Nuestros pies están sometidos a mucha tensión todos los días. Tienen que soportar nuestro peso y sirven como soporte en cualquier actividad que deseamos realizar, ya sea una caminata en el parque o algún deporte intenso. Sin embargo, los pies también tienen sus límites y a menudo terminarán adoloridos. Por lo tanto, es importante estar al tanto de algunas buenas técnicas para aliviar el dolor de pies y, gracias a esto, vuelvan a estar en perfecto estado.

Método 1
Método 1 de 5:
Cambiar el estilo de vida

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    Compra zapatos a tu medida. Muy a menudo las personas no compran zapatos a su medida. Prefieren la moda antes que la comodidad. Un par de zapatos con la medida correcta mejorarán prácticamente cualquier problema con los pies. Busca zapatos que:
    • Tengan mucho espacio en la parte de los dedos (punta del zapato).
    • No se deslicen. El pie no debe deslizarse dentro del zapato.
    • Sean lo suficientemente anchos. Tu pie no puede sobresalir por los costados del zapato.
    • Verifica que sean la medida correcta en la tienda. No compres zapatos apretados pensando que con el tiempo se ensancharán.
    • Recuerda también hacer las compras en la tarde o en la noche, ya que en ese momento tus pies tienden a agrandarse un poco.
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    Cuando compres zapatos, piensa en lo que tus pies necesitan. Cada tipo de pie requiere un tipo de calzado especial.
    • Por ejemplo, si tienes pie cavo, tus pies tienden a ser rígidos. Los zapatos con amortiguación superior ayudarán a amortiguar el impacto contra el suelo. Los pies planos son menos rígidos, pero también son menos estables, así que estos requieren zapatos que limiten el movimiento.
    • Para descubrir el tipo de pie que tienes, moja tus pies descalzos y párate en un piso de concreto o en un pedazo de papel. Si tienes pie cavo, el contorno de tu pie se verá muy estrecho y curvado como una media luna. Si el contorno se ve como una plancha, lo más probable es que tengas el pie plano.
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    Utiliza zapatos adecuados para la actividad que realizarás. Utiliza zapatos adecuados para la actividad. Utilizar el tipo de calzado equivocado puede traer una gran cantidad de problemas, entre los cuales podemos encontrar la tendinitis en la rodilla, dolor crónico en el pie, espolones en el talón y fractura por tensión. Es muy importante escoger los zapatos adecuados, en especial cuando se trata de calzado deportivo.
    • Cada deporte y ejercicio tiene movimientos repetitivos únicos que requieren de soporte y amortiguación. No jugarías baloncesto con tacones; así como tampoco utilizarías tus zapatillas viejas si vas a hacer alpinismo o senderismo.
    • Gasta dinero extra para comprar calzado adecuado para la actividad que vas a realizar. La inversión puede evitar que tus pies queden adoloridos.
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    Alza tus pies a menudo. Si tienes que estar de pie por mucho tiempo, toma descansos frecuentes para reducir el peso que tienen que soportar tus pies.
    • Cada vez que puedas, alza tus pies para que tu cuerpo quede en un ángulo de 45 grados y relájate de 10 a 15 minutos.
    • Cuando alzas tus pies, la sangre circula y esto ayuda a reducir la hinchazón.
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    Permite que tus pies descansen. El descanso permitirá que los tejidos cicatricen, así evitas cualquier otro tipo de tensión en la zona afectada.
    • Si tu pie tiene problemas para soportar peso, deberías usar muletas.
    • El correcto uso de tobilleras, disponibles en tiendas, te proporcionará descanso, comodidad y soporte en la zona afectada.
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    Toma algunos analgésicos. Toma medicamentos de venta libre para reducir el dolor como Ibuprofeno de 200 mg cada 6 horas. Los analgésicos te ayudarán a aliviar el dolor que experimentas.
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    Córtate las uñas de los pies. Los uñeros pueden ser hereditarios, pero cortarse las uñas de manera incorrecta puede empeorar el problema. Corta las uñas en línea recta y solo hasta el final del dedo, luego lima los bordes afilados que puedan cortar la piel.
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    Hecha hielo a tus pies después de una larga jornada. Un buen método para refrescar tus pies después de una larga y dura jornada sería enfriarlos con una toalla llena de hielo. Lograrás que se sientan mejor y bajará la hinchazón e inflamación. Aplica el hielo tres veces al día por 15 minutos.
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Método 2
Método 2 de 5:
Masajear tus pies

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    Masajea tus pies con aceite. Aplícate un par de gotas de aceite de oliva, o el aceite que prefieras, en todo tu pie y tobillos. Puedes calentar el aceite ligeramente, así estará templado y no caliente, ya que el calor ayudará a aliviar la tensión muscular.
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    Ejerce una leve presión a tus pies con tus pulgares. Aplica una leve presión con tus pulgares a tu pie realizando movimientos lentos y circulares desde los dedos hasta el talón.
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    Enfócate en ejercer presión en la “fascia plantar”. La fascia plantar es básicamente el arco del pie. Podrás sentir que es más prominente cuando estiras tus dedos del pie hacia arriba.
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    Considera utilizar un rodillo para pies. Los rodillos para pies están disponibles en tiendas y son bien fáciles de usar.
    • Así como su nombre lo indica, solo debes rodarlo en las plantas de los pies después de haberlas masajeado. Esto ayuda a dilatar los vasos sanguíneos del pie, lo cual garantiza un buen suministro de sangre para el pie.
    • Esto quiere decir que el oxígeno y nutrientes presentes en la sangre llegarán más rápido al pie, lo cual a la larga ayudará a que se dé una recuperación más rápida.
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Método 3
Método 3 de 5:
Realizar ejercicios para pies

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    Comprende los beneficios de hacer ejercicios para los pies. Es posible que tu doctor o fisioterapeuta te dé ejercicios para aumentar la fuerza y estabilidad del pie afectado; además, puedes corregir un desequilibrio muscular.
    • Ejercitarse para incrementar la flexibilidad mantendrá o mejorará la longitud de un músculo. La flexibilidad ayuda a que tengas músculos más fuertes y menos propensos a sufrir lesiones.
    • Caminar con zapatos que te den un buen soporte y amortiguación es un excelente ejercicio para los pies. Los pies también pueden verse beneficiados de ciertos ejercicios para pies. Prueba algunos de los ejercicios descritos en los siguientes pasos.
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    Prueba hacer rodar una pelota de golf. Siéntate descalzo, coloca tu pie encima de una pelota de golf y hazla rodar, no lo hagas parado, utiliza solo el peso de tu pie; luego vuelve a hacer lo mismo con el otro pie.
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    Intenta probar el ejercicio de “desparramar los frijoles”. Esparce frijoles o canicas en el piso y luego trata de recogerlas con tus dedos del pie.
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    Practica el ejercicio círculo y estiramiento. Siéntate en una silla con el pie levantado frente a ti y haz cuatro o cinco círculos pequeños en el aire en las dos direcciones con tu pie.
    • Luego, apunta con los dedos del pie lo más que puedas, después estíralos hacía ti. Repite este ejercicio seis veces con cada pie.
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Método 4
Método 4 de 5:
Remojar los pies para aliviar el dolor

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    Prueba remojar en agua caliente y fría. La terapia de remojar tus pies puede ser efectiva para tratar el dolor de pie. El tratamiento con el agua caliente permitirá que la sangre circule, mientras que el tratamiento con el agua fría reducirá la inflamación.
    • Llena una cubeta con agua fría y la otra con agua caliente a una temperatura soportable. Siéntate en una silla cómoda, sumerge tus pies en el agua caliente por tres minutos y luego haz lo mismo con el agua fría de 10 segundos como mínimo a un minuto. Repite todo el proceso dos o tres veces y termina con el baño frío de pies.
    • Otra opción es utilizar una compresa caliente y una compresa fría por turnos, durante 10 minutos, para reducir el dolor.
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    Prueba remojar en vinagre. El vinagre se utiliza para diversos tratamientos y puede ayudar a aliviar el dolor del pie causado por esguinces o tensión, ya que reduce la inflamación.
    • Llena una cubeta con agua caliente, luego añade dos cucharadas de vinagre. Remoja tus pies en la bañera por 20 minutos.
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    Remoja tus pies en una cubeta con sulfato de magnesio. El sulfato de magnesio, también conocido como Sal de Epsom, puede ayudar a calmar el dolor de pies de forma instantánea. Combinar el agua caliente con estas sales, donde prima el magnesio, sirve muy bien para relajar los pies y aliviar el dolor.
    • Añade dos o tres cucharadas de sales Epsom en la cubeta de agua caliente.
    • Remoja tus pies en la cubeta de 10 a 15 minutos.
    • La sal puede hacer que tu pie se reseque, por lo cual será necesario aplicar un poco de crema hidratante después de sumergirlos.
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Método 5
Método 5 de 5:
Ser consciente de los factores de riesgo

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    Comprende que la obesidad puede causar dolor en el pie. La obesidad se ha vuelto un asunto importante en el mundo actual. No solo conlleva a un mayor riesgo de enfermedades del corazón y diabetes, sino que también el exceso de peso que tiene un obeso pasará factura en los pies y las articulaciones de la rodilla. Esto podría causar fácilmente dolor a tu pie.
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    Ten en cuenta que el embarazo puede causar dolor de pie. Como mencionamos antes, el peso excesivo durante el embarazo causará tensión en tus pies y por este motivo quedarán adoloridos. Por lo tanto, guardar bastante reposo y es importante para las mujeres embarazadas levantar los pies lo más que puedan .
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    Revisa cualquier anomalía del pie. Es posible que algunas veces las personas desarrollen anomalías de nacimiento en la forma de sus pies, como pie plano, pie cavo y artritis.
    • Por lo general, nuestros pies tienen un arco que ayuda a sostener y distribuir la tensión y la presión a través del pie y sus dedos de la manera más correcta. Sin embargo, algunos pacientes no tienen arco (pie plano) o tienen un arco que es muy alto.
    • Debido a una alteración en este balance, se ejerce más presión en el pie, lo cual causa los dolores en el pie.
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    Entiende que usar el calzado inadecuado puede causar dolor en tus pies. Si tu calzado no tiene el relleno adecuado, o si alteran el equilibrio normal de tus pies (como los tacones), esto causará dolores en tus pies con facilidad.
    • Además, los zapatos demasiado apretados o grandes también causarán dolores en tus pies, ya que también hay una alta probabilidad de presión contra el pie (en caso de los zapatos apretados) o una alteración en el balance.
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    Ten en cuenta que utilizar mucho tus pies puede causarles agotamiento. Estar parado por periodos prolongados, o una actividad como correr, trotar, ciclismo, etc. causará fatiga en los músculos del pie por lo cual terminarán adoloridos.
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Consejos

  • Es posible que personal médico calificado utilice dispositivos médicos eléctricos como ultrasonido, diversas formas de estimulación eléctrica, la terapia de luz LED (láser) y terapias manuales para reducir el dolor e incrementar la circulación en la zona donde se quiere curar.
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