Mientras realizas tareas del hogar, como colgar un cuadro o construir algo en el taller, podrías golpearte accidentalmente el dedo con el martillo. Aunque se trata de un accidente común, puede ser muy doloroso y además te podrías lesionar el dedo si te golpeas con mucha fuerza. Si te martillas el dedo, tendrás que evaluar el daño a fin de saber si puedes tratarlo en casa o si será necesario ir al médico. Puedes decidirlo al revisar la herida y determinar la gravedad de tu condición.

Método 1
Método 1 de 3:
Tratar el dedo

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    Revisa la inflamación. Sin importar la fuerza del golpe, lo más posible es que tu dedo se inflame. Esta es la respuesta más común a un trauma de este tipo. Si el golpe no ha sido demasiado fuerte, probablemente tu dedo se inflame por un par de días. Si el único síntoma que detectas es la inflamación, coloca una compresa fría sobre el dedo para aliviar la inflamación y el dolor.
    • También puedes tomar un medicamento de venta libre para aliviar el dolor.
    • Un medicamento antiinflamatorio no esteroide (AINE), como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB) o el naproxeno sódico (Aleve) puede ayudarte a aliviar la inflamación y el dolor. Sigue las instrucciones del envase.[1]
    • No será necesario que consultes con el médico, a no ser que la inflamación no ceda, desarrolles dolor agudo o insensibilidad, o no puedas doblar o enderezar el dedo totalmente.[2] [3]
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    Actúa en el caso de una fractura. Si la inflamación es realmente grave y tienes mucho dolor, te podrías haber fracturado el dedo, en especial si te lo has golpeado con mucha fuerza. Si tu dedo se ve contorsionado y está extremadamente sensible al contacto, es probable que te lo hayas fracturado. Esto podría estar acompañado por sangrado en la piel o una uña aplastada.
    • Si piensas que tienes una fractura, acude al médico. Necesitarás rayos X y el médico podría colocarte una férula en el dedo o indicar otro tipo de tratamiento. No te pongas una férula en el dedo a no ser que el médico te lo indique.[4]
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    Limpia la herida. Si tu dedo sangra después de habértelo golpeado con el martillo, será necesario que te limpies la herida a fin de evaluar el daño que la lesión haya causado. Si hay sangrado visible, limpia la herida con agua tibia corriente. Deja caer el agua tibia sobre la herida para que la sangre se vaya por el desagüe y no vuelva a tocar la lesión. Luego, usa una gasa para limpiar toda la superficie de la herida con Betadine u otra solución antiséptica y desinfectante.
    • Aplica presión sobre la herida por unos minutos a fin de detener el sangrado, esto te ayudará a evaluar la profundidad de la herida y a considerar si tendrás que acudir al médico.
    • Si el sangrado es excesivo o la sangre sale a chorros, acude al médico de inmediato.[5]
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    Evalúa las laceraciones. Una vez que hayas limpiado la herida, tendrás que evaluar el dedo para encontrar laceraciones o cortes. Tal vez la herida todavía sangre un poco mientras la revisas, lo que está bien. Las laceraciones generalmente se presentarán en la forma de desgarros o de colgajos de piel sobre la superficie de tu dedo. El médico tendrá que revisar cualquier tejido obviamente destruido o parte de la piel que se haya desgarrado y haya dejado un área del dedo en carne viva y sangre. Es probable que haga falta suturar las laceraciones si la herida mide 1,3 centímetros (1/2 pulgada) o más. Sin embargo, si hay una sección de piel totalmente destruida, será poco probable que se pueda recuperar.
    • Aun así, muchos médicos suturarán la piel dañada o destruida sobre el dedo en carne viva a fin de protegerlo mientras crece la piel nueva sobre el área. La piel suturada será retirada una vez que la nueva se haya formado.
    • Las laceraciones podrían ser superficiales y dejar de sangrar poco después de producidas, especialmente si no te has golpeado el dedo con demasiada fuerza. Si este es el caso, lávate la herida, aplícate una crema con antibiótico sobre la misma y cúbrela con una curita o venda.[6]
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    Detecta una lesión en un tendón. Dado que tu mano y dedos son un sistema intricado de músculos, tendones y nervios, es importante que revises tu dedo para detectar señales de una lesión en un tendón. Los tendones conectan los músculos a los huesos. La mano tiene dos tipos de tendones: los flexores, del lado de la palma de la mano, que son los que doblan los dedos, y los extensores, en el dorso de la mano, que enderezan los dedos. Los cortes y los golpes pueden dañarlos o hasta cortarlos.[7]
    • Un tendón rasgado o cortado en el dedo te impedirá doblarlo.
    • Un corte del lado de la palma de la mano o cerca de los pliegues de piel de las articulaciones de tus dedos podría ser una señal de una lesión en el tendón debajo de esta área.
    • También podrías sentir entumecimiento debido al daño en los nervios asociados a la lesión.
    • La sensibilidad del lado de la palma de la mano podría señalar un tendón lesionado.
    • Tal vez quieras consultar con un cirujano especializado en manos si muestras alguno de estos signos, ya que reparar la mano y los dedos puede ser un proceso muy intricado.
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    Evalúa la uña. Si te has golpeado la uña con el martillo, podrías haberla dañado significativamente. Observa la uña y evalúa el daño. Si hay una ampolla de sangre pequeña debajo de la uña, no habrá necesidad de consultar con un médico. Simplemente aplica hielo sobre la herida y toma un medicamento de venta libre si al inicio sientes dolor. Si el dolor dura varios días, si la ampolla de sangre ocupa más del 25 por ciento de tu uña o si la sangre está generando una presión significativa debajo de la uña, busca atención médica, ya que es probable que tengas un hematoma subungueal.
    • También podrías descubrir que una porción de la uña se ha desprendido o ha sido cortada. Si tienes un corte significativo en el lecho ungueal, busca atención médica porque probablemente necesites sutura. Si no te lo tratas, el corte podría evitar el crecimiento de la uña, hacer que esta crezca de manera deforme o causar una infección.
    • Si la uña está parcial o completamente desprendida, busca atención médica de inmediato. Este es un problema grave que debe ser atendido. Es probable que te evacuen la uña o te la suturen hasta que otra sana vuelva a crecer. Este proceso puede requerir hasta dos meses.[8] [9]
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Método 2
Método 2 de 3:
Tratar un hematoma subungueal

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    Visita a tu médico. Si la acumulación de sangre debajo de la uña es significativa, es decir si abarca más del 25 por ciento de esta, visita a tu médico. Lo anterior indica que tienes un hematoma subungueal, que es un área de pequeños vasos sanguíneos rotos debajo de la uña. Es probable que tu médico sugiera evacuar la uña. Si reaccionas lo suficientemente rápido, podrás hacerlo tú mismo. Si sientes punzadas fuertes, retrocede la cutícula lo más que puedas para colocar con cuidado la aguja esterilizada. Esto dolerá menos que el malestar punzante en el dedo y la aguja ingresará con más facilidad en la base de la uña, en donde esta crece. Deja que la ampolla se drene un par de veces hasta que haya un flujo linfático (líquido claro). Esto evitará que la uña se vuelva negra debido a la sangre seca debajo de ella.
    • Si la sangre debajo de la uña solo cubre el 25 por ciento o menos de esta, no tienes que hacer nada. La sangre irá despareciendo a medida que tu uña crezca. La fuerza con la que hayas golpeado tu dedo determinará lo negra que se volverá tu uña conforme la sangre seque.[10]
    • Si el hematoma es mayor al 50 por ciento de la uña, tu médico te ordenará rayos X de tu dedo.
    • Lo más recomendable es que un médico te trate los hematomas en un plazo de entre 24 y 48 horas.
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    Elimina la sangre en el consultorio del médico. La manera más segura de evacuar la uña es dejar que el médico lo haga a través de una cauterización. Durante este procedimiento, el médico derretirá una pequeña perforación a través de la uña con una herramienta de cauterización eléctrica. Una vez que el cauterizador llegue al hematoma debajo de la uña, la punta se enfriará automáticamente. Esto evitará que la herramienta te queme.
    • Una vez que el médico haga el hoyo, la sangre saldrá de la uña hasta que se alivie la presión. Tu médico te vendará el dedo y te enviará a casa.
    • Tu médico podría usar una aguja de calibre 18 en lugar de un cauterizador, aunque es preferible utilizar esta última herramienta.
    • Debido a que en la uña no hay nervios, este proceso es indoloro.[11]
    • Este proceso ayuda a aliviar la presión que se junta debajo de la uña, lo que significa que será menos probable que te tengan que quitar la uña.
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    Atiende el hematoma en casa. Tu médico te podría decir que está bien que evacues el hematoma en casa. Para este proceso, consigue un clip y un encendedor, y lávate bien las manos. Prepara el clip enderezándolo y sostén el encendedor sobre el extremo derecho hasta que esté rojo y caliente, entre 10 y 15 segundos. Toma el clip y colócalo en el centro del área del hematoma a un ángulo de 90 grados del lecho ungueal. Presiona suavemente con el clip, girando con lentitud la punta caliente en el mismo lugar a fin de perforar la uña. Una vez que la hayas perforado, la sangre comenzará a brotar de la uña. Toma un paño o una gasa para limpiar la sangre a medida que salga.
    • Si no logras perforar toda la uña en el primer intento, vuelve a calentar el clip e inténtalo de nuevo, presionando apenas con más fuerza a fin de hacer el hoyo pequeño.
    • No apliques demasiada presión, porque no tendrás que tocar el lecho ungueal.
    • Puedes tomar algún medicamento para el dolor antes de comenzar si el dedo te duele mucho.
    • Si no puedes hacerlo tú mismo, pídele a un amigo o ser querido que te ayude.[12]
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    Vuelve a limpiar la uña. Una vez que hayas drenado toda la sangre, tendrás que limpiarte la uña nuevamente. Vuelve a limpiarla con Betadine o con alguna otra solución de limpieza. Véndate el dedo con una venda, haciendo una bola con la gasa en la parte superior de tu dedo. Esto acolchonará y protegerá el dedo de los irritantes y traumas externos. Asegura la venda en la base con cinta médica.[13]
    • Tal vez tengas que fijar el vendaje aplicando una maniobra en forma de ocho, que consiste en vendar desde el dedo hasta la base de la mano. Esto te ayudará a que no se salga el vendaje.
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Método 3
Método 3 de 3:
Continuar cuidando el dedo

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    Cámbiate la venda. Sin importar el tipo de lesión o herida que tengas en el dedo, cámbiate la venda una vez al día. Sin embargo, cámbiala más a menudo si se mancha o ensucia antes de que hayan pasado las 24 horas. Todos los días, cuando te saques la venda, límpiate el dedo con una solución estéril y vuelve a vendarlo de la misma manera que antes.
    • Si tienes sutura, pregúntale a tu médico antes de limpiarla. Sigue todas las indicaciones que te dé sobre cómo cuidar los puntos. Lo más probable es que tengas que mantenerlos secos y que no debas limpiarlos con ninguna solución.[14]
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    Busca señales de infección. Cada vez que te quites la venda busca señales de una infección en la herida del dedo. Nota si hay pus, supuración, enrojecimiento o calor, especialmente subiendo desde la mano o el brazo. Además, ten cuidado si te sube la fiebre, ya que se podría deber a una complicación, por ejemplo celulitis, un felón u otro tipo de infección en la mano.[15]
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    Dale seguimiento médico a la lesión. Una vez que hayan pasado algunas semanas de tu lesión, dale el seguimiento médico apropiado. Es probable que el mismo médico programe una visita de seguimiento si ha tratado la lesión con sutura o ha evacuado el hematoma. Sin embargo, siempre vuelve a consultar con tu médico cuando hayas sufrido una lesión tan intensa como esta.
    • Asegúrate de contactar al médico si tienes síntomas adicionales, si consideras que podrías estar desarrollando una infección, si se introdujo polvo o mugre en la herida y no lo puedes quitar, sientes dolor adicional o excesivo, o si tu lesión comienza a sangrar incontrolablemente.[16]
    • También es recomendable que contactes a tu médico si tienes algún síntoma de daño en los nervios (incluyendo falta de sensación o el entumecimiento) o si desarrollas una cicatriz en forma de bola, llamada "neuroma", que a menudo es dolorosa y causa una sensación de descarga eléctrica al tocarla.[17]
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Acerca de este wikiHow

Chris M. Matsko, MD
Coescrito por:
Médico de medicina familiar
Este artículo fue coescrito por Chris M. Matsko, MD. El Dr. Chris M. Matsko es un médico retirado con sede en Pittsburgh, Pennsylvania. Con más de 25 años de experiencia en investigación médica, el Dr. Matsko recibió el Premio a la Excelencia de la Universidad de Pittsburgh Cornell. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell y un doctorado en medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Temple en 2007. El Dr. Matsko recibió una certificación de Escritura de Investigación en la Asociación Americana de Escritores Médicos (AMWA, por sus siglas en inglés) en 2016 y una Certificación de Escritura y Edición Médica en la Universidad de Chicago en 2017. Este artículo ha sido visto 116 690 veces.
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