Un gato que arrastra las patas traseras podría padecer una de muchas afecciones; por ello, lo primero que debes hacer es llevarlo al veterinario para identificar el problema, sobre todo porque muchas de las causas podrían ser graves. El veterinario determinará cuál es el mejor tratamiento. Si el gato permanece paralizado, tendrás que hacer algunos cambios en la casa para cuidarlo.

Método 1
Método 1 de 3:
Llevarlo al veterinario

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    Menciónale el historial clínico del gato. Cuando lo lleves al veterinario, tendrás que mencionarle sus síntomas, sobre todo en qué momento empezó a mostrar el problema. También debes indicar si has visto lo que podría ser la causa, como una lesión. Si ha estado expuesto a garrapatas, también debes mencionarlo.[1]
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    Prepárate para un examen físico. El veterinario empezará con un examen físico en el que revisará al animal de la nariz a la cola, y se enfocará en el área problemática. Con frecuencia, podría tener que restringirlo con cuidado para poder revisarlo.[2]
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    Ten en cuenta que le harán pruebas de diagnóstico. El veterinario tendrá que realizar estas pruebas para delimitar las posibles causas. Él podría tomar muestras de sangre y orina para analizarlas. Asimismo, podría tomarle una radiografía para determinar si el problema es físico (en la columna).[3]
    • También podría tomarle una tomografía o una resonancia magnética, o realizarle una biopsia.
    • Si el gato ha sufrido un traumatismo, el veterinario probablemente asumirá que la afección está relacionada con ello, y las pruebas de diagnóstico como las radiografías lo ayudarán a identificar la naturaleza de la lesión. También podría ser un problema en el lomo (como una hernia discal), el cual podrá identificarse con una radiografía.
    • Para otros problemas (como los relacionados con la diabetes y la intoxicación por garrapatas), los análisis de sangre y orina ayudarán a delimitar las posibles causas. Si el veterinario cree que el problema es un tumor o si encuentra uno, probablemente le hará una biopsia para determinar si es benigno.
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    Considera que podrían tener que hospitalizarlo. Cuando el gato tenga problemas en las patas traseras por primera vez, podrías tener que llevarlo al hospital, en especial si tiene dificultades para realizar actividades como ir al baño. En el hospital, el veterinario podrá observarlo y realizar un diagnóstico.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Tratar las causas

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    Llévalo a fisioterapia. Algunas causas de la parálisis (como una hernia discal) podrían tratarse de forma parcial con la fisioterapia. Probablemente tengas que llevarlo a un fisioterapeuta, el cual podría atender en la veterinaria a la que suelas llevarlo. Además, el especialista podría enseñarte ejercicios para que los haga en casa.[5]
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    Controla su diabetes. La diabetes no controlada puede causar debilitamiento en las patas traseras. Controlar su enfermedad puede hacer que recupere la fuerza.[6] Las principales maneras de hacerlo son la insulina, los medicamentos y una dieta para bajar de peso.
    • El tipo de dieta que debe seguir varía según el gato. A algunos les va mejor con una muy alta en proteínas, mientras que a los diabéticos les va mejor con una rica en fibra y carbohidratos complejos. Conversa con el veterinario sobre la mejor dieta con la cual pueda empezar.
    • Pídele que te recomiende suplementos. Algunos dueños de mascotas han tenido éxito con el potasio, la L-carnitina o la metilcobalamina. Ten mucho cuidado cuando le des potasio, ya que puede ser mortal si se administra en las dosis incorrectas.
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    Pregunta si necesita una cirugía. En algunos casos, la cirugía podría ser la única solución. Esta puede ayudar con los problemas como los de la columna o los tumores. Si el gato ha tenido una lesión traumática, podrían tener que amputarle una o dos de las patas traseras.[7]
    • Luego de la cirugía, el gato podría quedarse en el hospital por unos días o quizás puedas llevarlo a casa. Tendrás que mantenerlo calmado al dejarlo en un área tranquila y pequeña. El veterinario podría recomendarte que lo mantengas en una jaula por uno o dos días.
    • Dale cantidades pequeñas de agua y comida a lo largo del día. También adminístrale todo medicamento que el veterinario recete.
    • El gato también podría tener que usar un collar protector, para que no se lama las suturas.[8]
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    Ten en cuenta que le darán medicamentos para el tromboembolismo arterial. Esta es una enfermedad en la que el gato tiene un coágulo de sangre que se desplaza desde el corazón. Las arterias en el lomo se estrechan justo antes de llegar a las patas traseras, de modo que los coágulos suelen detenerse allí. A su vez, las patas traseras no reciben el flujo de sangre necesario.[9]
    • El principal tratamiento para esta enfermedad es el uso de medicamentos para disolver el coágulo y analgésicos para mantener al gato cómodo. Sin embargo, algunos veterinarios podrían optar por no brindar este tratamiento. La enfermedad es muy dolorosa para el gato y suele indicar la presencia de una enfermedad cardiaca, por lo que algunos veterinarios podrían recomendar la administración de eutanasia.[10]
    • Algunos gatos no recuperan la función total de sus patas traseras. Además, la enfermedad tiene un alto índice de recurrencia.
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Método 3
Método 3 de 3:
Ayudar a los gatos con parálisis

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    Adapta la caja de arena para volverla más accesible. Los gatos con parálisis en las patas traseras probablemente tendrán dificultades para entrar a una caja de arena convencional. Podrías tener que colocar una rampa o conseguir una caja de arena poco profunda, lo que dependerá de las necesidades de tu mascota.[11]
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    Adopta medidas para lidiar con la incontinencia. Si el gato tiene parálisis en la mitad inferior de su cuerpo, podría necesitar cuidados para ir al baño. Tendrás que ayudarlo a hacer sus necesidades usando las manos para vaciar su vejiga e intestinos. El veterinario tendrá que enseñarte la forma exacta de hacerlo.[12]
    • También tendrá que usar pañales. La ropa de cama debe ser fácil de limpiar.
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    Ayúdalo a desplazarse con una silla de ruedas. Algunos gatos se desplazan sin problemas solo con sus patas delanteras, pero un dispositivo de asistencia también puede ser muy útil. Estos le brindan una manera de levantar la parte trasera y aumentan la movilidad mediante las ruedas, lo que le permitirá moverse.[13]
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    Compra una bolsa de arrastre. Muchos gatos usarán los dispositivos de asistencia, pero algunos no. Además, no pueden usarlos todo el día. Por estos motivos, el tuyo debe tener una bolsa de arrastre. Básicamente, esta cubrirá la parte trasera del animal, para que no desarrolle heridas en las patas. Esto también le permite arrastrar el trasero con más facilidad, ya que la bolsa está hecha de un material resbaladizo.[14]
    • Puedes conseguir estas bolsas en internet.
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    Haz que tu casa sea más accesible. Cuando un gato se vuelve discapacitado, tienes que hacer cambios en casa para que pueda desplazarse con más facilidad. Por ejemplo, podrías tener que instalar rampas en las escaleras o llevar la comida y la caja de arena al piso principal. Considera agregar una rampa en su sofá favorito, para que pueda subirse.[15]
    • También reflexiona sobre la manera en la que coloques los muebles. Por ejemplo, si usa una silla de ruedas, asegúrate de que tenga espacio suficiente para desplazarse.
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Acerca de este wikiHow

Deanne Pawlisch, CVT, MA
Coescrito por:
Técnica veterinaria certificada
Este artículo fue coescrito por Deanne Pawlisch, CVT, MA. Deanne Pawlisch es una técnica veterinaria certificada, que realiza capacitaciones corporativas para prácticas veterinarias y ha enseñado en el Programa de Asistentes Veterinarios aprobado por NAVTA en el Harper College en Illinois y en 2011 fue elegida miembro de la junta de la Fundación Veterinaria de Emergencia y Cuidados Críticos. Deanne ha sido miembro de la Junta de la Fundación Veterinary Emergency and Critical Care en San Antonio, Texas desde 2011. Tiene una licenciatura en antropología de la Universidad de Loyola y una maestría en antropología de la Universidad de Northern Illinois. Este artículo ha sido visto 9280 veces.
Categorías: Cuidado de los gatos
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