tiempo libre para programar tus sesiones de estudio o tus horas de descanso.
    • Si hay otros miembros de la familia en tu casa, mantén tu calendario en un lugar donde todos puedan verlo. De esa manera, pueden evitar hacer planes que te involucren en momentos en que no están disponibles.
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    Usa un smartphone. La mayoría de los teléfonos inteligentes tienen un calendario y las funciones de lista de cosas por hacer. Los productos de Apple y Google cuentan con la función de sincronizar tus laptops y computadoras de escritorio para que puedas compartir tu horario entre tus dispositivos. Si agregas algo al calendario de tu teléfono inteligente (quizás un plazo límite para una nueva asignación de una clase), también aparecerá en tu computadora de escritorio.[1]
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    Comparte tu horario. Habla sobre tu horario con tus amigos y familiares. Dales una muestra de lo que es la vida de un estudiante que trabaja y podrían sentir empatía contigo, quizás hasta podrían tratar de hacer que tu vida sea más fácil. Al menos, ellos sabrán cuándo pasar tiempo contigo y cuándo dejarte solo para que puedas alcanzar tus metas.
    • Regístrate en un calendario de Internet y envía el URL a las personas que necesitan saber en dónde estarás y en qué momento.
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    Planifica tu trayectoria académica. Determina cuáles son los pasos que debes seguir para alcanzar lo que buscas y establécete metas. ¿Necesitas llevar 5 asignaturas para culminar un programa? Averigua cuándo las ofrecerán y crea un horario para varios años. Cada escuela es diferente. Acude a un consejero y haz que te ayude a planificar todo tu programa para que sepas qué es lo que tendrás que afrontar.
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    Reserva tiempo para tu familia. Cuando llenes tu horario, también incluye un tiempo para tu familia y tus obligaciones familiares. Crea una columna aparte para las cosas que tienes que hacer para mantener tu casa en orden, a tu cónyuge feliz y a tus hijos en buen estado. Programa actividades como la lavandería y las comidas familiares junto con tus estudios y otras actividades relacionadas con el trabajo.[2]
    • Si tienes hijos, asegúrate de satisfacer sus necesidades. Tendrás que llevarlos a la guardería o la escuela. Algunos trabajos y escuelas incluso ofrecen guarderías para sus estudiantes.[3] Tus hijos necesitarán que los alimenten y tú tendrás que pasar todo el tiempo posible con ellos. Asegúrate de no descuidar a tus hijos cuando vas a estudiar.
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    Programa una actividad social semanal. Debes mantener tus amistades. Al inicio de cada semana, programa una actividad divertida que puedas realizar con tus amigos para el fin de semana. Esto mostrará que aún te esfuerzas por mantener una amistad con ellos y hará que durante la semana te sientas emocionado por lo que harán.[4]
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    Haz tiempo para ti mismo. Con todas tus responsabilidades, probablemente te sea difícil encontrar tiempo para terminar de hacer todo, sin hablar de tiempo de descanso. Sin embargo, con el fin de evitar el agotamiento y el estrés, es importante programar algo de "tiempo" cada semana. Incluso si es solo una hora en la que te sientes en una cafetería y leas un libro para divertirte sin niños alrededor, hazte una promesa de hacer tiempo para mantenerte feliz y saludable.[5]

Método 2
Método 2 de 5:
Desarrolla hábitos de estudio eficaces

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    Sé organizado. Mantén tu material de estudio organizado y en un solo lugar para que sea fácil encontrarlo. Marca en tu calendario los plazos límite que se aproximan y empieza los proyectos de la escuela con anticipación para tener tiempo suficiente como para culminarlos en caso de que otras cosas surjan en ese tiempo. Si estás llevando varias asignaturas al mismo tiempo, no inviertas todo tu tiempo en una sola mientras que otras fechas límite empiezan a asomarse.
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    Toma excelentes apuntes de las clases. Enfócate en las ideas principales cubiertas en cada clase, en lugar de toda la información innecesaria. Enfócate en apuntar los pasos para los procesos más extensos, los enunciados de resumen (que empiezan con por lo tanto, por consiguiente, etc.), la información que tu profesor repite con frecuencia y todo lo escrito en la pizarra o en folletos. Esta es la información que tu profesor colocará en los exámenes, enfócate en ella.[6]
    • Si tienes que faltar a clase por alguna razón, pregunta a un compañero de clase si puede tomar notas para ti.
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    Busca un santuario para el estudio. Busca un lugar en el que puedas estudiar cómodamente sin sufrir interrupciones. Asegúrate de tener una silla cómoda, una mesa, iluminación adecuada y todos los materiales académicos que necesitas para esa sesión de estudio.[7]
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    Reduce las distracciones cuando estudias. Apaga tu celular y la televisión, no revises tu correo electrónico y mantente alejado de las redes sociales. La clave para un estudio eficaz es enfocar todos tus esfuerzos en la tarea en cuestión.[8]
    • Si te distraes con las páginas de redes sociales como YouTube, Facebook u otras, descarga una de las muchas aplicaciones diseñadas para regular el acceso a ellas y aumentar tu concentración. Cuando termines tu trabajo, podrás desbloquear el acceso a estas páginas.[9]
    • Asegúrate de que tu familia entienda que tu tiempo de estudio es importante. Deben saber que no deben interrumpirte mientras estás estudiando. No te sientas mal por decirle a las personas que no puedes ayudarlos mientras estás estudiando.
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    Revisa con frecuencia, no estudies todo en una sola noche. Empieza a estudiar el primer día de clase y revisa tus materiales de forma frecuente. No lo dejes para el último minuto y no trates de estudiar todo el trabajo de un mes o más en una sola sesión. Tu cerebro no podrá procesar y retener toda esta información de un solo golpe. Tu cerebro es un músculo y, al igual que en otros músculos, la repetición constante desarrollará la fortaleza. No basta con ir al gimnasio, levantar un objeto muy pesado y esperar ser mejor en ello, tienes que ir al gimnasio (o a estudiar) con frecuencia y en periodos cortos, así irás fortaleciéndote de forma gradual hasta llegar a niveles más difíciles.[10]
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    Habla con tus profesores. Si no comprendes un tema, consulta a la fuente. Los profesores atienden en horarios regulares de oficina o responden correos electrónicos relacionados con preguntas específicas sobre el contenido. Crea un diálogo abierto con tu profesor, esto te ayudará a superar los obstáculos en la clase con más rapidez.[11]
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    Visita el centro de tutoría de tu escuela. Muchas escuelas cuentan con servicios de tutoría gratuitos o baratos de los cuales se encargan otros estudiantes o alumnos graduados. En lugar de pasar horas reflexionando en casa sobre el mismo material (solo para no comprenderlo), visita a alguien que pueda brindarte tutoría.[12]

Método 3
Método 3 de 5:
Trabaja de forma eficaz

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    Elabora una lista de las tareas que debes realizar. Recopila una lista de tareas fáciles y difíciles. Anota los correos electrónicos que debes responder, los formularios que debes enviar, las reuniones a las que debes asistir y cualquier otra cosa que debas culminar para el final del día.[13]
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    Organiza tu lista. Coloca las tareas más importantes al inicio de tu lista y las menos importantes al final. Si encuentras alguna tarea que parece intrascendente o innecesaria, elimínala. No pierdas el tiempo con el trabajo “sin valor”, esto solo perjudicará a tu productividad. [14]
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    Organiza tu espacio de trabajo. Organizarte es el primer paso para lograr un día verdaderamente productivo. Los pasos principales son ordenar, organizando los formularios y la información de forma estratégica, y mantener esa organización.
    • Primero, deshazte de todo lo que no necesitas cuando estás en el trabajo. Puedes conservar objetos decorativos y fotos familiares, pero debes colocar todo lo demás en otra habitación. Debes crear un espacio limpio y libre de distracciones.
    • Segundo, determina qué formularios o información (p. ej., tarjetas de presentación, formularios estándar, listas de correos electrónicos, registros de nómina o informes de datos) debes tener preparados. Compra archivadores y coloca cada tipo de información en el mismo lugar, así sabrás dónde encontrarla en el futuro.
    • Tercero, al final de cada día, realiza un mantenimiento básico en tu sistema de organización. Asegúrate de ordenar adecuadamente todos los formularios; de esta forma, cuando llegues en la mañana, no tendrás que lidiar con un desastre.[15]
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    Emplea el poder del trabajo en equipo. Delega las tareas. Divide las asignaciones complejas en partes manejables y asigna esas partes a los miembros de tu equipo. No pierdas días para culminar una tarea que un grupo pequeño puede cumplir en un par de horas.[16]
    • Recuerda que está bien decir "no" a las responsabilidades adicionales. Si alguien te pide que le ayudes en un proyecto y simplemente no tienes tiempo para esa semana, explícale que normalmente te encantaría ayudar pero tienes una fecha límite para la escuela y que no puedes fallar.
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    Considera hablar con tu jefe. Si lo prefieres, enfatiza la forma en la que tus planes propuestos te ayudarán a ganar habilidades valiosas o harán que califiques para un ascenso. Motívalo con tus planes de estudio. Si convences a tu jefe, será más fácil alternar entre el estudio y el trabajo. Él podría incluso ayudarte a modificar tus horas laborales cuando tengas que adaptarlas a tu trabajo en la escuela.[17]
    • Tendrás que comparar los pros y los contras de hablar con tu jefe. Algunos jefes no considerarán tu educación como una ventaja para ellos o para sus operaciones.

Método 4
Método 4 de 5:
Afronta el estrés

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    Mantén separado el trabajo de los estudios. No te preocupes por el trabajo cuando estés estudiando y viceversa, enfócate en una cosa a la vez. No lleves tus libros o apuntes al trabajo y no lleves tus cosas del trabajo a la escuela. El tiempo que pases en cada uno de esos lugares dedícalo a los trabajos que les conciernen. Si te esfuerzas en el trabajo, no debes sentirte culpable por enfocarte en tus estudios cuando estás en la escuela.
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    Tómate los descansos que tanto necesitas. Date tiempo para recuperar el control cuando más lo necesites, así podrás regresar al trabajo o los estudios con la mente despejada. Da una caminata, lee un periódico, prepárate un té, etc. Trata de tomar descansos dejando un par de horas, pero asegúrate de que solo duren de 5 a 10 minutos, no deben hacerte perder el tiempo.
    • No te consientas con mucha frecuencia realizando las actividades que te encantan durante tus descansos. Todo el mundo las tiene, ya sea ver MTV, sumirte en una charla improductiva con tu vecino o revisar el Facebook por horas sin cesar. Si hay una actividad en la cual sueles sumirte y que afecta negativamente el equilibrio entre tu trabajo y tus estudios, evítala como si fuera una plaga y no la realices por ningún motivo en tus descansos breves.[18]
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    Sé activo. Estírate, nada, corre, levanta pesas, etc. Mantener un estilo de vida saludable ayuda a aliviar el estrés y descubrirás que mientras más salgas y te ejercites, más fáciles parecerán el trabajo y el estudio. Todos sabemos que el ejercicio reduce el estrés. Los científicos han demostrado que realizar ejercicios aeróbicos con frecuencia reduce el estrés, mejora y estabiliza el estado de ánimo, mejora los hábitos de sueño y aumenta la autoestima.[19]
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    Duerme lo suficiente. Reserva algo de tiempo en tu horario para dormir. Los estudios han demostrado que el sueño aumenta la capacidad de tu memoria, mejora tu estado de ánimo en general y te ayuda a mantenerte atento. Estos tres beneficios afectarán tus niveles de estrés de forma positiva. Permanecer despierto estudiando toda la noche puede ser necesario en algunas ocasiones, pero no lo hagas con frecuencia. Si te privas de las horas de sueño, toma una siesta corta (de 15 a 30 minutos) para darle un pequeño estímulo a tu cerebro.
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    Come alimentos saludables. Come alimentos ricos en carbohidratos y con un alto contenido de fibra. Los científicos creen que los carbohidratos hacen que el cerebro produzca niveles elevados de serotonina, una hormona que nos relaja. Consume mucha fibra para regular tu sistema. Come frutas y vegetales que tengan un alto contenido de antioxidantes para mejorar tu sistema inmunológico. Las frutas cítricas te proporcionan mucha vitamina C. El calabacín y las zanahorias son fuentes grandiosas del antioxidante beta-caroteno. Una dieta balanceada brindará un equilibrio más saludable entre los estudios y el trabajo.[20]
    • Evita los alimentos grasosos, el consumo excesivo de cafeína y las golosinas azucaradas. Las carnes y los quesos contienen niveles bajos de grasa, lo cual hace que la sangre sea más espesa y hace que te sientas aletargado. La cafeína podría parecer una necesidad, pero consúmela de forma responsable y no dejes que afecte tu horario de sueño. Por último, el azúcar es un carbohidrato simple que te dará un momento de energía temporal, pero que al final te hará sufrir una “caída”. Elige los carbohidratos complejos como la pasta, los frejoles y las lentejas.[21]

Método 5
Método 5 de 5:
Adopta el pensamiento adecuado

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    Sé realista. Es probable que no haya tiempo para todo, así que define tus prioridades y no te culpes si no cumples cada una de las tareas que te fijaste para un día determinado. Mantente positivo y agradece que tienes la oportunidad de ganarte la vida y recibir una educación, dos cosas que muchas personas en el mundo no tienen.
    • No cualquiera puede estudiar y trabajar al mismo tiempo. Sé realista y prioriza. No dejes que estudiar a medio tiempo ponga en peligro tu ingreso económico y el bienestar de tu familia.[22]
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    Recuerda la razón por la que lo haces. Al trabajar y estudiar al mismo tiempo, aceptas un desafío que muchos no se atreverían a aceptar, pero no lo harías si no estuvieras motivado. Quizás quieres pagar tu educación y estar libre de deudas o quieres ganar experiencia previa en tu carrera; sin importar la razón, asegúrate de tener en mente tus metas siempre que empieces a sentir como si fuera demasiado esfuerzo.[23]
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    Deja que otros te ayuden. Si tratas de lograr todo esto por ti solo, será muchísimo más difícil. Conversa con alguien si percibes que cada vez te sientes más irritable, te aíslas de la interacción social, te distraes o te olvidas de las cosas y te sientes ansioso o agotado emocionalmente. Conversa con tu pareja, tus padres, tus amigos o incluso con un consejero profesional. Muchas universidades cuentan con consejeros, orientadores y terapeutas de tiempo completo que pueden ayudarte a dividir tus problemas. Uno de los pasos más importantes para alcanzar el éxito es saber cómo depender de los demás.[24]
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    Mantén un ritmo. No empieces y te detengas. Descansar un semestre puede parecerte una buena idea, pero solo hazlo bajo circunstancias extraordinarias, como una enfermedad, una lesión grave o la muerte de un familiar. Si percibes que te estás cansando de los estudios, reduce la cantidad de asignaturas para el próximo semestre y lleva al menos una asignatura que disfrutes; de lo contrario, correrás el riesgo de perder el ritmo y nunca más regresar.
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    Trata de mantener un diario de tu trabajo diariamente. Lo que aspiras hacer cada día y lo que realmente logres hacer. Esto ayudará a alcanzar tu meta sobre una base diaria.
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    Celebra los logros pequeños y grandes. Crea algún tipo de medición de progreso. Tacha en una lista las asignaturas culminadas o emplea una cuenta regresiva para medir el tiempo que requerirás para culminarlas. Esto te ayudará a mantener la vista en el objetivo. Cuando superes obstáculos pequeños y grandes, celebra tus logros con amigos y familiares. No importa si es una buena calificación en un informe, aprobar una asignatura o graduarte, es necesario celebrar para mantenerte motivado.[25]
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    ¡Ten en cuenta que sí puedes lograrlo! En ocasiones puede parecer abrumador, pero recuerda que otras personas han hecho lo mismo y tuvieron éxito, tú también puedes lograrlo.

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Categorías: Carreras y educación