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Es posible que las cafeteras automáticas sean rápidas y convenientes, pero nada supera a la prensa francesa en intensidad de sabor y estilo. Al permitir que el café molido se mezcle con el agua, crea una taza de café más fuerte y espesa, reteniendo aceites y sedimentos esenciales que de lo contrario se quedarían en los filtros de la cafetera. Si tienes una cafetera abandonada en tu alacena, sácala, límpiala y sigue estos pasos sencillos para una taza fresca de café.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Reuniendo tus suministros
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1Escoge el grano de café correcto. Con docenas de granos disponibles en tus tiendas de café y supermercados locales, puede parecer imposible reducir tu búsqueda del grano de café perfecto. Por suerte, unos cuantos criterios pueden ayudarte a escoger el mejor grano para tu paleta preferida.
- Si quieres un café con altos niveles de cafeína, escoge uno de tueste claro. Contrario a la creencia pública, mientras más oscuro sea el tueste del café, la cantidad de cafeína que posee no incrementa, sino que disminuye. Mientras más oscuro sea el grano de café, más tiempo ha sido tostado y se ha quemado más cafeína natural de los granos. Así que, para mantenerte despierto más tiempo encuentra un café de tueste claro.
- Decide qué tan rico quieres que sea el sabor. Aunque cada tueste difiere, normalmente los granos de tueste oscuro son conocidos por un sabor intenso y completo. Los de tueste claro tienen un sabor menos amargo y un matiz más dulce. Si eres nuevo con el café y te asusta el sabor “quemado” de los granos, escoge un tueste claro. Si eres un conocedor del café con años de experiencia, entonces un tueste claro u oscuro es una buena opción.[1]
- Asegúrate que tus granos estén molidos en pedazos grandes. A diferencia de las cafeteras de expreso y de filtro que requieren el café molido finamente, es recomendable que uses tu café en gránulos más grandes. Esto significa que en lugar de tener la consistencia de un polvo, tus granos de café se acercarán más a la consistencia de la arena.
- Siempre usa granos frescos. Sin importar qué método de preparación de café uses, es fundamental que siempre uses granos frescos. Los granos pasados pierden su sabor y le dan un mal sabor a tu taza de café. Compra tus granos de café en tandas de dos semanas (suficientes para durar solo dos semanas por vez), y siempre muele tus granos inmediatamente antes de preparar café.
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2Consigue tu prensa francesa. Una prensa francesa es un tipo de cafetera formada por un cilindro grande de vidrio con un filtro plano sujeto a un tirador o asa en la tapa. Esto te permite poner los granos de café al fondo, poner el filtro encima y agregar agua caliente.
- Aunque algunas personas se quejan acerca de tener muchos tipos de molidos en su café como resultado de una prensa francesa, es más probable que esto tenga que ver con el tipo de molido del café en sí. Si es demasiado fino o de tamaño irregular, pasará por el filtro y terminará en tu agua caliente.
- Las prensas francesas también se conocen bajo el nombre de “cafeteras”.
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3Consigue un buen molino. Un buen molino de granos de café es casi tan importante como la prensa francesa en sí. Busca un molino cónico en lugar de optar por una versión barata. El molino es responsable de desintegrar los granos enteros de café en granos del tamaño perfecto y de revelar el verdadero sabor del café.
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4Reúne otros suministros. Necesitarás agua hirviendo para preparar el café y tazas en donde verterlo, ¡por lo demás, el resto depende de ti! Siéntete libre de agregar tus edulcorantes favoritos a tu café ya sea azúcar, miel, caramelo o chocolate además de la crema. O sé purista y toma tu taza de café negro, para un sabor rico e intenso.[2]Anuncio
Método 2
Método 2 de 3:Preparando café con una prensa francesa
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1Precalienta tu prensa francesa. Aunque no necesitas agregar agua a este punto, es bueno operar tu prensa con agua tibia. Debido a que la mayor parte de tu prensa está hecha de vidrio, verter agua hirviendo puede rajar el vidrio, arruinándolo. Solo asegúrate que el vidrio esté ligeramente tibio al tacto antes de preparar tu café.
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2Muele tu café. Es fundamental que siempre muelas tu café justo antes de prepararlo, para obtener el mejor sabor y prolongar su tiempo de duración antes de ponerse rancio.
- Si quieres preparar una taza de café, entonces necesitas moler lo suficiente para una cucharada colmada de granos.
- Continúa agregando cucharadas adicionales de granos para más tazas de café.
- Mientras mueles tu café, comienza a hervir agua en una olla aparte. Puedes hacerlo en una tetera regular o una tetera eléctrica. La temperatura perfecta para el café de prensa francesa es de 90 a 93 grados Celsius (195 a 200 grados Fahrenheit).[3]
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3Pon el café en la prensa. Saca la tapa de la prensa francesa. Esto debe quitar el émbolo con el filtro sujeto. Vierte la cantidad deseada de granos de café al fondo del vidrio.
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4Agrega agua. Una vez que has asegurado el filtro sobre los granos, vierte tu agua hirviendo en la prensa. Agrega una taza de agua hirviendo por cada taza de café que desees tomar. Levanta el émbolo y revuelve los granos con el agua para ayudar a extraer el café en el agua hirviendo.
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5Espera. Deja la prensa con el émbolo arriba para que los granos puedan continuar interactuando con el agua caliente. Puedes poner un cronómetro para asegurarte de dejar que asiente durante la cantidad de tiempo correcta; 3 a 4 minutos es el tiempo de remojo perfecto.
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6Termina el café. Una vez que acaba el tiempo, presiona el émbolo para separar los granos del agua. Asegúrate de presionarlo a un ritmo lento y firme para evitar mezclar los granos o derramar el café por todos lados. Entonces, termina vertiéndolo en tu taza de café favorita. ¡Disfruta![4]Anuncio
Método 3
Método 3 de 3:Preparando té con una prensa francesa
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1Selecciona tu té. Puedes escoger cualquier té de hojas sueltas con hojas suficientemente largas que no se escurrirán por el filtro. Otra opción es abrir una bolsa de tu té favorito y verterla directamente en tu prensa francesa. Por cada taza de té, agrega una cucharada de hojas de té.
- Los tés verdes están llenos de antioxidantes y beneficios para la salud. Para una taza de té que produzca energía, escoge un té verde o una mezcla que incluya té verde.
- Para una taza de té simpe y pura, prueba el té blanco. Este es el menos procesado de todas las variedades de té y ofrece un sabor ligero y dulce. Los tés blancos también se asocian a la mejora de la complexión y salud de la piel.
- El té negro es un té oscuro y rico con un sabor completo. Los tés negros tradicionales incluyen el té Earl Grey y el té English Breakfast, pero hay muchas otras variedades disponibles.
- Si quieres un té a base de flores, prueba una tisana. Estas usualmente no tienen cafeína y ayudan a la digestión. Las tisanas populares incluyen manzanilla y menta piperita.
- Para un aumento de energía similar a la del café, prueba el mate. Esto te da una taza llena de vitaminas buenas para ti además de un gran sabor y un poco de cafeína.
- El té oolong es un té fuerte popular en China. Este usualmente se vincula con el té negro y puede encontrarse en una variedad de sabores.[5]
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2Hierve tu agua. En una cocina o con una tetera eléctrica, hierve una taza de agua por una taza del té deseado. Asegúrate que tu prensa francesa esté tibia al tacto antes de agregar el agua hirviendo, para evitar que se raje con el choque de temperatura.
- La temperatura de tu agua cambiará dependiendo del tipo de té que estés preparando. En general, se considera que 93 grados Celsius (200 grados Fahrenheit) es una temperatura segura para que agregues tu agua.
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3Añade los ingredientes. Pon tu té de hierbas sueltas al fondo de la prensa y agrega tanta agua como necesites para tus tazas de té. Mezcla un poco para darle al té una mejor oportunidad de remojar.
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4Espera. Deja el émbolo sobre la prensa, y espera aproximadamente tres minutos para que el té se remoje. Esperar demasiado causará que el té se vuelva amargo, arruinando el sabor.
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5Termina tu taza de té. Una vez que se haya remojado lo suficiente, ¡vierte tu té en una taza de té clásica de porcelana o tu taza favorita y disfruta! Agrega limón, azúcar, miel o crema para personalizar el sabor de tu té.Anuncio
Consejos
- Si prefieres el café helado, usa agua fría y deja que la prensa francesa pase la noche en el refrigerador. El café resulta muy dulce y de sabor limpio porque no hay calor para lastimar los aceites esenciales.
- Una prensa francesa también se puede usar para preparar té al sustituir los granos de café por hojas de té y alterar el tiempo de remojo como corresponda.
- Para evitar derrames, no llenes de más la cafetera o presiones el filtro muy rápido. Algunas prensas francesas tienen una línea para indicar la cantidad máxima de agua que debes poner, pero una regla general es dejar por lo menos 25 mm (1 pulgada) de espacio por encima de la línea de agua.
- Limpia tu prensa francesa entre cada uso. Quita el filtro inmediatamente después de haber vertido tu taza y enjuaga. Para desarmar el filtro para lavarlo, sostén la parte de abajo con una mano y desatornilla la manija con la otra. Habrá varias partes. ¡Recuerda en qué orden van para que puedas ponerlas de vuelta! El bicarbonato y el restregado funcionan bien para deshacerse del olor a café restante. El filtro debe tener un olor neutro; de otra forma afectará al sabor. También puedes poner una tableta de limpiador de dentadura postiza al fondo de la prensa y poner las partes desensambladas adentro. Llénala con agua y deja remojar. Enjuaga y estarán completamente limpias.
Advertencias
- Si llenas demasiado la prensa o presionas el émbolo con mucha fuerza, el agua puede salpicar y quemarte.
- Los estudios indican que puede haber un enlace causal entre el café sin filtro y un incremento en los niveles de colesterol LDL. Si el colesterol es un problema, consulta a tu doctor o filtra con un filtro de papel sin blanquear, aunque esto alterará el sabor del café porque la prensa no está diseñada para filtros extraños.
- El sedimento es el enemigo oculto de la prensa francesa. Incluso los buenos molinos producen una pequeña cantidad de partículas finas cuando el grano es molido. Si no sigues los pasos para dejar que el "polvo" se asiente, tu primer sorbo será arenoso y desagradable. También notarás este sedimento al fondo de tu taza cuando estés por acabártela. Ahí es donde quieres que se quede.