La leche y la miel se han venido usando desde tiempos antiguos para fines de belleza, ¡incluso las usaba la reina Cleopatra del antiguo Egipto! Tanto la miel como la leche son excelentes hidratantes. La miel también es antibacteriano, por eso es excelente para controlar el acné, mientras la leche actúa tonificando y suavizando la piel. En el presente artículo te mostraremos cómo usarlas como limpiador, mascarilla y exfoliante faciales. Pero recuerda que podría tomar unos días antes de que empieces a ver resultados.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar leche y miel como limpiador facial

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    Empieza con la cara limpia. Lávate la cara con agua tibia y tu limpiador facial favorito. Enjuágate y sécate la cara dándote toques leves con una toalla limpia y suave.
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    Puedes proteger tu cabello y ropa, si quieres. Como este limpiador contiene miel, puede ser pegajoso, en especial si te lo vas a dejar puesto un rato. Para proteger tu cabello, puedes recogértelo para atrás bien lejos de la cara y asegurártelo con una banda para la cabeza, un gancho o un coletero. Para proteger tu ropa, puedes envolverte una toalla sobre el pecho y los hombros.
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    Busca un tazón pequeño o una taza. Tendrás que mezclar solamente un poco de leche y miel, por eso el tazón o la taza no tienen que ser grandes. Un tazón pequeño de postre sería lo ideal.
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    Vierte un poco de la leche y miel en el tazón. Necesitarás 1 cucharada de miel cruda y 2 cucharadas de leche. Además de ser un excelente hidratante, la miel también es antibacteriana, por eso es muy buena para combatir el acné.[1] [2] La leche también es un hidratante excelente. También ayuda a tonificar y exfoliar la piel.
    • Si tienes piel muy sensible, puedes usar 2 cucharadas de harina de avena, 1 cucharada de leche y 2 cucharaditas de miel. La harina de avena ayudará a aliviar afecciones de la piel, tales como el acné y el eczema.[3]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Diana Yerkes

    Diana Yerkes

    Profesional en cuidado de la piel
    Diana Yerkes es la esteticista principal en Rescue Spa en la ciudad de Nueva York, Nueva York. Diana es miembro de Associated Skin Care Professionals (ASCP) y tiene certificaciones de los programas Wellness for Cancer y Look Good Feel Better. Recibió su educación en estética en el Aveda Institute y el International Dermal Institute.
    Diana Yerkes
    Diana Yerkes
    Profesional en cuidado de la piel

    ¿Sabías que...? La miel, especialmente la miel de manuka, tiene propiedades antiinflamatorias y puede usarse para calmar y tratar afecciones de la piel como el eccema o la psoriasis. Cuando uses miel para limpiar el acné de la piel, sé selectivo acerca de qué tipo de miel vayas a usar. Recomiendo usar miel orgánica.
     

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    Revuelve los 2 ingredientes con un tenedor. Sigue haciéndolo hasta que la miel se disuelva por completo en la leche. El resultado debe tener consistencia de crema.
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    Aplícate la mezcla sobre la cara. Para hacerlo, remoja una almohadilla de algodón en la mezcla de leche y miel, o puedes simplemente usar los dedos. Con suavidad, esparce el limpiador facial en la piel empleando movimiento circulares. Evita las áreas delicadas alrededor de la nariz, la boca y los ojos.
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    Para una limpieza más profunda, deja que la mezcla actúe de 5 a 10 minutos. Puedes enjuagarte la cara de inmediato o dejarte el producto de 5 a 10 minutos. Este tiempo le permitirá a la mezcla penetrar en los poros y limpiarlos con más eficacia.
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    Enjuágate la cara con agua fresca. Masajea la piel suavemente con los dedos hasta quitar toda la mezcla. Puedes usar un poco de limpiador facial si es necesario.
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    Sécate la cara dándote toques leves. Usa una toalla suave y no te restriegues la cara.
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    Puedes aplicarte un poco de tónico e hidratante, si quieres. Una vez que tengas la cara limpia, podrás pasarte una bola de algodón remojada en tónico. Este ayudará a contraer los poros y a equilibrar el pH de la piel. También puedes aplicarte un poco de hidratante después del tónico.

Método 2
Método 2 de 3:
Usar leche y miel como mascarilla facial

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    Empieza con la cara limpia. Lávate la cara con agua tibia y tu limpiador facial favorito. Una vez limpia tu cara, sécatela dándote toques leves con una toalla limpia.
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    Puedes proteger tu ropa y cabello, si quieres. Como tendrás que dejarte la mascarilla puesta un rato, te recomendamos proteger tu ropa y cabello para que no se pongan pegajosos. Para que tu cabello no se ponga pegajoso, recógelo hacia atrás y asegúralo con una banda para la cabeza, un gancho o un coletero. Para que tu ropa no se ensucie, envuélvete una toalla sobre el pecho y hombros.
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    Busca un recipiente pequeño apto para microondas. Tendrás que preparar la mascarilla facial en él. Como tendrás que usar pequeñas cantidades de leche y miel, el recipiente tiene que ser un tazón pequeño o una taza. Tiene que ser apto para microondas.
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    Vierte un poco de leche y miel en el recipiente. Necesitarás 1 cucharada de miel cruda y 1 cucharada de leche. Esta cantidad será suficiente para una mascarilla facial.
    • Si tienes puntos negros en la nariz, puedes cortar una tira fina de tela de algodón. Tiene que tener el largo suficiente para que cubra el puente de la nariz. Tendrás que poner la tira sobre la mascarilla y luego quitarla.[4]
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    Mezcla los dos ingredientes. Con un tenedor, bate fuertemente la leche y la miel hasta que quede una consistencia espesa.
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    Calienta la mascarilla en el microondas. Pon el recipiente en el horno microondas y caliéntalo unos segundos. La mascarilla debe estar tibia al tacto, no caliente. Vigílala bien para que no se queme por accidente.
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    Aplícate la mascarilla sobre la cara. Saca el recipiente del microondas y aplícate la mascarilla sobre la cara con los dedos o una brocha. Realiza movimientos circulares suaves a modo de masaje para que la mascarilla penetre en la piel. Evita las áreas delicadas alrededor de la nariz, la boca y los ojos.
    • Si tienes puntos negros en la nariz, lávate las manos primero y luego ponte la tira de algodón sobre el puente de la nariz. Presiona suavemente la tela.
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    Déjate la mascarilla puesta de 10 a 15 minutos. Ponte en una posición cómoda y espera de 10 a 15 minutos. Puedes recostarte en la cama o sentarte en un sillón. Si quieres, puedes pasar el tiempo leyendo un libro, meditando o escuchando música.
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    Enjuágate la cara para retirar la mascarilla. Usa agua fresca y jabón si es necesario. Si pusiste la tira de algodón sobre tu nariz, asegúrate de que esté completamente seca, luego tira de ella suavemente antes de lavarte la cara para retirar el producto.
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    Sécate la cara dándote toques leves. Hazlo con una toalla limpia y suave. No te restriegues la piel.
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    Puedes proseguir con la aplicación de tónico e hidratante, si quieres. Puedes pasarte por la cara una bola de algodón remojada en tónico. El tónico ayudará a equilibrar el pH de la piel y a contraer los poros. Luego, puedes aplicarte tu hidratante favorito para ayudar a retener la humectación.

Método 3
Método 3 de 3:
Usar leche y miel como exfoliante facial

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    Empieza con la cara limpia. Antes de usar este exfoliante, tendrás que asegurarte de que tu cara esté limpia y sin rastro de maquillaje. Usa agua tibia y tu limpiador facial favorito. Sécate la cara dándote toques leves con una toalla limpia y suave.
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    Puedes emplear calor para abrir los poros, si quieres. Esto ayudará a que la mascarilla sea aún más efectiva. Para abrirlos, inclínate sobre un tazón de agua caliente de modo que el vapor te caiga en la cara. También puedes poner una toalla caliente sobre tu cara. Hazlo por unos minutos.[5]
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    Recoge tu cabello hacia atrás. Como esta mascarilla contiene miel, puede ser muy pegajosa, en especial si cae en el cabello. Para prevenirlo, recógete el cabello hacia atrás y asegúralo con una banda para la cabeza, un gancho o un coletero.
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    Busca un recipiente pequeño para mezclar los ingredientes. Un tazón pequeño de postre o una taza es lo ideal. Sea cual sea el recipiente, asegúrate de que puedas alcanzar su contenido, ya que tendrás que aplicarte el exfoliante con los dedos.
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    Echa un poco de leche, miel y almendras molidas al tazón. Necesitarás 1 cucharadita de miel cruda, 1 cucharadita de leche y 1 cucharada de almendras molidas. Si no tienes almendras molidas, o si no las encuentras, puedes moler algunas tú mismo en una licuadora, un molinillo de café o procesador de alimentos.
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    Mezcla los ingredientes. Con una cuchara, mezcla la leche, la miel y las almendras molidas hasta que quede una pasta espesa.
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    Aplícate el exfoliante sobre la cara. Saca el exfoliante del recipiente con los dedos y aplícatelo sobre la cara. Espárcelo suavemente por la piel de modo que los gránulos de almendras la exfolien. Evita las áreas delicadas alrededor de la nariz, la boca y los ojos.
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    Enjuágate para retirar la mascarilla. Usa agua fresca y masajéate la cara suavemente hasta quitar la mascarilla por completo. Enjuágate con agua tibia.
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    Sécate la cara con una toalla. No la restriegues con la toalla. Más bien, presiónala suavemente con toques leves.
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    Puedes aplicarte un tónico e hidratante, si quieres. Puedes pasarte una bola de algodón remojada en tónico por toda la cara, y aplicarte un poco de hidratante después. El tónico ayudará a contraer los poros y restaurar el pH de la piel, mientras que el hidratante ayudará a retener la humectación.
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    Listo.

Consejos

  • Lávate la cara con agua tibia antes de realizar estos pasos. Así se abrirán los poros, con lo cual será más fácil eliminar las impurezas de la cara.
  • Este limpiador, mascarilla y exfoliante faciales son más efectivos en la noche antes de acostarse.
  • Aplícate un tónico e hidratante sobre la piel al final.
  • Puede tomar unos días antes de ver resultados positivos.
  • Si sientes tu cara seca después de usar este limpiador, mascarilla o exfoliante, aplícate un poco de hidratante.

Advertencias

  • No te hagas estos tratamientos si eres alérgico a alguno de los ingredientes. Si tu estómago no tolera la leche, la miel, la avena o las nueces, entonces lo más probable es que tu piel tampoco las tolere.
  • Asegúrate de que la leche que uses sea fresca y no esté vencida.
  • Si empiezas a sentir tu cara irritada, quítate el producto de inmediato con agua.

Cosas que necesitarás

Cosas que necesitarás para el limpiador facial de leche y miel

  • 1 cucharada de miel cruda
  • 2 cucharadas de leche
  • almohadilla de algodón
  • tónico e hidratante (opcional)

Cosas que necesitarás para la mascarilla facial de leche y miel

  • 1 cucharada de miel cruda
  • 1 cucharada de leche
  • horno microondas
  • tira de algodón (recomendado para los puntos negros)
  • tónico e hidratante (opcional)

Cosas que necesitarás para el exfoliante facial de leche y miel

  • 1 cucharada de almendras molidas
  • 1 cucharadita de miel cruda
  • 1 cucharadita de miel
  • tónico e hidratante (opcional)

Acerca de este wikiHow

Diana Yerkes
Coescrito por:
Profesional en cuidado de la piel
Este artículo fue coescrito por Diana Yerkes. Diana Yerkes es la esteticista principal en Rescue Spa en la ciudad de Nueva York, Nueva York. Diana es miembro de Associated Skin Care Professionals (ASCP) y tiene certificaciones de los programas Wellness for Cancer y Look Good Feel Better. Recibió su educación en estética en el Aveda Institute y el International Dermal Institute. Este artículo ha sido visto 6263 veces.