A veces solo necesitas cocinar con una porción de una cebolla, y quizás no estés seguro de qué hacer con el resto. Por fortuna, puedes almacenar las cebollas picadas, pero deben ser almacenadas de manera diferente a las enteras. Sin sus capas exteriores intactas, las cebollas picadas son susceptibles a las bacterias y al moho. Para reutilizar una cebolla picada, necesitarás prepararla correctamente, elegir un contenedor apropiado y almacenarla a temperatura adecuada. Con un poco de preparación, podrás disfrutar del resto de la cebolla cuando sea el momento adecuado.

Método 1
Método 1 de 2:
Refrigerar una cebolla picada

  1. 1
    Mantén la cebolla limpia cuando la prepares para almacenar. Minimiza la exposición a las bacterias dañinas evitando la contaminación cruzada con carne cruda y productos lácteos. Usa tablas de picar diferentes para la carne y los productos agrícolas. Lávate siempre las manos después de manipular la carne cruda y asegúrate de que el cuchillo esté limpio.
    • Si tienes espacio, considera la posibilidad de crear áreas dedicadas a productos agrícolas y otras áreas a preparaciones de carne, para no propagar los gérmenes mientras cocinas.
    • Evitar la contaminación cruzada es especialmente importante cuando se preparan alimentos para almacenar, pues el almacenamiento de alimentos permite el crecimiento de las bacterias.
  2. 2
    Envuelve grandes trozos de cebolla con plástico. Si te queda media cebolla o unas cuantas porciones grandes, envuélvelas bien en plástico. El envoltorio plástico aislará la cebolla del aire exterior y la ayudará a retener la humedad.[1]
  3. 3
    Coloca los trozos de cebolla más pequeños en una bolsa hermética. Si te sobran trozos de cebolla más pequeños, usa una bolsa resellable para guardarlos. Nunca uses bolsas de tela para guardarlos, pues están pensadas para productos enteros y no protegerán una cebolla picada de la exposición al aire.[2]
  4. 4
    Considera usar contenedores reutilizables, si los tienes. Puedes encontrar contenedores herméticos de plástico, para almacenar alimentos, en cualquier tienda por departamento. Estos contenedores funcionan muy bien para refrigerar cebollas picadas.
    • También hay nuevos productos de silicona diseñados para estirarse y cubrir el lado expuesto de los productos agrícolas picados. Ten cuidado cuando los uses con cebollas. Estos productos no cubrirán completamente una cebolla, lo que puede causar que el refrigerador huela mal.
  5. 5
    Almacena las cebollas en el refrigerador a una temperatura de 4 °C (40 °F) o menos. Las cebollas picadas siempre deben guardarse en el refrigerador, no a temperatura ambiente. Mantenerlas a baja temperatura inhibe el crecimiento de bacterias y te permite reutilizarlas con seguridad más tarde.[3]
    • Ignora cualquier recomendación de almacenamiento que sugiera que las cebollas picadas pueden ser almacenadas a temperatura ambiente. Algunos consejos comunes incluyen almacenar las cebollas en un tazón de agua sobre una encimera. Este método solo promueve el crecimiento de bacterias.[4]
  6. 6
    Usa o descarta las cebollas picadas después de 7 o 10 días. Intenta reutilizar las cebollas refrigeradas lo antes posible. No obstante, nunca las uses si se han almacenado por más de 10 días.[5]
    • Almacena todas las cebollas picadas durante el mismo período de tiempo, independientemente de la variedad. Aunque puedes encontrar diferentes recomendaciones de almacenamiento para diferentes variedades de cebollas (como la amarilla, blanca, roja, perla o vidalia), estas recomendaciones son relevantes solo para las cebollas enteras, no para picadas.
  7. 7
    Revisa si las cebollas están lo suficientemente frescas para usarlas después de almacenarlas. Tira las cebollas que parezcan turbias, blandas, viscosas o mohosas. Huele las cebollas para asegurarte de que no tienen un olor inusual, y si desprenden un olor fuerte o inusual, deséchalas.[6]
  8. 8
    Planea cocinar cebollas previamente almacenadas. Nunca sirvas cebollas, que han sido previamente almacenadas, crudas. Necesitarás cocinarlas primero porque el calor matará cualquier bacteria que pueda haber crecido durante el almacenamiento.[7]

Método 2
Método 2 de 2:
Congelar una cebolla picada para un almacenamiento prolongado

  1. 1
    Pica la cebolla en pequeños trozos. Los grandes trozos de cebolla, como una porción de cebolla o una a la mitad, no se congelan bien. Para congelar con eficacia necesitarás picar la cebolla restante en pequeños trozos, de preferencia en cubos de 6 mm (1⁄4 pulgada).
    • Las cebollas más pequeñas se congelan de manera más uniforme, mientras que las porciones más grandes a menudo se queman por congelación.
  2. 2
    Coloca la cebolla picada en un contenedor seguro para congelador. Puedes usar bolsas resellables para congelador. Como alternativa, usa un contenedor de vidrio o plástico. Independientemente del tipo de recipiente que selecciones, asegúrate de que la cebolla se extienda lo más finamente posible. Cuanto más fina sea la manera en la que extiendas la cebolla, más uniformemente se descongelará cuando estés listo para usarla.[8]
  3. 3
    Escribe en el contenedor la fecha en la que picaste la cebolla. Escribe la fecha de forma legible en el propio contenedor o escríbela en una etiqueta o en un trozo de papel. Pega la fecha en el contenedor.[9]
    • Es fácil olvidar la fecha en la que pusiste algo en el congelador. Tener la fecha escrita en el contenedor de cebollas asegurará que no le pierdas la pista al tiempo en la que las has almacenado.
  4. 4
    Guarda la cebolla en el congelador durante 6 u 8 meses. Aunque la cebolla esté congelada, no durará para siempre. Revisa la fecha antes de usarla para asegurarte de que no ha sido almacenada durante más de 8 meses.[10]
  5. 5
    Usa la cebolla previamente congelada en platos con texturas suaves. La cebolla congelada se vuelve blanda, y a veces un poco tierna, cuando se cocina. Usa la cebolla previamente congelada para guisos, sopas, cazuelas y otros platos en los que la textura suave de la cebolla sea menos notoria.
  6. 6
    Añade cebolla congelada directamente a la olla o sartén cuando cocines. No te preocupes por tratar de descongelar la cebolla congelada antes de cocinarla. De hecho, descongelar la cebolla antes de cocinarla solo le dará una textura más blanda. Si solo necesitas usar una pequeña porción de cebolla congelada, y los pedazos se congelan juntos, pasa el recipiente bajo agua tibia hasta que puedas separar la cantidad que necesitas.[11]

Consejos

  • Asegúrate de seleccionar cebollas que estén en buenas condiciones, para que duren más tiempo cuando se almacenen. Evita cebollas con manchas o puntos blandos.
  • Trata todas las cebollas picadas de la misma manera, independientemente de la variedad.

Advertencias

  • No confundas las instrucciones para cebollas picadas y para cebollas sin picar.
  • Sigue las instrucciones del empaque si compraste la cebolla prepicada. Estas pueden haber sido preparadas hace mucho tiempo y pueden no durar tanto como una cebolla recién picada.

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 24 537 veces.