Ser una mujer fuerte e independiente significa que puedes encontrar la felicidad por ti misma. Es tener confianza en ti misma sin esperar el reconocimiento de los demás o de la sociedad. Implica ser independiente a nivel emocional y poder mantener relaciones saludables con los demás sin caer en patrones de codependencia. Significa aprender a expresar lo que hay dentro de ti, sin importar que seas tímida y de voz suave o asertiva y de voz fuerte. No necesitas tratar de encajar en un molde. Continúa leyendo para aprender a aceptar la mujer que eres y quieres llegar a ser.

Parte 1
Parte 1 de 6:
Practicar la asertividad

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    Ponte en primer lugar. Cuando necesites algo, ya sea que se trate de intimidad, afecto o atención, atiende tu necesidad. Si necesitas atención, dedica un día a consentirte de alguna manera. Si necesitas intimidad, pasa tiempo escribiendo en un diario o explorando la naturaleza. Si necesitas afecto, date afecto pensando en lo que amas de ti misma o invítate a cenar o a ver una película. Mientras más fácilmente puedas satisfacer tus necesidades emocionales, más saludables serán tus relaciones debido a que te conocerás y te entenderás a ti misma y te expresarás mejor con tu pareja.
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    Aprende a reconocer la codependencia. Si eres codependiente, podrías considerar que tu relación define tu vida. Podrías pensar en la otra persona de forma obsesiva y esperar a escuchar su opinión para tomar una decisión. Esfuérzate por superar la codependencia manteniéndote alerta ante los siguientes signos:[1]
    • Baja autoestima
    • Complacer a las personas
    • Límites deficientes
    • Reactividad
    • Cuidados excesivos
    • Control
    • Comunicación disfuncional
    • Obsesiones
    • Dependencia
    • Negación
    • Problemas con la intimidad
    • Emociones dolorosas
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    No te compares con otras mujeres. Es bueno tener un modelo a seguir femenino a quien admirar. Solo ten cuidado de no caer en la envidia. Aunque la envidia es natural en cierta medida, la sociedad occidental tiende a empeorar la envidia femenina a través de los anuncios y las películas que muestran estándares irrealistas.
    • Dicha envidia y “malicia” se llama “agresión relacional".[2] Diversos estudios han demostrado que los medios de comunicación cumplen un papel importante para modelar la agresión relacional en las mujeres. Las mujeres que son víctimas de dicha agresión son más propensas a sufrir de baja autoestima, además de sentirse rechazadas y solitarias.[3] El resultado es una cultura de mujeres que se sienten inseguras e infelices consigo mismas.
    • Reconoce cuándo experimentas envidia. El primero paso para superar la envidia es reconocer cuándo la experimentas. Si lees una revista y comparas tu cuerpo con el de las modelos, detente un momento. Recuérdate que a) estas mujeres reciben dinero para lucir de esa manera y muchas de ellas llevan vidas muy poco saludables para mantener sus figuras y que b) la cámara en verdad añade peso. Las mujeres que se ven "perfectas" en las revistas o películas normalmente lucen muy delgadas en la vida real.
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    Establece límites claros. Fija límites claros que prioricen tus propias necesidades. Por ejemplo, establece límites con respecto a la cantidad de tiempo que pasas con alguien o al tipo de críticas que no estás dispuesta a escuchar. Asegúrate de tener otras cosas duraderas en tu vida aparte de las relaciones románticas, ya sea que se trate de la escuela, el trabajo, los amigos, una rutina de ejercicios o tu familia.
    • Fija límites claros con esa persona y comunícale tu necesidad de ser tu propia persona independiente. Una vez que hayas discutido esos límites, respétalos.
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    Defiéndete. Independientemente de tu sexo, debes aprender a valerte por ti misma en el mundo real si quieres evitar que se aprovechen de ti. Debes aprender cómo defenderte en la escuela, el trabajo y en tu vida social. Esfuérzate por ser asertiva. No te avergüences o te disculpes por ser asertiva. La asertividad es el punto medio entre la pasividad y la agresión.
    • Las personas eficazmente asertivas son más felices en las relaciones y tienen una autoestima más alta.[4]
    • Usa frases en primera persona. Este tipo de frases son menos acusatorias y en cambio, sugieren que asumes la responsabilidad de tus propias acciones y sentimientos. Por ejemplo, en vez de decir “Nunca me escuchas”, puedes decir “Me siento ignorada cuando revisas tu celular constantemente mientras me estás hablando”.
    • Aprende a decir no. Pon en primer lugar tus necesidades en vez de siempre tratar de adaptarte a otras personas. Por ejemplo, si alguien insiste en pedirte que le prestes dinero, puedes rechazar su pedido. Si una amiga sigue pidiendo que le prestes tu auto, puedes decirle que el auto ya no está disponible para ella.
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    Cree en ti misma. Cuando crees en tus habilidades y logros, trasmites fortaleza. Persigue tus necesidades y deseos. Cuando careces de confianza o te haces la víctima, corres el riesgo de dejar que los demás te pisoteen en vez de obtener lo que necesitas y quieres.
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    Hazles saber a los demás cuando han herido tus sentimientos. Si alguien te traiciona de cualquier manera, asegúrate de hacérselo saber. Puede ser difícil compartir tus emociones, sobre todo cuando te sientes herida y molesta. Pero, decirle a la otra persona lo que sientes podría ayudar a evitar que ella repita dicha conducta en el futuro.[5]
    • Por ejemplo, podrías decir “Lastimaste mis sentimientos cuando dijiste que no te gustaba mi cabello. Te agradecería que nunca más vuelvas a criticar mi apariencia”.
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    Aborda los comentarios irrespetuosos y ofensivos. Si oyes a alguien hacer un comentario sexista, racista o irrespetuoso de cualquier otra manera, no lo dejes pasar. Esto no necesariamente significa comprometerse en una discusión. Dile tranquilamente a la otra persona que no aprecias lo que dijo.
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    Acepta tu singularidad y la de los demás. Trata de cultivar la compasión y la felicidad por el hecho de que todos somos talentosos y dotados a nuestra manera, ¡incluyéndote a ti! Cada mujer tiene sus propias fortalezas, ya sea sus habilidades en las matemáticas, la pintura o de liderazgo. Acepta tus habilidades y recursos y ámate por tenerlos.
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Parte 2
Parte 2 de 6:
Tomar el control de tu sexualidad

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    Haz respetar tu sexualidad. Casi todas las mujeres, en un momento u otro de sus vidas, se encuentran con una persona que quiere aprovecharse de ellas sexualmente. Es importante aprender cómo y cuándo decir no a alguien que te hace proposiciones indeseadas. No dejes que el abuso sexual pase desapercibido. 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 71 hombres son violados en sus vidas.[6] Si alguien te fuerza a tener sexo, debes decírselo a alguien. La sociedad les ha enseñado a las mujeres a sentirse avergonzadas por ser acosadas o abusadas sexualmente, incluso llegando a afirmar que algunas mujeres "se lo buscan”.[7] Dejar que alguien escape con un delito sexual le enseña que está bien volver a hacerlo en el futuro.
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    Trata de sentirte más a gusto con tu cuerpo. Muchas mujeres tienen cierto grado de incomodidad con su aspecto físico, en especial cuando están desnudas. Puede ser difícil sentirte más cómoda con tu apariencia, pero trata de enfocarte en una parte de tu cuerpo que te agrade. Piensa en distintas partes de tu cuerpo y en lo adecuadas que se ven para tu cuerpo.
    • Una forma de estar más cómoda con tu cuerpo es dejar que tus manos recorran tu cuerpo. Encuentra lo que te haga sentir bien y hazlo. Conviértete en tu propio amante.[8]
    • Si tu pareja critica tu apariencia, sé asertiva diciéndole que consideras que sus comentarios son negativos.[9]
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    Comunícale tus necesidades a tu pareja. Cuando tengas intimidad, comunícale tus necesidades a tu pareja con claridad. Amarte y hacer respetar tu sexualidad significa decirle a tu pareja lo que te gusta y lo que está prohibido.
    • Puedes decir algo como “Me gusta cuando me tocas allí” o “Me gusta cuando nos acurrucamos después de tener sexo”.
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    Reporta el acoso sexual en el trabajo o en la escuela. Recuerda que reportar este tipo de actos no solo es por tu propio bien, también podría evitar que esa persona acose a otros en el futuro.[10]
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Parte 3
Parte 3 de 6:
Cuidar de tu salud

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    Ejercítate lo suficiente. Mantenerse en forma mejora la salud general, el estado de ánimo y los niveles de energía, lo cual mejora tu rendimiento en todos los aspectos de tu vida. Hacer ejercicios regularmente puede ayudar a prevenir enfermedades como las enfermedades cardiacas, el cáncer y la diabetes, además de ayudar a controlar los trastornos crónicos como el asma o el dolor de espalda.[11]
    • Todas las personas son distintas, así que asegúrate de discutir con tu doctor qué tipo de plan de ejercicios es seguro para ti.
    • No es necesario que seas una campeona olímpica para estar en forma. Sal a trotar alrededor del vecindario, saca a pasear a tu perro o monta bicicleta. Incluso practicar la jardinería puede ser un buen ejercicio.
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    Come alimentos saludables y nutritivos. Al igual que el ejercicio, una dieta saludable puede ayudar a prevenir enfermedades y a aumentar el estado de ánimo y las energías.[12] Todas las personas son distintas y pueden tener requerimientos alimenticios variados. Consulta con tu doctor o un nutricionista certificado para desarrollar un plan adecuado para ti.
    • Como regla general, come muchas frutas y verduras frescas. Consume granos enteros y proteínas. Evita los alimentos procesados y las frituras y reduce tu consumo de azúcares refinados.
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    Duerme lo suficiente. La falta de sueño afecta la salud y el estado de ánimo. Trata de dormir al menos 7 u 8 horas para poder funcionar en óptimas condiciones diariamente.
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    Entiende tu salud. La fortaleza personal se manifiesta a nivel físico, mental y emocional. Si quieres ser una mujer fuerte e independiente, basta con mirar tu propio cuerpo. Los hombres y las mujeres están expuestos a distintos riesgos y problemas de salud debido a las diferencias biológicas.[13]
    • Aparte de las diferencias biológicas hay otras desigualdades a las que están expuestas las mujeres simplemente por ser mujeres. Por ejemplo, hasta hace poco, la mayoría de las investigaciones médicas se realizaban usando solo sujetos masculinos. Cuando una enfermedad o trastorno se presentaba de forma distinta entre los géneros (por ejemplo, el infarto), las investigaciones médicas eran incapaces de definir con precisión los síntomas para las mujeres.[14] Afortunadamente, las investigaciones médicas se están poniendo al día rápidamente y están usando más mujeres como sujetos en los estudios. Ahora que dicha información está más disponible, es importante que las mujeres fuertes e independientes la utilicen.
    • Hazte chequeos regulares con el doctor. Asegúrate de expresarle tus inquietudes respecto a tu salud.
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Parte 4
Parte 4 de 6:
Manejar tus finanzas

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    Conoce tus ingresos. Si quieres ser realmente independiente, debes aprender cómo pagar por tus propios gastos para que no tengas que depender de otras personas. Gasta tu dinero con sensatez y evita malgastar o gastar en frivolidades. Al momento de evaluar tus ingresos, asegúrate de tener en cuenta los descuentos que provienen de tu sueldo bruto. Estos incluyen: los impuestos estatales y federales, las contribuciones a las cuentas de ahorros y de jubilación.
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    Revisa regularmente tus estados de cuenta. También asegúrate de mantener tus propios registros para poder detectar errores.
    • Compara los balances de la chequera con los estados de cuenta mensuales para asegurarte de mantener registros precisos.
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    Prioriza tus gastos. Tus principales prioridades deben ser las necesidades básicas como alimento, refugio y ropa. Las cosas como ropa costosa, conciertos y vacaciones son lujos. Aprende a diferenciar entre necesidades y lujos.
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    No temas pedir un aumento de sueldo. Las mujeres son menos propensas que los hombres a pedir un aumento. Cuando lo hacen, piden menos dinero de lo que normalmente pediría un hombre.[15] Recurre a tu asertividad y no temas pedir el aumento que te mereces.
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Parte 5
Parte 5 de 6:
Seguir tus pasiones

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    Estudia lo que quieras estudiar. No permitas que las normas sociales influyan en qué materias elijas estudiar. Con frecuencia, la sociedad empuja a las mujeres a ciertos campos (lengua, bellas artes, enseñanza, enfermería y otras materias de “ayuda”), mientras que a los hombres se les empuja a otros campos como la ciencia, la matemática y la tecnología.[16]
    • Cada vez son más las escuelas que impulsan la participación mayor de la mujer en materias de CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) debido a que la cantidad de mujeres en dichos campos es extremadamente baja, a pesar del hecho de que hay mucho interés.[17] Si te interesa la física, ¡adelante! Si las computadoras te hacen feliz, métete de lleno y aprende todo lo que puedas sobre tecnología. No dejes que los estereotipos sobre el papel de los géneros interfieran con tu deseo de aprender más sobre una materia en particular.
    • Por supuesto, sigue tu materia favorita. Si te gusta la música, síguela. Si te gustan las matemáticas, síguelas.
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    Aprende permanentemente. Recuerda que no toda educación debe ser formal (por ejemplo, alcanzada a través de una institución como una universidad). Mantente al día con los eventos de política, ciencia y tecnología, lee libros (de ficción y no ficción), aprende otro idioma, mira documentales, etc. Aspira a aprender nuevas materias a lo largo de tu vida.
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    Adopta tu propio estilo. Ser una mujer independiente significa vestirte de la forma que quieras, al margen de lo que te dicen que uses las personas de tu entorno. Usa la moda como una forma de expresar tu estado de ánimo, preferencia y creatividad.
    • Muchas veces a lo largo de la historia, las opciones de moda de las mujeres han dependido de las normas sociales y culturales del periodo en que han vivido. En un punto de la historia de los Estados Unidos, los corsés muy apretados eran la norma y era un tabú social que las mujeres usen pantalones.[18] Vivimos en una era en la cual las mujeres tienen mucha más libertad para elegir lo que visten. ¡Abraza esa libertad!
    • Cuando decidas que usar, debes tener cuenta tu tipo de cuerpo y tus preferencias personales.
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Parte 6
Parte 6 de 6:
Contribuir a la comunidad

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    Da a los demás. Una de las mejores formas de ejercer tu fortaleza es retribuirles a aquellos que son menos afortunados que tú. No es necesario ser rica o pudiente para hacer un impacto positivo en tu comunidad, así que empieza con actos pequeños. En un estudio del año 2010 respecto al voluntariado y a la “retribución” a la comunidad se descubrió que el 68 % de los participantes en el estudio tenían mejor salud física, el 89 % tenían un mayor sentido de valor propio y bienestar y el 73 % experimentaron niveles de estrés más bajos que los participantes que no “retribuyeron” a la comunidad.[19]
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    Considera ofrecerte como voluntaria en tu comunidad. Las organizaciones sin fines de lucro de tu comunidad reciben con gusto a los voluntarios y cualquier apoyo que les brinden. Identifica qué asuntos te apasionan más, como los animales, el arte, los niños, los deportes, etc. Elige un lugar que disfrutes y que te permita sentir que marcas una diferencia.
    • Por ejemplo, ofrécete como voluntaria en un comedor de beneficencia, una asociación protectora de animales de tu zona u otro programa de desarrollo de la comunidad.
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    Practica actos aleatorios de bondad. No es necesario convertirte en una voluntaria formal para dar. Si ves a alguien en necesidad, ayúdale. Incluso un acto pequeño puede alegrar el día de alguien. Por ejemplo, ayuda a alguien a llevar sus provisiones o sostén la puerta para que pase alguien.
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    Educa a otras mujeres y niñas respecto a ser fuerte e independiente. Enséñales a ser fuertes e independientes. Sé un buen modelo a seguir para ellas.
    • Sé una mentora para una organización de chicas en tu comunidad. Por ejemplo, podrías ser mentora de una niña que participa en un deporte que te gusta o de una chica del último año de secundaria que se prepara para ir a la universidad.
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Consejos

  • Encontrar un sólido modelo a seguir femenino a quien admirar, puede ayudarte a encontrar la inspiración necesaria para sentirte más independiente. Esta mujer puede ser un familiar, una sufragista, una artista o una política.
  • Ámate y respétate por lo que eres. Todo lo que hacemos regresa a nosotros, es la ley del karma. Así que sé consciente de lo que haces.
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Referencias

  1. Lancer, D. (2013). Symptoms of codependency. PsychCentral. Extraído de http://psychcentral.com/lib/symptoms-of-codependency/00011992
  2. Coyne, S.M., Linder, J.R., Nelson, D.A., & Gentile, D.A. (2012). ‘Frenemies, fraitors, and mean-em-aitors’: Priming effects of viewing physical and relational aggression in the media on women. Aggressive Behavior, 38(2), p. 141-149. doi: 10.1002/ab.21410
  3. Ostrov, J.M., Hart, E.J., Kamper, K.E., Godleski, S.A. (2011). Relational aggression in women during emerging adulthood: A social processes model. Behavioral Sciences & The Law, 29(5), 695-710. doi:10.1002/bsl.1002
  4. Stevens, T.G. (2014). Assertive communication skills to create understanding and intimacy. Extraído de http://web.csulb.edu/~tstevens/c14-lisn.htm
  5. https://www.psychologytoday.com/blog/emotional-fitness/201207/the-best-ways-deal-people-who-hurt-you
  6. Center for Disease Control and Prevention. (2014). Rape prevention and education program. CDC. Extraído de http://www.cdc.gov/violenceprevention/rpe/
  7. Allen, R.L. (2006). Stopping sexual harassment: A Challenge for community education. Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  8. https://www.psychologies.co.uk/love/the-power-of-touch.html
  9. https://www.psychologies.co.uk/love/the-power-of-touch.html
  1. Allen, R.L. (2006). Stopping sexual harassment: A Challenge for community education. Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  2. Mayo Clinic. (2012). Exercise and chronic disease: Get the facts. MayoClinic. Extraído de http://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/fitness/in-depth/exercise-and-chronic-disease/art-20046049?pg=1
  3. Willett, W.C., Koplan, J.P, Nugent, R., Dusenbury, C., Puska, P., & Gaziano, T.A. (2012). Prevention of chronic disease by means of diet and lifestyle changes. Disease Control Priorities in Developing Countries. Extraído de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK11795/
  4. Disch, E. (2006). Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  5. Disch, E. (2006). Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  6. http://www.npr.org/2011/02/14/133599768/ask-for-a-raise-most-women-hesitate
  7. Disch, E. (2006). Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  8. Disch, E. (2006). Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  9. Disch, E. (2006). Reconstructing Gender: A Multicultural Anthology. Boston, MA: McGraw Hill.
  10. Borchard, T. (2015). How giving makes us happy. PsychCentral. Extraído de http://psychcentral.com/blog/archives/2013/12/22/how-giving-makes-us-happy/

Acerca de este wikiHow

Rahti Gorfien, PCC
Coescrito por:
Fundadora de negocios
Este artículo fue coescrito por Rahti Gorfien, PCC. Rahti Gorfien es una coach de vida y fundadora de Creative Calling Coaching, LLC. Rahti es una coach profesional certificada acreditada por la International Coach Federation, coach en TDHA acreditada con título de coach certificada avanzada por la Academia de coaches en TDHA y un proveedor de servicios especializados de carrera. Ella fue elegida como una de los 15 mejores coaches de vida en la ciudad de Nueva York por Expertise en 2018. Es exalumna del programa de actuación de posgrado de la Universidad de Nueva York y ha trabajado como artista teatral durante más de 30 años. Este artículo ha sido visto 213 574 veces.
Categorías: Aceptación personal
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