La preocupación y las dudas constantes pueden darte lata todos los días y aumentar tus niveles de estrés. Estas emociones y niveles altos de estrés pueden impedirte hacer o disfrutar las cosas que amas hacer. Con un poco de reorientación de tu mente, puedes ser indiferente y no dejar que te afecte. Eres fuerte y nadie puede acabar contigo. ¡“Let it go” no es tu tema principal, habla de ti!

Parte 1
Parte 1 de 3:
Entra en la mentalidad

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    Encuentra un ángulo cómico para todo. El beneficio de ser indiferente no está en no ser feliz; sino en no malhumorarse, enojarse o estresarse fácilmente. ¿Y cómo podemos hacerlo? Un buen inicio es cuando todo nos parece cómico. Así como casi todas las cosas tienen un lado positivo, la mayoría también tiene un lado cómico.
    • Aunque es un ejemplo simple, digamos que te tropiezas en el escenario en alguna ceremonia de premiación. En lugar de sonrojarte de la vergüenza, lo ignoras como si hubieras querido hacerlo y aceptas tu premio desde el piso, o levantas los brazos en un momento de “tarán” y disfrutas la atención. Que las risotadas y los gritos comiencen.
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    Finge que no tienes el “gen de la vergüenza”. Todos tenemos una vocecita en nuestras cabezas que nos dice que debemos vernos en onda y actuar de una forma socialmente aceptable. Por lo general, esta es una voz inteligente dentro de nuestra cabeza; nos hace trabar amistades, nos consigue conexiones y hace nuestra vida un poco más fácil. Pero a veces nos detiene en nuestro camino, nos impide crecer y solo nos preocupa y nos vuelve emocionalmente erráticos y ansiosos. En lugar de eso, por un momento finge que no tienes una. ¿Cómo actúas? ¿Qué le dice tu cuerpo al mundo? Eso es ser indiferente.
    • Gran parte de lo que hacemos es evitar la vergüenza y sentirnos aceptados. Si no tuvieras esa necesidad en ti, ¿qué harías diferente? ¿De verdad te importaría si a Joel le gustan tus zapatos o si Marcia te respondió el mensaje? Probablemente no. Empieza por enfocarte en esto solo unos minutos al día hasta que con el tiempo se convierta en algo natural.
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    Preocúpate menos sobre lo que no puedes cambiar. El mundo se terminará en algún momento. ¿Te preocupa? Probablemente no. A veces tu mamá usa unos suéteres muy feos. ¿Te preocupa? No. Si no puedes cambiarlo, no sirve de nada preocuparte. ¿Qué puedes hacer? ¿Preocuparte… y preocuparte más? Sí. Es absurdo.
    • ¿Y si tu profesor avisa que habrá un examen sorpresa? No reacciones. No sirve de nada preocuparse; lo único de lo que te puedes preocupar es que te vaya bien. ¿Y si la persona de quien estás enamorado(a) no te responde el mensaje? Sigue adelante; de todos modos, ya te lo esperabas.
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    No te tomes a ti (ni nada) demasiado en serio. Todo en la vida se vuelve infinitamente más fácil cuando llegas a la conclusión de que nada es la gran cosa. No somos nada más que motas de polvo bien aceitadas en este increíble planeta azul y si hoy no es nuestro día, pues así son las cosas. Ocurrirán cosas malas y buenas. ¿Para qué alterarse?
    • Seguro has conocido a alguien que se toma todo más en serio de lo que debería. Está tenso y se preocupa constantemente por lo que los demás piensan de lo que hace, de lo que dice y de cómo se ve. En realidad, los demás ni siquiera están pensando en él. Solo verlo es agotador porque está demasiado tenso. Sé lo opuesto y lo indiferente vendrá por sí solo.
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    Practica yoga. Además de ser una forma decente de quemar calorías y de tonificar tus músculos, también es maravilloso para deshacerte de ese parloteo mental que muchos experimentamos. Numerosos estudios demostraron que los “yoguis” sufren de menos estrés, menos ansiedad e incluso de niveles menores de presión arterial.[1] Si tienes problemas para cambiar tus patrones de pensamiento, quizás el yoga lo haga por ti.
    • Otra buena idea es hacer ejercicios de respiración. Concentrarte en tu cuerpo y en sus respiraciones te aleja de tu mente y te trae al presente. Te concentras en realidades más tangibles, por ejemplo, en cómo se siente la silla en la que te sientas contra tu piel, así como la temperatura de la habitación; y no en lo que te preocupa últimamente.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Actúa indiferente

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    Sé la versión adulta de ti mismo. Cuando nos preocupamos y nos sentimos ansiosos, también nos volvemos soberbios y egoístas. De pronto, todo se trata de mí, mí, mí y lo que pidas tienes que cumplirse ya mismo; en otras palabras, nos convertimos en niños.[2] Reconoce esta parte de ti (todos tenemos una) y opta por tu versión adulta (todos tenemos una también). ¿Cómo reaccionaría tu lado más adulto y maduro?
    • Digamos que le acabas de enviar un mensaje a tu enamorado o enamorada. Aún no responde. El reloj avanza, los minutos pasan y aún no responde. El niño en tu interior quiere salir: “¿Qué estás haciendo? ¿¡Por qué no respondes!? ¿¡Ocurre algo malo!? ¿¡Por qué eres tan cruel!?” No. No harás eso. En cambio, tomarás un libro. Si no responde, está bien. De todos modos, ni siquiera te acuerdas de lo que le escribiste.
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    No muestres un rango amplio de emociones. La definición exacta de indiferente es estar calmado y tranquilo. Puedes mostrar un interés o felicidad vagos, o incluso un poco de decepción o frustración; pero en el fondo, debes ser tan fresco como una lechuga. No se trata de ser frío y sin emociones, sino de estar relajado.
    • Digamos que la persona que te gusta te dice que no la molestes. Maldición. Eso apesta. Tienes muchas ganas de llorar, de quejarte y de tragarte tus sentimientos, pero tu lado más calmado razona mejor. No puedes decir “Está bien” y seguir adelante como si no hubiera pasado porque sí pasó. Cuando hables con tus amigos al respecto, di algo como “Oye, esto apesta. ¡No hubiera querido que terminara así, pero qué alivio no haberlo(a) invitado a salir!”
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    No inviertas en las opiniones de otros. Sabes cuáles son tus opiniones, ¿no? Todo el mundo las tiene. Tratar de complacer a todos y caerles bien es una causa perdida porque nunca sucederá. Las opiniones que los demás tengan sobre ti no importan; de todos modos la vida continuará. Aún mejor, ¿crees que te acordarás de lo que Katie dijo sobre tu cabello en dos semanas? No. Entonces no te estreses por eso. Tú haces las cosas a tu manera y eso es lo que importa.
    • Cuando solo importe tu opinión, te darás cuenta de que es más fácil mantenerte más relajado(a) y libre de estrés. En otras palabras, indiferente. Controlas todas las opiniones que importan. Es un sentimiento asombroso, ¿no? Todo lo demás no está en tu radar y no vale la pena preocuparse por eso.
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    Cuida tu lenguaje corporal. Incluso cuando decimos las cosas más calmadas y serenas, a veces nuestro cuerpo nos delata. Tu voz dice “Está bien. No hay problema” cuando te está saliendo humo de las orejas y tus manos están cerradas en puños. No es ninguna noticia: todos pueden ver a través de ellas. Así que cuando hables indiferentemente, asegúrate de que tu cuerpo también te respalde. [3]
    • La situación en la que estés determinará cómo se posiciona tu cuerpo. La manera principal de verse preocupado y ansioso (y no indiferente) se da cuando tus músculos están tensos. Si crees que tu cuerpo te podría delatar, examínalo de los pies a cabeza para comprobar conscientemente que cada parte esté relajada. Si no, suéltala. La despreocupación mental puede venir de allí.
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    Desarrolla el “encogimiento de hombros” perfecto. Cuando alguien se te acerque con un chisme candente, esta es tu mejor respuesta. No tiene que ser un encogimiento de hombros real, pero tiene que tener la misma esencia. “Ah, qué bien. ¿En dónde lo oíste?” es un buen encogimiento de hombros verbal cuando alguien espera que digas “Por Dios, ¿¡es en serio!?”. Estás dejando que todo te entre por una oreja y salga por la otra.
    • También es bueno tener una actitud de “encogimiento de hombros mental”. ¿Se te derramó la leche? Encógete de hombros. Supongo que deberías limpiarlo, ¿no? ¿Subiste de peso? Encógete de hombros. Mañana comerás más ensalada.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Vive un estilo de vida indiferente

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    Sigue tu propio camino. Aquellos individuos que no son indiferentes (sensibles si quieres) están ocupados en moldear sus vidas de acuerdo con lo que los otros dicen que está bien. Se esfuerzan tanto en hacerlo para que todo esté acorde porque quieren ser aceptados y sentirse queridos. En resumen, se preocupan demasiado. Y por cosas que no importan. No copies este estilo de vida o el de nadie; sigue el tuyo propio. Que no te importe lo que diga alguien más; vas a hacer lo que te haga feliz.
    • Esto ayuda por un sinfín de razones. Te mantiene ocupado, tienes muchos amigos distintos y te mantiene feliz y satisfecho. Mientras más grande sea tu mundo, más pequeño se vuelve todo. Esa sola persona que antes podía hacerte enojar, ya no puede porque conoces a una docena de personas igual a ella.
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    Date cuenta de que tienes muchas semillas. Por ejemplo: digamos que quieres comenzar un jardín pero solo tienes una semilla. Plantas esa semilla con mucho cuidado, la cuidas día tras día, te preocupas de que no salga nada y quizás hasta la asfixies en el proceso. Por suerte, en la vida real, este no es tu jardín. ¡Tienes tantas semillas que ni sabes qué hacer con ellas! Puedes esparcir unas aquí, unas allá y ver en qué se convierten. ¿Cuánto te importa? Bueno, un poco. Quieres que tu jardín tenga éxito. Pero ¿acaso vas a permanecer despierto toda la noche preocupándote por una semillita? De ninguna manera.[4]
    • Esta es una forma elegante de decir que están ocurriendo muchas cosas en tu vida. Si una cosa va mal, ni modo. Hay mil cosas en tu vida que van bien, gracias. No hay necesidad de preocuparse. Si esa “semilla” no funciona, plantarás otra.
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    Deja que otros inicien la mayoría de los planes. Otra forma de verse no tan indiferente es ser demasiado ansioso. Siempre eres el que está emocionado y lleno de ideas y quien trata de convencer a los demás de hacer tal cosa. Baja las revoluciones, tigre. Para ser indiferente, tienes que dejar que los demás acudan a ti casi siempre. Estás dispuesto a participar, pero solo los acompañas en el viaje. No eres el capitán del barco.
    • Es decir, la mayoría del tiempo. No quieres ser un aburrido que vive a costa de las buenas ideas de los demás y quieres que tus amigos sepan que los aprecias. Por ejemplo, cuando te inviten, hazles saber que te divertiste y que la fiesta puede ser en tu casa la próxima vez. Después de todo, las amistades son calles de doble sentido.
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    Deja que te resbale. Cuando Idina Menzel cantó “Let it go, let it go”, no estaba bromeando.Cuando el péndulo de tu estado de ánimo sienta la necesidad de balancearse de izquierda a derecha, detente un segundo. Cuenta hasta 10 y déjalo pasar. Concéntrate en estar calmado, sereno y tranquilo. Tú puedes. Sí, estás feliz o sí, estás triste; pero no vas a dejar que te afecte. ¿De qué serviría?
    • Si estás luchando con algo que realmente te molesta, trata de decirte a ti mismo(a) que te preocuparás por eso mañana. Posponlo en tu mente con la idea de que te ocuparás de eso en menos de 24 horas. ¿Y luego? El mañana llega y o bien no te acuerdas de preocuparte o te sientes mucho mejor (o al menos con más control) por lo que pasó.

Advertencias

  • Recuerda que la neutralidad se demuestran mejor cuando se viven tiempos de carga emocional. Es la mejor manera de esconder tus sentimientos y no asustar a los demás. Te puede definir como alguien más fuerte y duro.
  • Sé sensible a las emociones de las personas. Ser muy indiferente puede ofenderlas y alejarlas. Lamentablemente, si no tienes cuidado, también puedes alejar a la persona que te gusta.

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