Un grano interno es una protuberancia rojiza sin punta (un punto central negro o blanquecino localizado). El término médico para este tipo de grano es "comedón cerrado", también conocido como "pápula".[1] Este tipo de comedón se forma de la misma manera que un grano tradicional, pero el poro se obstruye y, por ende, no tiene una cabeza.[2] Los granos internos a menudo son dolorosos debido a que se producen a causa de una inflamación profunda en el interior de la piel.[3] Aprender a tratar este acné te permitirá limpiar tu cara y sentirte más confiado con tu piel.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar tratamientos contra el acné

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    Aplícate un exfoliante. La descamación, o el proceso de desprender capas externas de la piel, es una parte importante del rejuvenecimiento de la piel.[4] Un agente exfoliante puede ayudarte a eliminar las células cutáneas muertas que están aferradas a tu epidermis, lo que puede destapar los poros y prevenir una nueva obstrucción.[5]
    • Si tienes una piel que va de normal a grasosa, considera la posibilidad de exfoliarte 1 o 2 veces al día. Si tienes una piel más seca y sensible, tal vez debas exfoliarte solo 1 o 2 veces a la semana.[6]
    • Existen dos categorías de exfoliantes: los exfoliantes mecánicos (fáciles y almohadillas de limpieza), así como exfoliantes químicos (ácidos hidroxi). Ambos pueden eliminar eficazmente las células cutáneas muertes y abrir tus poros.
    • En la actualidad, puedes encontrar una gran variedad de productos exfoliantes diferentes a tu disposición, pero algunos pueden dañar tu piel, dependiendo del tipo que sea. Si no sabes a ciencia cierta qué productos utilizar, habla con un dermatólogo certificado acerca de la mejor opción para tu tipo de piel.
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    Utiliza productos de venta libre. Existen muchos productos de venta libre que te ayudarán a combatir el acné, incluidos los granos internos. Al emplear estos tipos de productos, es importante que laves las áreas problemáticas con un limpiador suave 2 veces al día (a menos que tu piel sea demasiado sensible para hacerlo más de 1 vez al día). Utiliza solo la cantidad suficiente del producto para cubrir el grano interno y otras áreas problemáticas de la piel.[7] Por lo general, los productos de venta libre contienen uno o más de los siguientes ingredientes:[8]
    • Peróxido de benzoilo: acaba con las bacterias, elimina las células cutáneas muertas y el exceso de aceites, y puede destapar los poros. Puede resecar la piel, producir descamación y ardor, y blanquear el cabello o la ropa.
    • Ácido salicílico: ayuda a prevenir la obstrucción de los poros. Puede causar un escozor leve o irritación de la piel.
    • Ácidos alfa hidroxi: hay dos tipos de ácidos alfa hidroxi que se encuentran normalmente en los productos de venta libre: el ácido glicólico y el ácido láctico. Ambos son eficaces para eliminar las células cutáneas muertas, reducir la inflamación y estimular el crecimiento de piel nueva.
    • Azufre: elimina las células cutáneas muertas y el exceso de aceite para evitar la obstrucción de los poros. Puede causar resecamiento y tiene un olor desagradable.
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    Prueba productos tópicos potentes recetados. Si los productos de venta libre para el acné no tratan adecuadamente tus problemas cutáneos, quizás necesites hablar con un dermatólogo acerca de medicamentos potentes recetados. Los productos tópicos recetados son medicamentos que puedes aplicar por vía tópica (en la superficie externa de la piel). Si quieres obtener mejores resultados, lávate la piel con un limpiador suave y sécate la cara unos 15 minutos antes de utilizar un medicamento tópico.[9] Los medicamentos de uso tópico más potentes recetados contienen uno o más de los siguientes ingredientes:
    • Retinoides: evitan que los folículos pilosos se obstruyan, lo que puede prevenir la formación de granos. Comienza aplicándolos en la noche, 3 veces a la semana, para luego hacerlo a diario a medida que tu piel se acostumbra al medicamento
    • Antibióticos: acaban con el exceso de bacterias en tu piel y reducen el enrojecimiento. Los antibióticos tópicos generalmente se combinan con peróxido de benzoilo para reducir las probabilidades de que el cuerpo genere resistencia a ellos. Entre las combinación de antibióticos comunes están la clindamicina con peróxido de benzoilo (Benzalic, Duac) y la eritromicina con peróxido de benzoilo (Benzamycin)
    • Dapsona (Aczone): acaba con las bacterias y previene la obstrucción de los poros.[10] Puede causar enrojecimiento o resequedad de la piel.
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Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar remedios caseros

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    Aplica calor o hielo. Dependiendo de tu piel y de la gravedad del grano interno, puedes considerar la posibilidad de utilizar una terapia de calor o una con hielo. Una compresa caliente puede resecar un grano interno mientras que una compresa fría puede reducir el dolor y la hinchazón en la zona afectada.[11]
    • Para preparar una compresa caliente simple, remoja un paño limpio en agua tibia a caliente (ten cuidado de no quemarte). Aplica la compresa solo unos cuantos minutos por vez, pero repite el proceso con la mayor frecuencia necesaria a lo largo del día.[12]
    • En el caso de la terapia con hielo, aplica una compresa de hielo o envuelve cubos de hielo en una toalla o paño limpios. Aplica la compresa durante un máximo de 10 minutos a la vez, hasta 4 veces al día.
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    Prepara una mascarilla de manzana y miel. Se cree que las manzanas y la miel son útiles para tratar el acné (incluidos los granos internos) gracias a las propiedades que tienen ambos ingredientes. Las manzanas contienen ácido málico, el cual puede darle más firmeza y fuerza a la piel mientras que la miel posee propiedades antimicrobianas que ayudan a combatir las bacterias (las cuales pueden causar la obstrucción de los poros).[13]
    • Machaca la manzana y luego agrégale gradualmente una miel totalmente natural para espesar la pasta y sea fácil de untar.
    • Aplica la pasta en el grano interno y déjala reposar por lo menos 10 minutos. Luego limpia o enjuaga la pasta y lávate la piel con un exfoliante suave.
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    Utiliza aceite de árbol de té. Este aceite se utiliza con frecuencia en los remedios naturales para tratar una serie de condiciones de la piel. Aplicarlo en un grano interno puede ayudar a eliminar las células cutáneas muertas, los aceites y la suciedad que ha obstruido los poros.[14]
    • Aplica solo un poco de este aceite en el grano interno, 3 veces al día. Podría tener mejores resultados en combinación con otros productos para el cuidado de la piel, como los exfoliantes o los limpiadores suaves.
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    Aplica aloe vera. El aloe vera se ha utilizado por mucho tiempo para aliviar las dolencias de la piel, y muchas personas creen que puede ayudar en el tratamiento de los granos internos. Si utilizas un gel comercial, simplemente aplícalo en la zona afectada. Por otro lado, si usas hojas de aloe vera, rómpelas a lo largo del tallo y apriétalas para extraer parte del jugo de la plata, el cual es similar a un gel.[15]
    • Aplica el aloe vera directamente en la zona donde se encuentra el grano interno y déjalo por lo menos 20 minutos. Después de ese tiempo, límpiate la piel enjuagándote la cara con agua caliente.
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Método 3
Método 3 de 3:
Prevenir la aparición de los granos internos

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    Ten buenos hábitos de higiene. Mantener tu cara limpia es una de las mejores cosas que puedes hacer para prevenir la formación de granos internos. Esto se debe a que la mayoría de los granos internos se forman cuando los poros se obstruyen con la suciedad, las bacterias y el aceite, sustancias que puedes eliminar lavándote la cara a diario. También es importante que te laves bien las manos cada vez que vayas a tocarte la cara, pues la suciedad presente en ellas puede introducir bacterias nuevas en tus poros.[16]
    • Elige un limpiador suave. Opta por los limpiadores faciales no abrasivos y que no contengan alcohol.[17]
    • Humedécete la cara con agua limpia y tibia. Luego utiliza los dedos (después de lavarte las manos) para aplicarte el limpiador. No te la frotes, ya que puedes causar irritación y daños.
    • Enjuágate la cara con agua tibia limpia y sécate con toques pequeños utilizando una toalla limpia y suave.
    • Lávate la cara 2 veces al día y cada vez que sudes en exceso.
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    Mantente hidratado. Hidratar tu cuerpo de la manera correcta puede ayudarte a mejorar la elasticidad de tu piel.[18] Si bien la elasticidad no necesariamente se correlaciona con la reducción en la formación del acné, puede mejorar tu piel como parte de un régimen general de cuidado de la piel.
    • Toma 8 vasos de agua al día. Evita consumir azúcar, alcohol y cafeína en exceso para evitar la deshidratación.
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    Consume una dieta saludable. No consumas alimentos con alto contenido de azúcar o grasa, y consume menos alimentos procesados. Consume alimentos enteros más saludables, como las frutas y los vegetales. No existe evidencia definitiva, pero los estudios han mostrado la relación entre el acné y los alimentos con altos niveles de azúcar refinada o grasa, o con lácteos.[19]
    • Los alimentos que causan un aumento en el nivel de azúcar en la sangre (como el azúcar y los carbohidratos) hacen que tu cuerpo libere insulina, la cual podría causar una producción excesiva en las glándulas sebáceas.[20] Una dieta con un índice glucémico bajo podría ayudar a evitar el acné.[21]
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    Reduce tus niveles de estrés. No es muy probable que el estrés dé lugar a casos nuevos de acné, pero si ya eres propenso a sufrir de este último, el estrés puede inducir a un brote considerable.[22] Reducir tus niveles de estrés diario puede ayudar a reducir los brotes de acné, incluidos los granos internos.[23]
    • Prueba la relajación autógena. Este método de alivio del estrés implica la repetición de frases o palabras tranquilizadoras en tu mente mientras te enfocas en las sensaciones de tu cuerpo. Intenta concentrarte en tu respiración o en la relajación de cada extremidad en sucesión al recitar el mantra tranquilizador.
    • Utiliza la relajación muscular progresiva. Esta técnica consiste en tensar, mantener y luego soltar en sucesión cada grupo de músculos de tu cuerpo. Comienza por la cabeza y ve bajando o viceversa. Mantén tensados los músculos al menos 5 segundos, luego suéltalos para dejar que se relajen durante 30 segundos antes de pasar al siguiente grupo de músculos.
    • Visualiza una situación o lugar pacíficos. Cierra los ojos y siéntate en un lugar tranquilo. Mientras imaginas un escenario o lugar relajantes, procura involucrar tus sentidos. Piensa en la sensación de estar sentado en el piso o tu cama, en los sonidos de las olas (por ejemplo) y en el olor del agua salada que te rodea.
    • Medita. Siéntate a solas en un lugar tranquilo. Puedes sentarte con las piernas dobladas debajo de ti o en posición vertical con los pies plantados firmemente en el piso (lo que te parezca más cómodo). Cierra los ojos y enfócate en tu respiración. Respira por el diafragma (ubicado debajo del estómago) y no con el pecho. Respira de manera lenta y profunda e intenta incluir un mantra (si te sientes a gusto con él), el cual puede ser afirmativo ("Me amo") o relajante ("Me siento completamente en paz"), lo que sea que te ayude a relajarte y a sentirte en paz.[24]
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Consejos

  • Lavarte en exceso o utilizar productos químicos más fuertes o abrasivos solo agravará el acné e irritará tu piel.
  • Utiliza un limpiador suave y evita los productos cosméticos grasosos o aceitosos.
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Advertencias

  • Evita reventarte el grano. Esto solo agravará la inflamación y aumentará el dolor que sientes. A diferencia de las espinillas o los puntos negros, no es posible reventar un grano interno.
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