Los tratamientos de vapor abren los poros y aumentan la circulación, dejan la piel limpia, sonrojada y reluciente. Si quieres un método fácil para verte renovado, ¡puedes usar vapor en la cara en casa! Incluso puedes añadirle aromas para crear tu propia sesión de aromaterapia.

Método 1
Método 1 de 2:
Usar vapor en la cara

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    Pon a hervir una olla pequeña de agua. Para hacer un tratamiento de vapor básico solo se necesita agua y tu piel. No se necesita mucha agua. Llena una olla pequeña con 1 a 2 tazas de agua y ponlo a hervir a fuego fuerte.[1]
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    Lávate la cara. Mientras el agua se calienta, lávate la cara con un limpiador suave. Asegúrate de quitarte todo el maquillaje, las impurezas, el aceite y el sudor de debajo de la piel. Es importante que la piel esté limpia para cuando le apliques vapor. Los poros estarán bien abiertos y, si tienes impurezas o maquillaje sobre la piel, puede causar irritaciones.[2]
    • No te laves la cara con un exfoliante ni jabón abrasivo. Antes del tratamiento de vapor, lo mejor es lavarse con un limpiador muy suave para reducir las probabilidades de que irrite más la piel.
    • Sécate la cara dándote toques leves con una toalla suave.
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    Vierte el agua en un tazón. Si vas a hacer el tratamiento de vapor como parte de un tratamiento de spa casero, viértelo en un tazón grande de vidrio o uno bonito de cerámica. Si solo quieres hacerte un tratamiento rápido, puedes dejarla en la olla. Coloca el envase que vas a usar sobre un par de toallas dobladas en una mesa.
    • No viertas el agua en un tazón de plástico. No querrás que pequeñas moléculas de plástico terminen en el tratamiento facial.
    • ¡Ten mucho cuidado de no quemarte! Si decides dejar el agua en la olla, entonces asegúrate de retirarla de la fuente de calor antes de usarla.
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    Añade aceites esenciales o hierbas. Ahora será hora de añadir aceites esenciales o hierbas al agua para que el tratamiento sea un poco más especial. Si añades aceites o hierbas, el tratamiento de vapor también será una sesión de aromaterapia, así que será un tratamiento 2 en 1. Con tan solo unas cuantas gotas de estos aceites se puede hacer mucho.[3]
    • Asegúrate de añadir cualquier ingrediente extra después de que el agua hierva. De lo contrario, los aromas se evaporarán rápidamente.
    • Si no tienes aceites ni hierbas especiales, ¡prueba con el té! Echa unas cuantas bolsitas de té herbal en el agua. La manzanilla, la menta y el chai indio son excelentes.
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    Aplícate vapor en la cara con una toalla sobre la cabeza. Ponte la toalla por encima de la cabeza de modo que caiga a los lados de la cara y atrape el vapor para que se concentre cerca de la piel. Acerca tu cara al agua humeante lo suficiente para sentir que masajea tu cara, pero no tan cerca que la sientas quemarse o tengas problemas para respirar aire fresco.[4]
    • Por lo general, un tratamiento de vapor dura unos 10 minutos, así que, si quieres, puedes sentarte mientras lo haces. Sin embargo, recuerda que puedes recibir muchos de los mismos beneficios si lo terminas después de 5 minutos.
    • No te apliques vapor por más de 10 minutos, en especial si tienes acné u otros problemas de la piel. El vapor hincha la cara y puede exacerbar el acné si lo haces por demasiado tiempo.
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    Absorbe la suciedad de los poros con una mascarilla. El tratamiento de vapor deja los poros bien abiertos, lo cual es perfecto para absorber la suciedad y demás impurezas. La mejor manera de hacerlo es aplicarse una mascarilla de arcilla después de hacerse el tratamiento de vapor. Aplícate la mascarilla de manera pareja sobre la cara y déjala actuar de 10 a 15 minutos. Enjuágate con agua tibia y sécate la cara dándote toques leves con una toalla.[5]
    • Puedes comprar una mascarilla de arcilla en la sección de belleza del supermercado, farmacia o tienda grande, como Target o Walmart.
    • Si no tienes una mascarilla de arcilla, usa miel sola o una combinación de miel y avena.
    • Si optas por no usar una mascarilla, puedes simplemente lavarte la cara con agua tibia después del tratamiento de vapor.
    • No uses un exfoliante fuerte sobre la piel después de usar vapor, en especial si tienes acné. Como la cara estará ligeramente hinchada y los poros abiertos, restregarla puede inflamarla.
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    Aplícate un tónico. Después de enjuagar la mascarilla, usa un tónico facial para ayudar a que los poros se vuelvan a cerrar. Aplícatelo sobre la cara realizando movimientos suaves con una bola de algodón.
    • El jugo de limón es un excelente tónico natural. Mezcla 1 cucharada con 1 taza de agua.
    • El vinagre de cidra de manzana es otra opción excelente. Mezcla 1 cucharada con 1 taza de agua.
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    Huméctate la cara. El vapor y el calor pueden resecar la piel, así que es importante aplicarse un buen humectante después del tratamiento. Usa uno hecho con aceites calmantes, aloe vera y mantequillas que impedirán que la piel se ponga demasiado seca. Deja que el humectante se absorba por completo en la piel antes de maquillarte.
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Método 2
Método 2 de 2:
Experimentar con diferentes tratamientos de vapor

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    Hazte un tratamiento de vapor para aliviar un resfriado. No existen pruebas que indiquen que usar vapor en la cara ayude con un resfriado.[6] Sin embargo, es un remedio casero común para aliviar la presión sinusal asociada con un resfriado y las pruebas que indican que pueden ser efectivas en algunas personas son mínimas.[7] Si quieres probarlo para aliviar un resfriado, sigue los pasos que hemos mencionado con una o más de las siguientes hierbas o aceites esenciales:
    • hierbas: manzanilla, menta o eucalipto
    • aceites: menta, eucalipto o bergamota
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    Hazte un tratamiento de vapor para aliviar el estrés. El vapor calma el alma además de la piel, por eso es un tratamiento popular en los spas. Los tratamientos faciales son especialmente beneficiosos cuando se está estresado y se puede aprovechar el tiempo para inhalar algunos aromas maravillosos mientras uno se pone cómodo y se relaja. Prueba una o más de las siguientes hierbas y aceites para hacerte un tratamiento relajante que alivia el estrés:[8]
    • hierbas: lavanda, verbena, manzanilla
    • aceites: flor de maracuyá, bergamota, sándalo
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    Hazte un tratamiento de vapor energizante. Este tratamiento puede ayudarte a sentirte despierto y renovado si lo haces a primera hora de la mañana, en especial si usas aromas con un efecto energizante. Si quieres un tratamiento de vapor rejuvenecedor, usa una o más de las siguientes hierbas y aceites:
    • hierbas: Lemon balm, peppermint, ginseng
    • aceites: Cedarwood, lemongrass, orange, grapefruit, eucalyptus[9]
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    Hazte un tratamiento de vapor para ayudarte a dormir. Hacerte este tratamiento unos cuantos minutos antes de acostarte puede ayudarte a relajarte y dormir plácidamente. Prueba una o más de las siguientes hierbas y aceites para ayudarte a conciliar el sueño con mayor facilidad la próxima vez que tenga insomnio:[10]
    • hierbas: valeriana, manzanilla, lavanda
    • aceites: lavanda, pachuli, rosa de geranio
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Consejos

  • No te hagas tratamientos de vapor con demasiada frecuencia, sino tu piel podría irritarse. Procura hacerte uno 1 o 2 veces por semana para refrescar tu piel.
  • Echa aceite de árbol de té en el agua del tratamiento, ya que este aceite ayuda con los granos y el acné.[11]
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Cosas que necesitarás

  • tazón
  • toallita para lavarse
  • jugo de limón
  • cubos de hielo

Acerca de este wikiHow

Paul Friedman, MD
Coescrito por:
Dermatólogo certificado por la Junta Estadounidense de Dermatología
Este artículo fue coescrito por Paul Friedman, MD. El Dr. Paul Friedman es un dermatólogo galardonado y certificado por el colegio oficial que se especializa en cirugía láser y dermatológica, y dermatología estética. El Dr. Friedman es el director de Dermatology & Laser Surgery Center en Houston, Texas, y ejerce en el Laser & Skin Surgery Center de Nueva York. El Dr. Friedman es profesor clínico asistente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas, Departamento de Dermatología, y profesor clínico asistente de dermatología en el Colegio Médico Weill Cornell, Hospital Metodista de Houston. El Dr. Friedman completó su residencia en dermatología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde se desempeñó como jefe de residentes y fue galardonado dos veces con el prestigioso Premio Husik por su investigación en cirugía dermatológica. El Dr. Friedman completó una beca en el Laser & Skin Surgery Center de Nueva York y recibió el premio Young Investigator's Writing Competition de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Dermatológica. El Dr. Friedman ha participado en el desarrollo de nuevos sistemas láser y técnicas terapéuticas, siendo reconocido como un médico líder en el campo. Este artículo ha sido visto 5224 veces.
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