Los gatos tienen ojos extraordinarios que les permiten ver claramente interiores y exteriores en diferentes momentos del día. No obstante, las lesiones en los ojos y muchas enfermedades pueden perjudicar significativamente la vista de un gato o incluso causar ceguera. Si puedes detectar una ceguera incipiente a tiempo, tu gato puede recibir un tratamiento que puede salvar total o parcialmente su vista. Si tu gato se queda ciego, querrás ser capaz de ayudarlo. Busca cambios físicos o de comportamiento que puedan indicar si el gato está perdiendo la vista o si es ciego, para que puedas cuidarlo mejor.

Método 1
Método 1 de 3:
Buscar cambios de comportamiento

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    Busca signos de torpeza. Observa cómo se mueve el gato alrededor de los muebles o si se equivoca al saltar sobre ellos. También fíjate si el gato choca con las paredes o muebles que antes sabía que debía rodear. Actuar con torpeza en espacios donde pasa mucho tiempo puede ser un signo de visión defectuosa o ceguera.[1]
    • Otra señal a tener en cuenta es si el gato se tropieza en las escaleras o si resbala cuando intenta saltar a su lugar favorito.
    • Observa si el gato tiene problemas con otros objetos familiares, como problemas para encontrar los tazones de comida y agua.
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    Mira como camina el gato. Presta atención al andar del gato. Fíjate si está agachado cerca al suelo. Puede que esté abriéndose paso con la nariz y los bigotes. Otras señales que debes observar son si el gato camina con la cabeza hacia abajo, o si mueve la cabeza hacia arriba y hacia abajo para calcular distancias.[2]
    • Otra señal que hay que buscar es si el gato está vagando sin rumbo.
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    Escucha a tu gato. ¿Escuchas al gato vocalizar más? Cuando los gatos no ven bien o son ciegos, tienden a hacer más ruido para vocalizar su angustia. También puedes notar que el gato generalmente actúa de manera nerviosa, temerosa o alterada mientras se adapta a su falta de visión.[3]
    • También puedes notar que el gato se asusta más fácilmente.
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    Nota si el gato es inseguro. Busca señales de que el gato está menos confiado de lo normal. Por ejemplo, observa si el gato se aferra más a ti o pasa más tiempo a tu lado. También presta atención a si el gato duerme más o generalmente se mueve menos de lo habitual.

Método 2
Método 2 de 3:
Notar cambios en los ojos

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    Mira las pupilas del gato. Si sospechas que tu gato tiene ceguera o se está quedando ciego, mira sus pupilas. Fíjate si las pupilas permanecen iguales tanto con luz brillante como con luz baja. También comprueba si las pupilas son de diferente tamaño. Ambos son signos de ceguera o ceguera incipiente.
    • También nota si el gato entrecierra los ojos o si es indiferente a los cambios en la iluminación.
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    Observa el color de los ojos del gato. Uno de los cambios que puedes ver es un cambio en el color de los ojos. Adicionalmente, busca enrojecimiento en los ojos del gato. Como alternativa, puedes ver que los ojos del gato se ven más lechosos, más nublados o más blancos.
    • Busca un enrojecimiento excesivo en los tejidos alrededor de los ojos. No te preocupes si es de color rosa claro, lo cual es normal.
    • Si los lentes de los ojos del gato son opacos, esto podría ser un signo de cataratas.
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    Prueba el reflejo del gato ante una amenaza. Mueve la punta de un dedo rápidamente hacia el ojo del gato, sin hacer contacto con la córnea. Un gato que pueda ver se estremecerá o parpadeará cuando muevas la punta del dedo hacia él, pero un gato con ceguera seguirá sin darse cuenta del dedo. No te acerques demasiado a los bigotes del gato ni crees una brisa en sus bigotes, para que no pueda sentir tu dedo acercándose a su cara.
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    Intenta dejar caer una bola de estambre delante del gato. Fíjate si observa o sigue el descenso de la bola. La mayoría de los gatos con visión verán caer la bola. Un gato con ceguera permanecerá inconsciente cuando la bola pase delante de él. Evita acercarte demasiado a los bigotes del gato, para que no sienta la bola.[4]
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    Presta atención al tamaño de los ojos, para comprobar si hay glaucoma. Si un ojo parece más grande que el otro, lleva al gato al veterinario. Esto puede ser un signo de glaucoma. Aunque esto no significa necesariamente que el gato sea ciego, el glaucoma puede causar ceguera si no se trata.
    • Uno o ambos ojos también pueden parecer nublados.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidar un gato con ceguera

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    Lleva al gato al veterinario. Lleva al gato al veterinario si sospechas que es ciego o que puede estar quedándose ciego. Comparte tus preocupaciones con el veterinario, incluyendo una lista de los síntomas que has notado. Lleva al gato al veterinario tan pronto como puedas, ya que un tratamiento temprano puede ser fundamental para prevenir la ceguera total o la aparición de una enfermedad peligrosa que pueda haber provocado los síntomas que has observado.
    • La ceguera puede ser un síntoma de otras enfermedades graves, como la hipertensión arterial. La hipertensión arterial puede causar apoplejías y convulsiones, por lo que es importante tratarla a tiempo.[5]
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    Mantén las cosas en orden en casa. Haz los mínimos cambios posibles en el entorno del gato. Esto le ayudará a adaptarse a su falta de visión. Evita mover los tazones de comida y agua, y las cajas de arena, para que el gato pueda encontrarlos fácilmente.[6]
    • También puedes bajar el nivel de los muebles o proporcionar rampas para que suba más fácilmente a ellos.
    • Mantén los pisos despejados para ayudar al gato a moverse más fácilmente.
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    Supervisa al gato cuando esté al aire libre. Escolta al gato si lo llevas a exteriores y asegúrate de mantenerlo en un área cerrada. De lo contrario, mantén al gato dentro para protegerlo. Mantén las ventanas y puertas cerradas para que no salga. Del mismo modo, bloquea las puertas para mascotas.
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    Consigue una identificación para el gato. Coloca un microchip al gato en caso de que salga de casa. También asegúrate de que el gato tenga un collar y etiquetas. Añade una etiqueta que indique que el gato es ciego o que tiene una visión limitada.[7]
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    Evita asustar al gato. Trata de no hacer ruidos fuertes ni asustar al gato. Haz todo lo posible para mantener la calma a su alrededor y para mantenerlo tranquilo. También advierte a los miembros de la familia, especialmente a los niños, y a las visitas que no hagan ruidos fuertes ni hagan nada que pueda asustar al gato.

Acerca de este wikiHow

Jean Johnson
Coescrito por:
Especialista en gatos
Este artículo fue coescrito por Jean Johnson. Jean Johnson es una especialista en gatos y escritora para KittyNook Blog. Se especializa en brindar consejos sobre la salud y el juego de los gatos, así como información general sobre los gatos y sus razas. Este artículo ha sido visto 20 964 veces.
Categorías: Cuidado de los gatos