Un oftalmoscopio (también conocido como fondo de ojo) es un dispositivo utilizado en medicina para examinar el interior del ojo, incluida a la retina, la fóvea, la coroides, la mácula, el disco óptico y los vasos sanguíneos.[1] Los médicos generales y los optometristas pueden utilizarlo para diagnosticar o controlar enfermedades oculares, como así también afecciones como la diabetes y la hipertensión.[2] El oftalmoscopio es una herramienta relativamente simple que se puede utilizar de manera correcta con un conocimiento y práctica suficientes.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar tu instrumento

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    Evalúa si el oftalmoscopio funciona correctamente. Coloca el interruptor en la posición de encendido para ver si la luz funciona. Si no enciende, cambia las baterías y prueba nuevamente. Mira a través de la apertura (visor ocular) para asegurarte de que esté limpia. Si tiene una cobertura, quítala o ábrela.
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    Selecciona la configuración adecuada. Existen distintas opciones de apertura y filtro que se pueden usar para fines específicos durante un examen oftalmológico. La configuración más común es la fuente de luz media, ya que la mayoría de los exámenes se realizan en una habitación oscura, cuando el paciente no ha recibido un tratamiento con gotas oculares midriáticas (para promover la dilatación).[3] Los diferentes oftalmoscopios pueden tener distintas configuraciones, pero algunas son:[4]
    • Luz débil. Se utiliza cuando la pupila se contrae fuertemente, como en una habitación luminosa.
    • Luz fuerte. Se utiliza con pupilas muy dilatadas, como cuando se tratan con gotas midriáticas.
    • Luz media. Se utiliza cuando una parte de la córnea se encuentra oscurecida (como en el caso de las cataratas) para dirigir la luz hacia la parte clara del ojo.
    • Luz roja clara o de deslumbramiento. Permite una mejor visualización de los vasos sanguíneos y sus problemas.
    • Hendidura. Sirve para controlar las irregularidades en el contorno.
    • Luz azul. Se utiliza después de la tinción de fluorescencia para detectar abrasiones.
    • Red. Permite medir las distancias.
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    Ajusta el instrumento con la rueda de enfoque. Generalmente, el oftalmoscopio debe estar en la configuración “0”, que se considera la base. Ten en cuenta que ajustar el dispositivo en los números positivos (a veces marcados en verde en el instrumento) permite enfocarse en cosas cercanas, mientras que los números negativos (a veces marcados en color rojo) permiten enfocarse en objetos más distantes.[5]
    • En el caso del oftalmoscopio PanOptic, debes enfocar un punto a una distancia de unos 3 o 5 metros (10 o 15 pies) de distancia con la rueda de enfoque.[6]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Prepararte y preparar al paciente

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    Explícale el procedimiento al paciente. Haz que la persona a ser examinada se siente en una silla o la mesa de evaluación. Pídele que se quite las gafas o lentes de contacto, en caso de tenerlos. Explícale qué es un oftalmoscopio y adviértele acerca del brillo de luz que emite. Si planeas dilatar las pupilas con gotas midriáticas, explícale el procedimiento y sus efectos. No olvides mencionarle que alguien debe llevarlo a su casa, dado que no podrá conducir después del examen.
    • No es necesario que le proporciones demasiados detalles. Simplemente dile algo así como: “Usaré este instrumento para mirar la parte posterior de sus ojos. La luz será brillante, pero no debe generar incomodidad”.
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    Lávate las manos. No es necesario usar guantes para realizar este procedimiento, pero es una práctica común lavarse bien las manos con agua y jabón antes y después de cualquier tipo de examen físico.
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    Aplica las gotas midriáticas, en caso de ser necesario. La dilatación de las pupilas permite una visualización más fácil y completa de las estructuras oculares, y se realiza con frecuencia en los consultorios de los optometristas. Pídele al paciente que incline la cabeza hacia atrás. Baja suavemente el párpado inferior y vierte la cantidad de gotas necesarias. Dile que mantenga el ojo cerrado durante dos minutos y presiona la esquina del ojo, donde se junta con la nariz. Repite el procedimiento con ambos ojos.[7]
    • La tropicamida al 0,5 % es la más utilizada, y se administran de una a dos gotas aproximadamente 15 o 20 minutos antes del estudio.[8] Otros agentes utilizados son ciclopentolato al 1 %, solución de atropina al 1 %, homatropina al 2 % y solución de fenilefrina al 2,5 o 10 %.[9] Todas estas gotas están contraindicadas en pacientes con un traumatismo craneal que se deba monitorear.[10]
    • Revisa la lista de medicamentos que el paciente esté tomando para asegurarte de evitar interacciones medicamentosas con las gotas.[11]
    • Los ojos oscuros podrían ser menos sensibles a las gotas, por lo que se suele aplicar una mayor cantidad del producto que para los ojos claros.[12]
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    Oscurece la habitación. Baja las luces considerablemente. La iluminación adicional en una habitación obstruye la nitidez y precisión del aumento del oftalmoscopio.
    • Ten en cuenta que, si no puedes oscurecer la habitación, deberás ajustar la configuración de brillo del oftalmoscopio en consecuencia.
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    Sitúate en relación a tu paciente. Dado que debes estar a la altura de sus ojos, debes pararte derecho, inclinarte hacia adelante o sentarte en una silla para estar en la posición adecuada. Párate al lado del paciente y acércate desde una posición que forme un ángulo de 45 grados.
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    Coloca el oftalmoscopio y acércate al paciente correctamente. Imagina que primero deseas examinar el ojo derecho del paciente. Inclina el dispositivo con la mano derecha contra la mejilla derecha. Cuando te muevas, tu cabeza, mano y oftalmoscopio se deben mover de la misma forma, con un movimiento conjunto. Coloca la palma de la mano izquierda firmemente sobre la frente del paciente y separa los dedos para obtener una mayor estabilidad. Coloca suavemente el pulgar izquierdo sobre su ojo derecho y levanta el párpado derecho.
    • Usa la mano derecha y el ojo derecho para observar el ojo derecho del paciente y viceversa.
    • Al usar el oftalmoscopio PanOptic, sostén la cabeza del paciente como de costumbre y acércate a una distancia de 15 cm (6 pulgadas) en un ángulo de 15 a 20 grados.[13]
    • No tengas miedo de acercarte demasiado al paciente durante el examen. Debes estar lo más cerca posible para llevar a cabo una examinación detallada.
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    Dile al paciente hacia dónde debe mirar. Pídele que mire hacia adelante y detrás de ti. Si sugieres un punto específico para estabilizar la mirada, el paciente se relajará y evitará movimientos oculares precipitados que interrumpan el examen.
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    Busca el reflejo rojo. Sigue sujetando el oftalmoscopio contra tu ojo a una distancia de aproximadamente la longitud de un brazo del paciente. Apunta la luz hacia el ojo derecho del paciente a 15 grados del centro del ojo, y asegúrate de que la pupila se contraiga o encoja. Luego, verifica si hay un reflejo rojo.[14]
    • El reflejo rojo es el rayo de luz rojizo en la pupila del ojo causado por el reflejo de la luz en la retina, al igual que se observa en los ojos de un gato en la oscuridad. La ausencia de reflejo rojo indica que podría haber un problema de visión.[15]
    • A medida que buscas el reflejo rojo a través del oftalmoscopio, tendrás que ajustar un poco el enfoque, dependiendo de tu propia visión.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Realizar la examinación

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    Utiliza el reflejo rojo como guía para comenzar el examen. Mueve tu cabeza, mano y dispositivo con un solo movimiento y en forma de “bloque” siguiendo el reflejo rojo, y acércate lentamente al ojo derecho del paciente. Deja de moverte cuando tu frente toque tu pulgar izquierdo. Seguir el reflejo rojo te permitirá visualizar la retina.[16]
    • Es posible que tengas que ajustar el dispositivo para enfocarte en las características del ojo. Gira la rueda del lente con el dedo índice cuando sea necesario.
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    Observa el disco óptico. Realiza un movimiento pivotante para inclinar el oftalmoscopio de izquierda a derecha, y de arriba hacia abajo.[17] Observa el disco y presta atención al color, la forma, el contorno, la claridad del borde, la proporción simétrica de copa disco y el estado de los vasos sanguíneos.[18]
    • Si tienes dificultades para encontrar el disco óptico, ubica y sigue un vaso sanguíneo. Este último te guiará al disco óptico.
    • Observa si hay un ahuecamiento o inflamación (edema) en el disco óptico.
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    Examina los vasos sanguíneos y el fondo de ojo para identificar posibles patologías. Gira el dispositivo para examinar los cuatro cuadrantes del ojo: superior temporal (hacia arriba y afuera), superior nasal (hacia arriba y adentro), inferior temporal (hacia abajo y afuera) e inferior nasal (hacia abajo y adentro). Examina lenta y detenidamente cualquier indicio de una enfermedad. Por supuesto, esta no es una lista completa, por lo que debes usar tu juicio y conocimiento médico durante el examen, pero debes prestar atención a los siguientes aspectos:[19]
    • cruces arteriovenosos
    • hemorragia o exudación
    • manchas algodonosas
    • manchas de Roth
    • oclusión venosa o retiniana[20]
    • embolias[21]
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    Examina la mácula y la fóvea al final. Pídele al paciente que mire directamente hacia la luz. Esto puede ser un poco incómodo, por lo que se realiza al final del examen.[22] Dado que la mácula es responsable por la visión central y enfocada, las pruebas de agudeza visual suelen indicar una mácula sana o disfuncional.[23] La misma tiene la forma de un disco oscuro ubicado aproximadamente en la parte central de la retina, y la fóvea luce como un punto luminoso en el centro de la mácula.[24]
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    Examina el otro ojo. Repite el procedimiento con el otro ojo y recuerda cambiar de mano y de ojo durante la examinación. Si bien algunas enfermedades pueden causar cambios en ambos ojos, es posible que algunos problemas solo se manifiesten en uno. Por lo tanto, es importante evaluarlos detenidamente.
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    Infórmale al paciente. Explícale cualquier anomalía que hayas observado, lo que podría significar y cualquier medida adicional que deba tomar. Si has utilizado gotas midriáticas, infórmale que podría experimentar sensibilidad a la luz y visión borrosa durante algunas horas. Recuérdale que alguien debe llevarlo a su casa. Proporciónale gafas de sol descartables, en el caso de que no haya llevado las suyas.[25]
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    Documenta tus hallazgos. Registra todo lo que hayas observado durante la examinación, incluidas las notas específicas sobre posibles anomalías. Con frecuencia, es útil incluir imágenes como señales visuales para recordar lo que has visto y compararlas con revisiones posteriores para evaluar los cambios.
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Consejos

  • Mantén el otro ojo abierto mientras miras a través del oftalmoscopio para evitar una tensión ocular.
  • La mejor forma de detectar anomalías oculares es estudiar muchas imágenes de estructuras oculares sanas y enfermas para poder reconocerlas cuando percibas algo atípico.
  • Usar un oftalmoscopio y obtener una visualización clara de las estructuras oculares puede parecer muy difícil al principio. Esta habilidad clínica requiere un entrenamiento médico apropiado y una práctica clínica suficiente para identificar enfermedades relacionadas.[26]
  • El nuevo oftalmoscopio PanOptic, que se puede utilizar para examinar ojos sin dilatar y proporciona una visión más clara de las estructuras internas, se utiliza de la misma forma que un oftalmoscopio directo con solo unas pocas especificaciones menores. En el caso del PanOptic, utiliza la configuración predeterminada y ajusta la intensidad de la luz al nivel más elevado.[27]
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Acerca de este wikiHow

Jennifer Boidy, RN
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Jennifer Boidy, RN. Jennifer Boidy es una enfermera registrada en Maryland. Recibió su título técnico en Ciencias en Enfermería en el Carroll Community College. Este artículo ha sido visto 19 901 veces.
Categorías: Cuidado de los ojos
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