Las peras son una fruta dulce y versátil que pueden disfrutarse solas o en diversos platillos, entre ellos postres y ensaladas. No por nada es la fruta favorita de tantas personas. Si quieres disfrutar de las peras mucho después de su época o si simplemente tienes más de las que puedes consumir ahora, almacenarlas adecuadamente puede ayudar a garantizar su frescura y buen sabor cuando estés listo para consumirlas a corto o largo plazo.

Método 1
Método 1 de 2:
Almacenar peras a corto plazo

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    Examina la maduración de las peras. A diferencia de la mayoría de las demás frutas, las peras se cosechan del árbol no cuando están maduras, sino verdes.[1] Estas empiezan a madurar lentamente de dentro para afuera después de cosechadas.[2] Para calcular tú mismo su nivel de maduración, presiona suavemente la parte superior de las peras, cerca del tallo. Solo su color no es un buen indicador de su nivel de maduración.[3]
    • Si la pulpa está dura al presionarla, entonces las peras no están maduras.[4] Si tienes planeado comerlas al cabo de unos cuantos días, puedes comprar peras sin madurar sin ningún problema.
    • Si la pulpa cede ligeramente al presionarla, las peras estarán maduras y listas para consumir.[5] Si cualquier otra parte de la pera está blanda o magullada, puede indicar que está demasiado madura, lo cual afectará su sabor y textura.
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    Almacena las peras sin madurar a temperatura ambiente. El almacenamiento a temperatura ambiente permitirá que las peras continúen con el proceso de maduración. Estas deben ser almacenadas enteras y no picadas. La temperatura ambiente equivale a 21 °C (70 °F).[6] Tendrás que revisarlas a diario y presionarlas para ver si están maduras y listas para consumir. La mayoría de las peras maduran entre 3 y 4 días después de su compra.[7]
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    Refrigera las peras maduras para mantenerlas frescas. Las peras maduras no duran mucho tiempo en la mesada o despensa de la cocina. Ponerlas enteras en el refrigerador puede extender su vida útil por entre 5 y 12 días como máximo.[8]
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    No comas peras podridas o echadas a perder. Las manchas marrones y las magulladuras son signos de que las peras ya no son apetecibles ni seguras para comer.[10] Es posible que una pera echada a perder parezca saludable por fuera, así que tendrás que cortarla para confirmar si debes comerla o no.
    • Si no está podrida, sino solo ligeramente pasada, igual puede usarse en diversas recetas, entre ellas batidos, mermeladas y aliños.
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    Acelera el proceso de maduración de las peras verdes poniéndolas en una bolsa de papel. Si quieres disfrutarlas cuanto antes, es posible acelerar el proceso de maduración. Las frutas como las peras producen una hormona natural conocida como “etileno” durante el proceso de maduración. Poner las peras en una bolsa de papel atrapa esta hormona, lo cual las hace madurar a un ritmo más acelerado.[11]
    • Poner las peras en un tazón con otras frutas que también producen etileno, como las bananas, las manzanas y los aguacates, también acelerará el proceso de maduración.[12]
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Método 2
Método 2 de 2:
Congelar peras para almacenarlas a largo plazo

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    Córtalas antes de congelarlas para que sean más fáciles de almacenar. Tenerlas congeladas te permitirá disfrutar su sabor dulce durante todo el año, aunque no sea su época. El tipo de corte depende enteramente de ti: puede ser en mitades, cuartos o en rodajas.
    • Antes de cortarlas, pélalas y descorazónalas para obtener resultados óptimos. Si no te sientes cómodo realizando estos pasos solo con un cuchillo, hay diversos utensilios para pelar y cortar frutas que te ayudarán a hacer este paso más fácilmente.
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    Remoja las peras en una solución simple para evitar su oxidación. En 1 litro de agua, echa o bien ½ cucharada de sal y ¾ de cucharadita de ácido ascórbico o bien 3 cucharadas de jugo de limón.[13] Después de hacer la mezcla, echa las peras y déjalas en remojo de 3 a 5 minutos.
    • Someter las peras a este tratamiento antes de almacenarlas puede reducir significativamente su oxidación.[14]
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    Pon las peras ya tratadas en una bandeja para hornear o fuente y luego pon esta en el congelador. Espárcelas en una sola capa de modo que estén todas extendidas y luego transfiérelas al congelador dentro de la bandeja o fuente. Congélalas durante 3 a 5 horas. Congelarlas demasiado tiempo sin empacarlas debidamente puede causar quemaduras por congelación, lo cual puede afectar el sabor y la textura de las peras.[15]
    • Congelarlas antes de ponerlas en una bolsa o contenedor de almacenamiento a largo plazo hará que los trozos se congelen individualmente y no se peguen.
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    Empaca y sella las peras en bolsas o contenedores aptos para el congelador. Puedes usar bolsas plásticas con cierre, contenedores plásticos con tapa o incluso tarros de vidrio. Llena la bolsa o contenedor con las peras, pero deja suficiente espacio para que no estén repletos. Después de empacar las peras, sella la bolsa o contenedor.
    • Si vas a usar una bolsa para almacenar las peras, saca la mayor cantidad de aire posible para limitar su oxidación y posibles quemaduras por congelación.[16]
    • Etiqueta la bolsa o contenedor con la fecha y el nombre de la fruta para que puedas identificar rápidamente cuál es y cuánto tiempo ha estado en el congelador.
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    Pon las peras en el congelador. Pon las bolsas o contenedores extendidos para que la fruta se congele de manera pareja. La temperatura del congelador debe ser de −18 °C (0 °F) o menos.[17]
    • Las peras congeladas correctamente pueden durar de 10 hasta 12 meses.[18]
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