Todos sabemos que la miel tiene un sabor delicioso y es considerada como un alimento perfecto de la naturaleza, pero ¿Sabías que tu piel también puede beneficiarse con la miel? Eso es correcto. La miel tiene un lugar no sólo en la cocina, sino también en tu baño. La miel es un humectante natural que favorece la retención de la humedad. Prueba  las siguientes recetas para baño como un tratamiento especial para dejar tu piel suave y tersa.  

Método 1
Método 1 de 4:
Baño con miel verdaderamente simple

¡Para una persona muy sencilla que sólo quiera tener un excelente baño!

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    Mide 1 cucharada de miel sobre una cuchara.
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    Mezcla la miel con agua tibia. Se volverá muy aguada. Transfiere esta mezcla a una bañera con agua tibia (no caliente).
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    Agita un poco el agua. Entra a la bañera y disfruta. 
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Método 2
Método 2 de 4:
Baño de leche y miel

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    Reúne los siguientes ingredientes:
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    Disuelve la sal de mar y el bicarbonato de sodio en el agua del baño.
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    Disuelve la miel en el agua hirviendo y añade la leche. 
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    Añade la leche, la miel y el aceite de vainilla al agua del baño.
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    Revuelve el agua para mezclar todos los ingredientes.
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Método 3
Método 3 de 4:
Exfoliante de miel y limón con azúcar

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    Reúne los ingredientes:
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    Combina todos los ingredientes en un tazón pequeño, mézclalos bien.
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    Añade la miel y/o aceite que sea necesario para lograr una consistencia cremosa.
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    Para utilizarlo, toma un puñado de exfoliante y aplícalo en la cara húmeda, el cuello, las manos y/o el cuerpo entero. Deja mezcla sobre la piel durante 10 a 20 minutos.
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    Enjuaga bien con agua tibia. Seca tu piel con un paño suave o una toalla.
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Método 4
Método 4 de 4:
Mascarilla exfoliante de miel y sal

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    Reúne los ingredientes:
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    Combina todos los ingredientes en un tazón pequeño, mézclalos bien.
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    Añade la miel y/o aceite que sea necesario para lograr una consistencia cremosa.
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    Para utilizarlo, toma un puñado de exfoliante y aplícalo en la cara húmeda, el cuello, las manos y/o el cuerpo entero. Deja mezcla sobre la piel durante 10 a 20 minutos.
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    Enjuaga bien con agua tibia. Seca tu piel con un paño suave o una toalla.
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Consejos

  • Toma tu baño de miel, y permanece en remojo durante 10 a 20 minutos. Toma una ducha rápida para lavar tu cuerpo.
  • Evita remojar el cabello en la mezcla. La miel puede ser ideal para el cabello hidratado, pero la sal no suele ser buena para él. Agrega la miel a tu acondicionador si quieres usarlo en tu cabello.
  • No se recomienda esta rutina si te vas a dar una ducha regular.

Para una piel suave y tersa, úntate abundante miel de buena calidad mientras que su piel está todavía húmeda y masajea. La miel está repleta de elementos que realmente nutren tu piel.    

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