Las odias todo lo que podrías odiarlas, pero por lo general no puedes mantenerte alejado de ellas. Generalmente, las inyecciones se usan para vacunar a los pacientes, y sin tales vacunas uno podría contraer muchas enfermedades mortales. Muchas otras intervenciones médicas importantes (como los tratamientos de diabetes, los análisis de sangre y los tratamientos odontológicos) también implican el uso de inyecciones. Esto hace que superar la belonefobia (es decir, el miedo hacia las agujas) sea muy importante, porque generalmente no hay otra alternativa. Más o menos una de cada diez personas sufre este miedo a las inyecciones o a las agujas, así que no estás solo.

Método 1
Método 1 de 4:
Prepárate para la inyección

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    Enfrenta tu miedo. Saber más acerca de lo que te causa temor podría muy bien ayudarte a superar tu miedo al hacer que las agujas y las inyecciones se vean normales.[1] Investiga un poco acerca de las inyecciones: su historia, su propósito e incluso sus peligros.
    • Busca imágenes de agujas e inyecciones en línea para desensibilizarte. Lleva esto al siguiente nivel en el que podrías considerar tocar jeringas de verdad (limpias y sin usar) durante unos minutos todos los días .[2]
    • Podría ser difícil empezar con esto, pero te ayudará a vencer tu miedo. Mientras más expuesto estés a las agujas, se verán más normales.
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    Ten en cuenta la causa de tu temor. Algunas personas desarrollan un miedo a las inyecciones porque las asocian con otro acontecimiento traumatizante. Por lo general, aquellas personas que tienen fobia a las agujas son aquellas que de niños tuvieron muchos análisis de sangre o intervenciones con agujas.[3] Recuerda tu niñez y conversa con tus padres al respecto. Conocer las causas principales de tu miedo puede ayudarte a enfrentarlo.
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    Racionaliza tu miedo. En vez de pensar demasiado en tu miedo a las inyecciones, concéntrate en la manera en que la inyección va a ayudarte.[4] Hazte recordar constantemente que vas protegerte de algo mucho peor que una simple inyección.[5] Si vas a donar sangre, piensa en todas las personas que vas a ayudar al superar tu miedo.[6]
    • Haz una lista de tus miedos y preocupaciones (“¡Las inyecciones duelen!”) y después rebate esos miedos con ideas positivas y razonables (“¡Las inyecciones me mantienen sano!”).[7]
    • Si tienes un hijo que le tiene miedo a las agujas, sé honesto con él acerca de la importancia de la inyección. Asimismo, no vayas con demasiado cuidado cuando le hables acerca del dolor causado por una aguja. Debes ser honesto también en esto.[8]
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    Usa la tensión aplicada. Una de las maneras más eficaces de combatir el miedo (y de disminuir la presión arterial que puede hacer que te desmayes) es usar la tensión aplicada. Si empiezas a sentirte mareado o anteriormente te has desmayado cuando veías agujas, usa la tensión aplicada (que ayuda a regular la presión arterial), ya que puede evitar que te desmayes de nuevo. Tendrás que aprender a hacer esto antes de que te coloquen una inyección.[9] Si empiezas a sentir miedo, la tensión aplicada puede ayudar a calmarte antes de que te coloquen la inyección. Para usar la tensión aplicada, sigue estos pasos:
    • Siéntate con comodidad.
    • Tensa los músculos de tus brazos, piernas y parte superior del cuerpo, y mantén esa tensión de 10 a 15 segundos o hasta que tu rostro empiece a sonrojarse.
    • Relaja tus músculos.
    • Después de 30 segundos, vuelve a poner tus músculos tensos.
    • Repite este proceso hasta que lo hayas realizado cinco veces.

Método 2
Método 2 de 4:
Lidia con la inyección

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    Lleva a un amigo o familiar contigo. Pídele a alguien de confianza que vaya contigo cuando te vayan a poner una inyección. Tener a alguien que conozcas contigo podría aumentar tu confianza.[10] Pídele que tome tu mano fuertemente durante el procedimiento.
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    Expresa tu miedo. Dile a tu doctor o enfermera que tienes miedo. Conversar acerca de tu miedo puede hacerle saber a esa persona que te trate con un cuidado adicional. Probablemente incluso pueda conversar contigo y darte consejos para que te ayuden a relajarte y mantener las cosas en perspectiva.[11]
    • Si te gustaría donar sangre, es posible que sientas menos temor si le dices a la persona que te va a extraer la sangre que tiene una oportunidad de hacerlo bien.[12]
    • Hacer esto puede ayudarte a sentir más al control de la situación.
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    Distráete. Muchas personas se concentran en la inyección, pero alejar tu mente de ella al mirar hacia otro lado (entre otras cosas) puede ayudarte a calmar tus temores.[13] Entabla una conversación con alguna otra persona en la sala, ya sea el doctor, la enfermera, un familiar o un amigo que te haya acompañado.[14] Algunas investigaciones han descubierto que los doctores que conversaron con los pacientes que tenían algún trauma acerca de algo que no sea ese trauma pudieron reducir en gran cantidad los niveles de ansiedad de ese paciente.[15]
    • Concéntrate en alguna otra cosa en la sala. Vuelve a ordenar las letras de un letrero para elaborar la mayor cantidad de palabras posible.[16]
    • Juega algo en tu celular, escucha música suave, o lee un libro o una revista.[17]
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    Coloca tu cuerpo en una postura adecuada. Es posible que acostarte o levantar tus piernas mientras te colocan una inyección pueda ayudarte a aliviar tu miedo y a reducir tus síntomas. Acostarte y levantar tus pies ligeramente disminuirá las probabilidades de que te desmayes. Incluso después de que te coloquen la inyección, permanece boca abajo por un momento y no intentes levantarte de un brinco ni salir corriendo. Tómate tu tiempo y escucha lo que el doctor o la enfermera te diga.[18]
    • Cuando estés acostado, coloca una mano en tu estómago y concéntrate en tu respiración.
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    Relájate. Ponerte tenso cuando te pongan la inyección hará que después te duela más. Relaja tus brazos, hombros y mandíbula. Mira hacia otro lado, concéntrate en tu respiración y respira hondo. Inhala por la nariz y exhala por la boca.[19] Cuando estén a punto de ponerte la inyección, respira hondo y cuenta despacio desde el diez antes de exhalar. ¡Cuando llegues a cero, el procedimiento habrá terminado!

Método 3
Método 3 de 4:
Afronta tu temor con la jerarquía del miedo

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    Elabora una jerarquía del miedo. La jerarquía del miedo es una manera de documentar los diferentes grados de miedo que experimentas con respecto a las agujas y las inyecciones. Esta técnica te brinda un progreso claro, pero también te permite moverte a tu ritmo y registrar lo que te da más miedo. Anota diferentes aspectos de las agujas y las inyecciones que te asusten y clasifícalas según la cantidad de angustia que te causan, en una escala del 1 al 10. Un ejemplo podría ser así:
    • Recibir una inyección en mi brazo (nivel 10 de 10).
    • Sostener una aguja (nivel 9 de 10).
    • Ver que a alguien le colocan una inyección en la vida real (nivel 7 de 10).
    • Ver un video de una inyección en línea (nivel 5 de 10).
    • Ver imágenes de agujas e inyecciones (nivel 4 de 10).
    • Pensar en una inyección (nivel 3 de 10).
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    Empieza desde abajo. Una vez que hayas elaborado tu jerarquía, ya habrás empezado a pensar en tus miedos, el cual es un paso importante para contrarrestarlos. Cuando estés listo, empieza desde la parte inferior de tu jerarquía y colócate en la situación que te cause menos angustia. Cuando empieces a sentirte afligido, usa la tensión aplicada o respira para relajarte con el fin de reducir tu presión arterial y controlar tu temor.
    • Permanece en esta situación estresante hasta que tu ansiedad haya comenzado a disminuir notablemente. A medida que salgas de esta situación, aparta la mirada del video de la inyección o deja la aguja que sostenías y tómate el tiempo de respirar hondo y relajarte.
    • Felicítate por tu progreso y valentía antes de subir en tu jerarquía.
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    Esfuérzate para avanzar constantemente. Ahora puedes esforzarte para avanzar constantemente en tu jerarquía y mantener un registro de tus logros. Solo sigue avanzando cuando te sientas con mucha confianza con respecto a las situaciones anteriores y no te preocupes si tienes que volver a pasar por una situación varias veces antes de sentirte cómodo. Vale la pena persistir en ello.
    • Vencer tu miedo requerirá tiempo, práctica, compromiso y valentía. Sin embargo, con seguridad hará que a la larga tu vida tenga menos ansiedad y estrés.

Método 4
Método 4 de 4:
Combate tu miedo con medicación

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    Toma un analgésico. Algunas personas que les tienen miedo a las agujas son muy sensibles al dolor y la pequeña cantidad de dolor que sienten cuando les ponen una inyección se intensificará.[20] Si este es tu caso, puedes pedirle al doctor o a la enfermera que te dé una crema para entumecer el área, o que te ponga una crema anestésica o una compresa caliente en el área 20 minutos antes del momento en que esperas que te coloquen la inyección.[21] [22]
    • Pide una aguja delgada o una aguja con aletas. Las agujas con aletas, que pueden ser más precisas que las agujas normales, por lo general las usan los pacientes con fobia a las agujas.[23]
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    Toma una medicación contra la ansiedad. Es posible que a veces el doctor recomiende una medicación contra la ansiedad para los casos extremos de fobia a las agujas. Si alguien no puede evitar desmayarse al ver una aguja, es posible que en el corto plazo tenga que usar una medicación contra la ansiedad. Nunca debes tomar esto en cuenta, a menos que tu doctor lo indique. Concéntrate en combatir tu miedo sin ninguna medicación.
    • Si vas a tomar una medicación contra la ansiedad, debes tomarla antes de que te coloquen la inyección y es posible que no puedas conducir después de que te coloquen la inyección.[24]
    • Cuando lo que más te preocupa es desmayarte, los betabloquadores pueden ser una opción eficaz y deben permitirte conducir después. Sin embargo, siempre debes conversar con tu doctor acerca de tus opciones.
    • Usar la tensión aplicada es una manera de combatir la presión arterial baja y los desmayos sin medicación.
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    Ten en cuenta una terapia o asesoramiento. Un miedo extremo hacia las agujas puede ser un grave problema si hace que dejes de ponerte las inyecciones y pinchazos que necesitas para mantenerte sano y vacunado contra las enfermedades. El miedo a las agujas es un problema conocido y la terapia conductista podría ayudarte a lidiar con tu temor.[25] En casos más extremos, es posible que sea necesario que recurras a la psicoterapia o hipnoterapia .[26]

Consejos

  • Para ayudarte a aumentar tu confianza con respecto a las agujas, sométete a una intervención médica leve con inyecciones (algo como una vacuna antigripal).[27]

Advertencias

  • Siempre habla con tu doctor acerca de tu miedo a las inyecciones. Debes ser directo y honesto al respeto.
  • Los efectos secundarios comunes en las vacunas son las náuseas, la fiebre, el dolor de cabeza y la fatiga.
  • Es posible que les coloquen un sedante a los pacientes que se vuelven rebeldes.[28]

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 97 743 veces.
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