Ponerte los lentes de contacto puede ser un intento abrumador, sobre todo si te sientes incómodo por tener que tocarte los ojos. Sin embargo, con un poco de conocimiento y mucha práctica, usarás los lentes de contacto como un profesional en muy poco tiempo. Asegúrate de ponerle atención al optometrista, ¡pero no tengas miedo de experimentar hasta encontrar un sistema que funcione para ti!

Parte 1
Parte 1 de 4:
Elegir los lentes de contacto

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    Elige los lentes de contacto correctos. El optometrista te puede ofrecer varias opciones dependiendo de tus ojos y necesidades particulares. Comprende lo que buscas en los lentes de contacto.
    • Tiempo de uso: Algunos lentes de contacto están diseñados para que los uses solo durante un día y luego los deseches. Otros están diseñados para que puedas usarlos durante un año completo. En el medio, están los lentes de contacto que se desechan dos veces a la semana y mensualmente.
    • Los lentes de contacto blandos, que se usan durante períodos de tiempo más cortos, por lo general, son más cómodos y más saludables para los ojos, pero también más costosos. Los lentes de contacto rígidos pueden ser convenientes en el sentido de que no tienes que quitártelos con tanta frecuencia, pero también son más duros y puede ser más difícil adaptarse a ellos, que a los blandos.
    • Todas las noches antes de acostarte, debes quitarte los lentes de contacto de uso diario. Los lentes de contacto de uso prolongado puedes usarlos mientras duermes. Varios lentes de uso prolongado están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos para que los uses de forma continua durante siete días y ciertas marcas de lentes de hidrogel de silicona resistentes al polvo y al agua están aprobados para que los uses de forma continua durante 30 días.
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    No tengas miedo de experimentar. La mayoría de los oftalmólogos te ofrecerán algunas opciones y la mayoría te dará la oportunidad de probar una marca o graduación particular, antes de que te comprometas a hacer una inversión mayor.
    • Prueba con diferentes marcas. Algunas marcas de lentes de contacto son más delgadas y más porosas que otras y tienen los bordes más suaves, lo que ofrece una mayor comodidad. Sin embargo, suelen ser más costosas. Un buen oftalmólogo hará que pruebes una marca durante una semana para asegurarse de que te sientas cómodo con los lentes.
    • Si no estás seguro de lo que buscas, pídele al optometrista un paquete de prueba, que incluye solo uno o dos pares de lentes de contacto. Es posible que el optometrista también te permita probar varios lentes de contacto en su oficina, una vez que esté claro que estás comprometido a elegir entre un tipo y otro.
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    Si tienes menos de 18 años, consulta sobre la política del oculista para los menores que usan lentes de contacto. Algunos oculistas se niegan a recetarles los lentes de contacto a los pacientes, hasta que llegan a cierta edad, como a los 13 años por ejemplo, y algunos aconsejan usarlos solo a tiempo parcial hasta alcanzar la mayoría de edad.
    • Como regla general, las personas menores de 18 años no deben usar lentes de contacto durante más de ocho horas al día, cuatro o cinco días a la semana.
    • Si el optometrista o tus tutores legales deciden que aún no tienes la edad suficiente para usar lentes de contacto, considera usar un par de gafas. Puedes descubrir que vale la pena usar las gafas si puedes ver mucho mejor. Tienes la opción de empezar a usar los lentes de contacto después de algunos años, pero es posible que descubras que te gusta usar las gafas.
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    Considera la posibilidad de comprar unos lentes de contacto de color para cambiar el color de tus ojos. Puedes comprar lentes de color con graduación o sin ella.
    • Puedes elegir un color común de ojos que sea diferente al tuyo, por ejemplo, azul, marrón, avellana, verde, o puedes elegir otros colores más extravagantes, como el rojo, morado, blanco, teñido multicolor, espirales y ojos de gato.
    • Si recibes una receta para comprarlos, asegúrate de elegir algo que estés dispuesto a usar todos los días. Los lentes de contacto son productos novedosos y costosos.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Guardar y cuidar los lentes de contacto

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    Cuida correctamente los lentes de contacto cuando no estén en uso. Esto significa básicamente dos cosas:
    • Guárdalos siempre en la solución para lentes de contacto, a menos que uses lentes desechables. La solución para lentes de contacto ayuda a limpiar, enjuagar y desinfectar los lentes.
    • Desecha los lentes de contacto en la fecha recomendada. La mayoría de los lentes de contacto pertenecen a una de tres categorías: los que se desechan todos los días, los que se desechan dos veces a la semana o los que se desechan mensualmente. Revisa tus lentes de contacto para ver la fecha recomendada para desecharlos y no los uses mucho más tiempo que eso.[1]
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    Asegúrate de usar la solución correcta. Algunas soluciones están diseñadas específicamente para guardar los lentes de contacto y otras soluciones, para limpiar y desinfectar los lentes de contacto. Lo ideal sería que usaras una combinación de ambas.
    • Las soluciones para guardarlos suelen estar hechas a base de una solución salina. Son suaves para los ojos, pero es posible que no limpien los lentes de contacto de una forma tan efectiva como las soluciones químicas desinfectantes.
    • Las soluciones para limpiar y desinfectar no están diseñadas para guardar los lentes de contacto, a menos que contengan una etiqueta que diga explícitamente "solución para limpiar y guardar". Si la solución para lentes de contacto que usas te irrita los ojos de forma regular, considera cambiarla por una solución salina más suave.
    • Usa siempre la solución para desinfectar, gotas para los ojos y limpiadores enzimáticos que el oculista te haya recomendado. Se requieren diferentes tipos de soluciones para los diferentes tipos de lentes de contacto. Algunos productos para el cuidado de los ojos no son seguros para las personas que usan lentes de contacto, sobre todo las gotas químicas y no salinas para los ojos.
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    Limpia los lentes de contacto con frecuencia. Lo ideal es que los limpies todos los días, antes y después de usarlos.[2]
    • Limpia cada lente frotándolo suavemente con el dedo índice en la palma de la otra mano. La mayoría de las soluciones de usos múltiples ya no contienen una etiqueta que diga “Sin frotar”. Al frotar los lentes ligeramente, eliminas la acumulación de la superficie.
    • Cambia con frecuencia la solución del estuche de los lentes para evitar el crecimiento de bacterias. Lo ideal es que cambies la solución de los lentes cada vez que los guardes, pero puedes cambiarla sin problemas cada dos días, dependiendo del tipo de lentes de contacto que uses.
    • Limpia el estuche de los lentes de contacto cada vez que lo uses, ya sea con una solución estéril o con agua caliente del grifo. Deja que se seque al aire. Cambia el estuche de los lentes de contacto al menos cada tres meses.
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    Asegúrate de tener las manos limpias antes de manipular los lentes. Lávate las manos con agua tibia y jabón y sécatelas bien con una toalla limpia.
    • Recuerda que cualquier residuo de jabones, lociones o químicos puede adherirse a los lentes de contacto y causar irritación, dolor o visión borrosa.
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    Evita usar los lentes de contacto de otra persona, sobre todo si ya están usados.
    • Si te pones algo en el ojo, que ya ha estado en el ojo de otra persona, corres el riesgo de propagar infecciones y partículas nocivas de los ojos de esa persona a los tuyos.[3]
    • Todas las graduaciones son diferentes. Tu amigo puede padecer hipermetropía y tú miopía; o si ambos tienen miopía, es posible que la miopía de esa persona sea más grave que la tuya, hasta el punto en que su graduación en realidad te nuble la vista aún más. Algunas personas requieren lentes de contacto diseñados especialmente para las condiciones como el astigmatismo.
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    Visita a tu optometrista cada año para verificar tu graduación para los lentes de contacto. Es posible que tengas que cambiar la graduación a medida que tus ojos crezcan y envejezcan.
    • Los ojos cambian con el tiempo. La visión puede deteriorarse y pueden aparecer enfermedades como el astigmatismo, en el que el ojo adquiere una forma irregular y surgen problemas refractivos desde todas las distancias.[4]
    • El optometrista puede examinarte los ojos para verificar que no tengas glaucoma, una enfermedad degenerativa en los ojos que puede atenuar de forma sistemática la visión, y otras condiciones oculares potencialmente dañinas. Vale la pena darle seguimiento a la visitas con el optometrista.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Ponerte los lentes de contacto

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    Lávate las manos con jabón. Enjuágalas bien para deshacerte de los residuos de jabón. Sécate las manos con una toalla (ya que las toallas de papel o el papel higiénico pueden dejar residuos) o si es posible, un secador de aire.[5]
    • Cualquier residuo de jabones, lociones o químicos puede adherirse a los lentes de contacto y causar irritación, dolor o visión borrosa.
    • Los lentes de contacto se adhieren mejor a las superficies húmedas. Es posible que descubras que si te lavas las manos, pero te dejas los dedos ligeramente húmedos, el lente se pegará a tus dedos con mayor facilidad.
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    Saca un lente de su estuche. A menos que la graduación sea la misma para ambos, recuerda revisar si es para el ojo derecho o para el ojo izquierdo.
    • Deja cerrado el otro lado del estuche por el momento, para que el polvo y las partículas no contaminen la solución.
    • Si colocas el lente equivocado en el ojo equivocado, es posible que no veas bien y sientas dolor. Si la graduación para el ojo izquierdo y para el derecho difiere de forma significativa, te darás cuenta cuando te pongas el lente equivocado.
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    Coloca el lente de contacto en el dedo índice que puedas usar mejor. Manipúlalo con cuidado, ya que podrías destruir o invertir el lente. Asegúrate de sostener el lente con el lado cóncavo hacia arriba en la yema del dedo y que ninguna de las paredes laterales se adhiera a tu piel.
    • Asegúrate de manipular el lente sobre la piel del dedo, no sobre la uña. Podría ser más fácil si te colocas una gota de la solución en el dedo donde tienes la intención de sostener el lente de contacto.
    • Si es un lente de contacto blando, asegúrate de que no esté al revés. Parece evidente, pero a veces es difícil saberlo. El lente de contacto debe formar una copa perfectamente cóncava, inclinada de manera uniforme hasta el borde en todos los lados. Si la inclinación no es uniforme, es posible que el lente esté al revés.
    • Mientras aún lo tienes en el dedo, inspecciona el lente para comprobar que no tenga rasgaduras, roturas ni residuos. Si observas que tiene polvo o residuos, enjuágalo con la solución para lentes antes de ponértelo en el ojo.
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    Aleja con suavidad la piel del ojo. Usa el dedo índice de la mano opuesta para subir y sostener el párpado superior; usa el dedo medio de tu mano dominante (es decir, el de la mano donde tienes el lente) para bajar el párpado inferior. Al adquirir más experiencia, podrás hacerlo simplemente bajando el párpado inferior.
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    Mueve el lente hacia el ojo con calma y con firmeza. Trata de no parpadear y de no moverte de forma nerviosa. Puede ser de utilidad mirar hacia arriba. También se recomienda no enfocar el ojo en el que te estés poniendo el lente; esto hará que sea más fácil ponerte el lente.
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    Ponte el lente de contacto con suavidad en el ojo. Asegúrate de que quede centrado sobre el iris (es decir, la parte circular y de color del ojo) y deslízalo con suavidad por encima del globo ocular si es necesario.
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    Suelta la piel alrededor del ojo. Asegúrate de soltar primero la piel del inferior del ojo; si sueltas la parte superior primero, podrían formarse burbujas pequeñas de aire contra el ojo, lo que puede causar dolor.
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    Parpadea lentamente para no sacar el lente de contacto. Date cuenta de si sientes algún dolor o molestia. Si piensas que podría haber algún problema con el lente, quítatelo, límpialo por completo y luego, inténtalo de nuevo.
    • Es posible que tengas que mantener el ojo cerrado con fuerza durante varios segundos para permitir que el lente se estabilice. Si puedes activar los conductos lagrimales ligeramente, la lubricación natural hará que el proceso sea más suave. Ahueca la mano debajo del ojo en caso de que el lente se caiga.
    • Si el lente se sale del ojo, no te preocupes, es muy común al principio. Limpia el lente con la solución y sigue intentándolo hasta que lo logres. ¡Practica hasta que puedas hacerlo con los ojos cerrados! Ah... quizás no sea la expresión correcta.
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    Repite el proceso con el otro lente. Al terminar, desecha en el fregadero la solución del estuche de los lentes de contacto y ciérralo.
    • Al principio, trata de mantener los lentes de contacto puestos solo durante unas pocas horas a la vez, ya que los ojos pueden secarse rápidamente hasta que se acostumbren a los lentes. Si empiezan a dolerte los ojos, quítate los lentes y deja que los ojos descansen un par de horas.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Quitarte los lentes de contacto

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    Debes saber cuándo quitarte los lentes de contacto.
    • No te dejes los lentes de contacto puestos por más tiempo del que te recomiende el optometrista. Debes quitarte los lentes de contacto blandos de uso diario todas las noches antes de acostarte. Puedes usar los lentes de contacto de uso prolongado durante más tiempo. Varios lentes de uso prolongado están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos para que los uses de forma continua durante siete días y ciertas marcas de lentes de hidrogel de silicona resistentes al polvo y al agua están aprobados para que los uses de forma continua durante 30 días.[6]
    • Considera quitarte los lentes de contacto antes de nadar o de usar un jacuzzi. El cloro puede dañar los lentes de tal forma que no durarán mucho tiempo.[7]
    • Si apenas empiezas a usar los lentes de contacto, es posible que los ojos no estén acostumbrados a los lentes; al principio, se secarán más rápidamente y puedes sentir un poco de dolor. Quítate los lentes de contacto justo después del trabajo o la escuela durante los primeros días (siempre y cuando no necesites tener una visión perfecta) para darles a los ojos un tiempo para descansar.
    • Quítate los lentes de contacto antes de quitarte el maquillaje o pintura de la cara en la noche, para evitar que los lentes se manchen.[8]
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    Asegúrate de tener las manos limpias antes de quitarte los lentes de contacto.
    • Lávate las manos con jabón y agua tibia y sécatelas bien con una toalla limpia. De nuevo, es posible que te des cuenta de que al tener las manos ligeramente húmedas, los lentes de contacto se adhieren mejor a los dedos; esto es muy útil, sobre todo al quitarte los lentes de contacto de los ojos, especialmente cuando el lente se ha secado firmemente en el ojo.
    • Mantener las manos limpias reducirá enormemente el riesgo de infección. Si no te limpias las manos, cualquier cosa que hayas tocado durante el día, consciente o inconscientemente, se propagará a los ojos.
    • Sobre todo, es importante que evites tocar los lentes de contacto después de haber tenido algún tipo de contacto con la materia fecal, ya sea la tuya, la de tu mascota o la de cualquier otra persona. La exposición a la materia fecal puede causar una conjuntivitis y poner en gran peligro tu salud ocular.
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    Llena el estuche aproximadamente hasta la mitad con la solución, antes de quitarte los lentes de contacto.
    • Considera la posibilidad de usar una solución salina para guardar los lentes de contacto y una solución desinfectante para limpiarlos. Las soluciones desinfectantes pueden irritar los ojos.
    • Asegúrate de evitar que caigan partículas, como polvo, vellos, suciedad y otros contaminantes, en la solución. La limpieza es esencial.
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    Quítate el primer lente.
    • Usa el dedo medio de tu mano dominante para bajar la piel del párpado inferior. Al mismo tiempo, usa el índice o el dedo medio de tu mano no dominante para subir la piel del párpado superior.
    • Mira hacia arriba y desliza con cuidado el lente hacia abajo, alejándolo de la pupila y luego, retíralo. Hazlo con suavidad y ten cuidado de no rasgar el lente.
    • Con el tiempo y la práctica, es posible que puedas quitarte el lente sin deslizarlo hacia abajo. No lo intentes antes de sentirte seguro con los lentes de contacto, ya que si lo haces bruscamente, podrías rasgar o romper el lente.
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    Limpia el lente de contacto. Coloca el lente de contacto en la palma de tu mano. Empápalo con la solución y frótalo suavemente con un dedo, de forma espiral, desde el centro hasta el borde exterior.
    • Voltea el lente de contacto y haz lo mismo del otro lado.
    • Enjuaga el lente de nuevo con la solución y colócalo en el lado correcto (izquierdo o derecho) del estuche. Asegúrate de mantener siempre el lente de cada ojo en su propio lado del estuche. Esto es aún más importante, desde un punto de vista logístico, si tienes diferente graduación en cada ojo. Sin embargo, mantener los lentes separados, también reducirá el riesgo de propagar infecciones entre ambos ojos.
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    Repite los pasos anteriores para quitarte el otro lente y limpiarlo.
    • De nuevo, asegúrate de colocar el lente en el lado correcto del estuche. Deja los lentes en el estuche al menos un par de horas y deja descansar los ojos.
    • Si tienes dificultades para quitarte los lentes de contacto al principio; ¡practica, practica y practica! El proceso será cada vez más fácil mientras más lo haces.
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Consejos

  • Es importante aumentar gradualmente el tiempo de uso de los lentes de contacto. Úsalos una hora al día durante unos cuantos días, luego dos horas al día durante unos días, etc. Tendrás que afrontar las consecuencias si no lo haces.
  • Si el lente se cae sobre alguna cosa, sumérgelo en la solución salina (el lente se habrá guardado en un poco de la solución) antes de volver a intentarlo. Haz lo mismo si el lente se seca.
  • Te llevará poco tiempo acostumbrarte a los lentes de contacto. Durante una semana o dos, es posible que sientas los bordes de los lentes en los ojos. Esto es normal y muy pronto, ya no los sentirás.
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Advertencias

  • Lávate las manos todo el tiempo.
  • Toma un descanso si sientes dolor en el ojo o si se inflama.
  • Quítate el lente de contacto si en algún momento, mientras los usas, tus ojos se irritan de alguna forma. Consulta con el oculista en caso de que tengas alguna preocupación.
    • Si esto ocurre a pesar de haber tomado las medidas pertinentes para su limpieza y cuidado, entonces puede tratarse de una alergia a algún componente de los líquidos para la limpieza. En ese caso consulta al médico.
  • Asegúrate de que no te quede jabón en las manos.
  • Asegúrate de que el lente no tenga roturas ni imperfecciones.
  • No uses las lentes de contacto si notas irritación o secreciones anormales en los ojos; podría tratarse de conjuntivitis y se pueden contaminar.
  • En caso de que las necesites para ver mejor mientras nadas en el mar o la alberca/piscina, usa antiparras de protección o una máscara de submarinismo para protegerlas.
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Acerca de este wikiHow

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Categorías: Lentes de contacto
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